Capítulo 19: fiesta de compromiso.
Capítulo 19: fiesta de compromiso.
Alexa.
18 de mayo de 2017
No era una buena persona eso lo sé y no tengo tiempo para mentirme sobre eso o buscar palabras con tal de santificarme o defenderme, ¿para qué? no ganare nada con eso. Nunca me he sentido moralmente correcta o intachable, no pienso que sea cruel, mala o inmoral a nivel de un genocida. Estamos acostumbrados a escuchar que las personas somos blancas o negras, buenas o malas. Cuando no es así somos una gama de colores, llenos de secretos, mentiras, engaños y odio. Tal vez merezca el infierno y quedarme en cenizas al igual que ellos. Pero soy tan necia y caprichosa que sigo pensando que merezco mi final feliz, mi cursi cliché final feliz, creo que tanto dolor, llanto y gritos de angustias me han causado. Merezco redención y hoy iré por ella.
Respirando hondo, abro la puerta de la oficina de Liam.
—Hola, cariño – digo adentrándome a la oficina de Liam.
—Alexa, ¿Cómo sigues? – chilla Liam jadeante al verme entrar en su oficina, él luce realmente sorprendido de que haya venido hoy a la oficina, la verdad vine de sorpresa, no le avise a nadie con la intención de atraparlos o descubrir que hacían a mis espaldas mientras no estaba. Sus reacciones fueron épicas, Belén me abrazo y me compro un ramo de flores, me dio palabras de apoyo y aliento, ignore sus preguntas sobre ¿Cómo ibas vestida? ¿y si había provocado a Roan otra vez? Le acepte la invitación a desayunar, Axel solo me dio una mirada de asco, mientras me pedida que quitara la denuncia contra Roan, lo ignore y lo vi alejarse a la área de sistemas, alegando que su usuario y contraseña no le permitía entrar al servidor.
Él único sincero fue Dalton, me abrazo, me pidió que me quedara en casa y descansara, reviso mi aspecto, me dijo que me veía con la mierda con la cara morada, el labio partido y la nariz inflamada, sin embargo estaba feliz de verme con vida, él es leal a mí, también en broma me dijo que este lugar me necesitaba, cuando estuve en las oficinas de mis tíos fingieron preocupación, me querían distraer para que no viniera a la oficina de Liam, porque un sonido en particular me llamo la atención y provenía de este lugar.
—Hola, cariño, bien, esto no va a matarme Liam, ¿Por qué tan agitado? – pregunto sonriente y Liam palidece.
—Me tomaste con la guardia baja, cariño – dice y cuando esta por acercarse a mí, besar mis labios muevo mi rostro para que termine besando mi mejilla.
—¿Eres de los que hace ejercicio en la oficina? Porque este lugar se encuentra cayéndose a pedazos como para que te pongas a hacer ejercicio – le digo con voz seria, me mira avergonzado – los proveedores alegan que no han llegado los lotes de medicamentos, que tampoco estamos abasteciendo farmacias o supermercados, ¿Dónde están los medicamentos que producimos, Liam? – le pregunto – tú te encargas de las exportaciones e importaciones, eres él único que puede darme respuesta.
—Hay retraso con los envíos, estoy solucionando eso – me contesta – te extrañe, hasta te compre un regalo – me dice él cambiando de tema.
—No te veo solucionando nada – le digo – literalmente, no haces nada, Liam.
—Hago más que tú.
—Yo pongo la cara y el pellejo en este lugar, llevando las relaciones públicas, atendiendo las quejas de los socios, productores, proveedores, los trabajadores, todo pasa por mis manos – le recuerdo ofendida – ¿por qué esta maldita compañía se nos está cayendo a pedazos?, ¿Cómo fue que Cassie obtuvo tanta información? – le pregunto y él palidece – como una simple secretaria, conocía los más oscuros secretos de este puto lugar.
Bingo, Wes si sirvió para algo y Cassie parece estar muy aterrada como para decirme cada oscuro secreto de Liam y miembros de su familia.
—Ale...
—Hagamos algo, voy a hacerme la sorda que no escuche los gemidos de tu secretaria desde la puerta, la ciega, porque, aunque quieras evitar que la vea debajo del escritorio la estoy viendo en este instante, como me entere porque eres tan bastardo que nos compraste los mismo tacones – lo encaro – tienes muy mal gusto, Liam.
—¿Vas a romper nuestro compromiso? – pregunta aterrado.
—No voy a casarme con un traidor, he tenido oportunidades de serte infiel – y no he desaprovechado ninguna – y ninguna he tomado, era leal a ti o a la idea de relación que teníamos. Me traicionaste, por tu culpa la maldita de Cassie nos tiene amenazados, ella amenaza con ir a la prensa, la primera cabeza que caerá es la tuya, ¿sabes por qué? Porque es una mujer herida y despechada, y esas son las más peligrosas – digo y recordando a su secretaria digo – Hannah, vete de aquí, con lo que te queda de dignidad.
La rubia de cabello corto sale de debajo de la mesa y huye de mi mirada, cruzándome de brazos, observo a Liam, que no sabe que decirme o hacer.
—Nos vemos en la sala de juntas, tienes muchas explicaciones que darme, cariño – le digo con voz triste y ahogada – gracias por todo, Liam, sabía que tarde o temprano igual que todos ibas a traicionarme – digo con voz dramática y como despedida, salgo de su oficina en parte le agradezco al detective inepto por la información que logro sacarle a Cassie cuando se reunió con ella. Wes ha sido demasiado persistente con ella y le ha dado un poco de comprensión, la ha escuchado y apoyado, por eso Cassie nos habló sobre Liam y su relación.
Con rabia y con la mirada de todos los trabajadores que se encuentran allí mirándome, observándome con lastima, desprecio y tristeza me quito el anillo de compromiso, dejando caer cuatro lágrimas de mis ojos, me alejo de su oficina, Hannah viene detrás de mí, dándome excusas e intentando ayudarme, dándome explicaciones, le digo que estoy bien, corro a encerrarme a la oficina de Dalton que me espera con las ventanas cerradas y un vaso de whisky, rompo en llanto, no es normal que llore, pero Dalton me sostiene en sus brazos con una sonrisa burlona, Liam toca la puerta de manera desesperada, ni Dalton y yo le abrimos.
—Sigue llorando – me pide Dalton, mientras busco en mi celular el chat de Matt – y no tan dramática, más pausada – hago lo que me pide y con manos temblorosas le escribo a Matt.
Alexa: Soy egoísta y te deseo, de que vale negar mis sentimientos por ti, quiero que seas mío y fiel a mí, cuando vengas a New York te prometo otra cita al estilo Alexa. estoy bien, deja esto en mis manos, Matt. Confía en mí.
Jadeo, sorbo mi nariz, lloriqueo con tanta fuerza que Clary al entrar a la oficina de Dalton me observa preocupada, ofreciéndome un vaso de agua, dándome palabras de aliento, ella simplemente me dice.
—No eres la última o la primera mujer que un hombre le es infiel, hija – me aconseja y de verdad quisiera que no me dijera nada – por favor, no termines tu compromiso por esta niñería, Liam también pudo alejarse de ti, cuando te veías en esas condiciones desesperada por drogarte o sin tener para comprar los víveres básicos.
—¿Entonces tengo que aceptar que un hombre me rebaje hasta ese punto como Liam? – le pregunto y ella rueda los ojos – ella no es la primera con la que me traiciona, ¿alguna vez te cuestionaste el interés de Liam en tu hija menor de edad? ¿alguna vez has pensado que Liam tal vez ha estado con otras menores de edad?
—¿Lo haces tú? – me pregunta nerviosa.
—Todo el tiempo – contesto irritada – quiero a Liam fuera de mi vida, él puede seguir trabajando aquí, pero no va a ser mi esposo. Ahora me retiro, Dalton y yo tenemos una reunión a la cual asistir.
***
21 de mayo de 2017.
Lo espere, lo amaba y por eso me quede a esperarlo con la esperanza que volviera a mí, ¿Quién me asegura que ahora va a quedarse? Fueron meses en los que me quede sentada en esa banca de la estación de autobuses, llena de miedos y ansiedad, esperando que él volviera a reunirse conmigo, que por primera vez alguien me eligiera, que se quedara conmigo, pero no lo hizo, Matt nunca volvió, nunca me eligió y hoy esta noche mientras lo espero a fuera de la entrada del local donde vamos a llevar a cabo nuestra cita, todos esos miedos e incertidumbres que tuve anteriormente con relación a Matt se intensifican en estos momentos y solo puedo pensar, ¿Matt va a venir o simplemente va a dejarme plantada?
¿Sera verdad que no merezco ser feliz?
Vuelvo a mirar la hora en mi reloj y Matt lleva 40 minutos de retraso, trago saliva y no puedo mentirle a nadie estoy nerviosa, aunque me cueste aceptarlo tengo miedo de que él no venga, por mi silencio, por haberme escondido, luego de enfrentar a Roan me encerré, vomite y devore tanta comida que me desmaye del dolor, me daba baños de agua fría cada media hora, me entretenía, patinaba hasta el cansancio, intentaba no alcoholizarme o ir a fiestas, mis manos y mi cuerpo temblaban por volver a consumir, por ser dependiente de esa maldita droga, pero no caí en el deseo. Me quede sentada en la habitación secreta de mi apartamento trabajando, ingeniando mi plan y adelantándome a ellos, observe cada una de las imágenes de los centros de investigación, la entrada y la salida de dinero todo lo relacionado con la compañía lo estudie una, otra vez.
Cassie ha sido un hueso duro de roer, ella nos ha dado pequeñas pistas y ha resuelto algunos enigmas, ella sigue insistiendo que debemos reunirnos y los Falcone me negaron reunirme con ella, ellos no confían en ella y para Orazio ella es una enemiga.
Y me olvido de Orazio, los Falcone, de Cassie y de todo cuando veo a Matt bajarse de su auto, sus guardaespaldas se quedan cerca vigilando, no digo nada cuando él esta frente a mí y me mira asombrado al verme usar un vestido corto y blanco.
—Luces pacifica e inocente, cualquiera pensaría que eres una santa paloma – dice y cuando observa mis ojos e inspecciona mi rostro – si no te conociera pensaría que eres un ser angelical, lleno de pureza y amabilidad en tu interior – le doy una pequeña sonrisa sin mostrarle los dientes – cuando no es así – y cuando intenta tocar mi rostro retrocedo y de reojo lo veo cerrar su mano con frustración.
—En mi mundo la lealtad es lo más importante Matt Keys y quiero saber si en verdad eres fiel a mí, si eres capaz de cualquier cosa por mí, que tu obsesión no sea simplemente sexual, sino que seas capaz de matar, mentir y encubrirme – comento.
—¿Y tu plan para medir mi fidelidad es inscribirnos en clases de pintar cerámica? – me cuestiona y por fin me río ocasionando que sonría.
—Quería que hiciéramos un plan diferente y luego conversar.
—Es verdad, tenemos mucho que hablar después de tres días de silencio por tu parte.
—Ven – le digo tomando su mano y entrando al lugar donde hay una mesa larga llena de comida y vino, una mujer en sus cuarenta con el cabello lleno de canas a la cual obligue a firmar un contrato de confidencialidad, Matt y yo nos sentamos juntos, ella nos da pinturas y cerámicas en forma de cerditos y vaquitas, ella también me da una muñeca de cerámica vestida de patinadora artística.
Matt y yo nos relajamos nos reímos de los comentarios de la instructora, cuando ella nos deja solos le digo a Matt.
—Mis citas están en el top cinco de las mejores citas, son actividades sanas, divertidas y mira hasta la inscriptora es una hippie que parece que acaba de fumar un porro – le cuchicheo.
—Tus comentarios realmente pueden ser muy cuestionables – dice sirviéndome un poco de vino, la instructora que contrate me pide una copa y le doy una, ella me entrega una estrella y a Matt una pareja que se da la mano, ella vuelve a irse.
—Solo quiero aligerar el ambiente sobre nosotros.
—No soy un niño Alexa, no quiero esta mierda de juegos que un día estas en mi vida y al otro decides desaparecer.
—Matt...
—Alexa, trato de entenderte, comprenderte y ponerme en tus zapatos... Pero a veces simplemente no puedo, eres complicada y yo un idiota que corro a ti a pesar de que no me des una explicación de tus cambios de humor o comportamiento.
Bajo la mirada a mi pincel y respirando hondo le digo.
—Gracias por haber venido y regalarme unos migajas de tu tiempo.
—¿Qué hubiera pasado si no asistía a la cita? – cuestiona - ¿hubieras huido?
—No, hubiera ido a tu casa y te suplicaría que me dejes entrar.
—Alexa...
—He roto mi compromiso con Liam – digo y Matt luce asombrado por mis palabras y él tal vez debe pensar que mi aspecto o golpes son culpa de Liam.
—¿Cuándo sucedió eso? – me interroga – hace días estabas muy convencida de casarte con él.
—El mismo día que te escribí para tener nuestra cita, pronto daré un comunicado de prensa donde le informo a todos que mi boda se canceló, que soy libre, soltera y me encuentro en mi mejor momento – a pesar de que sea mentira.
—Solo fueron tres días en los que tuviste desaparecida y ya haz roto tu compromiso.
—Son cosas que simplemente pasan, Matt. Maya te dijo que nos encontramos en estos días – digo tratando de abordar ese tema con él y Matt asiente con la cabeza, bebiendo de su copa de vino.
—Eso me dijo y que sigues siendo igual de insoportable – comenta y me río.
—Solo me desprecia porque insulte a Gerald frente a ella, Maya sabe muy bien que decía la verdad y que no estaba mintiendo – contesto con una sonrisa, supongo que no es bonita, sino desquiciada, por la mueca de Matt, él no puede ocultar sus emociones y la sorpresa por mi llamada.
—Hace unos días estabas decidida a casarte con Liam y hoy simplemente sales con que vas a romper tu compromiso – me dice, bebiendo su vino – ¿todo bien entre ustedes? ¿él fue el causante de este repentino cambio en ti? – cuestiona y cuando intenta volver a tocarme el rostro, retrocedo – así como pides fidelidad, yo simplemente quiero sinceridad, Alexa.
Sus ojos verdes se encuentran con mis ojos grises.
—Se follaba a su secretaria, por eso he decidido cancelarlo todo, no puedo permitirme estar con un hombre que me es infiel.
—Me besabas mientras estabas comprometida.
—Eso es otro tema.
—Liam jamás te ha merecido – me recuerda.
—Él fue bueno conmigo y me ayudo cuando lo necesitaba.
—Se aprovechaba de ti, deja de protegerlo – dice cerrando sus ojos con molestia - ¿Liam te hizo esto? – dice señalando mi aspecto – dime la verdad.
—Solo para aclararte, Liam no me hizo esto – le doy esa corta respuesta.
—Tu respuesta no me tranquiliza, Alexa – me dice con sinceridad – estoy preocupado por ti, tres días desaparecida, solo me escribes para enviarme un simple mensaje y pedirme que tengamos una cita y me encuentro con una Alexa fingiendo ser paz y amor, que con maquillaje quiere ocultar los moretones de su rostro, Alexa, no te mientas tienes un estado deplorable, luces flaca y demacrada – eso es verdad, no recuerdo cuando fue la última vez que comí – tu mirada es aterradora, aunque me alegra que no te cases con Liam. Me hace ruido los motivos a desistir de tu compromiso.
—Estoy bien – le digo con ánimo y moviendo mis brazos al aire.
—El mundo se está cayendo en pedazo delante de tus ojos ¿y tú decides jugar la chica feliz? – pregunta estupefacto, tal vez él piensa que he enloquecido.
—Solo quiero que estemos juntos, relajados y felices – digo riéndome y bajando el tono de voz, sentándome en sus piernas, despeino la parte trasera de su cabello –, solo quiero que seamos libre juntos que tengamos una cita feliz – le respondo intentando besar sus labios, él mueve su rostro a un lado.
—Ale...
—Hablare, pero antes sigamos pintando – le pido y él rueda los ojos.
Matt sigue pintando la muñeca, en estos momentos se encuentra pintando los ojos de la muñeca de la misma combinación de los míos. Matt deja de ser frio e indiferente conmigo y ahora decide darme un beso en el hombro y me siento feliz que ya no se comporte tan frio conmigo.
Virginia Keys cumplió su promesa junto con su hija Maya Keys de guardar silencio sobre lo sucedido en la librería, le di mucho dinero a Maya para que permitiera que los hombres de Italia editaran y alteraran las evidencias en contra de Roan, sin hacer ninguna pregunta, Virginia me lo debe luego de todo lo que me hizo padecer. Le doy una pequeña sonrisa a Matt, lo obligo a que me abrace, me pongo en una posición donde mi cabeza este sobre su hombro y lo veo pintarme.
—Verte tan silenciosa es espeluznante – confiesa Matt – en estos momentos tengo un debate interno sobre lo que paso o seguir imaginándome que asesinaste a alguien, estabas escondiendo su cuerpo mientras no me contestabas el celular, robaste un banco, mataste a Hendrick, te uniste al club de la pelea – dice mirando mi rostro por unos segundos, ruedo mis ojos – te asaltaron o ahora necesitas que mienta por ti.
Tragando saliva y sin levantar la cabeza, tomando su mano comienzo a hablar.
—Envié a mi violador a la cárcel – le respondo y no lo miro a la cara, solo siento como su cuerpo se tensa ante mi confesión, no alzo la mirada por la vergüenza que me ocasiona esto – ese video que te enviaron hace años, era la prueba contundente de que Roan Miller me violo cuando tenía dieciocho años en su fraternidad y hace días me vengué de él, lo envié a la cárcel por agresión física e intento de violación. Por fin me hice justicia, Matt – digo con esperanza – por primera vez conseguí justicia.
—Dime que eso es mentira – me pide con voz ahogada y sus venas se marcan cuando pone las manos en puños.
—Me gustaría que fuera así, pero no fue así – digo titubeando –. Cuando me pidió que lo escuchara, me confeso que Hendrick lo envió a buscarme a sucumbirme para que volviera a consumir, también que él le pidió que me inyectara cuando tenía dieciocho años, le dio la orden de hacer lo que deseara conmigo. Antes me agradaba, lo consideraba mi amigo, ahora simplemente lo desprecio – digo con simpleza y acomodándome – por fin puse cargos en su contra, nunca lo quise muerto, la muerte era un regalo, su castigo debe durar mucho tiempo. Ayer tuve mi primera audiencia. Me veía poderosa y mi niña interior me lo agradecía.
—La pregunta es, ¿te sigo gustando a pesar de eso? – indago con curiosidad – a pesar de estar sucia, llena de inmoralidad y malos pensamientos, de tener una familia loca que me quiere muerta o adicta – murmuro con la mirada clavada en la muñeca – a pesar de las mentiras ¿te sigo gustando? – le pregunto levantándome de sus piernas y encarándolo – estas a tiempo donde puedes irte, olvidarme, borrar mi número y mandarme a la mierda, dolerá, pero lo entenderé mis métodos no son los mejores.
—¿Te sientes bien luego de lo que hiciste? no hay culpa ni remordimiento.
Afirma y asiento con la cabeza.
—Matt, recuerda la fidelidad es lo más importante para mí.
—¿Puedo pensarlo? – me pide pensativo, Matt tiene la cabeza baja, solo pasa las manos por su cabello constantemente con tormento.
—Claro, Matt, estamos en una democracia, esto no es una puta dictadura – digo rodando los ojos –. Ve a tu casa piensa muy bien si decides quedarte con una criminal o simplemente huyes lejos de aquí con tu hija.
—Pronto de daré una respuesta – dice besando mi frente, él ni siquiera se atreve a darme un beso en los labios.
—La esperare – le contesto y le entrego su reloj, él lo toma –. Necesito darte esto, por si no regresas no quiero nada tuyo en mi casa.
—¿Vas a estar en tu casa estos días? – pregunta poniéndose de pie.
—Voy a salir de viaje, tengo que hacer una declaración pública de que ya no voy a casarme con Liam, responder muchas preguntas. Lo cotidiano en la vida de Alexa – asiente con la cabeza, dándome un beso en la frente, camina hasta la puerta.
—Nos vemos pronto, Alexa.
—Nos vemos pronto, Matt.
***
27 de mayo de 2017.
La vida da muchas vueltas, mientras estoy sentada en el balcón en mi casa en los Hampton pienso en eso usando un extravagante abrigo de color blanco, en este mismo lugar llevamos a cabo el funeral de mi padre y ahora estamos celebrando la fiesta de compromiso entre Clary y Gerald. Me concentro en el diario, en su diario en su intimidad que cada noche leo y me maldigo por hacerlo, levantando la cabeza observo a los trabajadores decorar la casa para la fiesta de compromiso que estoy organizando para Clary y Gerald esta noche, espero les guste el negro, porque es lo predominante en la decoración, olvidándome de esa fiesta de mierda me concentro en leer el diario. Sonrió al leer sus pensamientos, emociones y anhelos.
Me gusta creer que el amor existe, que es real y no es una mierda o un invento.
A pesar de estar maldita, creo en el amor, deseo como la mierda conseguirlo.
No pido un príncipe azul.
Quiero un hombre dispuesto a matar, mentir y engañar por mí.
Me canse de ese falso amor de mierda.
Tampoco me gusta creer que no nací para amar como dice mi tía. Pero de verdad anhelo y deseo un amor romántico.
Siempre pienso si ellas lo consiguieron, ¿ellas lograron enamorarse?
Nació un hombre que las quisiera a pesar de todo.
—¡Señorita, Alexa! – grita Gemma agitada, antes de que ella abra la puerta, me levanto de la silla, corro a la caja fuerte, la abro dentro de ella guardo el diario. Cierro la caja fuerte con fuerza, alcanzo a hacerlo, para luego encontrarme a Gemma gritando – no puede entrar, la señorita, Alexa no lo tiene en la lista de visitas – me quedo extrañaba mirando a la puerta aun cerrada.
—Ale es mi amiga, es de mal gusto que no me permita la entrada – escucho la voz ofendida de Alaia, abro mis ojos sorprendida al descubrir que ellos están aquí.
—Mi hija tiene la razón, Alexa es nuestra amiga, dígale que el señor Keys necesita hablar con ella – le pide Matt a Gemma.
—La señorita me pidió no ser molestada – le informa Gemma, sonrió, Gemma como siempre tan obediente – y la señorita, Alexa odia que la molesten – dice frustrada.
Respirando hondo, abro la puerta y me consigo a Gemma frente a ella evitando que Matt la abra y entre, Gemma me tiene un poco de temor, por eso cuando abro la puerta ella jadea al ver mi presencia, es ella la que se esconde detrás de Matt para evitar mi furia, un grito de alegría suena y siento como alguien se presiona sobre mis piernas, bajo la mirada para conseguirme a Alaia abrazándome las piernas, ella me da un mordisco y salto, ella se ríe ante mi reacción.
—Ale eso fue por no llamarme – dice con cara seria e indignada, cruzándose de brazos – y esto es porque te extrañe – dice abrazándome de nuevo, luego de su mochila sacando unos aretes de diamantes y los extiende así mí – son tuyos, Ale. Papi los compro.
—Gracias – le digo tomando la caja con los aretes, devolviéndole el abrazo de nuevo – no vuelvas a morderme, Alaia – le pido, ella me besa en la mejilla, de verdad la extrañaba demasiado.
—Te extrañe mucho – me dice con voz cantarina, acostándose en mi cama – Ale, papi, dijo que aquí hay juegos.
—Eso es verdad – le contesta Gemma y Alaia solo me mira mientras Gemma habla – hay una zona de juegos renovada para los niños, ¿si quieres puedo llevarte? – se ofrece Gemma – hasta puedes contarme de donde conoces a Alexa.
—Bueno – dice seria – aunque yo quería que Ale me llevara.
—Alaia, esta no es tu casa deja de ser exigente – le pide su padre con voz seria – si te traje, fue porque prometiste portarte bien – le recuerda él, ella ve a Gemma y luego a mí, Gemma sonríe contenta, ella ama a los niños, creo que está muy contenta de consentir a Alaia y malcriarla. Observando a Matt que trata de lucir relajado, le digo a Alaia.
—No es tu casa, pero es como si lo fuera, si necesitas algo te lo dan, si algo te molesta me lo informas, si algo no te gusta, Ale lo arregla – Alaia sonríe complacida, como si fuera una princesa – Gemma va a cuidarte mientras hablo con tu padre, lleva Alaia a la zona de juegos, quédate con ella cada segundo – le pido y Gemma sonríe – Gerald va a venir pronto, te pido por favor que no dejes que se acerque a Alaia.
—Gemma – la llama Matt – si ese hombre se acerca a mi hija, nos informas por favor – le pide con seriedad – Alaia, ven aquí – le pide, acaricio su cabello – te portas bien – ella le da la mano a Gemma con desconfianza.
—Nos vemos pronto – nos dice, nos lanza besos – los quiero, chau – nos dice despidiéndose de la mano – señora, Gemma, una pregunta, ¿ustedes tienen piscinas?
—Alaia y los Hampton combinan tan bien – le digo encantada – es la primera vez que en esta casa se encuentra un niño feliz, amado y contento por jugar en la zona de juegos – le digo a Matt mientras vemos a Alaia irse con Gemma – esa niña es tu karma, vas a pagar todos tus pecados con ella, tu abandono y todas esas cosas raras que hacías.
—Mi hija es una pequeña diva, consumista y mandona, que ama a una loca consumista, mandona y diva – dice – no sé en que terminara su amistad, pero quiero que sigan siendo amigas toda la vida – me confiesa, sonrió.
—Agregue Alaia a mi testamento – confieso y él jadea, maldice – a ti también.
—Ale...
—Matt, llevo la vida entera jugando con la muerte, ella tarde o temprano va a llevarme y lo único que quiero es que mi dinero quede en las mejores manos, ustedes son importantes para mí, los considero mi familia – digo tragando saliva y mis palabras tienen un gran significado para él –. Ustedes me quieren, me toleran y pocas personas me quieren en la vida, me encantaría que si llegara a morir ustedes se llevaran una marte de mi con ustedes.
—No vas a morir, no voy a permitir jamás que mueras – me dice convencido – en mis manos esta protegerte, Alexa.
—Matt, tú y yo no tenemos idea de cómo termine esto, no quiero dejarlos desamparados.
—No quiero tu dinero, nunca lo he querido – me informa él – prefiero darte el mío, fui yo él que te prometió el cielo, deja que te lo entregue.
—No quiero el cielo, Matt – digo tomando su mano y poniéndola sobre mi pecho – quiero saber tu respuesta ¿te quedas o te vas? Y quiero que tengas criterio propio y no me pongas en un altar, tampoco que arruines tu vida y reputación por mí.
—Niña sucia, tengo mis razones para quedarme contigo, hago esto por mí y por ti, por mis hermanos, porque a diferencia tuya, nosotros nunca hemos podido levantar la voz – dice con una voz cargada de arrepentimiento. Y él no tiene que profundizar en el tema, sé de lo que me habla.
—Matt, si haces eso todo lo que has conseguido estará en juego – le advierto.
—Alexa, he hecho demasiadas cosas malas, cuestionables en mi vida, quiero quedarme contigo, seguir cautivándote, siendo parte de tu vida y planes, en estos momentos estamos en el mismo nivel de desequilibrio, en el momento que me fui de tu casa perdí el control.
—¿Qué hiciste? – pregunto preocupada y por fin saca las manos de sus bolsillos, sus nudillos están destrozados – ¿Qué paso Matt?
—Conseguí un permiso especial para visitar a Roan en su celda, él no tenía derecho en lastimar a mi mujer – me contesta y abro la boca sorprendida – tranquila sigue respirando.
—¿Cómo conseguiste eso? – pregunto confundida – necesitas tener muy buenos contactos en el sistema judicial para eso – digo intrigada
—Y los tengo con ayuda de Laslo conseguí el permiso – entonces lo que Alesso Falcone me dijo sobre Laslo es verdad, interesante –. También visite a Jace, discutimos y volvimos a pelear, no importa que sea mi hermano, ¿sabes que le dije? – me cuestiona y niego con la cabeza, él se mueve rápidamente, enterrando su rostro en mi cuello, me besa, me susurra en el oído –. Que si intentaba acercarse a ti otra vez, iba a matarlo, le dije que me encargaría que tuviera una muerte lenta, dolorosa, donde suplicara para que acabara con su sufrimiento – me da una pequeña sonrisa –, que si te tocaba le arrancaría los dedos, que si te pensaba con mucha pena me encargaría que perdiera la cabeza.
—Dios – murmuro no sé qué decirle.
—Alexa déjame ser parte de esto, los dos seguimos siendo los mismos locos en hacemos lo que sea para defendernos del mundo – él camina los pasos que nos separan y me arrincona contra la pared -. Me gusta todo de ti, me encantas loca, cruel, despiadada, perversa, feliz, vengativa y cuestionable, me gusta todo de ti – me confiesa.
—De verdad ¿quieres esto? – murmuro aterrada y bajando la voz.
—Quiero hacerlo, Alexa.
—Estas completamente loco – digo negando con la cabeza y por primera vez le doy una gran sonrisa genuina.
—Estoy loco por ti, niña sucia. Siempre has sido y serás tú, soy capaz de todo por ti y por Alaia. Y no hay duda Alexa, eres también parte de mi familia – y tomándome de las mejillas, nuestras miradas se encuentran – por ustedes dos soy capaz de ir al informo, sin importarme salir lastimado.
—Me gustas – confieso – me aterra que puedas llegar a salir lastimado, quería protegerte, Matt y no salpicarte con esta mierda.
—Desde hace mucho tiempo todo esto me salpico.
—Lo sé – confieso rendida – si llegara a pasarte algo, no podría medir mis actos.
—No quiero que salgas lastimada – en eso estamos de acuerdo – pero no podemos cuidarnos por separado, debemos estar juntos, no les permitamos que nos separen, deja que alguien te proteja, no tienes que ser Alexa contra el mundo todo el tiempo – me pide, besándome en el cuello y sonrió, extrañaba sus besos – deja que tome tus miedos.
—¿No tienes miedo de arder? – lo cuestiono.
—Tengo muchos miedos, inseguridades y temores sobre esto. Pero no puedo permitir que esta mierda me aleje de ti. La verdad ya dije muchas mentiras e hicimos nuestra vida a acosta de ellas – me contesta y me río – estamos juntos en esta mierda, por favor no me hagas menos.
—¿Vas a decirme porque te fuiste? – pregunto confundida.
—Pronto – me promete besándome en los labios.
—No voy a insistir con el tema, ya me estoy poniendo pesada – digo fastidiada – sabes, no deberías ser el único que conquiste aquí, también voy a conquistarte.
—No con dineros o regalos caros – me pide y le doy una pequeña sonrisa – nada de eso, no quiero ninguna mierda material de tu parte.
—Mi primer regalo de conquista iba a ser un auto – le digo asintiendo con la cabeza, él se ríe de mí y niega con la cabeza – uno para tu colección.
—No más autos para mí – me pide riéndose.
—Tampoco con sexo – cuestiono – se me da muy bien.
—¿Te sientes cómoda? ¿fuiste a terapia?
—No creo en la terapia, eso es una mierda inventada, para que dejes tu dinero y secretos en un desconocido, desde Samantha, estoy muy segura de que hay muchos especialistas en la salud mental que no tienen idea de ética profesional igual que ella.
—Vas a tener que ir a terapia – me pide y me cruzo de brazos – por Alaia.
—La terapia es una mierda, ¿y si soy muy sincera? – lo cuestiono – ¿y si termino internada?
—Voy y te saco – dice poniendo sus manos sobre mis mejillas y besándome.
Poniendo sus manos sobre sus hombros me lanzo a sus brazos para que me cargue, Matt es un hombre grande, no le cuesta tomarme en sus brazos.
—Me siento un poco cruel con Liam, hace poco rompí mi compromiso y ahora me encuentro en brazos de otro hombre, ¿Qué nombre le ponemos a esta rara alianza?
—Oye y si nuestros amigos le pongan nombre – me pide – debemos hacer una fiesta con ellos para celebrar.
—Me encanta – digo riéndome – ahora vamos por Alaia, me da nervios que Gerald la moleste, matarlo frente a su nieta suena cruel.
—Lo sé, la terapia no puede curar esa clase de traumas – responde Matt y golpeo su pecho.
***
—Esta fiesta es deprimente – comenta Azul robando uno de mis bocadillos.
—Es asqueroso – dice Dalton observando como Clary se besa con Gerald, le ofrece más vino a Matt y él acepta – ¿estás seguro de que ese hombre es tu padre? – le pregunta y él con lastima asiento con la cabeza – que lastima.
—Clary ¿se encuentra llorando? – cuestiona Aisha y todos volteamos a verla de nuevo, todos hacemos una mueca de asco al ver la escena.
—Al parecer si – dice Brad con horror.
—Gerald, permanece abrazando a mi hija y la luce como un abuelo orgulloso – dice Matt horrorizado.
—Eso es realmente malo – informa Dean.
—Debiste dispararle en la tarde – digo y todos ellos me miran angustiados – es broma, no vamos a matar a nadie, no hoy, arruinaría mi decoración.
—Pobre niña, puedo darle terapia gratuita – dice Brad ignorando mi comentario.
—Te lo agradezco, Brad – le dice Matt poniendo la mano en su pecho con agradecimiento.
—Deberíamos hablar de mi cumpleaños – pide Dalton.
—Falta mucho tiempo para eso – le recuerda Dean a su primo.
—¿Tienes alguna temática? – pregunta Matt y Dean pone su cabeza sobre la mesa.
—Gracias, Matt, te agradecemos, ahora va a hablar de la puta fiesta del año – dice Dean fastidiado – todas las mañanas escucho el mismo tema.
—Te acoplas, te sigo escuchando llorar por tu ex infiel – le recuerda – Matt, Dean me tiene un poco de envidia, porque soy el más guapo de la familia, inteligente y exitoso.
—Alexa y tú, tienen un ego muy alto – dice Dean, Dalton come otro bocadillo, mirando a Matt sonriente le dice – estas invitado, debes llevarlo – me pide Dean.
—Claro que voy a llevarlo – le contesto, dándole la mano.
—Matt no es un cachorrito – nos recuerda Aisha – tiene voz propia.
—Gracias, Aisha por tu intervención, poco necesaria – le dice Dalton y ella le lanza una papa que Dalton atrapa con agilidad – Matt como te decía antes de que estas personas nos interrumpieran, la temática será tipo realeza, ya que puedo darme el privilegio de gastar millones en una fiesta, voy a hacerlo, la música será ruidosa, asquerosa y habrá mucha hierba – me observa – tengo una sección libre para exadictos.
—Gracias, estoy muy agradecida que pienses en mí – le digo sacándole el dedo.
—Entonces, ¿Matt vuelve a ser parte de la manada? – cuestiona Brad.
—Es parte de la manada – contesto orgullosa.
—¿Ya conoce el plan? – susurra Azul preocupada – ¿y lo aprueba?
—Conoce partes de él y está de acuerdo con él, que Matt será una pieza importante en esta mierda. Vamos a volver locos a todos estos cabrones – digo alzando mi copa de vino – empezando por la perra de mi madre.
***
Narrador desconocido.
La observo bailar a lo lejos, ella es un ángel, siempre ha sido un ángel ante mis ojos, la miro de arriba abajo el sudor baja por su frente, perdiéndose en sus mejillas, algunas gotas de sudor se escurren en su escote, ella baila como si el mundo fuera suyo, la pista de baile es suya, ella no tiene dueño, a ella nadie la puede detener, nadie puede decirle que hacer, ella es indomable, salvaje, diferente.
Igual como la recuerdo, sus caderas me provocan me seducen, hace que tenga recuerdos distorsionados bailando por toda la casa, sus brazos se alzan, aquellos dos hombres le siguen el paso, su boca se enreda con uno de ellos y fantaseo que soy yo, quien la besa esta noche, quien toca su cuerpo de manera tan impura y sucia, quien la desea, de ese modo nada inocente, camino hasta ella, quiero que las personas que bailan alocadas no dejan que pueda seguir deleitándome con sus movimientos.
Casi nunca siento esas sensaciones mundanas sobre mi hombría, casi nunca se levanta con aquella sensación y emoción como lo hace en este momento, mientras bailan ellas dos Aisha y Alexa. Ellas me provocan se mueven para mí, las observo deleitarme con sus movimientos, ellas ríen, ellas sonríen, ajenas que las observo a lo lejos.
Ellas son las reinas de la noche, bailan como si el mundo fuera suyo, saco mi manzana de mi maletín y le don un gran mordisco, quiero que ellas entren a mi juego retorcido, quiero jugar con ellas, quiero poseerlas de todas las maneras posibles y coleccionarlas de por vida.
Quiero sus sonrisas.
Quiero sus besos.
Quiero sus miradas amorosas.
Las quiero conmigo, ellas son mías.
Soy ambicioso y lograre que ellas vuelvan a mí, que ellas no vuelvan a alejarse jamás.
Comienzo a caminar, estoy tan distraído en ellas, quisiera tener la misma suerte que tiene esos hombres, de conmemorar sus sonrisas de por vida, empujo a estas personas sudadas, que protagonizan cada escena mundana, sucia, asquerosa y comprometidas, aquellas escenas me causan curiosidad, pensamientos impuros de los que he sido reprimido por años, el toque de estas personas me pone nervioso, alerta, mis deseos más oscuros salen a flote, me distraigo tanto viendo aquella escena, que cuando me choco con aquella persona no necesito verla, para descubrir que es ella.
Siento su olor en mis fosas nasales, su perfume de rosas, su jabón con olor a chocolate, exhalo hondo, guardando este momento para siempre, nuestra cercanía, sus bonitos ojos expresan confusión, alegría y euforia, tiemblo un poco, aquel bulto crece un poco más, espero no asustarla, no quiero que huya, bajo la mirada y observo por donde ha ido rodando mi manzana, me concentro en ella, en agarrarla con fuerza, tragamos saliva al mismo tiempo, ella se queda mirando mis ojos con curiosidad, creo que en su vida ha visto una persona con esta maldita enfermedad, odio mis ojos y lo que representa, un ojo gris como el de mi madre y el otro café como el de mi padre.
—¡Lo siento! – logro hablar, toco su cabello y ella no se queja, quiero inmortalizarla para siempre – ¡estoy algo distraído!
—¡Estamos en una fiesta! – grita – es normal que choquemos con todos los presentes, eres el primero de la noche que me pide perdón y es raro.
—Solo intento ser amable – le respondo y ella me da una gran sonrisa, que flaquea un poco, ella no llega hasta sus ojos, deje de verla sonreír, desde que esa cosa la destruyo por dentro, vi su proceso, observaba como su sonrisa se borraba, cada mes que pasaba dentro de ella, lamo mi labio inferior, con gusto me hubiera encargado de esa pequeña bestia.
—Eres demasiado bueno y atractivo – exclama con entusiasmo - ¿eres real? Lo pregunto por tus ojos, no quiero incomodarte.
—Lo soy, ¿quieres que te diga un secreto? – susurro cerca de su rostro y ella duda antes de asentir con su cabeza, sus ojos muestras curiosidad ante mis palabras – mi padre solía llamarme demonio, por mi físico, el atractivo es pecado, los pensamientos impuros son malignos – y matar es una abominación, recuerdo sus palabras.
—Deberías estar alagado, por tu físico, mierda, solo he visto esta clase de belleza pocas veces, las he imaginado y dibujado, leído en libros, casi nunca veo hombres como tú – susurra.
—Gracias, por demostrar tu interés en mí – la sujeto con fuerza, no quiero dejarla ir, no sé si la lastimo, ella se ríe a carcajadas. Recuerdo las reglas, ellas son claras y muy sencillas, algunas chicas no suelen cumplirlas.
No debes sonreírle a un desconocido.
Nunca debes aceptar una copa de un extraño.
No debes subir a una habitación oscura con él, si no conoces sus deseos ocultos.
Nunca te separas de tus amigas.
No debes gritar y mucho suplicar, porque aquellas cosas despiertan al ser enfermo que habita en mí.
Soy un puto enfermo, que piso la tierra para causar dolor.
Buenas, lo que hizo Dios que no lo separe el hombre.
Que tengan un hermoso jueves.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro