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Parte 1.-

Capítulo dedicado a: PicSunset, yoss_uwu, VannesaP97, AlisJeonKim y be1321 porque atinaron a decir de quién será la perspectiva de esta parte. ;)

Decir que Jungkook está molesto es quedarse corto. 

Todos, absolutamente todos, a su alrededor lo notan en seguida cuando Jungkook entra en una habitación con sus adorables gestos contraídos en una mueca de molestia, lo saben por la forma seca en la que contesta a preguntas amigables y lo reafirman cuando ven la nada disimulada mirada que Jungkook le da a su teléfono celular cada diez minutos, como sí en la próxima vez que lo viese, encontrase tan sólo un mensaje o una llamada de quien lo ha hecho molestar de esa forma. 

Entre sus amigos más cercanos apuestan sí espera por una disculpa seca, una larga explicación o las dos juntas. La mayoría de las apuestas estaban en la tercera de las opciones, aunque todavía había algunos que se inclinaban por alguna de las otras dos. Lo único concreto: sus apuestas estaban llegando al millón de wons y seguían subiendo. 

Ninguno de ellos, por el contrario, duda sobre quién es esa persona de la que Jungkook espera tener noticias en cualquier momento. 

No es, sin duda alguna, su madre y su insistencia en que Jungkook está cometiendo un error al apresurar un matrimonio simbólico. La agradable, pero temperamental señora Jeon había dejado muy claro desde el principio que no estaba de acuerdo con las elecciones de su hijo y que, por ende, no participaría del evento que Jungkook llevaba meses planeando meticulosamente como su boda de ensueño.

Tampoco lo es su socio en la pequeña compañía de fotografía de eventos que Jungkook tiene desde hace dos años, poco después de graduarse de la universidad. Para nadie era un secreto que su socio -aun cuando es un buen amigo- le causa serios dolores de cabeza varias veces al mes, principalmente cuando discuten por algún concepto creativo o de qué color comprar las cortinas de fondo para una próxima sesión. 

Ni siquiera se trata de su novio y futuro esposo, Kim Namjoon. Todos los amigos de la pareja sabían el poco interés y el nulo tiempo que Namjoon había dedicado al evento, siempre sacando excusas para no acompañar a su novio a los lugares o citas relacionadas. Cualquiera en la posición de Jungkook se habría desanimado, se habría hecho preguntas, pero no Jungkook, jamás Jungkook. 

Nunca ha necesitado de Namjoon para tomar decisiones; no había necesitado que se involucrase en la planeación porque sabía, sabe muy bien, que la mente de su novio está dedicada a grandes cosas y que Namjoon será feliz mientras él lo esté. Es su boda soñada y Namjoon le dio la libertad de planearla como él desease, hasta el más mínimo de los detalles.

Es ahí donde entra Kim Taehyung. 

O entraba, quién sabe ya. 

Jungkook, por su parte, no lo sabe y eso comienza a desesperarlo a niveles inimaginables para el mundo entero. Taehyung no es sólo su mejor amigo y confidente, no es sólo su persona favorita en el mundo entero, es también quien le ha acompañado en cada paso de la complicada planeación, dando su punto de vista sobre los detalles que Jungkook no tenía claros, eligiendo colores, fechas, postres e incluso, el bordeado de las invitaciones. 

Taehyung es la única persona en el mundo que sabe tan bien cómo Jungkook desea su boda y para el menor, no hay opinión más valiosa que la de su mejor amigo. 

No había sido sólo quien decía en voz alta todos los sueños escondidos de Jungkook, sino también el portavoz de Namjoon y quien había procurado durante semanas el elegir cosas y elementos que también representasen al novio con extremo cuidado, tratando de que la visión del elegante y ausente novio estuviese presente en la que también sería su boda. 

Jungkook confía en su criterio como mejor amigo y Namjoon confía en su criterio como hermano menor. 

Porque para nadie que conoce a la pareja es un secreto que Taehyung fue quien los presentó tras invitar a Jungkook a un viaje familiar mientras estaban en su último año de universidad. Tal vez su intención no fue que su hermano y su amigo se enamorasen, pero para cuando el viaje llegaba a su fin, ya era más que obvio que no serían una relación de un verano y nada más. Mucho menos cuando Taehyung tuvo la desafortunada suerte de encontrarlos en la habitación de huéspedes divirtiéndose de formas bastante adultas

Han sido mejores amigos por años y ahora, suele decir Jungkook con voz emocionada, serán familia.

Pobre, pobre Jungkook... sí tan sólo supiese. 

.- ¡Sigue sin contestar el teléfono! 

Jimin suspira cuando escucha el grito de su socio desde la oficina principal de su pequeña agencia. Él mismo se alejó del lugar con la excusa de que debía revisar el cronograma de eventos de la próxima semana para así no tener que lidiar con los pucheros de un malhumorado Jungkook, quien ahora le dedica una mirada cristalizada desde el marco de la puerta, sus labios haciendo de nuevo un puchero. 

.- Tae sigue sin contestar mis llamadas – murmura quien es menor entre los dos cuando Jimin le dedica tan sólo una mirada desde su lugar en la mesa de planeación – Es la quinta vez que le llamó en el día y se va a directamente a buzón de llamadas. 

Jimin apoya su mejilla en su mano, observándole con algo parecido al cansancio porque lleva cuatro días exactos escuchando el mismo discurso. Sigue sin entender por qué para Jungkook parece ser tan difícil de comprender que Taehyung va a seguir sin contestar por más que siga intentando, con cada día que pasa se reafirma esa idea, pero Jungkook parece ser el único que no lo sabe. 

.- ¿Ya le pediste a Namjoon que lo llame? – pregunta en un intento de ofrecerle soluciones a su gruñón amigo – Es su hermano, así que supongo que a él sí le contestará. 

.- Ya intenté llamarle del número de Nam – responde con sequedad el menor, mirándole con evidente molestia – Además, ¿por qué rayos no me contestaría a mí? ¡Soy su puto mejor amigo! Taehyung jamás me ha ignorado por tanto tiempo, ni siquiera cuando me metí con su ex novio por andar de borracho. 

Jimin se muerde la lengua para no decir que ahora se ha metido es con su hermano mayor, en cambio se estira en su lugar y le dedica una sonrisa comprensiva: .- Tal vez está ocupado, Kook. Sabes que en su trabajo tiene momentos en los que ni siquiera sale de la oficina antes de un lanzamiento importante.

.- Bien podría llamarme y avisarme – suelta mientras se cruza de brazos, irritado.

.- ¿Para qué comiences a decirle lo mal amigo que es por no ir contigo a una prueba de pasteles o a ver cinco modelos distintos de servilletas? – el mayor no se corta en decirlo, observando el gesto de sorpresa y molestia que Jungkook le dedica medio segundo después de hablar – Y no intentes negarlo, Kookie. Estoy seguro que, desde que lo arrastraste en esta locura de la boda, ni te has preocupado por preguntarle cómo está o cómo le están yendo las cosas, sólo hablas con él de la boda.

.- ¡Es mi padrino de bodas! 

.- Exacto, no es el novio – rectifica, bajando su mirada a la agenda que ha estado armando por el rato que duraron los intentos de llamada de Jungkook, hay grandes bloques con la palabra "TAEHYUNG" en medio, una planeación innecesaria para buscarla a alguien que no desea ser encontrado – Namjoon debería ser quien se encargue de esas cosas y tú deberías de ser un mejor amigo, no eres el centro del mundo, Kook.

.- ¡Soy un excelente amigo! Además, Nam está ocupado en su trabajo – responde de inmediato el menor, sin desviar su mirada de él incluso aunque Jimin no le mire – Está supervisando un proyecto importante y no tiene mucho tiempo, así que no voy a molestarlo. 

.- ¿Entonces sí puedes molestar a Tae? ¿Es él quien no puede negarse a ninguno de tus caprichos? – la molestia se refleja en su voz, la misma que fluye en él cuando piensa en todas las ocasiones en las que ha sentido que Jungkook abusa de su amistad con el otro chico, en la mirada cada vez más triste de Taehyung y la ignorancia del menor – Sabía que eres egoísta, pero nunca pensé que tanto. 

.- Estás siendo innecesariamente cruel, Jimin. 

La voz de Jungkook suena frágil, pero él se niega a alzar la mirada y dejarse doblegar por el gesto de falsa inocencia de su socio. Siente cada una de las cosas que ha dicho y lamente profundamente que alguien tan maravilloso como Taehyung haya caído ante los encantos de Jungkook, y no porque el menor fuese alguien malo, sino por la desafortunada coincidencia de Kim Namjoon entrando en la vida de Kook para ponerla de cabeza. 

Jimin no duda del amor de Jungkook por Nam y es por eso que sabe que Taehyung hizo lo único correcto en su posición: marcharse. 

.- Eres insoportable cuando quieres, Kook – le ataca, sus manos garabateando sin sentido en su agenda – Yo de Taehyung hace rato hubiese tirado la toalla con todo lo que quieres que haga para esa boda, habría mando a Namjoon a que lo hiciese si tanto quiere casarse o yo que sé – su mirada se alza para observar al silencioso Jungkook, que mordisquea su labio inferior mientras juega con sus manos, evidentemente ansioso – Sin mencionar que escuché que Minho anda en la ciudad. 

Los ojo de Jungkook relampaguearon con rabia: .- Taehyung no sería tan tonto como para verse con Minho sin decirme. 

.- ¿Por qué debería decirte? – es la respuesta de Jimin, que le observa con evidente cansancio de toda la conversación – Es su ex novio, no el tuyo. Es libre de verse, salir y follarse a quien quiera, así como tú cuando te metiste con su hermano. 

.- Jimin, basta ya... - Jungkook no le deja decir nada, su cuerpo girándose en redondo para huir hacia su oficina. 

.- Sólo digo la verdad, Kook – trata de modular su tono, no queriendo alarmar más al de menor edad porque lo que acaba de pensar le preocupa a él mismo – Además, ¿siquiera has considerado la posibilidad de que algo le hubiese pasado? Que yo sepa... nadie sabe nada de él desde hace cuatro días. 

La respuesta de Jungkook es un portazo que resuena en todo el espacio.

Para ser medio día, el frío es considerable. 

Jungkook se empuja en su grueso abrigo negro, sus cabellos moviéndose ante las ventiscas suaves que van de un lado al otro en las concurridas calles. No tiene muy claro cuál es el plan ni el por qué ha salido de forma imprevista de su oficina, tan sólo tiene en su cabeza las palabras de Jimin dándole vueltas sobre algo sucediéndole a Taehyung. 

Se dice a sí mismo que no debería de pensar en esa forma, pero el silencio del otro lado de la línea y la ausencia cada vez más prolongada de su mejor amigo sólo parecen convertirse en grandes letreros de neón que se había negado ver. No es ni remotamente normal un comportamiento como tal de parte de Taehyung y a Jungkook le pesa el corazón cada vez más con los días pasando sin respuesta. 

No se trata sólo de las citas que canceló porque no asistiría sin la presencia del mayor para que diese su opinión sobre el evento y las decisiones que faltaban por tomar, sino que se trata también de su usual compañía mutua a la hora del desayuno en una cafetería que está justo en la mitad de las calles que separan sus trabajos, se trata de las risas que no están, de los abrazos que no ha sentido ya por cuatro días. 

Sus ojos se fijan en la pantalla de su celular, donde lee con claridad la última conversación que tuvo con Taehyung antes de que el mayor dejase de contestarle los mensajes de un momento a otro. Tras esa conversación había casi doscientos mensajes que él mismo había enviado durante esos cuatro días, los primeros con molestia por haber sido plantado y luego, poco a poco, todo se resumía en el miedo de que Taehyung no volviese a responderle. 

Para: TeTe.

Taehyung, no olvides pasar por mí mañana temprano. 8:01 p.m.

Tengo algunas modificaciones para el traje 8:01 p.m. 

De: TeTe. 

¿Quieres que te lleve café? 8:04 p.m.

Para: TeTe.

Sólo si es tal y como me gusta uwu. 8:04 p.m.

De: TeTe. 

Salsa de caramelo, dos de azúcar, un toque de canela 8:05 p.m.

Y un bollo de dulce 8:05 p.m.

Para: TeTe.

Eres el mejor amigo que cualquiera desearía 8:07 p.m.

De: TeTe. 

Si tú lo dices, Koo 8:09 p.m.

Para: TeTe.

Lo digo yo. Me voy, tu hermano me quiere ya en su cama 8:09 p.m.

No hubo respuesta después de ello y Jungkook no deja de repasar sus conversaciones, preguntándose sí hay algo en ellas que le dijese que Taehyung estaría en problemas o que, por el contrario, su mejor amigo se había molestado con él al punto de no querer verle o hablarle por tanto tiempo. ¿Se había cansado de tener que ir con él a todas las citas sobre la boda? ¿Se había cansado de que Jungkook lo llamase a altas horas de la madrugada porque se le había ocurrido una idea nueva sobre algún detalle del evento? 

¿Taehyung se había... cansado de él? 

Pero, por más que las repasa, sigue sin encontrar una respuesta. 

Así que le ha llamado, le ha escrito y ha ido a su apartamento, lo último sólo para descubrir que, en algún punto de las últimas semanas, Taehyung cambió su código de seguridad -ese que sólo se sabían los dos- y así Jungkook no podría entrar a su apartamento. Había tocado su puerta por horas, pidiéndole que le hablase, que no estaba molesto y que no el reclamaría nada porque Jungkook, lo que más quiere, es a su mejor amigo de regreso. 

Le espero durante tres días en la cafetería que siempre frecuentaban para desayunar, pidió lo mismo de siempre y se quedó esperando en vano que apareciese. Llamó a sus amigos, preguntó sí alguno tenía información de él y recibió siempre la misma respuesta, la misma que Jimin le había dado y que ahora daba vueltas en su cabeza, la misma que no deja de recordarle que por meses todo se ha centrado en él y en su estúpida boda. 

¿Cuándo fue la última vez que salieron a comer y hablaron de algo que no fuese eso? 

Jungkook no lo recuerda, pero no va a desistir ahora. 

Siente los nervios recorrerle la piel, provocándole un escalofrío que sube por toda su espina dorsal. Las ganas de trasbocar suben por su garganta con rapidez y no tiene otra opción que detenerse en mitad de la calle, apoyándose con esfuerzo contra un muro mientras cuenta hasta diez y toma respiros profundos. Piensa por un momento en llamar a Namjoon, en un intento de alejar el miedo que comienza a comerle vivo, pero con quien realmente desea hablar es su mejor amigo. 

Porque Taehyung es el número 1 en el marcado rápido de su celular. 

Siempre ha sido Taehyung a quien llama primero cuando tiene una noticia que dar o cuando simplemente no puede respirar por los nervios porque es su mejor amigo quien sabe qué decir y cómo decirlo para hacer que su corazón lata a un ritmo un poco más tranquilo, para que sus manos dejen de sudar frío y para que Jungkook pueda encontrar la calma en medio de cualquier tormenta que se cruce en su camino. 

Pero Taehyung no está. 

Tal vez es por eso que sus manos tiemblan mientras ingresa en el amplio hall de la editorial infantil más grande de todo el país, la misma en la que Taehyung trabaja desde antes de graduarse de la universidad y en la que ahora es el director creativo. Jungkook sonríe al ver uno de los tantos diseños de su mejor amigo adornar las paredes del pasillo principal, las personas yendo y viniendo a su alrededor mientras camina hasta la recepción, donde la misma mujer de siempre recibe y traspasa llamadas a la velocidad de la luz. 

.- Hola, Youngmin – le saluda con voz amigable, siente su cuerpo entumecido por el frío y la preocupación mientras trata de darse calor con el grueso abrigo - ¿Cómo has estado?

.- Jungkook, cariño... es un placer verte – es lo primero que le dice la mujer, su mano tecleando información en su pequeño computador – Supe que estás planeando una boda, mis felicitaciones por ello. 

La mención de su boda pasa desapercibida para sí mismo, más preocupado por preguntar si su mejor amigo puede recibirlo en ese momento o debe esperarlo: .- ¿Sabes sí Taehyung está en alguna junta creativa o algo? Quería invitarlo a tomar un café...

Es entonces que la mujer le mira por sobre sus lentes, sus ojos grandes parecen querer decir muchas cosas que Jungkook no es capaz de entender mientras ella deja de teclear, casi como si se hubiese congelado brevemente por sus palabras. ¿Ha dicho acaso algo malo? En el pasado, Jungkook había pasado infinidad de veces por esa recepción, pidiendo que llamasen a Taehyung para que fuesen a comer o algo así. 

¿Por qué sería extraña esta ocasión?

.- Jungkook, ¿no lo sabes? – la mujer es cuidadosa con sus palabras, analizando su gesto de confusión ante ellas – El director Kim... bueno, él... renunció hace una semana. 

Las palabras de la mujer parecen no conectar dentro de su mente incluso cuando ha salido ya a las calles frías de nuevo, sus manos tiemblan sin control mientras desliza la pantalla de descanso de su celular, siente que sus vías respiratorias se cierran con cada segundo que pasa y sigue sin saber qué está pasando. 

El tono de buzón de Taehyung le salta de inmediato cuando le llama y eso provoca que desee gritar por el llanto contenido. ¿Dónde está? ¿Por qué se ha ido? Jungkook no lo entiende, jamás podría entenderlo. Taehyung y él han compartido casi diez años de su vida, desde aquella primera tarde en la que se descubrieron como compañeros de habitación en la universidad, habían sido inseparables y se habían confiado absolutamente todo. 

Entonces, ¿por qué? 

.- Hola, Jungkookie – la voz de la madre de su suegra resuena por la línea con entusiasmo, él retiene el sollozos mientras se apoya contra un muro de un edificio cualquiera, tratando de mantenerse en pie – Justo pensaba en llamarte, quería saber cuándo nos reuniríamos para ver los detalles finales del arreglo florar principal y...

.- Señora Kim... - susurra con voz rota, consiguiendo que ella callase de inmediato - ¿U-usted sabía que Taehyung renunció a su empleo?

El silencio al otro lado de la línea suena más a una confirmación que a otra cosa y Jungkook no puede evitar sentir que el vacío en su pecho se profundiza porque no entiende cómo no sabía de algo tan delicado como eso, cómo Taehyung no se lo había contado en su momento. ¿Había sido tan egoísta como para que el mayor no se sintiese capaz de decirlo?

.- Me lo contó antes de hacerlo, Jungkook – dice tras un largo silencio la mujer – Supongo que pensamos que no tendría importancia y no lo comentamos contigo tampoco. Has estado muy estresado con la boda y Nam con el trabajo, Taehyung dijo que no importaba. 

.- Claro que importa... - susurra, sintiendo que se lo dice a sí mismo con el mismo ahínco con que quisiera decírselo a Taehyung – Es mi amigo. 

.- No siempre estamos al tanto de la vida de nuestros amigos – argumenta ella, pero él quiere rebatirle de inmediato porque... porque Jungkook siempre estaba al tanto de su mejor amigo, siempre – Ahora serás un hombre casado, Kook. Mi Tae sabe que las cosas nunca serán igual, así que creo que sólo es una forma de ir soltando. 

Nunca serán igual... Ir soltando...

Las palabras resuenan como gritos en sus oídos. 

¿Casarse significaba renunciar a Taehyung? ¿De verdad está dispuesto a pagar ese precio?

Namjoon le encuentra llorando sobre la cama al llegar del trabajo. 

Sus brazos le envuelven en un abrazo apretado mientras reparte besos por sus húmedas mejillas, dejándole llorar sin preguntar qué está sucediendo porque es más importante para él que su dulce prometido saque de su interior aquello que le está haciendo daño. Jungkook se aferra a él como pocas veces lo ha hecho, sintiendo sus fuertes brazos acomodar brevemente el mundo, ese en el que su mejor amigo parece no estar más. 

.- Nammie... - susurra, su voz rota y su alma frágil - ¿Sabes... d-dónde está tu hermano? 

Namjoon no responde de inmediato, sopesa la pregunta que su novio le ha hecho. La sopesa porque piensa en la llamada que su madre le hizo durante la tarde, contándole que Jungkook la había llamado llorando porque no sabía nada de Taehyung y, luego de ir a su trabajo, se había enterado que renunció. Namjoon tampoco lo sabía, pero no lo sorprendió escucharlo. 

.- Lo siento, mi amor – susurra entonces, depositando más besos en sus mejillas hinchadas por el llanto de horas – No lo sé, mamá dijo que está bien, pero... no lo sé. 

Jungkook asiente, refugiándose en sus brazos todavía sollozando: .- E-es q-que no entiendo... ¿p-por qué Tae me está h-haciendo esto? 

Namjoon guarda silencio, aun abrazándolo mientras lo escucha sollozar contra su pecho. Nunca se ha considerado alguien con el suficiente tacto como para consolar algo inconsolable, incluso aunque sea su prometido quien está encogido sollozando, luego de intentar marcar por enésima vez a su mejor amigo, esperando en vano que ahora sí atienda su llamada o los mil mensajes que le ha dejado. 

Pero no lo hará, Namjoon lo sabe. 

Lo sabe porque se reunió con Taehyung cinco días atrás y escuchó, sin poder siquiera encontrar palabras para rebatirle, como el menor había decidido alejarse definitivamente de la vida de Jungkook. Lo escuchó decir en voz alta lo que Namjoon sabía desde hace años, pero que siempre quiso ignorar: que su amor por Jungkook iba más allá del amor por un amigo, un amor tan profundo que, para no salir más herido, era mejor tomar otro camino.

¿Qué podría haberle dicho Namjoon entonces? Tan sólo pudo escucharlo, dejar que su voz fría y distante le envolviera mientras Taehyung jugaba con la taza de un café que nunca probó. Se enmudeció del dolor que le atravesó al ver la mirada vacía del hermano menor que siempre le dedicó una sonrisa, incluso cuando era él, Namjoon, quien jugaba un papel protagónico en la historia que le causaba tanto dolor. 

Así que sabe de primera mano que Taehyung se ha ido. 

Sin embargo, ¿cómo decirle eso a su prometido sin tener que contarle el por qué? ¿Cómo ser sincero con Jungkook sin revelar los sentimientos que Taehyung le ha confiado y a los que, de pronto, Namjoon les teme? ¿Cómo...? 

Porque Namjoon no puede evitar preguntarse sí es él quién arruinó el corazón de su hermano, sí es él quién le quitó la oportunidad de ser feliz con Jungkook. ¿Habrían tenido una oportunidad? Namjoon no sabe, no sabe sí alguna vez el sonrojo en las mejillas del menor de todos cuando Taehyung dejaba un beso en su frente no era producto de la vergüenza sino por algo más.

No sabe sí las rodillas de Jungkook temblaban escuchando la voz de su hermano y ha comenzado a dudar sobre sí la primera opción siempre había sido Taehyung y había sido él, Namjoon, quien se interpuso entre ellos porque fue él quien insistió en escribir una historia cuando todo podría haber estado dicho entre Taehyung y Jungkook. 

Namjoon no encuentra cómo decírselo, así que lo toma en sus brazos y le deja llorar. 

No va a decirle que Taehyung no volverá, no lo hace porque está seguro que Jungkook, muy en el fondo, sabe que no lo hará. 

Cuando el amor se escapa, nunca dice adiós.

Cuando el amor se escapa, deja un perdedor.

¡Hola!

Espero que estén bien. 

Me había demorado en volver con esta historia, pero es porque reescribí este capítulo como tres veces hasta que quedé satisfecha. No es el mejor, pero creo que deja ver muchas cosas desde la perspectiva de Kook, e incluso al final, la de Nam. 

¿Se lo esperaban? ¿Imaginaron que Tae y Nam eran hermanos? ¿Imaginaban que Nam lo sabía? ¿Qué piensan de toda la situación? ¿Dónde andará el Tae?

No olviden contarme qué les pareció, qué creen que sigue y todo eso. 

En todo caso, ya quiero leer sus opiniones.

Gracias por todo.

Les doy todo mi amor. 

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