5
Selina estaba terminando de arreglarse, poniéndose sus aretes y arreglándose el cabello, pudo escuchar que la puerta de entrada se abría. Ella sabía que Bruce había llegado por ella. Después de revisar su brillo de labios y ajustar su vestido por última vez, Selina respiró hondo y salió a la sala de estar.
Bruce vestía un traje que no había visto antes; era gris carbón con una corbata a juego y una camisa de vestir blanca. Por supuesto, Bruce estaba bien afeitado como de costumbre, y su cabello estaba bien peinado.
Selina se sacudió mentalmente antes de aclararse la garganta y llamar la atención de Bruce. Una sonrisa se endureció como un reguero de pólvora en el rostro del hombre.
Era de noche y la luz de la luna se reflejaba por las ventanas del departamento. Selina llevaba un ceñido vestido negro y un labial rojo bastante intenso. Bajo esa luz, su piel se tornó medio pálida y a contraste con su cabello negro de corte tipo pixie, Bruce podía jurar que era una belleza bastante nocturna y perdida entre el tiempo. Le sumo a eso que Selina volteo a ver hacia la ciudad; a las coloridas luces y los dirigibles que inundaban los cielos de Gotham City. Su mirada parecía afectada y solitaria, como si estuviera perdida en algún dolor privado al momento de mirar hacia la ciudad.
Eso hizo que Bruce se preguntara:
¿Así es ella cuando nadie la ve? ¿Se verá diferente? ¿Llevara pegada al corazón alguna perdida innombrable?
Por un momento, Bruce pensó que Selina estaba triste, pero al momento de verlo el rostro melancólico de ella se ilumino con una sonrisa.
Y Bruce vio el claro motivo de su triste expresión: Ella no esperaba que el realmente fuera.
La sonrisa creció tanto que Selina tuvo que cubrírsela con la mano.
-Hermosa como siempre...
Selina inclinó la cabeza, con un brillo juguetón en los ojos.
-Gracias, tú tampoco te ves nada mal.
Eso realmente parecía tomar a Bruce con la guardia baja. El se ganó una risita de Selina cuando ella lo tomó del brazo y lo guió hacia la salida.
***
Resultó que el evento fue en la casa de un aristócrata, uno que Selina no conocía pero que estaba segura de que tenía toneladas de dinero para robar. Bruce había dicho que en realidad había estado en una función en su casa antes, y que le gustaba animar a la gente a mirar boquiabiertos su mansión y los terrenos. Ella se preguntó si sería capaz de embolsarse algo allí mismo. Probablemente no, pero una chica podía soñar.
Selina disfrutó el viaje, el auto de Bruce tenía los asientos más cómodos y las vistas de Gotham en el camino fueron fantásticas. Poco después de su llegada, Selina dejó que Bruce se fuera e hiciera sus rondas con algunos miembros de la alta sociedad mientras ella "conseguía algo de beber". Por supuesto que no era una mentira total; tomó un trago, pero eso fue solo una acción pasajera mientras miraba alrededor de la enorme casa y sutilmente comprobaba los premios que había dentro. La seguridad era bastante alta por el aspecto de las cosas, pero le daría algo para ocupar su tiempo por un rato. Después de hacer bromas con algunas personas diferentes (todas las cuales llevaban accesorios interesantes que llamaron su atención), Selina estuvo lista para encontrar a Bruce, sin embargo, a pesar de su altura y la forma distinta en que Bruce se comportaba, Selina deambuló un poco, todavía buscando a su cita cuando una persona apareció a su lado.
-Parece que te vendría bien un poco de compañía, querida – la voz no era lo suficientemente profunda para ser Bruce y el tono en ella hizo que su piel se erizara. Era extraño, ya que Selina había sido golpeada mil veces antes, pero ahora era diferente. Se sacudió la idea de que este podría ser el Joker y luego miro al falso caballero a su lado.
-No, pero gracias. Estoy perfectamente bien – ella le respondió. A juzgar por la mirada de ese lobo con piel de oveja, su rechazo cortés no fue lo suficientemente claro.
-Sería un placer absoluto acompañar a una mujer tan encantadora como tú – el hombre respondió con una sonrisa de suficiencia. Mientras ella estaba preparándose para darle una contestación mucho menos gentil, notó que los ojos del hombre se movieron y su rostro se hundió un poco. Entonces una mano familiar se deslizó por la parte baja de su espalda y la cara de Selina mostró una sonrisa –
-¡Bruce, te estaba buscando! – ella volteo la mirada hacia Bruce, cuya expresión divertida decía que sabía exactamente lo que estaba pasando.
-Selina, lo siento. No era mi intención perderte – su mano se deslizó lentamente arriba y abajo de su espalda mientras hablaba –
-Estábamos discutiendo lo bien que me veo esta noche – ella se inclinó hacia su toque, casi inconscientemente. Los ojos de Bruce se movieron por un momento hacia el depredador a su lado –
-No podría estar más de acuerdo. Pero por favor, no te separes.
Ella inclinó la cabeza ligeramente y dirigió su atención de nuevo a su plaga no deseada. El tipo pareció desinflarse por completo cuando se enfrentó a Bruce y después de darle un pequeño saludo, se excusó rápidamente.
Con una risita, Selina negó con la cabeza.
-No estoy segura de sí debería regañarte o agradecerte – le respondió ella. Bruce se encogió de hombros –
-Me sentiría mal si no supiera cómo tratar a las mujeres – con una mirada de disculpa, Bruce enarcó una ceja juguetonamente –
-Algunos podrían pensar que usted no es mejor, señor Wayne – le dijo ella, dibujando una risa –
-Claramente no lo soy – con otra risita, Selina le dio un beso a Bruce en la mejilla –Pero eso no significa que no me abalanzaré y te salvaré de otros imbéciles.
La pareja deambuló durante un largo rato, charlando con otros asistentes de la fiesta y en general, siendo buenos invitados. Para Selina era agotador tener que fingir que le importaba todo lo que esas personas tenían que decir y fingir que no le importaban sus joyas. Finalmente salieron al patio trasero y Selina respiró hondo. El olor a lluvia se adhería a la atmósfera y la elevada humedad enfriaba aún más el aire, pero a ella no le importaba. Se sintió bien. A Bruce tampoco pareció importarle cuando se unió a ella para tomar una larga inhalación y contemplar la vista de Gotham, que estaba algo obstruida por los árboles que rodeaban la propiedad.
-¿Quieres mi chaqueta? – preguntó Bruce después de unos momentos, pero Selina hizo un gesto de rechazo –
-No, no. Estoy bien. Para ser honesta, me estaba acalorando – ella se abanicó un poco para la puntuación –
Estaban mucho más tranquilos afuera que adentro, aunque en realidad no estaban solos. Una pequeña parte de ella deseaba que ocurriera algo. Una parte muy pequeña, se dijo a sí misma. Selina disfrutó de la vista que había, pero después de unos momentos, su mirada se desvió hacia el hombre que estaba a su lado. Tenía una mirada distante en sus ojos, casi vidriosa. Estaba claro que su mente estaba lejos de los acontecimientos actuales.
¿Por qué siempre se ve tan preocupado? ¿Por qué me pregunto que estará pasando con el no solo ahora... sino siempre? ¿Por qué es tan fascinante para mí?
Ella no sabía las respuestas, o no quería enfrentarlas, pero cuando algo brilló en sus ojos y él se volteo (sorprendiendo su mirada en el proceso) Selina sintió que su corazón se aceleraba de una manera que solo lo había hecho cuando se ponía el traje de Catwoman.
-¿Quieres salir de aquí? – le pregunto el –
-Esperaba que me lo pidieras...
***
En la salida de la autopista, Selina vio pasar el paisaje a través de la ventana y se mordió ligeramente el interior de la mejilla. Conocía esa zona bastante bien, ya que había robado a la mitad de las personas en las propiedades privadas de los alrededores. Era una región montañosa en los límites exteriores de Gotham; muchos árboles, muchos caminos perdidos, mucha soledad. No había nada más que ella pudiera hacer, tenía la noche libre. Entonces se le ocurrió una idea.
-Gira a la derecha aquí arriba – ella dijo –
Bruce le dirigió una rápida mirada de sorpresa y levantó una ceja.
-¿A la derecha? ¿Por qué? – el preguntó. Selina le dio una pequeña sonrisa –
-Confía en mí.
Bruce le lanzó una mirada burlona antes de girar en la pequeña calle que indicaba Selina. Le encanto ver la curiosidad en su rostro cuando los árboles se abrieron, revelando la cima de la pendiente y un pequeño nicho que dominaba la ciudad. Deteniéndose, los ojos de Bruce se abrieron como platos y se apoyó en el volante.
-Wow – el susurró –
Desde ahí, las luces y la arquitectura de Gotham estaban en una exhibición completa; las gotas de lluvia que ahora solo era una brisita solo se sumaba a su belleza. Selina se inclinó y tomó las llaves, el motor dejó de ronronear y los dejó casi en silencio con solo el golpeteo de las gotas corriendo sobre el auto. Bruce apenas y se dio cuenta.
-Selina, ¿Cómo sabes acerca de este lugar? – el preguntó. Su mirada nunca abandonando la ciudad –
-Bastante agradable, ¿eh? Pensé que te gustaría – ella respondió en voz baja –Solo... me gusta venir aquí algunas veces – hubo una pausa antes de que ella lo mirara – ¿Tienes otros planes para esta noche? – Su pregunta desvió la atención de Bruce. Su negativa hizo que Selina sonriera y aplastó el respaldo del asiento, deslizándose en el asiento trasero y quitándose los zapatos – Entonces quedémonos aquí por un tiempo.
Bruce la miró por un momento antes de que ella lo viera relajarse y luego imitó sus acciones de bajar el asiento y unirse antes a ella en la parte de atrás mientras sus piernas se estiraban hacia adelante. Después de unos momentos, sus dedos se entrelazaron con los de ella.
Se relajaron y disfrutaron del relajante sonido y las imágenes que los rodeaban mientras la mente de Selina daba vueltas en marcado contraste con tanta tranquilidad. Dirigió su mirada a sus manos enredadas, luego al dueño de la mano mucho más grande, luego a sus pies descalzos; su tendencia de pensamientos volvió a algo, otra cosa, que la había estado molestando.
-Umm... –Bruce inmediatamente volvió su atención hacia ella cuando la suave habla se escapó. Selina trago saliva con dificultad – Yo, eh, quería disculparme... por cómo te trate el día en que salimos a cenar – su voz era débil, pero en el silencio confinado no fue en vano. Bruce hizo una pausa, luego se movió un poco para apoyarse contra la esquina donde la puerta se encontraba con la tapicería y, lo que fue más importante fue que la miró de frente –
-¿Qué fue lo que hiciste? – preguntó el, perplejo. Selina lo miró como lo haría un animal culpable –
-¿El golpe en el estómago...? – Selina le sugirió –
Él se rio.
-Selina, ¿pensaste que estaba molesto porque me diste un golpecito cuando claramente yo te iba a dejar plantada? – Selina finalmente lo miró a los ojos y se encogió un poco de hombros – Te quedaste en silencio.
-Sí. Es solo que me moleste bastante y creí que me tratarías como a todas la mujeres con las que sales.
-Así iba a ser, pero tú has cambiado eso – no había ninguna barrera, ningún lugar donde Bruce pudiera esconderse. Solo sus suaves ojos atravesando los verdes de ella – Eres una de las personas más únicas y especiales que he conocido, Selina. No solo eres guapa, sino que también eres inteligente, independiente y fuerte. Créeme cuando digo que eres el tipo de mujer más rara que existe. No estaba enojado contigo, solo me sorprendiste – la mano de Bruce volvió a caer sobre la de ella y una sonrisa amable tiró de la comisura de su boca. Selina lo miró fijamente durante unos largos segundos –
-¿De verdad piensas eso? – ella susurró, ganándose un guiño de Bruce. Y luego se enfrentó a una decisión –
Lo que Selina debería haber hecho fue agradecerle y volver a casa, probablemente dejando a un Bruce Wayne muy desinflado a su paso. Eso es lo que ella tuvo que haber hecho.
Pero no fue lo que Selina hizo.
Levantando el brazo de Bruce con sus manos unidas, ella se deslizó y se acurrucó contra él, luego su brazo la envolvió naturalmente. Con las piernas dobladas y los dedos encontrando el camino hacia la corbata de él (donde la soltó), Selina era una bola enrollada bajo su agarre protector. Y se sintió tranquila por primera vez en años. La tensión se derritió bajo su calor y su ansiedad se esfumo bajo sus grandes manos manteniéndola cerca. No había pasado mucho tiempo antes de que Bruce suavemente la persuadiera para que se quitara de encima (que era lo último que ella deseaba en absoluto) y luego se quitó la chaqueta del traje, con cuidado de no darle un codazo a Selina en el proceso. Envolviéndola a su alrededor, la colocó de nuevo en su posición anterior mientras le pasaba un brazo por los hombros y le apartaba el pelo de la cara con la otra mano. Selina se acurrucó de nuevo en su agarre con gusto.
-Hueles muy bien.
Bruce pudo sentir las vibraciones en el pecho de Selina cuando se echó a reír.
-Gracias... – Bruce respondió besándola en el pelo –
Su beso en la parte superior de su cabeza le dijo a Selina que el apreciaba el cumplido.
Terminaron hablando durante horas. Esa conversación comenzó en los recuerdos de la infancia desde el comentario:
-¿Cómo llegamos a esto? – ella le pregunto –
Bruce pasó a hablar sobre su vida escolar y como antes había conocido personas que habían contribuido a que llegara a ser la persona que Selina tenía ante ella. Y eso le condujo a mejores relaciones. Por supuesto que no menciono a Ra's Al Ghul, al maestro Kirigi, a John Zatara y mucho menos a Talia Al Ghul o a Andrea Beumont.
Eso los llevó directamente a discutir sobre los muros emocionales, barreras y cómo ambos alejaron a la mayoría de las personas en algún momento u otro. Probablemente por eso ninguno de los dos estaba en una relación. Y finalmente, Selina apretó los dedos en la tela de su camisa.
-¿Estás preocupado por esto? ¿Por nosotros? Que nos quememos o... no sé... – Bruce realmente lo pensó y luego negó con la cabeza –
-No. No lo estoy. Creo que cuando estamos juntos tenemos...
-¿Paz? – Selina sugirió, volviendo su mirada verde hacia su rostro. Bruce sonrió –
-Exactamente – su dedo índice se alzó y tocó suavemente la barbilla de Selina mientras él la observaba – ¿Estás preocupada por esto?
Finalmente vino la pregunta fuerte. Una parte de Selina deseaba poder decir que sí, deseaba tanto poder decir que vio una ruina ardiente al final de su nueva relación, pero simplemente no lo hizo.
-No, no lo estoy – ella hizo una pausa y luego respiro hondo para decir la verdad – Pero si me da un poco de miedo, supongo – Selina estaba a punto de retirarse a su caparazón cuando Bruce se inclinó y le tocó la sien con los labios, sin hacer nada más que calmar sus nervios agotados –
-Solo date tu tiempo – el entendió. Ella no esperaba eso. Selina soltó un suspiro entrecortado cuando se inclinó un poco y tocó su frente con la de él, sintiendo sus largos dedos enrollarse suavemente alrededor de la parte posterior de su cuello. Escalofríos le subieron por la columna –
Permanecieron así durante mucho tiempo antes de finalmente separarse, y una vez que lo hicieron, Bruce vio un vistazo de su reloj.
-Oh, vaya, es tarde – murmuró él. Selina tomó su muñeca y la inclinó para ver que se acercaban las dos de la madrugada. Ella también miró dos veces su reloj. Sentándose con la espalda recta y quitándose la chaqueta, Selina se estiró tanto como pudo mientras Bruce hizo lo mismo –
-Está bien, la próxima vez que esto suceda debemos asegurarnos de que sea en un lugar más cómodo – Selina arqueó una ceja y le dirigió una mirada sugerente. Bruce se rió entre dientes – Si sabes lo que quiero decir...
***
Selina entró en su apartamento mientras un suave resplandor aún se aferraba a ella. Su gata Isis apareció y corrió hacia ella como un perro que no había visto a su dueña en todo el día. Selina apenas y la acaricio mientras se dirigía al dormitorio, donde se dejó caer en su cama. Lo único que hizo fue mirar a su gata mientras se subía a la cama con ella.
-Esta noche fue increíble, Isis – fue su respuesta medio ahogada mientras inclinaba la cara para que su gata pudiera oírla mejor – Él es increíble.
***
Alfred era bueno guardándose las cosas para sí mismo. Eso era evidente. Eso fue lo que lo hizo tan bueno siendo el mayordomo de Bruce Wayne. Y sin embargo, eso fue lo que lo mantuvo eternamente entretenido en la vida.
Se había convertido en un maestro en ocuparse de sus propios asuntos mientras conservaba suficiente información sobre las situaciones que lo rodeaban para proporcionar información cuando Bruce inevitablemente lo solicitaba.
Cuando le preguntó acerca de las personalidades divididas, Alfred pudo brindarle información relevante cuando Bruce estaba tratando de obtener una comprensión más profunda de Two-Face. Cuando le preguntó acerca de Man-Bat, Alfred pudo proporcionarle información relevante porque sabía que Bruce había estado buscando a un hombre murciélago (literalmente) y sí, eso sucedió una vez. Cuando Bruce preguntó qué sabía sobre los gatos, obviamente se trataba de Catwoman.
Pero lo que intrigó a Alfred fue cuando Bruce le preguntó qué pensaba sobre Selina Kyle.
-¿Qué piensas de Selina?
Algo desconcertado por la pregunta, Alfred se dio la vuelta para mirar a Bruce, que estaba apoyado contra el marco de la puerta. Había puesto una de sus expresiones ilegiblemente interrogante, pero por desgracia, no funciono en Alfred.
El británico sabía exactamente lo que estaba pasando por su cabeza y su corazón, pues criar a alguien te daría ese super poder. Actualmente, Bruce había estado medio inquieto, tenso y había estado extrañando la presencia de Selina más de lo que estaba dispuesto a admitir. Agarrando una toalla de mano cercana, Alfred se secó los dedos para que no gotearan por todo el piso recién limpiado y recordó a Selina por unos momentos, momentos que sin duda se sintieron dolorosamente largos, antes de llegar a una conclusión.
-Me temo que no sé lo suficiente sobre la señorita Kyle como para dar una opinión sobre su ella – los hombros de Bruce se hundieron – Sé que es educada, parece un poco atrevida, aunque nunca ofensiva. Ella también tiene un buen sentido del humor, pero más allá de eso... ¿Puedo preguntar por qué quiere mi opinión, señor?
Bruce cambió su peso y dirigió su mirada a los dedos de sus pies.
-Solo curiosear – murmuró Bruce. Aunque no se fue, tampoco levantó la vista porque sabía que la mirada indiferente de Alfred le sacaría una respuesta real –
Arqueando una ceja, Alfred volvió a su trabajo pero sabía muy bien la razón por la que Bruce le había preguntado. El extrañaba a Selina, había pasado bastante tiempo con ella y tal vez se había convertido en un hábito. Ahora, habían estado separados por una semana y la parte de Bruce que realmente se preocupaba por ella se estaba dando a conocer, pero su lado obstinado no quería encontrarse con esas sensaciones.
Alfred no estaba seguro de lo que Bruce había querido escuchar, si quería seguridad sobre Selina o una razón para huir de ella, pero sabía que tan pronto como pudiera darle una respuesta real, Bruce actuaria.
A la mañana siguiente, Alfred estaba preparando el desayuno cuando Bruce entró en la cocina y se apoyó contra el mostrador con un bostezo.
-Buenos días, Alfred – sonrió con cansancio mientras el sueño aún le pesaba los párpados –
-Buenos días, Bruce. ¿Dormiste bien? – Alfred le contesto y ganó un murmullo de confirmación –
Bruce se inclinó y comprobó lo que Alfred estaba preparando: pan francés, porque las mañanas lluviosas eran perfectas para el pan francés, y luego emitió un murmullo de aprobación. Alfred sonrió un poco y le entregó un plato completo, que Bruce se llevó alegremente.
Bruce aun comía como un adolescente en crecimiento. Pronto, Alfred sacó un vaso de leche y lo puso sobre la mesa, Bruce le dio las gracias y luego volvió su atención al periódico.
Joker escapa de Arkham Asylum.
Ciudad atrapada por el terror.
Y con un suspiro, Bruce siguió leyendo. Alfred no pudo evitar suspirar también, el trabajo de Batman realmente nunca terminaba. Aparentemente, hartándose de las historias del Joker poco tiempo después, Bruce dejó el periódico a un lado junto al desayuno y se pasó una mano por la cara. Sabía que ninguna camisa de fuerza podría contener a ese lunático.
Alfred trató de dejar de pensar en Batman por unos momentos.
-Creo que tengo una mejor respuesta, Bruce... sobre Selina – con los ojos cansados, Bruce solo parpadeó un par de veces. Una vez que Alfred hablo, el interés de Bruce creció exponencialmente y se echó hacia atrás en la silla –
Alfred se aclaró la garganta y pensó su contestación.
-La señorita Kyle es una mujer peculiar, muy rara de hecho. No creo que haya conocido a otra dama con tanta confianza en sí misma como ella. Tiene un poderoso sentido de sí misma, no muy diferente a ti...
Bruce inclinó la cabeza para reconocer el cumplido, pero también protesto.
-Ella tiene algunos defectos – las tripas de Bruce dieron un vuelco – Creo que tiende a enterrar sus verdaderas emociones, en lugar de ser sincera con ellas.
-¿Y eso es diferente a ti? – Alfred se rió entre dientes y Bruce le devolvió la sonrisa – Bueno, la señorita Kyle tiene bastante talento para ocultar sus pensamientos. Esto puede ser bueno o malo, dependiendo del contexto. Es una mujer muy serena que no baja la guardia fácilmente, es mi impresión – observó a Bruce morderse ligeramente el interior de la mejilla – Sin embargo, creo que ella se ve muy a gusto a su alrededor. Cuando nos ha honrado con su compañía, no se siente como si estuviera poniendo una cara para impresionar o poniendo una cerca para separarse. Y realmente se desenvuelve muy bien en todos lados. En general, la encuentro bastante notable y muy agradable. Además, también pareces más feliz con ella.
Entonces un sentimiento acentuó sus rasgos.
Alfred se preguntó por un momento si había dicho algo que Bruce no había notado sobre Selina y de repente no le gustó. O si se desconectó y volvió a pensar en el Joker. Su expresión era aprensiva, su lenguaje corporal aún más, pero antes de que Alfred pudiera hacer la pregunta, Bruce respondió.
-Ella es simplemente... perfecta – Bruce hizo una pausa y tragó saliva – Me gusta mucho, Alfred – las palabras las decía entre suspiros – Pienso en ella todo el tiempo – su tono se había reducido a un silencio, pero Alfred escuchó cada palabra por muy baja que fuera – Empieza a parecer que ella es la pieza del rompecabezas de un espacio que no sabía que estaba vacío – Bruce sacudió un poco la cabeza y se pasó los dedos por el cabello – Y eso me está asustando muchísimo – con una risa un poco amarga, dirigió la mirada a su regazo – Trato con psicópatas, asesinos, mutantes y monstruos, y no tengo miedo. Me entrené para eso. Me entrené para ellos, pero... ¿Pero Selina? Aterrador – sus ojos encontraron los de Alfred de nuevo – ¿Cómo puedo estar con ella? Soy Batman. Todo lo que se necesita es que un fenómeno de esos descubra quien soy para que la... – su voz se desvaneció, y el estómago de Alfred se hundió –
La oración que no se atrevía a terminar era "la mate".
El silencio permaneció entre ellos, Alfred sintiendo la gravedad de lo que Bruce había llevado por Dios sabe cuánto tiempo e intentando encontrar una respuesta. Pero no hubo ninguna. Sin importar qué tan cerca estuvieran, sin importar qué tan bien encajara Selina en su vida, sin importar qué, estar cerca de Bruce traía una sensación de peligro y parecía que cada vez le gustaba menos que Selina estuviera cerca de dicho peligro. Tomando aliento, Alfred respondió:
-Bruce, recuerdas cuando trajiste a Dick a vivir con nosotros... lo que le dijiste... – Bruce asintió cuando noto lo que su padre adoptivo le quería decir – "Donde hay amor, hay esperanza", ¿no es así? – los ojos de Bruce se abrieron como platos ante esa pequeña y molesta palabra, pero asintió de mala gana – Entonces tal vez solo necesitas tener esperanza.
Alfred sonrió un poco y Bruce respiró hondo antes de asentir de nuevo.
-Gracias.
Cuando Alfred se volteo para dejarlo en paz por un rato, Bruce gritó:
-Alfred... – el mayordomo volteo – No vuelvas a usar esa palabra con A, ¿de acuerdo?
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