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-Déjame aclarar esto: crees que la persona que se hizo pasar por Brian Anders es miembro de la Liga de Asesinos – dijo Selina, apoyándose contra el marco de la puerta de la sala de armas de la Batcueva. Batman metió una cuerda en una bolsa de lona que tenía a los pies, junto con varios cinturones utilitarios completos –
-Sí. Nardoc Sera también.
-¿Y Red Claw? Es una terrorista pero no es tan estúpida como para cruzarse con la Liga.
-Nardoc Sera es Kasniano. O su identidad lo es.
-¿Tiene sentido? – ella preguntó –
-Es un agente doble, probablemente trabajaba para Ra's mientras espiaba a Red Claw. Pero su verdadero propósito era configurar la transferencia de la biotoxina a otro agente de los Asesinos. Como el corredor de apuestas Gerry Pavloski, Sera pudo asegurar la gema falsa y localizar una identidad para que la utilice su socio.
-El escultor Efervescente y Brian Anders.
-Ambas personas estaban lo suficientemente inmersas en sus adicciones al juego como para usarlas como el corredor de apuestas, y eran lo suficientemente funcionales como para ser útiles.
-Entonces Sera coloca la gema en el museo mientras el falso Brian Anders roba la biotoxina – dijo Selina mientras comenzaba a ver que las piezas encajaban en su lugar –
-Luego, Anders lo coloco en el compartimento de la gema mientras realizaba un trabajo de limpieza.
-Entonces, ¿por qué no estaba la biotoxina cuando llegó Red Claw? – ella preguntó –
-Dímelo tú – dijo Batman, cruzando los brazos sobre su ancho pecho –
-¿Qué te diga qué? – Selina estaba moleta, sintiendo inmediatamente el cambio en su comportamiento. Este no era el hombre que había sido su compañero durante esos últimos días, era el Batman que no tenía problemas para llevarla con Gordon y el GCPD –
-El ex amante de tu socio apareció en un laboratorio de gérmenes la noche en que se cometió el robo con el nombre de un hombre que sería encontrado muerto varias semanas después. Y tú le ganaste a Red Claw la noche en que irrumpieron en el museo.
-¿Por qué iba a preguntar dónde estaba la biotoxina si la tomaba? – preguntó Selina, retrocediendo mientras él avanzaba hacia ella –
-¿Qué estabas haciendo allí, Selina? – el estaba tan cerca ahora que la nariz de ella casi le tocaba la barbilla –
-¡Ni siquiera toqué el rubí esa noche, tú te encargaste de eso!
-¿Con quién estabas trabajando?
-¡Pensé que estaba trabajando contigo! – ella respondió mientras cuadraba sus hombros –
-¡No me mientas! – Batman grito, la saliva se le enganchó en el labio inferior. Ella puso su mano sobre su pecho y suavemente lo empujó hacia atrás para recuperar algo de terreno –
-¿Crees que si estuviera trabajando con Ra's o Red Claw me habría quedado aquí para interpretar a Watson con tu Sherlock?
-¿Entonces por qué te quedaste? – Batman demando saber. La pregunta flotaba en el aire entre ellos –
-No trabajo con terroristas o megalómanos locos que buscan dominar el mundo. Yo si se lo que está bien y mal... y además están por encima de mi salario – dijo ella, cambiando de tema. Ella dejó caer las manos a los costados y miró su rostro encapuchado, con los ojos fríos, pero abiertos. Ella se sintió ofendida por su línea de preguntas, pero le estaba diciendo la verdad. Ella no estaba involucrada. O si lo estaba, no se dio cuenta –
-Tu ex socio de negocios italiano te mencionó la exhibición, ¿no es así?
-De paso, pero a él siempre le intereso Gotham –dijo ella, interrumpiéndose. Con los ojos muy abiertos, su boca se abrió cuando la razón la golpeó – Me tendieron una trampa...
-No tenías que decirle a nadie que ibas tras el rubí, cualquiera que te haya estudiado sabría que no puedes evitar una oportunidad como esa. Se envió al falso Brian Anders para confirmar de que tu asociado colocara la información.
-No tiene ningún sentido...
-En realidad, lo tiene. Se suponía que debías asumir la culpa por la biotoxina faltante, desviando así la atención de Red Claw de Sera y la atención de la policía del personal del museo.
-La alarma silenciosa – dijo ella, cerrando los ojos e inclinando la cabeza hacia el suelo – ¿Cómo he podido ser tan estúpida?
-Esto no es tu culpa, Selina – dijo Batman, evitando poner una mano tranquilizadora en su hombro – Si te sirve de consuelo, creo que Red Claw también fue engañada.
-¿Cómo te imaginas eso? – ella preguntó. Respiró hondo antes de continuar –
-Creo que Ra's quería robar la biotoxina, pero quería asegurar de que no fuera obvio que él estaba detrás de ella. Quería que desentrañara todo este maldito desastre. Que es exactamente lo que hice.
-¿Todo esto se trata de ti? – preguntó ella, incrédula –
-Sé cómo suena. Pero tengo historia con Ra's y con La Liga de Asesinos. Él querría que supiera lo que había hecho. Por eso hizo que sus asociados usaran un corrosivo con un compuesto que solo se encuentra en el Pozo de Lazaro – Apartando la mirada de ella, Batman se concentró en recoger la bolsa de lona. Ella guardó silencio durante varios momentos –
-Entiendo por qué eligió a Red Claw: ella es una terrorista y estaría interesada en las armas biológicas. Pero... ¿por qué me eligió a mí? – Selina se apagó, su voz era tranquila –
Eso fue algo que Batman no pudo responder, así que no dijo nada. No contemplaba el por qué Ra's arrastraría a Selina a esto, ¿era porque Ra's sabía lo que sentía por ella? ¿Pero cómo?
-Vas a ir tras él – Selina dijo una declaración. No necesito preguntarlo porque lo sabía – Voy contigo.
-Selina...
-No me quedaré de brazos cruzados mientras tú corres y obtienes las respuestas que quiero – antes de que ella se diera cuenta, Batman la agarró suavemente por los brazos –
-Ra's es peligroso. Si realmente te tendió una trampa, deberías estar muerta ahora mismo. No lo estás porque algo salió mal. No dudaría en matarte de nuevo.
En momentos como esos, Bruce deseaba que ella pudiera ver sus ojos en el lugar de los lentes de su capucha. Podía ver lo importante que era quedarse atrás. No podía ser responsable de su muerte, ni ahora, ni nunca. No después de todo lo que habían pasado en los últimos días, con su fácil camaradería y su agradable conexión. Trabajar con ella se sentía natural, casi como con Dick o Clark. Se sentía bien.
Ella lo agarró suavemente por los antebrazos y lo miró como lo había hecho en el Batwing.
-Puedo ayudar.
-Es demasiado arriesgado...
-Por como me cuentas, Ra's al Ghul es un psicópata peligroso con un complejo de Dios. Si realmente tiene esa biotoxina, podría matar a un número incalculable de personas. Hay que detenerlo.
Ella era tan sincera, tan abierta. A pesar de todo, él le creyó. En ese momento, la entendió mejor que nunca. Sus vidas se fueron diferentes caminos, pero en un nivel fundamental, se entendieron. Se entendieron de una manera que él nunca había experimentado con nadie más, ni siquiera con las personas que quedaban a su lado. Su mano le volvió a temblar, anhelando acariciar su mejilla y atraerla para un beso.
Sacudió la cabeza y se desenredó de los brazos, poniendo distancia entre ellos.
-Te dejaré de regreso en Gotham antes de irme – dijo Batman antes de alejarse, con la capa apretada en los puños –
-Eres sólo un hombre. La Liga es un ejército. Eres bueno, pero ni siquiera tú puedes sobrevivir contra tantos matones entrenados. Necesitas mi ayuda y yo necesito respuestas.
-¡Es muy peligroso! – dijo el, dándose la vuelta para mirarla –
-¿Crees que no puedo cuidarme sola? Como si te necesitara para protegerme... – Ella chasqueó –
-No entiendes...
-¡Explícamelo!
Él guardó silencio.
-Oh, lo entiendo. Exiges honestidad a todos los que te rodean y luego te congelas cuando se te pide.
-¿Por qué nunca te has ido de Gotham? – replicó él –
Ella lo habría besado para evitar responder esa pregunta antes. Pero ahora las cosas eran diferentes y ya era tiempo de hablar en claro sobre ambos.
-Voy contigo – dijo Selina, cambiando de tema – Y no me digas que no entiendo. Entiendo muchísimo más de lo que crees... Bruce.
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