El asfalto y el azufre teñidos de metano asaltaron la nariz de Bruce, lo que le provocó nausea. Los latidos de su cabeza y el dolor que irradiaba desde la parte posterior de su cráneo pulsaban al mismo tiempo los latidos de su corazón. Incluso con el forro protector en su casco, ese golpe fue intenso. Ojalá no le hubiera roto el cráneo. Calladamente evaluó el resto de su cuerpo a medida que se recuperaba, permaneciendo lo más quieto posible para no llamar la atención de sus captores. Sus dedos de los pies y de las manos se movieron al recibir una orden; sus extremidades funcionaban y no parecían estar rotas. Aunque estaba golpeado y desorientado, seguía funcionando. Una vez que estuvo seguro de que estaba bien, se concentró en la tensión alrededor de sus brazos y pecho. Una cuerda gruesa y pesada fue enrollada a su alrededor varias veces, manteniendo sus brazos inmóviles.

-Catwoman – le llamo Batman a Selina. Ella abrió lentamente los ojos. Estaban colgando unos buenos 50 pies por encima del lodo verde brillante del pozo de Lázaro. Eso explicaba el olor –

Catwoman gimió suavemente mientras recuperaba el conocimiento.

-Selina – susurró Bruce. Ella se quejo de nuevo – ¿Estas bien? – Ella guardó silencio por unos momentos, sin duda haciendo la misma evaluación que Bruce acababa de hacer –

-Define "ok" – respondió Selina – Nada está roto, si eso es lo que quieres decir.

-¿Puedes alcanzar mi guante izquierdo?

-Este es un mal momento para tomarse de las manos – dijo Selina, con la voz teñida de dolor –

-Hay un batarang ahí – Bruce señalo con la mirada mientras seguía luchando por aflojarse un poco. Ella movió sus dedos hacia el interior de su guante –

-Ya no hay nada...

-Maldita sea – Batman maldijo. Debieron haberlo registrado antes de colgarlos sobre el estanque de lodo de otro mundo –

-Todavía tengo un truco o dos en la manga – entonces Selina hizo que sus garras salieran de sus guantes en sus dedos –

-¿Cuánto tiempo va a tomar eso? – preguntó Bruce mientras ella comenzaba a cortar las cuerdas –

-Déjame preocuparme por eso. Tú te preocupas por sacarnos de aquí.

De repente, varios miembros de Leviathan enmascarados entraron en la habitación con antorchas. Talia y extrañamente; la terrorista Red Claw entraron tras ellos como una versión retorcida de la realeza. Talia caminó hacia el borde del acantilado que se extendía sobre el pozo y plantó sus manos en sus caderas.

-Tienes la habilidad de ser impredecible, Bruce – dijo Talia, la admiración en su voz era inconfundible – Predije que eventualmente deducirías que yo era responsable del robo en Gotham. Predije que vendrías a confrontarme. Pero nunca esperé que trajeras a la ladrona contigo. Ciertamente nunca esperé que ella robara la biotoxina mientras yo te retenía en el calabozo. Bien jugado.

-Desafortunadamente, todo fue en vano. Cuando los volvimos a capturar, recuperamos la biotoxina – Red Claw hizo un gesto hacia el vial que estaba encima de un gran panel de control que se alineaba en la pared de roca. Luego, dos hombres de Leviathan llegaron y lo tomaron, llevándoselo fuera de la vista.

-Iba a mantenerte con vida el tiempo suficiente para ver los hermosos estragos que causará, pero por razones obvias no puedo dejarte vivir – le dijo Talia a Bruce –

-¿Qué estragos? – Batman preguntó deteniendo a Talia. Catwoman necesitaba todo el tiempo que pudiera comprar –

-¿No es aun obvio? Desencadenar una biotoxina de esta naturaleza en el público desprevenido en un evento bien televisado, como las próximas celebraciones de Fin de Año, no solo mataría a miles, sino que sería el catalizador para una inestabilidad global adicional. Todo lo que tengo que hacer es sentarme y ver cómo todas las naciones del mundo se atacan entre sí en nombre de la venganza – Talia caminó hacia la consola de control mientras hablaba, la constante marcha del tiempo era evidente en sus laboriosos pasos – Mi padre es tonto y viejo, y aunque no lo creas... aun después de la forma en que te separaste de nosotros, el cree en ti. Y por eso prometió que nunca atentara nada contra el mundo y las personas mientras estén bajo tu protección. Pero yo soy diferente.

-Dios mío – dijo Batman. Las piezas finalmente encajaban en su lugar – Quieres iniciar una guerra mundial.

-¡Morirán millones de personas inocentes! – grito Catwoman –

-Nadie en este mundo es inocente. Cada persona demanda recursos preciosos de nuestro planeta, que a su vez alimenta la destrucción de nuestro medio ambiente natural y empuja a nuestra población a niveles insostenibles. Sin enfermedades ni guerras, la humanidad es como un enjambre desenfrenado de langostas que consume y destruye todo a su paso. Al igual que un bosque después de una sequía prolongada, se necesita un fuego purificador para restaurar el delicado equilibrio del ecosistema. Esta biotoxina es la combinación de eso – la mano de Talia se cernió sobre el interruptor que los enviaría al pozo – Las "aguas" del pozo de Lázaro pueden restaurar la carne enferma y moribunda, pero tienen el efecto exactamente opuesto en los cuerpos sanos. Estarían muertos en minutos.

-Tú preparaste una trampa a Catwoman y Red Claw... ¿Cómo encaja ella en esto?

-Apunté a Red Claw porque creo que su organización está al borde de la grandeza – le dijo Talia a la villana con el tatuaje en el brazo. Y esta sonrió – Sin embargo, sus ideales estaban fuera de lugar y por lo que lucha es un patriotismo simplificado que no tiene lugar en mi próxima utopía.

-Pero ahora veo las cosas con claridad y veo que esta lucha va más allá de los límites de Kaznia – le dijo Red Claw desde donde estaba – Ahora yo y mi organización somos dignos de Leviathan y la causa por la que luchan.

Talia sonrió con los labios apretados y negó con la cabeza.

-La Policía de Gotham iba a matar a Red Claw. Entonces sería solo cuestión de tiempo antes de que el resto de su organización descendiera sobre tu ciudad para destrozarla. Desafortunadamente, el operativo asignado al museo esa noche no llamó a la policía con la suficiente rapidez después de recuperar la biotoxina. Su fracaso ha sido solucionado.

-¿Qué hay de mí? – preguntó Catwoman, su voz era fuerte para cubrir el sonido de los hilos de la cuerda rompiéndose –

-Se suponía que Red Claw te mataría – le contesto Talia –

-¿Por qué? – Batman siseó. Catwoman había aflojado lo suficiente las cuerdas que sus manos hormiguearon cuando la sangre volvió a sus dedos –

-Una capa adicional de confusión. Además, solo le daría a Batman más razones para pasar tiempo derribando al resto de la organización de Red Claw.

-¿Mi muerte fue tu póliza de seguro? – preguntó Catwoman, incrédula –

-Me pareció una bendición que la única ladrona lo suficientemente buena para entrar en el museo esa noche sea también la única de la supuesta galería de villanos de Batman que nunca ha sido encarcelada en Arkham Asylum. Es curioso, ¿no? ¿Es porque tus crímenes no justifican tal castigo? ¿O quizás... es porque Bruce no puede soportar la idea de una mujer tan hermosa como tú atrapada en ese infierno disfrazado de manicomio?

La mano de Talia se cernió sobre el botón.

-No tienes que hacer esto, Talia – dijo Batman, nuevamente tratando de apelar a la mejor naturaleza de la mujer a la que alguna vez amo. Una naturaleza que no estaba seguro de que existiera –

Bruce miró a Talia, que había estado parada en el borde del acantilado, con su mirada fija en el rostro encapuchado de Batman todo el tiempo que ella habló.

-Podrías unirte a nosotros, Bruce. Una vez que el mundo haya sido limpiado, podrías moldear la Utopía venidera en la sociedad de tus sueños. Tú podrías ser su rey. Y yo estaría a tu lado como tu amorosa y obediente reina. Podríamos gobernar este mundo, ¡juntos!

-La sociedad de mis sueños no implica la muerte de innumerables personas inocentes – gruñó Batman. Catwoman estuvo a punto de romper las cuerdas. Con sutileza, uso el peso de su cuerpo para que comenzaran a balancearse –

Talia cerró los ojos y respiró hondo.

-¿No me amas? – preguntó Talia. Su voz era suave, pero mecánica. Como si estuviera diciendo algo para ponerlo de su lado. Como si estuviera diciendo lo que pensaba que él quería escuchar –

-Nunca podría vivir en el futuro que imaginas, Talia. La mujer a la que yo amo realmente nunca haría algo así...

Y entonces, Talia le lanzo una mirada de muerte a Selina Kyle. Para este punto, la odiaba a ella más que a nadie en el mundo.

-Adiós, amado.

-¡Nos quedamos sin tiempo! – Batman le siseó a Catwoman mientras veía la mano de Talia levantarse por encima del botón –

-¡Dos segundos! – fue la respuesta de Catwoman, luchando por relajarse y no delatar sus actividades –

-¡No los tenemos! – replico el, moviendo las piernas para que se balancearan en amplios arcos sobre el pozo –

-¡Ya casi! – dijo Catwoman mientras la mano de Talia bajaba al botón –

La garra sobre ellos se abrió y cayeron hacia el líquido venenoso de abajo.