10
El recuerdo de su primer encuentro con Catwoman todavía está fresco en la mente de Barbara. Una franja de negro disparándose a través de los tejados, moviéndose con una velocidad y agilidad casi sobrehumanas. Batman le pisaba los talones, pero no la alcanzó hasta que ella quiso que lo hiciera. Bárbara o Batgirl por otro lado, solo estaba luchando por mantenerse al día. Tenía emociones mixtas de asombro, ira y confusión al ver a su mentor y a la supuesta ladrona más grande del mundo pelear en lo alto de un edificio. Para Bárbara, se parecía menos a una pelea y más a un baile de apareamiento. Batman mostró su combinación de fuerza bruta, velocidad y precisión, mientras que Catwoman mostró su increíble flexibilidad, agilidad y gracia. Contrarrestando los ataques del otro con una gracia que mantuvo hechizada a Batgirl.
Y sin embargo, era obvio que ninguno de los dos quería dañar al otro, en ese extraño coqueteo no verbal. Cuando Batgirl llegó a la azotea, estaba casi segura de que vio una sonrisa en los labios de Batman. Antes de que pudiera procesar eso, vio que Catwoman había pasado sus piernas alrededor del cuello de Batman y usó su cuerpo para lanzarlo contra una pared. Batgirl tuvo el tiempo suficiente para buscar un Batarang en su cinturón de herramientas cuando Catwoman ya estaba en el borde del techo, lista para salirse con el "Estrella Rosa", el invaluable diamante rosa de 50 quilates que había robado.
Batgirl arrojó el Batarang a Catwoman, confiada en que le daría; pero le rozo el hombro de Catwoman, por lo que le lanzo otro Batarang. De alguna manera, Catwoman había anticipado el ataque y con una patada giratoria envió el arma volando hacia Batgirl. La joven justiciera se agachó cuando pasó zumbando por encima de su cabeza y se ensarto en la pared detrás de ella. Cuando volvió a levantar la vista, Catwoman se había ido.
Batman, que ahora estaba junto a ella, hablo tratando de alentar las cosas.
-No te preocupes. La atraparemos la próxima vez. Vamos - disparó su Bat-garra hacia un edificio distante y salió volando.
Batgirl recuperó su Batarang y siguió a su mentor. Más tarde esa noche, mientras regresaban a la cueva en el Batmóvil, Barbara hablo con él.
-¿Cómo hizo eso?
-¿Hacer qué? – le respondió Bruce, obviamente fingiendo no saber a qué se refería –
-Ya sabes, Catwoman. ¿Cómo me devolvió el Batarang? Nunca había visto algo así – dijo ella, incapaz de ocultar su admiración –
-Ella es muy hábil – fue la breve respuesta de Bruce –
Luego Bruce le preguntó si había tomado fotografías de los negocios turbios que habían presenciado en el Iceberg Lounge de Penguin.
Por supuesto que lo había hecho, un poco molesta. Aunque no dijo nada, Batgirl tenía la sensación de que Batman había cambiado de tema a propósito y simplemente no quería hablar de Catwoman. Tal vez estaba perdiendo la cabeza, pero sentía que él se sentía atraído por ella. Tal vez, incluso Catwoman también se sentía atraída por él.
***
Selina se odió un poco a sí misma por su miedo. Odiaba no haberse puesto su traje desde que Batman la había atrapado sin su máscara. También odiaba que le importara que Bruce Wayne ahora se paseara por todos lados con esa reportera grosera Vicky Vale; ya que nunca había dejado de sentir algo por él. Básicamente se había encerrado en su casa, lo cual no era algo que hiciera. El odio hacia sí misma, la lástima y el desprecio eran sentimientos poco comunes para ella, y no le gustaban. Pero todavía no quería salir y enfrentarse al mundo como siempre había hecho.
Así que se sentó en su sofá con su gata Isis había tomado un lugar acurrucándose junto a su pecho. La acariciaba sin pensar y miraba la televisión igual sin importarle que ver. Pero descubrió algo inquietante, tanto que saltó, enojando a Isis. Aunque la gata se recuperó rápidamente, saltando a uno de los reposabrazos del sofá, Selina miró a Isis disculpándose.
-Lo siento niña, pero me acabo de dar cuenta de que es la segunda vez que veo este episodio de Project Runway – Selina sabía que podría estar exagerando ante estar diciendo tonterías pero gritó – A la mierda con esto. No me quedare sentada y suspirando por ellos.
Se dirigió a su armario y abrió el compartimento secreto que contenía su traje. Catwoman merodearía esa noche. Después de todo, Catwoman era más que robos y Batman.
¿Verdad?
***
¿En qué momento se habían convertido esas personas en amigos?
Catwoman estaba bebiendo una botella de vino cara en el único lugar de Gotham City al que podía entrar sin llamar la atención indebidamente, el Iceberg Lounge.
Se sentó a una mesa con algunos de los otros villanos. Poison Ivy estaba discutiendo con el Joker mientras Harley gemía de un lado a otro entre ellos, y aunque Catwoman olvidó de qué trataba la discusión real, sabía que el contexto de la discusión giraba en torno a la mujer payaso.
Ella no puso atención a lo que decían pero en su cabeza se imaginaba las respuestas que estos personajes tan raros decían.
Ivy decía: "No tengo amigos porque soy completamente repulsiva con los seres humanos, de ahí toda la obsesión por el planeta, y Harley es la única persona que puede tolerar (e incluso disfrutar) mi compañía".
Mientras que el Joker le respondía: soy un gran ególatra y Harley Quinn es la joya de la corona de mis logros, además ella alimenta mi ego con su devoción y puedo lastimarla tanto como quiera en nuestra relación enfermiza.
Por primera vez, Selina realmente pensó que su personaje de Catwoman era realmente para ella. Selina era la persona más cuerda en ese grupo de locos. Terminó su copa de vino y dejó la mesa. La habían incluido en ese grupo porque Catwoman realmente no encajaba bien en ningún molde, pero se preguntaba si esta era realmente la vida que quería.
Selina se animó a ir al baño de damas. Allí cerró la puerta detrás de ella, sabiendo que no mantendría fuera a nadie en ese bar tan excéntrico por mucho tiempo, pero necesitaba un momento a solas. Agarró el lavabo de porcelana y descubrió su rostro enmascarado en el espejo. Por mucho que odiara admitirlo, Batman era complicado para Catwoman. Ahora que él sabía quién era ella debajo de la máscara, no pudo evitar preguntarse cómo ese cambio en su relación afectaría a quién era ella como Catwoman.
En ese momento escuchó la ventana cerrarse casi en silencio y agarró a la persona que se entrometió en su momento de reflexión. Se sorprendió cuando se encontró presionando a Batgirl contra la pared.
-¿Qué estás haciendo aquí? – A pesar de su duro comportamiento, Catwoman se dio cuenta de que la chica estaba nerviosa. Aunque tenía buenas razones para estarlo. Dios no lo quiera que Harley Quinn irrumpiera por la puerta –
-Necesitaba hablar contigo y no sabía cómo comunicarme.
Por un momento, Catwoman reflexionó sobre qué significaba que Batman no les hubiera contado a sus "compañeros" sobre su identidad secreta. Pero no pudo encontrar una respuesta satisfactoria en el momento, así que se burló de su presa capturada.
-Bueno, tienes valor niña. No muchos justicieros estarían dispuestos o podrían colarse en el nido de Penguin, por así decirlo – Catwoman miró a los ojos de Barbara. Los ojos azules de Batgirl se habían estrechado hasta convertirse en acero e instantáneamente Catwoman se cansó del juego que estaba jugando, así que dejó ir a la otra mujer. Batgirl se dio la vuelta para mirarla por completo, mirándola ahora mientras se frotaba la muñeca que Catwoman aparentemente había agarrado con demasiada fuerza. Selina se cruzó de brazos, aburrida –¿Entonces qué quieres?
-Estoy en problemas – le contesto Batgirl hablando con franqueza –
Catwoman se acomodó el cabello, reflexionando sobre la imagen en el reflejo. Tal vez era hora de otro cambio en su atuendo; tenía ganas de un corte de pelo y esa capucha que le cubría los ojos hasta la nariz no funcionaba. Selina le respondió con indiferencia.
-¿Por qué me importaría? – Catwoman continuó enfocándose en su reflejo – Niña, se han tramado muchos planes para destruir a Batman dentro de estas paredes, ¿por qué vendrías aquí a buscar ayuda?
-Porque no eres como ellos – le respondió Batgirl así como así – Sé que le has ayudado a Batman...
-Cierto – Selina dejo de mirarse en el espejo y extendió sus garras para examinar su nitidez – Pero eso no significa que te ayude.
-Batman y Robín están fuera y he visto algunas cosas con mafiosos – Batgirl bajó la cabeza – No puedo detenerlos yo sola.
Catwoman sabía que debía de ser difícil para la chica admitirlo, pero no tenía ganas de interpretar a la mujer comprensiva. No desde que Batman conocía su identidad. Ella retrajo sus garras y le respondió al fin.
-¿Por qué no le pides a papá que te ayude, Bárbara? – Los ojos de Batgirl se abrieron como platos y antes de que pudiera empezar a negarlo, Catwoman volvió a hablar – Oh, no te preocupes, ninguno de los locos lo sabe, simplemente sabía a donde buscar. De entre Batman y Robín, tú eres la más descuidada al entrar por la ventana a tu departamento.
Aunque su confianza se vio visiblemente afectada, la voz de Batgirl aún era fuerte cuando hizo su última súplica.
-Por favor, ayúdame – le dijo Barbara – Sé que me viste hace unos meses cuando entre. Por eso te pedí ayuda.
Selina agarró los bordes del fregadero de porcelana una vez más. Ahí estaba, la pregunta que la había estado atormentando durante algún tiempo, esperando una respuesta final:
¿Cuál era su relación con Batman? ¿Eran amigos o enemigos?
¿Podría ayudar a una chica necesitada a detener a unos cuantos maleantes?
¿Ella era una buena persona?
-Bien, Barbie... – Selina también puso una sonrisa, aunque esta vez gentil – ¿Cuáles son los detalles?
***
El próximo encuentro de Batgirl con Catwoman ocurrió menos de un mes después. Por todo ese mes, Batman estuvo en Metrópolis formando equipo con el kryptoniano. Y Dick estaba con los Teen Titans. Mientras estaba patrullando, escuchó que sonaba una alarma. Fue en el Iceberg Lounge de nuevo. Se apresuró a encontrar alrededor de una docena de guardias tirados en el suelo. Algunos tenían extremidades rotas, otros tenían profundas marcas de garras en la cara y el torso. ¡Fue ella!
Batgirl siguió el rastro de gángsters incapacitados para llegar al callejón justo detrás del edificio. Llegó justo a tiempo para ver a dos hombres grandes y bien fornidos caer de espaldas. Luego escuchó el chasquido de un látigo y vio la silueta de una mujer saltando al techo del edificio.
Ahora era la oportunidad de Batgirl. Ella disparó su arma de agarre y corrió tras la ladrona. Incluso mientras saltaba un tejado tras otro, Batgirl tenía claro que no importaba lo duro que entrenara, nunca se movería como lo hacía Catwoman. Sus habilidades estaban en un nivel diferente.
Selina se detuvo repentinamente. Se quedó apoyada contra una pared, esperando a que Batgirl la alcanzara. Barbara finalmente la alcanzó, vergonzosamente sin aliento.
-Tus habilidades de parkour necesitan trabajo cariño – dijo Catwoman con su voz profunda y sensual –
-Te pedí ayuda, pero tendrás que devolver lo que robaste... ¡Ahora! – exigió Barbara, ahora algo enojada –
-¿Devolver qué? – Catwoman preguntó luciendo bastante desconcertada –
-Lo que sea que hayas robado de Penguin.
-¡Vaya! ¿Te refieres a esta cosita? – Catwoman preguntó sosteniendo un disco entre sus dedos – No, creo que me aferraré a esto.
-No tenemos que hacer esto difícil. Entrega ese disco y ven conmigo a la comisaría. Si cooperas y devuelves todo lo que has robado hasta ahora, los tribunales podrían tomárselo con calma.
-¡Oooh! – esto solo provocó una risita de Catwoman. Ella dijo en un tono burlón – Eso es adorable. Pero como creí que querías mi ayuda... ¡Nos vemos!
Y se dio la vuelta para irse. Pero esta vez Batgirl no podía dejarla escapar. Se abalanzó sobre Selina y acabo de agarrar su hombro cuando de repente, antes de que supiera lo que estaba pasando, Batgirl se encontró girando y en el suelo boca abajo. Se levantó de nuevo y atacó a Catwoman con patadas y puñetazos, pero ella bloqueó cada uno de sus golpes con una facilidad casi cómica.
Cada vez más agitada, Batgirl lanzó un puñetazo a la cara de Catwoman, pero su muñeca quedó atrapada y su brazo se envolvió alrededor de su cuello. Su otro brazo estaba torcido detrás de ella dolorosamente. Mientras Barbara luchaba contra el poderoso agarre de Catwoman, la ladrona pateó sus pies debajo de ella. Esto hizo que Batgirl cayera de rodillas.
En cuestión de segundos, Catwoman la tenía completamente bajo su control. Mientras continuaba luchando, escuchó esa misma voz sensual que le hablaba al oído.
-Los murciélagos son solo ratones con alas, niña – lo que le provocó un escalofrío en la columna. Sin embargo, Bárbara no cedía y seguía luchando –
-¡No me llames así! – gritó Batgirl, claramente frustrada –
-¡Tranquilízate! – Catwoman dijo con severidad – Y escucha atentamente. No quieres ese disco. Quieres lo que hay en él. Quieres la información sobre el trato de drogas que Cobblepot hizo con el jefe Tanaka. Quieres saber dónde están escondidas las drogas y atrapar a esos hombres... ¿Es eso correcto?
-S...sí – tartamudeó Batgirl –
-Bueno. Ahora bien, deja de ser una molestia y déjame rastrear las drogas. Me pondré en contacto contigo en unos días y tú y yo incautaremos las drogas juntas – Selina la tranquilizo – Contra nosotras dos, esos hombres no tendrán ninguna posibilidad. Confiaste en mí, ahora tú confía en mí.
-No voy a caer en tus trucos – dijo Batgirl – Solo quieres robarte las drogas y revenderlas, ¿no es así? Y usarme para llegar a ellas.
-No me insultes. Traficar con drogas no es mi estilo. No hay delicadeza en vender muerte y miseria – le dijo Selina, pero ahora el tono juguetón se había ido – Te dejaré ir si aceptas trabajar conmigo.
-¿Cómo sé que puedo confiar en ti? – preguntó Batgirl, comenzando a darse cuenta de que necesitaría la ayuda de Catwoman para acabar con los mafiosos. De repente, Catwoman la soltó y le hablo más calmada –
-Había al menos una docena de formas en las que podía haberte lastimado gravemente. Pero no lo hice. Esa es tu garantía – Selina estaba a punto de saltar por el borde cuando Batgirl la detuvo –
-¡Espera! ¿Cómo te encontraré?
-No tendrás que hacerlo. Yo sé dónde vives – Y con eso Catwoman desapareció en la noche –
Barbara pasó los siguientes días preguntándose si la habían engañado. Justo cuando estaba convencida de que Selina había jugado con ella, encontró un origami en el marco de su ventana. Era un gato hecho de papel morado. Sabía quién lo había dejado. Después de pasar unos minutos tratando de averiguar qué podría significar, lo desdobló. En el lado interior había un mensaje; "los Muelles, a medianoche".
Batgirl llegó al lugar a tiempo. Podía oír cómo descargaban la carga y a los hombres hablando, y se preguntó si debería entrar sola. Fue entonces cuando escuchó a Catwoman.
-Me preguntaba si te acobardarías. Es bueno ver que el ratón tiene agallas – Batgirl no tuvo tiempo de reflexionar sobre cómo se había acercado tanto sin siquiera ser escuchada, y eso que Catwoman traía tacones –
De repente, escuchó una pelea. Los hombres de Penguin y los hombres del jefe Tanaka parecían estar discutiendo, se intercambiaron golpes y pronto sacaron sus armas.
-¿Qué está sucediendo? – Bárbara preguntó en voz alta. Catwoman abrió un pequeño compartimento en su cinturón y sacó algunas cápsulas de gas. Le entregó algunas a Bárbara –
-Están demasiado preocupados peleando entre ellos. Ahora es nuestra oportunidad. Estoy segura de que sabes qué hacer – Selina no tuvo que explicarle el plan a Batgirl –
A medida que la pelea entre los hombres se intensificó, la ladrona y la justiciera se escondieron detrás de uno de los grandes contenedores y bombardearon el área con sus cápsulas de gas, lo que provocó que la visibilidad se redujera a casi cero. Los hombres de Tanaka asumieron que los hombres de Penguin habían organizado esta emboscada y abrieron fuego. Los hombres de Penguin respondieron de la misma manera. El área se llenó de humo todo el rato.
Algunas de las balas dieron en el blanco y otras fallaron. Catwoman se aprovechó de la confusión y usó su látigo para quitarles las armas de las manos. Batgirl rápidamente pateó todas las armas al agua. Luego, las dos damas se encargaron rápidamente de los hombres que aún estaban de pie. Lanzaron puñetazos y patadas giratorias, Selina uso su látigo para desorientarlos mientas que Batgirl les lanzo sus Batarangs para dejarlos fuera de combate. Ambas era un dúo extraordinario. Catwoman se aseguró de romperles las piernas para que no tuvieran que preocuparse de que se escaparan, mientras que Batgirl llamó al GCPD.
Más tarde, Batgirl tomó fotografías desde la distancia mientras se llevaban a los hombres y se incautaban cargas de cocaína y metanfetaminas. Sin embargo, algo todavía no tenía sentido. Catwoman parecía saber que los hombres pelearían entre ellos. ¿Pero cómo? ¿Y por qué pelearon? La sobresaltó la voz de Catwoman justo a su lado.
-Aquí – dijo Selina poniendo el disco que había tomado en las manos de Batgirl – Tiene información sobre futuras transacciones que Penguin iba a hacer con Tanaka. No quería que el GCPD pusiera sus manos en esto porque algunos policías también están involucrados. Estoy segura de que Batman lo encontrará útil.
-Pero – le preguntó Barbara, aun impresionada – ¿cómo supiste que iba a suceder esto? ¿Cómo supiste que todos comenzarían a pelear?
-Ya ves, ratoncita – respondió Catwoman con una sonrisa –Cuando se hace un trato de este tamaño, a ambas partes les gusta asegurarse de que no los estafen. Entonces, los hombres de Penguin revisaron las drogas, y los hombres de Tanaka revisaron el efectivo para asegurarse de que fuera legítimo. Desafortunadamente, los billetes que les dieron eran obviamente falsos. No valía el papel en el que fueron impresos. Y llegaron a la conclusión de que Penguin estaba tratando de engañarlos. De ahí la violencia sin sentido.
-Pero, ¿por qué Penguin les dio dinero falso? Obviamente quería seguir haciendo negocios con ellos – Batgirl aun estaba confundida –
-¿Qué puedo decir? – una misteriosa sonrisa se extendió por los labios de Catwoman –
Y con eso, Selina hizo restallar su látigo y en el siguiente instante estaba en lo alto del puente elevado.
Batgirl finalmente hizo los cálculos.
Catwoman había cambiado el dinero real, probablemente decenas de millones, por el falso. Y lo había guardado para ella. Pensó en ir tras ella, pero sabía que sería en vano.
Ella era una criminal, pero esa noche no solo evitó que toneladas de drogas inundaran las calles de Gotham, sino que también brindó valiosas pistas para acabar con el cartel.
Una semana después cerca de un millón de dólares fueron donados a la Parroquia de Nuestra Señora de Gotham, al refugio de animales "Cats, Dogs & Friends" y al orfanato Pinkney, todo a través de Selina Kyle.
No había absolutamente ninguna razón egoísta para que Catwoman hiciera todo eso.
Tal vez Barbara tenía razón. Tal vez Selina no era del todo mala.
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