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Seis semanas después
Bruce Wayne estaba sentado en su escritorio, con la mano izquierda levantándole la cabeza mientras garabateaba distraídamente en un bloc de notas con la derecha. Una vez al mes asistía a una conferencia telefónica de una hora sobre el presupuesto de Wayne Industries. Todo fue para lucirse. Supervisó el presupuesto de cerca y estaba completamente al tanto de cualquier anomalía o deficiencia, generalmente antes de que los contables se dieran cuenta. Pero los accionistas no se esperaban que Bruce Wayne se preocupara ni siquiera entendiera las finanzas de la empresa.
Pero el las entendía a la perfección. A veces el prefería estar golpeando criminales que lidiar con los asuntos económicos de la empresa.
Algo pequeño en el presupuesto propuesto se había convertido en un problema para uno de los vicepresidentes de Metrópolis: "¿suministros de oficina?" "¿Quién necesita eso?"
Y todos los vicepresidentes de la llamada habían estado discutiendo al respecto con esa forma sofocante y comercial durante unos 35 minutos. Bruce no había dicho una palabra.
Sintonizando las voces que provenían del altavoz de su teléfono, repasó su lista mental de tareas pendientes para la noche:
· Verificar los registros del GCPD con respecto a la disminución de robos en almacenes en el Westside.
· Estar atento a los atracadores cerca de las áreas comerciales concurridas (siempre más en esta época del año).
· Y... vigilancia nocturna.
Un horario sorprendentemente ligero para un viernes de diciembre.
Echando un vistazo a sus garabatos, descubrió que lo había vuelto a hacer. Había llenado los márgenes de su bloc de notas con gatitos diminutos.
No había visto a Selina desde que salieron de Honolulu. Después de su rápido escape de la isla, todos se fueron en el Batwing, pero tuvieron que descansar en una pista privada a su nombre para recargar combustible. Debido a la incomodidad y a la verdad de la que nadie quería hablar (que Catwoman había asesinado a Talia Al Ghul), Selina abordó un avión con destino a Gotham mientras que Bruce regreso junto a los muchachos. Sintió el calor de la mano de Selina sobre la suya durante la mayor parte de su vuelo.
Adónde había ido Catwoman después de llegar a París, no podía decirlo. Si estaba en Gotham, se había mantenido oculta y se había arreglado para evitar ser captada por cualquiera de las cámaras de seguridad de la ciudad que él monitoreaba.
Después de devolver la biotoxina al laboratorio de gérmenes, intensificó sus patrullas por el museo. No creía que Catwoman intentaría robar el verdadero Queen's Ruby, pero dado su historial, tampoco podía descartarlo. La exposición había terminado hacia tres días y ella nunca apareció. Una parte de él estaba complacido con su ausencia y la otra decepcionada.
Trató de evitar la esperanza de cruzarse en su camino de nuevo. Trató de evitar extrañarla.
En ese momento, la puerta de su oficina se abrió y su asistente Candace entró; sus brazos estaban atestados por varias canastas de regalo llenas de nueces, frutas secas, palomitas de maíz y botellas de vino.
-Oh no, no más – dijo Bruce después de verificar que el teléfono estuviera en silencio –
-Son las vacaciones, Sr. Wayne. Sus contactos quieren asegurarse de que reciba algo para que pueda seguir haciendo negocios con ellos el próximo año.
-Tienen más posibilidades de conseguirlo si donan a organizaciones benéficas – dijo Bruce riendo mientras ayudaba a su asistente a poner los regalos sobre la mesa – Le daremos todo esto a los empleados... ellos se lo merecen.
-¿Qué hay de este? – Candace levantó un pequeño joyero de color púrpura oscuro atado con una cinta negra –
-¿Qué es?
-Ni idea. Fue radiografiado antes de que lo recibiéramos. Es seguro, sea lo que sea.
-Déjalo. Ahh... y también esto – dijo Bruce apartando una botella de Jack Daniel's de los regalos –
Cuando ella se fue, Bruce estudió la caja, dándole la vuelta en busca de una nota o una etiqueta. No hubo ninguna. Afortunadamente, estaba preparado para estas situaciones.
Poniéndose un par de guantes y una mascarilla quirúrgica escondidos en el falso fondo de uno de sus cajones, desató lentamente la cinta. No pasó nada. Después de revisar la parte superior de la caja en busca de factores desencadenantes y no encontrar ninguno, respiró hondo y quitó la tapa. Dentro de la caja había un trozo de papel. Lo sacó, lo desdobló y vio un mensaje garabateado en él con una mano torcida:
Hoy en tu casa, 8 de la noche.
-Ras Al Ghul...
***
Batman condujo el Batmóvil a toda velocidad hasta la Residencia Wayne. Allí en el jardín delantero, esperaban Ra's al Ghul y varios ninjas de la Liga de Asesinos, todos con sus capuchas de ninjas tapándoles los rostros. Batman se quitó su casco, revelando el rostro de Bruce Wayne. Al ver que Alfred era su rehén, Ra's al Ghul simplificó los términos.
-Derrótame y te daré respuestas, al igual que me iré de Gotham para siempre – dijo Ra's preparando su espada y lanzándole una a Batman – Te derroto... y todos tus seres queridos se mueren.
Antes de que comenzara la pelea, Bruce Wayne se quitó la máscara e hizo la pregunta crucial:
-¿Por qué? Ya conoces el deseo de hacer del mundo "un lugar mejor" – Ra's al Ghul le dio unas palmaditas en la cabeza a Alfred que estaba de rodillas antes de que Bruce continuara y tomara la espada – Ni se te ocurra hacerle daño.
-Únete a nosotros, Kuffash. Trae el orden junto a mi a este mundo enfermo – le dijo el líder de la Liga de Asesinos – No tenemos por qué pelear.
Bruce sacudió la cabeza con decepción.
-No quiero gobernar nada. Solo quiero que tú y tus matones salgan de mi ciudad.
Con eso, la pelea de espadas comenzó. Ra's al Ghul se movió a una velocidad sorprendente. Hizo tres movimientos con su mano y choco su espada contra la de Batman. El justiciero de Gotham City apenas y respondió al ataque, sin darse cuenta de que estaba muy a la par que Ra's.
De una fuerte estocada con su espada, Ra's Al Ghul hizo un movimiento circular y golpeo a Batman en su mano. En cuestión de minutos, había desarmado a Bruce, sin darse cuenta de que le había permitido una fácil victoria. Bruce aprovecho la sorpresa de Ra's por la manera en la que lo había derrotado, y le lanzó una serie de tres batarangs a su antiguo mentor.
Uno de esos batarangs le dio a Ra's en su ojo izquierdo.
Bruce volvió a ponerse el casco, y se dio cuenta de que había roto el espíritu de lucha del inmortal Ra's al Ghul, la Cabeza del Demonio.
-Si alguna vez te vuelvo a ver en Gotham, perderás más que un ojo.
Ra's dio la señal. Bruce había roto las reglas del juego. Sencillamente, Bruce se había descalificado a sí mismo. Su mayordomo tendría que morir.
Como si todo el mundo se paralizara, Lady Shiva parecía lista para romperle el cuello a Alfred. En el momento justo de su atrevida actuación, Bruce les mostró el mecanismo de autodestrucción de su cinturón multiusos. Consideró usar uno falso, pero no podía correr el riesgo de que los asesinos notaran la diferencia. Por lo que este cinturón explosivo, si era real.
-Como saben, no podría vivir conmigo mismo si matara a alguien. Habiendo dicho eso, no tengo problemas en suicidarme y llevarlos a todos conmigo – dijo Bruce poniendo su mano en el detonador, listo para hacerlos volar a todos –
La Liga de Asesinos no tuvo más remedio que aceptar su derrota. Incluso los Pozos de Lázaro no podrían salvarlos si Bruce Wayne presionaba ese botón.
-Tu ganas – le dijo Ra's mientras les hacia la señal a sus hombres de que se retiraran – Solo por que tienes agallas te concedo mi palabra. Mientras estés vivo, jamás atentaremos contra el mundo o la humanidad. Y tus seres queridos, incluyendo a la ladrona Selina Kyle, estarán a salvo... todos.
-¿Tengo tu palabra? – pregunto Bruce extendiéndole la mano, aunque con desconfianza –
-Tienes mi palabra – respondió Ra's, pactando su acuerdo con Bruce – Considera que fui piadoso y que no voy tras tu amiga... ¿no quieres saber que paso con Talia?
-Ella está muerta.
-Ahh claro, Selina Kyle dejo su cuerpo muy irreconocible... desagradable para la vista humana para ser exacto – le dijo Ra's mientras ponía un gesto de disgusto – Pude encontrar su cadáver en el mar. Para este momento, ya fue resucitada a partir de mi propio Pozo de Lázaro.
-¿Y ella no volverá a atacar a la civilización?
-Nunca volverá a separarse de mí, tienes mi palabra – y sin decir más, Ra's y el resto de sus ninjas se fueron caminando por el camino hacia las afueras, pero antes, Ra's volteo para decir una última cosa – He visto el futuro, Kuffash. Y el día en que vuelvas a mi, sabré que tu deuda fue pagada.
-Yo jamás me uniré a ti – dijo Bruce ayudando a Alfred a ponerse de pie –
-¿En serio?
Y así como vino, La Liga de Asesino y su líder inmortal se marcharon por donde vinieron.
Ahora le tocaba a Bruce encontrar a Selina.
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