Capítulo 17: A, D, K. un orden disperso.
Capítulo 17: A, D, K. un orden disperso.
Muevo mis hombros al son de la canción rápida que suena en los altavoces del bar, creo que es Jason Deluro o algún cantante de Rap, estoy muy ebria, drogada para poder distinguir la letra de las canciones en estos momentos, ni siquiera recuerdo como llegue a este lugar en un principio, no tengo idea o noción de nada en estos momentos, aunque quisiera darme la vuelta y volver a casa no tengo la valentía suficiente para volver a ese lugar.
Como es normal cuando ingiero licor o me drogo me cuesta conectar mis palabras o equilibrar mis pasos, algunos chicos bailar, me gusta la canción y el ritmo, desearía bailar, pero estoy tan ebria que no puedo ni siquiera levantarme de la silla otra vez voy a darme contra el piso, quisiera dormir, pero si lo hago los monstruos van a llevarme con ellos a ese lugar oscuro, los monstruos me persiguen y quieren llevarme con ellos y yo no quiero volver con ellos.
Hoy no es un buen día para morir.
Una mano fría se posa sobre mi hombro derecho, su tacto y la alerta que transmite todo mi cuerpo me nubla los pensamientos, aquel hombre deja un vaso de whisky y una bolsita trasparente con una pastilla en forma de panda, trago saliva y cuando intento ponerme de pie, él me lo impide, él camina hasta la silla libre frente a mí y dándome una pequeña sonrisa bebe el contenido del vaso, ignorándolo, bajo la mirada hacia la pastilla.
—¿La quieres? – me pregunta con suficiencia, como si él fuera mejor que yo – tómala.
—No le recibo nada a los extraños – respondo con despotismo.
—Pero tienes sexo con ellos detrás de contenedores de basura, que es prácticamente lo mismo – me dice con asco y despotismo.
Sus palabras hacen que me sienta un poco mal, como si fuera basura, alzo la mirada y enfrento a aquel hombre. Es un hombre guapo, elegante y que llama la atención en el bar de mala muerte donde me encuentro, sus ojos de color gris no transmiten ningún sentimiento o emoción, él inspecciona el lugar y luego a mí, el sonido del cristal golpeando contra la mesa, hace que hable.
—Ni siquiera me conoces, como para sacar aquella conclusión sobre mí.
—Te conozco demasiado bien, Odette Lee – dice él riéndose de mí - ¿Cómo una puta adicta obtuvo tanto poder? ¿Cómo una puta adicta es la única que puede ayudar a mi familia?
—¿Quién eres? – pregunto.
—Puedes llamarme ángel de la guardia – dice con ironía.
—No luces como un ángel y tampoco creo en los ángeles o entidades divinas.
—Puedo ser uno si así lo desearas.
—¿Cuál es tu nombre?
—Orazio Falcone y he venido a tu rescate, principessa
Matt.
6 de mayo de 2017
Alaia y Alexa se encuentran juntas en mi apartamento desde la mañana que me fui a cumplir con unos compromisos, la llegada de Emily y Alaia fue sorpresiva para todos. Emily había traído a Alaia esta mañana con la excusa de que su madre estaba enferma, lo que es mentira porque su mamá me llamo hace unas horas queriendo hablar con Alaia, me negó que ella estuviera enferma y eso es raro, según las palabras de Emily "Ella no dice mentiras"
La llegada de Alaia fue una locura, llena de sorpresas, gritos de alegría, cuando Alaia vio a Alexa sentada en el sofá de mi sala trabajando en su laptop y hablando con su socio por teléfono, a mi hija se le iluminaron los ojos y con un grito de alegría se lanzó a sus brazos llorando le decía que no había podido traerle ningún regalo, mientras la abrazaba, Alexa a pesar de paralizarse del miedo le devolvió el abrazo a Alaia dejándome tranquilo.
Alaia es mi ángel y no sé cómo agradecerle a mi hija por lograr que Alexa se quedara con nosotros. Alexa tenía que volver a New York hoy, pero Alaia y yo lo vimos imposible, Alaia pedía más tiempo y yo no hacía nada por detener su llanto o demandas hacia Alexa después de todo ese drama, Alexa acepto y escuché un puto coro de ángeles en ese instante y Alaia y yo celebramos con un baile y a escondidas le di una bolsa de gomitas.
A pesar de que Alexa no sea una persona pacífica y que no le gustan los niños, ella y Alaia se llevan muy bien. Mi hija había decidido que la llamaría Ale conocida de papi, como eso es muy largo para ella, decidió llamarla Ale, como si ella fuera su mejor amiga. Cuando abro la puerta de mi apartamento con la llave electrónica son casi las siete de la noche, el olor de galletas inunda toda la instancia, la vocecita de Alaia y de Alexa provenientes de la cocina se lleva toda mi atención, ellas tienen una conversación sería tan seria como puedas hablar con una niña de tres años, recuesto mi hombro en el muro que separa la cocina del recibidor y las observo con atención en completo silencio, ninguna de ellas se percata de mi presencia y las miro con atención hacer galletas.
Trago saliva y siento mi cuerpo temblar, Alexa va a malacostumbrarnos a su comida, presencia y sonrisas, Alexa le sonríe a Alaia, Alaia pone sus manos sobre su mejilla le da un pequeño beso en la nariz, atrayendo su atención, me imagino a Alexa parpadeando constantemente por las muestras de cariños de Alaia.
—Tus ojos Ale – dice asombrada Alaia – cambian de colores – dice llevando la mano a la boca asombrada, sonrió con ternura al escucharla – son hermosos – dice alargando las palabras, Alexa le hace cosquillas y Alaia se retuerce en sus brazos mientras se ríe.
—Tus ojos también son muy bonitos, Alaia, son del mismo verde que los de Matt – le dice con una gran sonrisa y quiero guardar cada una de sus sonrisas en mi memoria, Alaia pone un mechón de cabello de Alexa detrás de su oreja – ahora ponle esencia de vainilla a la mezcla para las galletas – Alaia hace lo que Alexa le pide y de manera atrevida le tomo una foto a ambas. Mi celular suena y por fin Alaia y Alexa me prestan atención, Alaia grita cuando me ve, ella corre hasta donde estoy y poniéndome a su altura dejo que me abrace, ella no viene con las manos vacías, trae con ella una galleta de chocolate.
—¡Papi! Ale, llego papi, ya no tenemos que extrañarlo – le grita ella, mientras me señala la galleta, se la recibo.
—¿Entonces me extrañaron? – le pregunto besando su frente y dirigiendo mi mirada a Alexa que me mira en silencio.
—Ale, respiraba hondo y decía que te extrañaba mucho, sonaba necesitada – dice Alaia imitándola.
—Los niños son tan chismosos – murmura ella, concentrada en la masa para galletas, Alaia jadea y con una sonrisita picara mira a Alexa.
—Ale – susurra en mi oído – están chistosa – murmura ella - ¿nos podemos quedar con ella? – me pide con una voz adorable, como si Alexa fuera un perrito sin familia, bueno, aunque suene cruel es así.
—Eso es lo que más quiero, debes ayudarme a convencerla que se quede con nosotros – le susurro y para sellar nuestro trato, me como la galleta.
—Trato.
—Están realmente buenas – digo con deleite – dios, eres una excelente cocinera – la alabo – bueno todo en ti está bien.
—Me alegro de que te gusten – dice Alexa orgullosa –, casi nunca hago galletas o postres, pero tu hija a demandado todo el día mi atención, casi ni me dejo trabajar – me comenta, comiendo una de sus galletas, asiento con la cabeza mientras mastico la deliciosa galleta.
—¿Este es tu modo de conquistarme? – le pregunto a Alexa mientras cargo a Alaia, juntos volvemos a la cocina – porque no debes hacer nada, ya me tienes completamente a tus pies. Arrastrándome por ti, siendo un loco y rogón – le digo, abrazándola, besando la comisura de su labio – también te extrañe – digo besando su mejilla.
—Deja de ser tan payaso – me pide sonriendo – Alaia, tu padre es muy gracioso.
—No tiene cara de payaso – dice Alaia.
—¿Pero soy gracioso? – le pregunto.
Alaia duda en contestar, para evitar dar una respuesta recuesta su cabeza en mi hombro.
—¿Cómo estás? ¿Qué hicieron hoy? – le pregunto a Alaia besando su frente.
—Bien – dice alargando las palabras – Ale, me llevo al parque y comimos mucho, casi reventamos – me dice como si me contara un día con alguna amiga – Ale, se acariciaba mucho su estómago, a mí me dolía – se queda pensando en la siguiente palabra – pero Ale, llamo a mami y ella soluciono el dolor, Ale, también me llevo de compras.
—Tu hija es exigente – se queja Alexa, haciendo sus galletas – ya me estoy acostumbrado al Ale, el conocida me tenía de nervios.
Se remueve para que la ponga en el suelo, me enseña todos los regalos de Alexa hacia ella, le compro unos patines, vestidos, camisetas, zapatos, juguetes y lo que para Alaia es su mayor posesión es un iPad. Alaia sonríe orgulloso, porque ella en diciembre hizo una protesta por tener una, hoy sonríe como si se hubiera ganado la batalla, Alexa se ríe, tal vez Alaia a su manera le explico su obsesión por un iPad, trato de quitarle la caja con el aparato adentro, ella niega con la cabeza, vuelve a ponerla en su lugar y me enseña los aretes de oro que lleva puesto.
—También me los dio, Ale – dice con orgullo y hago una mueca.
—Alaia me comento que la hija de tu vecina tiene una y no le gusta compartir, eso está mal. Por eso se la compre.
—Eso – la secunda Alaia.
—Por eso le compre la suya, para que ninguna niña la haga menos, también pueda estudiar y ver sus programas favoritos – dice ella y Alaia me la enseña con orgullo a una distancia prudente – no la hemos abierto, porque queríamos esperar tu reacción y opinión sobre las pantallas en su vida.
Me acerco a ella y para que Alaia no escuche le digo.
—Por favor, cuando vas a darle este tipo de regalos, consulta conmigo, su madre y yo quedamos que nada de pantallas hasta que tuviera cinco años, ya es bastante malo que Alaia no nos de su atención la mayor parte del tiempo – le pido y ella asiente con la cabeza – Tampoco conviertas a mi hija en un monstruo materialista, Alexa.
—Solo queríamos hacer planes de chicas – me dice confundida – eso hace que convierta a tu hija en un ser materialista.
—El parque, ir a comer y hacer galletas son buenos planes con una niña, comprarle objetos materiales, es ambicioso y materialista
—No quiero discutir eso, solo quiero ser amable con ella, ser su amiga.
—Ya eres su amiga.
Y sus palabras me confunden un poco, ¿Cuántas veces Alexa Wood tuvo que comprar el amor de los demás con regalos?
—También te compre unas camisetas, un reloj y una cadena de oro – me dice y hago una mueca – no los rechaces es mi modo por agradecerte, por dejarme ser parte de tu vida y la de tu hija, eres un buen amigo.
—Que sea la última vez que me llamas amigo – le advierto y ella sonríe con malicia –. Porque lo que deseo hacerte, ninguno de tus amigos quiere hacértelo contigo, otra cosa, Alexa.
—Ni te imaginas las cosas que quisieron hacerme mis amigos – me responde y ruedo los ojos.
—Mejor creemos recuerdos, no tienes que comprar nuestro cariño con regalos caros, de todos modos, Alaia y yo estamos obsesionados contigo y ya nos tienes arrastrándonos por tu cariño.
—Eres un payaso – dice lanzándome harina en la cara, tomo uno de los huevos y lo reviento sobre su cabello, Alexa jadea sorprendida mientras me lanza harina a la cara, Alaia no tarda de llegar a nuestro lado riéndose.
—¡Ale yo quiero! – le suplica lloriqueando – por favor – Alexa le entrega un puñado de harina a Alaia, levanto a Alaia para que tire harina en la cara de Alexa, ella se ríe a carcajadas – otra vez – pide y toma otro poco y esta vez me la tira encima, Alexa me deja jugando con Alaia lanzándome harina, Alexa sigue haciendo sus galletas, cuando Alaia no me ve, le doy una palmada en el trasero a Alexa. Ella entrecierra sus ojos hacia mí y me lanza un huevo que esquivo y este se estrella contra la pared, la abrazo, le doy un corto beso en los labios.
—Deja las galletas en el horno y ven a jugar con nosotros.
—No quiero que se quemen.
—¡Ale! – la llama Alaia – ven.
Y es así como consigo que Alexa juegue con nosotros.
***
Alexa y Alaia están completamente dormidas en una extraña posición, donde mi hija acapara toda la atención de Alexa, me acerco a Alaia y le digo.
—Por favor, hija. Se comprensible con tu padre y déjame tiempo con ella.
—Sigo despierta – susurra Alexa – lárgate y déjanos dormir, por dios, eres un arrastrado.
—Por ti, soy capaz de poner mi fortuna a tu nombre.
—Tentador, pero Alaia me cae muy bien, como para dejarla en la calle.
Voy a responder, pero mi mamá se encuentra llamando, para no despertar a Alaia contesto y me voy a la sala hablar por celular.
—Tu hermana tiene novio – dice mamá.
—¿Maya, tiene novio? – pregunto, luego de que mi madre me contara la intimidad de mi hermana - ¿Por qué debemos preocuparnos por eso? – le pregunto curioso.
—No es preocupación – me responde – es que creo que miente y debe estar inventándose a ese novio suyo, también me comento que te vieron últimamente con una mujer, Alaia dice que es Ale la conocida de papi, que también le enseña a patinar.
—De verdad que Alaia es demasiado chismosa.
—No me dio muchos detalles, se encogió de hombros y se fue a jugar, no he podido ver su rostro en ninguna de las fotos, hay rumores, teorías de quien se trata. Aseguran que puede ser una de tus coestrellas – me dice ella – ¿tienes algo que decirle a mamá?
—Siempre tan interesada en mi vida personal, mamá – le digo y ella bufa.
—Desde Alexa, no te he visto tan relajado.
—Mamá.
—Hice mis comparaciones ese cabello castaño oscuro y esos labios en forma de corazón, en una de las fotos alcance a ver la forma de sus labios, solo los he visto en una persona, también pocas mujeres llevan el reloj de mi padre. No necesitaba ver su rostro para saber que era Alexa Wood, ella está de vuelta, ¿Gerald lo sabe? – pregunta aterrada – lo que menos quiero es que tengas problemas con él de nuevo y más por esa chica.
El interés de Gerald por Alexa es realmente extraño.
—A él nunca le importe – le respondo – tampoco me importa sus opiniones.
—Me entere que va a casarse con Clary.
—Algo leí por allí, nunca pensé que dejara a la mexicana.
—No creo que esa mujer se aleje tan fácil de él – dice ella – al menos ya no nos molesta a nosotros.
—Lo bueno es que a ti se te fue la obsesión por él.
—No es fácil decirte que sí, hijo, ¿odias a tu padre?
—Solo quiero que se muera y no tener que vivir con su fantasma, hablando del tema inicial, porque crees que Maya se inventó un novio falso.
—Maya piensa que Gerald algún día va a cambiar y los va a aceptar – me comenta y cierro los ojos molesto, ¿hasta cuándo Gerald será una piedra en nuestro camino? – él estuvo en la casa y le pregunto por su pareja y ella le lanzo aquella información, al principio no le creía, pero mi hija sonaba muy convencida de que tenía un novio, espero que esos libros que se pasa leyendo no hayan afectado su realidad.
—¿Por qué Gerald estaba en la casa? – le pregunto enojado.
—Maya lo invito, alegando que es su padre y quería pasar tiempo con él, es su única hija mujer.
—No es un buen hombre – le recuerdo – ¿o se les olvida toda la mierda que me hizo pasar? ¿Qué ustedes me hicieron pasar? O ahora simplemente fingimos que nada paso.
—Matt las cosas no son así hijo, lo que menos quiero es que Gerald vuelva a lastimarnos.
—Mamá siempre te ha importado más Gerald que cualquier otra persona en el mundo, para ti él siempre ha sido tu prioridad. Hablare con mi hermana, porque me interesa advertirle sobre Gerald y ya es decisión suya si sigue a su lado luego de que se entere de las atrocidades que su padre ha hecho.
—Deberías invitar a Alexa a cenar con nosotros – dice con vergüenza – esa chica necesita de un poco de amor familiar.
—Claro de la enfermera que cambiaba los reportes médicos cada vez que la llevaban a urgencias – le respondo con ira – mamá, Alexa, te odia.
—Me preocupo por ella, para mí es muy importante he llorado viendo sus fotos ya no luce tan delgada, infeliz y molesta ahora ella se ve feliz y relajada – dice y respiro hondo para no tener que insultarla –llame a Helen y me conto que fue a la universidad, que ya no es la misma niña insegura, que ahora es una mujer exitosa y heredo esa fortuna maldita, recuerdo que cuando vi a Alexa sabía que ella era una leona que nadie puede detener.
—¿Terminaste con tu discurso de mierda? Eres mi madre y te perdoné y te comprendí, pero Alexa no es nada tuyo, ella no va a aceptar verte o estar en el mismo lugar que tú. Es muy hipócrita de tu parte ahora estar arrepentida.
—Matt, no permitas que se case con ese hombre.
—Claro, mamá, voy a retener a Alexa, la chica que lucha como una fiera enjaulada – le digo con ironía.
—Gerald nos dijo que Alexa iba a casarse y Maya se emocionó mucho, fue bastante odiosa contigo y con Alexa. Parece que tu hermana no sabe apreciar la belleza natural.
La relación con mis hermanos no es de hermandad solo es de cordialidad y de sacarme dinero cada vez que pueden, mi familia es muy extraña, porque Tony y Chase me han demostrado ser mi familia más que los hermanos por los que sacrificaba mi vida con tal de que ellos tuvieran la falsa sensación de tener un padre.
—Maya odia todo lo que me haga feliz, mamá – le recuerdo y ella bufa – desprecia a las mujeres delgadas con la que vives comparándola – le reprocho –, no te atrevas a compararla con Alexa que desde niña Clary la lleno de ideas sobre la belleza ideal y le dijo que si era gorda nadie iba amarla.
—Clary es una perra – murmura mamá – alguien tuvo que quitarle la custodia de esa dulce niña, antes de que la destruyeran como lo hicieron.
¿En serio ella esta diciendo eso?
—Conoces a Clary de toda la vida ¿Por qué ella se comportó de ese modo con Alexa? – le pregunto – dime.
—Eso no me corresponde hablar a mí. Esa es la historia de Clary y es solo a ella la que le corresponde narrarla, solo puedo decirte que Clary no tuvo una vida fácil, sus padres la presionaban demasiado, le enseñaron a ser perfecta, buena y sumisa, que debía conseguir un marido rico para que cumpliera sus caprichos. Tal vez ella lleno de miedos e inseguridades a Alexa, por el mismo temor que representa a Alexa para ella.
—¿Temor? – la cuestiono y ella debe estar rascando su cabeza.
—Hijo, por favor. No hagas más preguntas te lo pido – me ruega ella.
—¿Por qué siempre que hablamos de esa familia te tiembla la voz? – le digo y ella bufa.
—Porque no me gusta hablar de mi pasado, no me siento orgullosa, tampoco tengo mucha autoridad moral para juzgar a Clary, soy igual a ella. Sin quererlo a veces los lastimo a ustedes. Solo puedo decirte que lo poco que entiendo de Clary es que la belleza es lo más importante para ella, ser gorda es ser una abominación, la diseñaron para conseguir un marido rico, ser bonita, sonriente, delgada, sumisa y ciega. Sobre todo, ciega.
—Todos ustedes son muy extraños, ustedes no piensan que tarde o temprano todos sus secretos van a salir a la luz y simplemente explotar en la cara de sus hijos... Perdón ya lo hizo.
—Solo intento protegerte, Matt.
—¿Y quién protegió a Alexa? – la reprocho.
—Si pudiera devolver al tiempo cambiaria cada una de mis acciones, Matt.
—Pero nadie puede hacer eso y una inocente pago, por sus mentiras y engaños.
***
8 de mayo de 2017.
Matt, los Lee, Coleman, Keys, los mantiene unidos algo.
¿Qué crees que sea?
La próxima pregunta que debes hacer a tu madre es.
¿Cuántos secreto oculto siendo enfermera?
—Entonces Ale – escucho la voz de Alaia y guardo la nota en mi bolsillo, Alaia viene junto con su mochila, ella va a salir con Laslo y Candy a una expedición. Mientras Alexa y yo tenemos una cita en la playa – por eso no me gustan los gatos – le dice y observo a Alexa con el ceño fruncido hacia las palabras de Alaia – chao, papi – me dice y Candy toca la puerta, antes de que ella entre, Alaia se le lanza encima y la arrastra por el pasillo.
—Bueno, ahora vámonos nosotros.
—Vamos – dice ella con resignación.
Sin Alaia por aquí no hay una barrera o excusas para marcar distancias.
***
Estábamos frente a la casa de playa de Laslo, Alexa usaba un bikini negro y estaba sentada en la arena mirando el atardecer, dándole su espacio, dejándola sola mientras habla por celular con Liam, la detallo y sin que se dé cuenta le tomo una fotografía al final estos serán los únicos recuerdos que me queden de ella, para cuando Alexa decida huir. Las palabras sobran para describir a Alexa y su belleza ella luce fantástica tanto que me tiene suspirando como el buen arrastrado que soy. La mañana fue relajada para nosotros, pequeños besos, la tarde también solo que Liam se acordó de que Alexa es su prometida y decidió llamarla constantemente arruinando nuestro momento.
—Dios, en serio, permite que esta vez sea para siempre – digo mirando al cielo – no soportaría quedarme sin ella otra vez y no poder darle esto – digo mirando el anillo de compromiso que compre hace siete años – ¿será muy loco dárselo ahora? – pregunto mirando al cielo.
—¿Qué parte de que la bigamia es delito no te queda clara? – me cuestiona Alexa con burla sentándose a mi lado – ¿Cuándo compraste eso? – pregunta confundida – luce viejo, barato y ordinario.
—Tampoco es muy caro, te lo compre hace siete años, cuando éramos novios, iba a proponerte matrimonio y decirte que nos casáramos cuando terminaras la universidad.
Ella se queda en completo silencio, no alzo la mirada me siento demasiado avergonzado para enfrentarme a su mirada, Alexa pone sus dedos sobre mi barbilla y alza mi cabeza, mis ojos verdes se quedan clavados en sus ojos llenos de confusión.
—Descartare que me odiabas y por eso me abandonaste, ya que estabas muy loco para querer casarte conmigo – murmura sonriente.
—¿Qué hubieras respondido?
—Sí. No lo hubiera pensado, simplemente hubiera dicho: Matt Keys, acepto ser tu esposa y en unos años me compras una sortija con un diamante más grande.
—Ahora puedo darte uno grande – digo subiendo mis cejas y ella se ríe – ¿Qué respondería la Alexa de ahora?
—Vete a la mierda, Keys, la bigamia es un delito – me contesta y la atraigo a mi cuerpo, haciendo que se siente en mis piernas.
—Quédate – murmuro.
—Tengo que volver a mi realidad y no puedes retenerme contra mi voluntad, eso es un delito.
—Últimamente hablas mucho de leyes, delitos y crímenes – digo con ironía –. No quiero dejarte ir, quiero ser egoísta y tenerte solo para mí.
—Hay muchas razones por la que tus palabras están mal.
—¿Y eso nos importa? ser un poco egoístas y posesivos no nos hace daño. Tengo un regalo para ti.
—Que no sea un anillo de compromiso, por favor – me pide ella y me río, saco la segunda caja donde le enseño una cadena de oro con un dije en forma de patín y una M al lado, el patín tiene pequeños diamantes en lo que debe ser la cuchilla.
—Para que me lleves contigo, siempre – digo besando su cuello, mirando el viejo reloj de mi abuelo que le devolví – pronto voy a darte uno mejor.
—Es hermosa – murmura – no necesitas llenarme de regalos para que te lleve aquí – señala su cabeza – siempre pienso en ti.
—Entonces no te cases.
—No empieces – me pide con humor – mejor veamos el atardecer.
Y eso hacemos sentarnos en silencio, con miles de preguntas que no nos atrevemos a formular.
***
9 de mayo de 2017
Hoy me despedí de mis personas favoritas, no sé cómo no llore cuando Alaia me suplicara que viajara con ella y Alexa, le tuvimos que explicar otra vez que no podía ir con ella, pero que me podía llamar cuando llegara a casa, después del drama de despedirme de Alaia me tuve que despedir de Alexa, la cual tenía los ojos cristalinos y en modo de broma me decía que volvería, que ella no abandonaba a sus amigos luego de su comentario los tres nos dimos un abrazo y las vi partir desde el momento que se fueron sentí un vacío volvía a estar solo.
Trago salivo y mientras estoy sentado en mi oficina pienso ya me había acostumbrado a sus risas, conversaciones, sonrisas, bailar a escondidas junto con Alexa, besarla, su presencia se había vuelto parte de mi vida. Quería ser ambicioso y retenerla más tiempo conmigo, aunque eso era imposible, todos estos días su familia, Liam, Belén estaban necesitando de ella, era hora que ella volviera a su realidad a su mundo, lleno de vicios, mentiras, engaños, amigos verdaderos y otros falsos. Su vida por ahora se encuentra en New York. Lo más doloroso de esto es que Alexa y yo no arreglamos nada entre nosotros.
En estos momento no sé si puedo decir que somos amigos, conocidos, amantes o solo dos locos intentando no caer por el otro y sé que puedo llamarla cada vez que quiera, que puedo escribirle cuando la necesite, solo que no quiero hostigar a Alexa, ella todavía tiene sus recelos en mi contra, por mis mentiras y engaños.
Alexa tiene razón no puedo ir por el mundo pidiendo sinceridad, cuando yo no soy sincero con ella. Soy un idiota, no entiendo porque tengo tanto miedo, ¿Por qué no simplemente hablo? Que caigan los que tengan que caer, que ardan los culpables, porque me cuesta tanto hablar con Alexa y contarle mis razones, decirle los detalles. Y quisiera ser fuerte y valiente como aparento ser cuando pienso en el tema.
¿Por qué no soy como Alexa? que a pesar del miedo se atreve a darle la cara a sus miedos, ella conoce de la vida y se ha enfrentado a la muerte, conoce sobre el sufrimiento, el abandono y el rechazo. Y a usado cada uno de esos sentimientos para ser grandiosa. Y aunque aprendí de Gerald a no ser un cobarde, cuando se trata de esto siempre le doy vueltas y huyo.
No voy a ir predicando que soy un santo y que he hecho todo bien en mi vida, antes solía tener muchos problemas, por incluirme en los negocios de Jace, investigaba a personas, le ayudaba a planear sus robos o estafas, no soy un santo, solo que con el tiempo aprendí que con la fama vienen grandes responsabilidades, tu vida privada por siempre no estará en el anonimato y entre más intentes esconder la oscuridad de tu alma, tus vicios y engaños siempre estarán tocándote la puerta. Ya que ese hilo delgado puede romperse con la mínima interacción. Como hoy, porque es la tercera nota que recibo y no es coincidencia.
Recuesto mi espalda sobre la silla de mi oficina, vuelvo a leer la nota.
Pienso no creo que el mundo este llena de personas buenas o perfectas, Gerald, mi madre, Clary y todos los que están en mi pasado me enseñaron que todos estamos podridos por dentro, que nuestra alma es sucia e imperfecta. Y pienso en la noche del ataque de Alexa, esa noche hubo muchos culpables, algunas víctimas y pocos inocentes, demasiadas mentiras con tal de protegerse, aunque queremos ignorar la realidad, no podemos olvidar: hay secretos que es mejor nunca confesarlos, pero hay otros que a pesar de que lastimen y duelen deben ser dichos al mundo, releo el mensaje de la nota, otra vez.
¿Me recuerdas?
Te daré una pista mi nombre comienza con una D de dolor.
Seguido por una A de abandono.
Lleva una R de redención.
Una K de karma.
Varias letras que lograron un significado disperso.
No preguntes quién soy.
Porque no voy a darte un respuesta.
Tampoco me sigas.
No respondas ahora.
¿Cuántos locos conviven en una casa?
¿Cuántos locos pueden estar en una casa? ¿Hasta dónde puedes sostener una mentira? La caligrafía y la estética de esta nota es muy diferente a la que me entregaron ayer, esta no tiene dibujos, tampoco está escrita en tinta roja, tampoco llego junto con una rosa blanca, esta venia junto con una foto de mi madre, Gerald, Richard, Clary, Andrew y una Alexa recién nacida. Lo más raro es que detrás de ellos hay una mujer castaña hablando con otro hombre a lo lejos no alcanzo a ver sus rostros porque se encuentran de espalda. Respiro hondo, Alexa y yo entramos a un laberinto sin saberlo, donde otros han manejado los hilos de nuestra vida a su antojo. Y no me sorprende que ellos nos digan mentiras, todos saben que ellos fueron los mejores maestros en el arte de engañar
Por eso después de años le escribo a mi hermano, no a Chad, Chase o Tony, sino a Jace.
—Quiero reunirme contigo y con Gerald, entre más pronto mejor, no te escondas, no soy tonto, sé que te encuentras en Los Ángeles, te he visto merodeando mi edificio. Da la cara y habla conmigo.
—¿Quién te dio mi número? – pregunta aterrado.
—Todavía dudas de lo que soy capaz y eso está muy mal, hermanito. Te espero pronto.
—Te confirmare el lugar y la hora por este número.
—No, el lugar y la hora lo pongo yo, ya no estamos en el mismo rango de poder, dile a tu padre que no falte.
Hola gente, les presento mi capítulo favorito, luego de la muerte de Corina.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro