Ese mismo día me dieron de alta en el hospital. Un ambiente lleno de luz y felicidad me recibió en mi casa

-¡¡Bienvenida de vuelta Hougetsu Shimamura!!- dijeron al mismo tiempo mi madre y mi hermana

Las lágrimas se acumularon en mis ojos, al notarlas pasé mi brazo para limpiarlas y así mirar a mi familia

-Ya estoy en casa...

Por primera vez en mucho tiempo, sonreí de manera genuina y natural

¿Que pasó con Adachi mientras? Bueno, desde que me dieron de alta fui a visitarla todos los días, cada día con el corazón lleno de esperanza de que despertara

Y así, el 31 de diciembre llegó... El año acabaría y por fin empezaría uno nuevo. Pero para mí, era un día más para visitar a Adachi

Al entrar a la habitación, me encontré con Adachi acostada en su camilla, con los ojos cerrados, parecía la bella durmiente

Sacudí mi cabeza con un suave sonrojo ante aquel fugaz pensamiento. No podía ver a Adachi de la misma manera desde lo que le había dicho a Yashiro

"Estoy completamente enamorada de Sakura Adachi"

Me senté en una silla cerca de la camilla. Quería verla despierta, quería ver sus ojos azules brillando con emoción como los de un cachorro feliz de ver a su dueño. Sentía mi corazón latir con fuerza con solo verla durmiendo tan tranquilamente

Pero en eso recordé... Lo que pasó... ¿Estará enojada conmigo por salvarla? ¿Me odiará?

-¿Shima...mura...?- me paralicé por completo, no podía creer lo que mis oídos acababan de oír

Su voz. La voz de la persona que tanto quería ver. Una gran sonrisa se dibujó en mis labios al escuchar aquella voz tan reconocida para mí en cualquier lugar

-Bienvenida de vuelta... Adachi- dije con una voz temblorosa por la emoción. Por la emoción de saber que no era un sueño, que realmente la tenía frente a mí

Sus ojos azules se veían llenos de vida, lo que significaba que había regresado a ser la misma, o eso es lo que yo quería creer

-¿Q-que estoy haciendo aquí...? Se supone que yo...- se cubrió la boca con temor a completar la frase. Intentar quitarse la vida no es un delito, pero tenía muchas consecuencias. La peor de todas podría ser que todos dejaban de verte como solían hacerlo antes si es que llegabas a fallar, se decepcionarían de ti

Pero yo jamás dejaría de verla como siempre he hecho, jamás me decepcionaría de ella. Sabía que tenía sus razones, yo misma era una de ellas, y comprendía todas y cada una de ellas. Pero lo más importante, la perdonaba por su acción. Desde que todo el bucle empezó, decidí que si la salvaba, trataría de siempre ayudarla y no dejarla de lado como su madre o las demás personas a su alrededor... incluyéndome a mi misma

-Puedes terminar de hablar, Adachi- hablé con una sonrisa tranquila y sincera- No pienso culparte o juzgarte por lo que hiciste

-Ah...- suspiró cansada con lágrimas empezando a salir de sus ojos- D-de verdad lo hice... Y a-aun así... fallé...

Noté que estaba temblando de los nervios. Tenía miedo. Me acerqué a ella y la abracé con fuerza. Quería hacer eso desde hace mucho. Desde la primera repetición

-Eso no importa... Lo que importa es que estás bien- susurré suavemente en su oído

-N-no lo entiendes Shimamura... No estoy bien... Cada parte de mí... Todo está roto- respondió con la voz temblorosa mientras empezaba a llorar en mi hombro

-Tal vez estés rota...- dije con decisión y me separé del abrazo para así mirarla a los ojos- Pero quiero ayudarte... ¡Y lo haré! Recogeré cada pedazo tuyo, tal vez me cueste trabajo encontrarlos, pero no significa que no lo logre...- volví a abrazarla, mientras sentía a Adachi llorar desconsoladamente, escondiendo su rostro en mi hombro

...Haré lo que sea necesario solo por tu felicidad, Adachi. Después de todo, eso es lo que una persona hace cuando está enamorada, ¿no?