Capítulo 6.
-Así que esta es su casa... -dice Villa al tiempo que inspecciona todos los rincones del salón.
Como mi madre no está, he decidido dejarlos subir. Lo primero que han hecho ha sido sentarse en el sofá y ponerse a mirar su móvil.
-Sí. ¿Os gusta? -les pregunto.
Ninguno de ellos me contesta, ya que están enganchados a sus teléfonos.
-Dice Pedro que no hay problema con que venga al ensayo -dice Villa.
-Perfecto. En ese caso, vamos.
-Un momento... ¿quién es Pedro? -pregunto.
-Es nuestro productor -explica Alejo.
-¿No sabía que iba a ir?
-No -responde Simón.
-Pero... -intento quejarme.
-Nunca pone pegas, a fin de cuentas siempre deja pasar a Marto -Isaza señala al menor de ellos.
-¿Estáis seguros de que no os voy a molestar? -pregunto no del todo convencida.
-Claro que no. Venga, que vamos tarde -Isaza me agarra del brazo, se pone su sombrero y tira de mí hacia la salida-. ¡Perros, dense prisa!
Tras el grito de Isaza los otros tres se levantan del sofá, guardan sus móviles y nos siguen hasta la puerta.
El estudio donde van a ensayar es grande.
Mejor dicho enorme.
Ahora nos encontramos Martín y yo tras una cristalera, en cuyo interior está la sala donde van a tocar los otros.
-¿Y tú no formas parte de la banda? -le pregunto.
-No, lo único que sé tocar es la batería, y para eso ya está Alejo -responde.
-¿Y te gustaría?
-Mucho. Me parece una locura poder componer esas canciones.
Asiento mientras observo a los otros cuatro afinar sus instrumentos. Isaza va a tocar una guitarra, Simón un bajo y Villa un instrumento muy raro.
-¿Estás mirando el banjo de Villa? -pregunta Martín.
-El... ¿qué?
-Es como una mezcla entre guitarra y ukelele. Ahora lo verás cuando comiencen a tocar.
Apenas ha acabado esa frase cuando el estudio al completo se queda en silencio.
Observo la cara concentrada de Isaza mientras pronuncia las palabras que forman la letra de la canción.
No me digo mentiras -es increíble el control que Villa tiene del banjo. Hace diez minutos ni siquiera sabía lo que era, pero ya se ha convertido en mi instrumento favorito.
Sé que no es cuestión de suerte
Yo contaré las cartas -veo que Simón se mueve de forma extraña. Siente cada nota en su interior, es la viva imagen de sentir la música.
Tú verás las mías
La mesa está fría -Alejo toca la batería con los ojos cerrados. ¿Puede explicarme alguien cómo lo hace?
Entiende que sólo quiero una noche perdida
Mañana te dejo, otra vez
En los dos segundos que separan la estrofa del estribillo Simón se gira hacia mí y me guiña un ojo. Mi cara pasa en segundos a la tonalidad "tomate de temporada".
¿Por qué seguimos jugando a los dados?
Sabiendo que esto está cargado a tu lado
¿Por qué seguimos jugando a las cartas?
Sabiendo que tienes un as bajo la manga
Y, ¿por qué vinimos bailando este tango?
Si me caigo del piso, sin poder acabarlo
Eres mi nuevo vicio
-¿Qué tal? -dice Isaza una vez la música ha parado.
-¿Váis a sacar un disco o algo? -les pregunto.
Los cuatro intercambian una mirada divertida.
-¿He dicho algo gracioso? -le pregunto a Martín.
-¿Sabe cuánto se tarda en sacar un disco? -niego con la cabeza-. Son muchos meses de trabajo. Lo que van a hacer es sacar LP.
-¿El qué?
-Canciones sueltas -traduce.
-¿Eso es bueno?
-Mucho -responde Villa.
Ya han salido de la cabina de grabación y han llegado hasta nosotros. Martín los felicita por el gran trabajo que han realizado y yo, por mi parte, me quedo observándolos.
-¿Ocurre algo? -pregunta Isaza.
-¿Y toda esa música la habéis hecho vosotros?
-¿Tan mala es? -responde con otra pregunta Simón.
-En absoluto. Es... me ha gustado mucho -admito.
Con una sonrisa, bajamos todos hasta la calle, donde nuestros caminos se van a separar.
Mira que eres dramática cuando te lo propones.
-Hasta mañana -se despide Alejo.
-Mañana es lunes, tengo que ir a la uni. No podré quedar con vosotros -les explico.
-Te veré ahí -continúa-. Yo también voy a arquitectura.
¿En qué momento les has contado eso?
Ni idea.
N.A.
Hola de nuevo. ¿Os gustarían varios capítulos al día? Por vosotrxs puedo hacer el sacrificio ;)
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