Después de regresar a su departamento y traer consigo a Holly, el sentimiento de emoción en Selina se calmó y pasó por los eventos de la noche. Ella había podido vengarse de Stan y de los que se habían aprovechado de su antiguo yo. Además, pudo adquirir un arma nueva. Pero lo que fue más importante, pudo rescatar a una niña inocente de los mismos criminales que la habían lastimado, evitando así que a Holly le pasara lo mismo que a ella.

Sintió una oleada de poder y pensó que podría llegar más lejos incluso que el gran Batman. Nunca pensó que solo era cuestión de tiempo para que se vieran las caras.

Solo tenía que llamar su atención. Y posiblemente trabajaría en un nuevo disfraz.

Después de todo, era Gotham City. Una parte brillante ejemplo de una ciudad moderna y progresista, la otra parte un pozo negro de violencia y crimen.

***

Vigilando desde uno de los muchos edificios que adornaban Miagani Island, Batman patrullaba la ciudad a sus pies. Aunque había llegado la primavera, las noches aún eran frescas y un viento resbaladizo cubría todas las superficies de la ciudad que estaban expuestas a la intemperie. Reconoció numerosos olores que se elevaban desde las calles de abajo, muchos desagradables. ¿Qué pasó con todos los árboles que solían crecer en Gotham, se preguntó? Tal vez eso debería ser algo que la Fundación Wayne debería considerar en su próximo evento benéfico.

Para variar, el estado actual en Gotham era intranquilo. Las mafias tradicionales como las de la familia Falcone y Maroni estaban desapareciendo, dando paso ahora a bandas de criminales enmascarados tales como la de Black Mask y el gangster que se denominaba a si mismo Penguin. Sin embargo por el momento, no eran una amenaza inminente. Batman tenía un objetivo particular para esa noche: descubrir más sobre la reciente ola de robos de alto valor que se produjeron en Gotham en las últimas semanas. Hubo seis robos hasta el momento y solo había una conexión entre ellos: tenían como objetivo a los ricos de Gotham. Se robaron joyas, esculturas, pinturas y otras piezas caras de las familias más ricas de Gotham.

Quien hubiera cometido esos robos era bueno... muy bueno. No se activaron alarmas durante ninguno de los allanamientos y no se dejó evidencia de un crimen en la escena. De hecho, nadie hubiera sabido que se había cometido un delito si no hubiera sido porque realmente faltaba algo. Ese ladrón salió con un Monet de alto valor solo así como así.

La vigilancia de Batman fue interrumpida por una serie de pitidos electrónicos en su oído. Tocó el costado de su casco blindado con titanio y respondió.

-¿Sí, Penny-One?

-Señor Wayne – respondió Alfred – Quería informarle sobre una señal en la red de seguridad WaynTech de que se activó una alarma en el Museo de Gotham. Parece que los sensores de movimiento están captando movimiento en la exhibición del Antiguo Egipto. ¿Crees que este podría ser tu ladrón?

-A menos que se estén volviendo descuidados, esto no encaja en el perfil – respondió Batman – Nunca antes activaron ninguna alarma y el Museo de Gotham parece un objetivo mucho más grande que la colección de arte personal de alguien. Dicho esto... ¿hay una exhibición especial actualmente?

-Comprobando, señor – respondió Alfred mientras buscaba información en la Batcomputadora – Sí, hay una colección en préstamo del Museo Egipcio de Antigüedades que honra al dios Bastet.

-Bastet... Dios de los gatos – gruñó Batman –

-Correcto señor, su conocimiento del antiguo Egipto sigue siendo tan astuto como siempre – respondió Alfred con un ligero toque de sarcasmo –

-Es que pongo atención a los video juegos de Dick, Alfred... – fue la respuesta de Batman, que sin decir mas echo una risa ligera – Voy a ir al museo a ver esto. Probablemente sea un grupo de novatos tratando de hacer una entrada. Me aseguraré de alentarlos a encontrar una nueva línea de trabajo.

-Muy bien señor, estaré disponible si necesita algo más. Buena suerte.

Con eso, Batman se puso de pie y se lanzó desde la Torre Wayne. A medida que ganó velocidad, amplió los brazos y el aire que pasó a toda velocidad atrapó su capa y lo empujó hacia arriba en un planeo controlado. Giró a la izquierda y se dirigió hacia el museo. Batman miró la pequeña pantalla en su brazo izquierdo y observó los datos enumerados: velocidad, telemetría, distancia al objetivo. Estaría en el museo en menos de cinco minutos. A través de la visión nocturna de su casco, el techo del museo comenzó a acercarse más y más. Cuando se acercó a la cornisa del techo, Batman se detuvo y aterrizó suavemente sobre las ásperas tejas que cubrían el techo.

Por un momento, se quedó completamente quieto y comenzó a observar su entorno. Escuchando atentamente, los únicos sonidos que escuchó Batman fueron el suave silbido del viento y el zumbido bajo el generador de calefacción ubicado en el techo. A través de su visión nocturna, escaneó el techo en busca de signos del robo. Mientras miraba a través del techo, se encontró con la puerta de acceso principal que estaba abierta de par en par.

-Bueno, bueno. Si no es más que el gran murciélago malo. Esperaba que aceptaras mi invitación...

Batman se dio la vuelta para enfrentarse a la voz femenina que lo sobresaltó.

¿Cómo demonios se le habían acercado sigilosamente de esa manera? Ella fue tan callada como un gato.

Mientras se concentraba en la fuente de la voz, Batman casi sin aliento dejó escapar un grito ahogado por lo que vio. De pie frente a él estaba la silueta de una mujer deslumbrante. No pudo evitar mirarla de pies a cabeza. Llevaba una capucha que tenía pequeñas orejas de gato y se extendía hasta una máscara que envolvía sus ojos, pero dejaba el resto de su rostro expuesto. El cabello largo y negro se escapaba de la parte posterior de la capucha y se acurrucaba detrás de sus hombros. A medida que continuaba hacia abajo, Batman pudo sentir que se le formaba un nudo en el estómago al mirar su magnífico contenido físico en un traje morado ceñido a la piel. Dejaba pocas dudas sobre las peligrosas curvas que poseía. Mientras luchaba por pasar su cintura, pudo ver el mango de lo que parecía ser un látigo saliendo de la parte superior de sus botas hasta los muslos.

-¿Qué pasa... la gata te mordió la lengua? ¿O simplemente estás disfrutando de la vista? – preguntó la misteriosa mujer con una sonrisa traviesa –

Batman, al darse cuenta de que pudo haber estado mirando por demasiado tiempo, trató de recuperar la compostura.

-¿Qué haces aquí? – gruñó el – El horario del museo terminó hace un tiempo y no te ves como la seguridad del lugar.

-¿Siempre eres así de aburrido? – bromeó ella – Supongo que no me parezco a nadie a quien estés acostumbrado.

Batman dio un paso más cerca de ella y se obligó a ser aún más severo.

-Supongo que eres responsable de la reciente serie de robos. Teniendo en cuenta que escapaste limpia con los demás... ¿por qué activaste las alarmas aquí?

-Bueno, puedo ver por qué te llaman el gran detective – respondió ella mientras se acercaba a Batman – ¿Y es un modulador de voz lo que estás usando? Te hace sonar oscuro, autoritario y malhumorado... mmm, me gusta. Va bien con todo el conjunto Bat. Al escuchar todas las historias sobre ti, solo tenía que conocerte en persona, por así decirlo. Supuse que una alarma disparada haría el truco.

Batman dio otro paso más cerca de ella, ahora estaban separados por la distancia de un brazo. Golpeó el costado de su capucha para apagar su visión nocturna. Cuando el tono azul y rojo abandonó sus lentes y las luces del techo del museo proporcionaron la iluminación, pudo ver los ojos de ella con mayor claridad. Eran de un verde deslumbrante que hacían que sus iris parecieran dos esmeraldas pulidas. La sombra de ojos oscura que llevaba acentuaba aún más sus ojos y Batman casi podía sentir que lo atraían hacia ellos. Incluso con la máscara oscureciendo parte de su rostro, pudo notar que ella era hermosa.

-Entonces Bats, estoy segura de que sabes lo que dicen sobre mirar fijamente... de nuevo, y no puedo culparte. Y sinceramente, no creo que me importe – ronroneó ella mientras extendía juguetonamente su brazo y comenzaba a hablar. Comenzó a trazar el símbolo del murciélago en la placa del pecho de Batman con el dedo. Se oyó un chirrido sordo cuando la garra metálica afilada en la punta de su dedo se arrastró a través de la placa de carburo de boro que protegía el pecho de Batman –

¿Qué le pasaba a Batman? Se había enfrentado a los peores villanos de Gotham City. Pero de alguna manera... ella lo estaba controlando.

Batman agarró su muñeca y la sostuvo frente a ella.

-Suficiente – gruñó el – Es hora de que ponga fin a tu pequeña ola de crímenes. ¿Qué tal si te lo pones fácil y me dices quién eres y dónde escondiste todos los artículos que robaste?

-Oh, nunca me ha gustado hacer las cosas de la manera más fácil – respondió ella mientras entrecerraba los ojos – Y estoy tan lista para revelar mi identidad como estoy segura de que tú lo estás para revelar la tuya. En cuanto a esas encantadoras baratijas, me temo que se han ido hace mucho tiempo. Verás, una chica tiene que sobrevivir y el alquiler no se paga solo.

-Rompiste la ley y te voy a...

-Vamos, cuando hablas así suenas como un policía tonto. No te rebajes a ese nivel, no es atractivo – Mientras ella hablaba, su mano libre se movió hacia Batman y comenzó a bajar por su costado, acariciando suavemente el borde de su armadura – Además, las únicas víctimas aquí son los snobs más ricos de que pueden permitirse comprar un reemplazo y cobrar sus enormes pólizas de seguro. Perdóname si no derramo una lágrima por su situación.

-¿Qué pasa con el museo? – pregunto Batman – ¿Las exhibiciones públicas ahora son parte de su cruzada contra el 1%?

-Bueno, digamos que tengo algo con los gatos. Además, no tomé nada esta noche. Solo tenía ganas de jugar un poco – los labios de ella que eran de un rojo lanzallamas se ensancharon en una sonrisa seductora mientras su mano libre continuaba explorando el costado de Batman hasta que encontró la sección donde terminaba el kevlar del traje. Ella acarició suavemente esa área donde solo la tela delgada la separaba de la piel de Batman – Mmm, ahí estás.

Batman se encontró en una posición que nunca antes había experimentado. Se quedó sin palabras con esta mujer y luchó por mantener la compostura. Su dificultad para las palabras no estaba siendo ayudada por su mano acariciante que enviaba pequeñas chispas por todo su cuerpo. Mientras la miraba a los ojos, Batman vio que ella sabía exactamente qué tipo de reacción estaba provocando. Su disfrute de la situación fue emparejado con la misma ira por la facilidad con la que ella había tomado el control.

Los sonidos crecientes de las sirenas de las calles de abajo sacaron a Batman de su aturdimiento. La policía finalmente estaba respondiendo a las alarmas disparadas en el museo. Su determinación se fortaleció de inmediato y su enfoque volvió.

-Se acabó la hora de jugar – añadió Batman saliendo del trance –

-Qué decepción, justo cuando la noche comenzaba a ponerse interesante – respondió ella con un gesto de desaprobación – Espero que seas menos aburrido cuando nos volvamos a encontrar.

Cuando las palabras salieron de sus labios, un dolor cegador atravesó el costado de Batman cuando clavó cuatro uñas en su carne desprotegida. Cuando retrocedió y dio un paso a la defensiva alejándose de ella, apenas vio la parte exterior de su pierna barriendo el suelo. Y en un instante, sintió que sus piernas se alejaban y luego vio hacia la apertura en el ventanal del techo cuando ella aterrizó de espaldas.

Batman saltó uso su Bat-garra para ascender hacia el techo, y vio que ella ya se había movido hasta el borde del edificio del cual estaba a punto de huir.

¿Cómo cruzó el techo tan rápido? Y luego en tacones... ¿y quién traería un látigo como arma?

Cuando se dirigió hacia ella, hubo un crujido de carga cuando ella desató su látigo y se lo arrojó a Batman para mantenerlo alejado. Se detuvo en seco cuando la punta del látigo golpeó la parte superior de su casco.

-Lo siento Bats, pero esa es toda la acción que tendrás esta noche... mejor suerte la próxima vez – Con eso, ella le lanzó un beso en broma y arrojó su látigo sobre una gárgola en el edificio adyacente. Mientras se preparaba para alejarse, miró a Batman y volvió a hablar – Por cierto, puedes llamarme Catwoman.

Salto rápidamente del techo y se adentró en la oscuridad. Batman corrió hacia el borde y alcanzó su cinturón multiusos para agarrar su Bat-garra. Cuando agarró el arma, pudo ver gotas de sangre. Tocó el área donde Catwoman lo había arañado y su guante estaba cubierto de aún más sangre. Los rasguños eran bastante profundos y requerirían puntos de sutura. Batman sabía que a regañadientes que la patrulla de esa noche terminaría antes de lo esperado.

***

En el East End, una figura esbelta se balanceó en la noche y aterrizó en el balcón del piso 15 de un complejo de apartamentos baratos. Cuando abrió la puerta corrediza y entró al apartamento, una voz gritó.

-Selina... ¿eres tú?

-Sí, soy yo Holly – fue la respuesta de Selina – ¿Quién más se balancearía por los tejados a altas horas de la noche? Además de Batman, claro – Selina bromeo mientras se quitaba la capucha de la cabeza – Pensé que ya estarías dormida, considerando que mañana tienes escuela.

-Lo siento Selina, estaba viendo el final de una película. Me iré a la cama ahora – Con eso, Holly fue a su habitación y cerró la puerta –

Algunas semanas después de haberla rescatado de Stan, Selina había estado cuidando a Holly y se aseguraría de que la niña no repitiera algunos de sus errores, por lo que la escuela era la prioridad número uno. Aunque Holly estaba al tanto de las actividades de Selina Kyle como Catwoman, entendió por qué lo hacia y agradeció que la cuidara. Selina le prometió que si le iba bien en la escuela, podría ir a la universidad que quisiera. Con la puntuación correcta, el dinero no sería un problema. De hecho, Selina había creado un fondo para Holly y se aseguró de aportar una parte de sus "ganancias" después de completar cada trabajo.

Selina entró en su propio dormitorio, se quitó el cinturón y lo dejó caer al suelo. Hubo un maullido silencioso que la saludó cuando se acercó a su cama.

-Hola Isis, ¿extrañaste a mamá mientras no estaba? – resulta que el gato que rescato la noche en que apenas huyo con vida de Roman Sionis, era una gata. Así que le puso Isis. La gata ronroneó cuando Selina le rascó detrás de las orejas –

Selina se quitó las botas junto a los guantes y empezó a quitarse el traje. Camino hacia el baño y abrió la ducha. Una vez que el agua se calentó lo suficiente, entró y dejó que el calor relajara sus músculos doloridos. Se frotó la muñeca que estaba un poco adolorida por el agarre de Batman y reflexionó sobre los eventos de la noche.

¿Por qué pensaba en él en ese momento? Estaba actuando como un policía estúpido, amenazando con arrestarla. Selina se pregunto cómo sonaba su verdadera voz, pero... estaba bastante segura de que entendía desde el día en que la rescato todas las historias que había escuchado; lo hacían parecer como un robot o algo así.

Cuando terminó de ducharse, Selina pensó en su próximo trabajo. Se hablaba de un nuevo gangster en la ciudad, un hombre de piel blanca y cabello verde, que ascendió de la nada a partir de las cenizas de la familia criminal Falcone. Tenía un club nocturno en el Bowery, que por cierto estaba bastante desprotegido. Selina se podría inmiscuir y pasar inadvertida en el lugar ya que había aprendido a guardar las apariencias y a disfrazarse; por lo que esto no debería ser un problema. Además, el dinero era grande y le permitiría tomarse un buen descanso por un tiempo.

Una vez que me terminara este nuevo trabajo, habría mucho tiempo para ella. Sí, de vuelta al trabajo. Haría reconocimiento rápido mañana y luego su caja fuerte.

Selina sonrió mientras se secaba y se deslizaba hacia su cama. Deslizándose bajo las sábanas, siempre le encantó esa sensación del algodón egipcio contra su piel desnuda. Había sido una buena noche y cuando el sueño comenzó a hacerse cargo, esperaba con ansias el día siguiente.