A lo lejos vi como aquellos niños escapaban y sentí felicidad, por un minúsculo momento me sentí feliz por ellos, tomé aquellas notas que escribí en mi desesperación, las lacé a aquel monstruo, porque lo era, era una bestia.

─ No me robarás mi vida madre ─ Le decía mientras tomaba una roca y golpeaba su rostro, corrí lo más rápido que podía y saqué a aquellos niños de ese lugar.

Y sentí una suave brisa acariciar mi rostro, libertad, por fin sentía libertad, sonreí entre lágrimas, aun sentía mis manos temblar, no sé si era por el miedo de hace unos minutos o por la adrenalina que recorría mi cuerpo en ese momento.

Corría tomando las manos de aquellos niños, me alejaba cada vez mas de caughtwood, de aquel lugar que se suponía que era mi hogar, pero ese convirtió en una cárcel, y mientras me alejaba escuchaba los lamentos de mi madre, del monstruo en el que se convirtió.

Siento un malestar tan grande en mi interior, ¿está bien ser feliz a pesar del sufrimiento de otra persona? Creo que nadie nunca será capaz de responder eso, mamá creo que maté a alguien y esa persona eres tú, mamá, me intentaste arrebatar mi vida y yo te la arrebaté a ti.