solum
5,6k words
El momento en el que Felix llegó al apartamento, cerró la puerta con cautela, sin querer ser demasiado ruidoso y miró alrededor el lugar, notando cada detalle de la casa. Había una que otra foto, de la que parecía ser el dueño junto a unos señores más grandes, quizás serían sus padres, además de una que otra decoración como flores e incluso pequeñas estatuas de cerámica o metal.
Cuando caminó hasta el pasillo donde se encontraban las habitaciones, buscó en ellas esperando encontrar algún niño, mas no lo hizo, y frunció el ceño al simplemente ver 3 gatos.
De inmediato sacó su teléfono del bolsillo y marcó al dueño, esperando a que sonara tres veces hasta que finalmente respondió.
— ¡Felix! Un gusto, ¿todo bien? — preguntó y casi que el aludido podía imaginárselo con una gran sonrisa en su rostro.
— No veo a ningún niño aquí, señor — explicó, con cierta preocupación en su tono.
Lo siguiente que escuchó fue una carcajada que de alguna forma, le pareció atractiva pero Felix en seguida sacudió la cabeza, aún frunciendo su ceño ante la respuesta — Lamento no haber avisado antes, no estaba esperando que cuidaras a un niño. Mis gatos a veces necesitan algo de supervisión y como no iba a regresar en un buen rato, pensé que sería buena idea conseguir a alguien. Simplemente necesito que los cuides un poco y les sirvas de comer. Siéntete como en casa — dijo, con la voz tranquila.
Luego de que el hombre terminó de explicar, ambos guardaron silencio y Minho le permitió aquello, probablemente dándole pauta a que lo reconsiderara y aunque no le pareció tan mala idea, Felix no podía ser tan grosero. Ya estaba en el apartamento del hombre, y sabía que él no podía regresar al estar ocupado con su trabajo. Además, si debía ser sincero, le iba a pagar lo mismo que lo que usualmente le pagaban por cuidar a un niño de verdad incluso cuando no era algo tan complicado como aquello.
Felix mordió su labio levemente, aún pensativo hasta que suspiró, cerrando los ojos por un momento.
— Está bien, yo me quedo aquí señor — aceptó, asintiendo con una pequeña sonrisa aunque sabía que no podía verlo.
Volvió a escuchar una pequeña risa antes de que Minho hablara — Sólo dime hyung — pidió.
Finalmente se despidieron, guardando su teléfono nuevamente y Felix tomó una bocanada de aire, mirando a los gatos que se hallaban acostados sobre la cama que supuso era de Minho.
Dejó la puerta abierta y siguió mirando alrededor por un buen rato. El apartamento no era muy amplio, pero era lindo y estaba decorado sencillamente así que se preguntó si Minho había hecho algo de aquello, pues pensaba que tenía buen gusto.
Al poco rato, cuando escuchó su estómago rugir, decidió que sería buena idea pedir algo de cenar y optó por jajjangmyeon, simplemente se sentó en el sofá de la sala a mirar la televisión mientras esperaba por su comida.
No tardó mucho cuando llegó el chico del delivery y abrió la puerta, agradeciéndole además de darle algo de propina. Antes de tomar asiento, miró la hora en su reloj y se dio cuenta de que era la hora de que los gatos cenaran también, por lo que dejó el plato en la mesa de centro, dirigiéndose a la cocina, donde Minho le había dicho que estaba la comida y les sirvió en sus platos.
Casi en seguida llegaron los gatos y se pusieron a comer. Felix casi no ha convivido con gatos pero le parecían animales muy lindos, incluso había estado considerando en si sería buena idea adoptar uno alguna vez. Incluso los de Minho eran muy lindos, tenía dos gatos naranjas y uno gris.
Felix regresó a su lugar, comiendo también pues sentía cada vez más hambre. No mucho después, llegó uno de los gatos naranjas a él y se paró a su lado, parecía que lo estaba oliendo, como intentando averigüar quién era y dándose cuenta de que no era su dueño. Sin embargo, el gato, aunque un poco lejos, se acostó a un lado suyo y aquello le pareció tierno.
El resto de la noche pasó sorprendentemente rápido y Minho llegó un par de horas después, cerró la puerta despacio y Felix dirigió su mirada a él, provocando que se levantara de su asiento de inmediato.
Era muy guapo, Felix pensó que nunca había visto a alguien así de atractivo. No era demasiado alto, de hecho quizás sólo le sacaba un par de centímetros más. Estaba vestido con traje, o lo que quedaba de él. En un brazo traía su saco negro y portaba un pantalón del mismo color, mientras que su camisa de vestir blanca la traía arremangada hasta los codos, y por otra parte, su corbata ya estaba algo aflojada.
— Hola, hyung — le saludó con una pequeña sonrisa, caminando hasta la entrada.
— Hola — sonrió levemente mientras dejaba su saco sobre el sofá — No tuviste ningún problema, ¿verdad?
Felix soltó una pequeña risa y negó con la cabeza — Para nada, solo la pasaron durmiendo hasta que les serví la cena.
Minho asintió levemente y se dirigió a su habitación, por lo que el rubio le siguió. Vieron a los gatos en su lugar y sonrió cuando se dio la vuelta, sacando su billetera del bolsillo de su pantalón antes de darle el dinero a Felix.
— Sé que no lo había explicado antes y quizás debí, pero igual quiero darte el dinero que te prometí. — explicó, entregándole los billetes por lo que Felix dudó y al ver esto, Minho volvió a hablar — Espero que no me lo quieras rechazar, porque fui suficiente molestia con hacerte venir nada más para cuidar a mis gatos.
Le dio una última mirada todavía inseguro antes de tomar los billetes y le hizo una pequeña reverencia — Muchísimas gracias hyung, no era necesario.
Minho hizo una mueca, como restándole importancia — Bueno, deberías regresar a casa antes de que se haga más tarde. — le dijo y Felix asintió — ¿Quieres que te lleve? ¿Dónde vives?
— No es muy lejos, pero gracias. Tomaré un taxi — le sonrió, para asegurarle de que estaba bien.
— Está bien, que llegues con cuidado.
Felix le volvió a agradecer y salió del apartamento, con Minho despidiéndole desde la puerta. Esperó afuera de la residencia mientras llegaba el taxi y cuando finalmente lo hizo, se subió, saludando al chófer. Llegó a su casa algunos minutos después, suspirando y simplemente fue hasta su habitación para acostarse, sin importarle en realidad si se quedaba dormido. Se sentía bastante cansado aunque sabía que no había hecho demasiado.
₊˚⊹♡ ᓚ₍ ^. .^₎
— ¡¿Qué hizo qué?! — exclamó Jisung al otro lado de la línea. Felix casi sintió la necesidad de apartarse el dispositivo de la oreja, pues había alzado la voz quizás demasiado.
Sin embargo, estaba demasiado ocupado cortando las verduras para su comida que no podía darse ese lujo, así que se limitó a cerrar los ojos levemente, como si eso le ayudara a amortiguar el sonido.
Jisung le había pasado su contacto a su amigo Minho, con quien era muy cercano, pidiéndole que le ayudara a cuidar a sus niños. Felix no vio ningún problema y aceptó, sin saber que no se trataba de niños realmente, sino de gatos.
Parecía que Minho a veces tenía horarios demasiado locos, lo que le impedía estar mucho tiempo en casa. Saber que su amigo tenía a alguien que podía cuidar de sus gatos probablemente le vino bastante bien.
— No me avisó que tenía que cuidar a sus gatos — volvió a decir, aunque sabía que Jisung lo había escuchado a la primera.
Luego escuchó un resoplido — Ese idiota, pensé que lo había hecho. — se quejó, guardando silencio por un momento — Aunque yo también debía haberte avisado, quizás me confié.
Negó con la cabeza, aunque su amigo no lo viera — No es la gran cosa Ji, ni siquiera me molestó. Debo admitir que me tomó por sorpresa, — admitió, parándose con la tabla de picar hacia la estufa – pero me pagó bastante bien, y se disculpó así que no hay problema.
Jisung quizás estaba exagerando, porque no se había enojado con nadie aquel día. Ni siquiera con Jisung. Podría decir que su amigo había sido el último en el que pensó. Estaba diciendo la verdad cuando dijo que simplemente le había sorprendido, ya que desde hace un año que inició con el trabajo de ser niñero, nunca le había tocado alguien a quien le cuidara su mascota.
Claro que él sabía que había gente que lo hacía, pero no era el trabajo de Felix.
— Aun así. Sé que tú eres muy blando así que yo hablaré con él — le aseguró y Felix rodeó los ojos con una pequeña sonrisa divertida.
En cuanto colgaron luego de hablar otro poco, terminó de cocinar y comió mientras veía algunos vídeos en su teléfono.
₊˚⊹♡ ᓚ₍ ^. .^₎
Pocos días después, Minho volvió a llamarle para que cuidara de sus gatos, por lo que sin dudarlo demasiado, aceptó y llegó temprano al apartamento del hombre el día que le había indicado.
En realidad, no cambió demasiado a lo que había hecho la última vez. Volvió a pedir comida, esta vez fue comida china pero cuando iba a servirles de comer a los gatos, se dio cuenta que le faltaba uno.
No estaba el gris, por lo que con el corazón acelerado, buscó por toda la casa, esperando que simplemente se hubiera escondido en alguna parte, mas no lo hallaba por ningún lado y quiso que la tierra se lo tragara. ¿Qué carajos le iba a decir a Minho? No lo iba a querer contratar jamás y muy probablemente ni le iba a pagar.
Con las manos temblorosas, llamó al hombre y cuando se lo colocó en la oreja y comenzó a sonar, cerró los ojos mientras intentaba regular su respiración.
Estaba jodido.
— ¿Qué tal? — Minho nuevamente sonaba feliz, como si estuviera sonriendo. Volvió a cerrar los ojos y sintió un nudo en su garganta comenzar a formarse.
— Hyung, — soltó como pudo, sintiendo que la respiración comenzaba a temblarle — yo... No... No encuentro al gato gris — explicó y mordió su labio con fuerza, evitando soltarse a llorar — Lo siento mucho hyung, yo... No sé qué pasó, yo simplemente estaba en la sala... — empezó a explicar, intentando recordar qué había hecho mal.
Minho, al darse cuenta que estaba empezando a divagar, lo interrumpió — Felix, necesito que te tranquilices, ¿sí? Respira hondo — le ordenó, aunque su voz sonaba tranquila y el rubio hizo lo que le dijo — Cuéntame bien lo que pasó, todo va a estar bien.
Felix no entendía cómo es que estaba tan tranquilo y se preguntó si no era la primera vez que le sucedía. Quizás el gato solía hacer eso, y Minho por esa razón necesitaba que tuvieran supervisión.
No había hecho lo que le había pedido. Sólo había tenido un maldito trabajo.
— Estaba en la sala, — empezó cuando creyó estar mejor y Minho hizo un sonido para que prosiguiera — había pedido comida así que esperé. Cuando llegó les iba a dar de comer a los gatos, pero sólo llegaron los naranjas. Busqué en toda la casa esperando que simplemente estuviera escondido en algún lado, pero no lo vi así que te llamé. Lo siento muchísimo, hyung.
— No te preocupes por eso, ¿sí? Los gatos suelen salir, Dori ya lo ha intentado varias veces. — le explicó, pero aun así Felix se seguía sintiendo muy mal — De todas formas ya voy para allá y lo buscamos, ¿está bien? No quiero que pase la noche afuera.
— Está bien, hyung — dijo entrecortado y asintió.
— Intenta tranquilizarte en lo que llego. No tardaré mucho — le prometió.
Colgaron y Minho le volvió a asegurar que estaba bien, aunque Felix se seguía sintiendo ansioso mientras esperaba a que llegara el hombre.
Tal como había dicho, no tardó en llegar y en seguida comenzaron a buscar en los alrededores del apartamento, en espera de que lo encontraran vagando en alguna parte de la residencia.
Felix, en silencio, deseaba que no se hubiera ido muy lejos. No estaba seguro de si el gato pudiese volver a casa y aquel pensamiento le hacía sentir como la mierda.
Había perdido al gato de un cliente.
Comenzó a pensar en que nunca más cuidaría la mascota de nadie. Simplemente niños. Era más fácil.
Le intentaron llamar varias veces sin mucho éxito, incluso habían llamado la atención de uno que otro residente y Minho aprovechó para preguntar si lo habían visto, el hombre incluso les había mostrado una foto. Todos respondían que no y decepcionados, se limitaban a agradecerles de cualquier forma.
Empezaba a oscurecerse y con cada minuto que pasaba, Felix se preocupaba cada vez más.
— Será mejor que regreses a casa — suspiró Minho, girándose para mirar a Felix.
— Pero... — empezó con la voz queda, mas se interrumpió a sí mismo.
— Se está haciendo tarde, no podremos seguir buscándolo así — explicó, y aunque entendía aquello, sentía ganas de aferrarse a estar con él, como si eso lo detuviera de cualquier cosa que fuese a suceder.
Felix llevó su mirada al suelo, sabiendo que simplemente debía aceptarlo derrotado. Iba a ser inútil intentar buscarlo en la oscuridad, no podían hacer nada al respecto.
— Lo siento mucho, en serio — volvió a disculparse Felix pues era lo único que podía decir y aun así, pensaba que no era suficiente.
— Deja de disculparte, no es tu culpa. — le aseguró, aunque era mentira, Felix debió de haberse descuidado en algún momento, lo que lo llevó a que Dori escapara — Seguro que aparece pronto, no te preocupes, ¿mhm?
Con un puchero que Felix no pudo esconder, asintió y al mirar a Minho nuevamente, se dio cuenta de que estaba sonriéndole para asegurarle de que estaba bien.
Se despidieron y Felix salió de la residencia, despidiéndose del guardia con una sonrisa algo forzada.
₊˚⊹♡ ᓚ₍ ^. .^₎
— ¿Crees que esté enojado conmigo? — inquirió, en seguida sintiéndose avergonzado de hacer aquella pregunta.
Al día siguiente, Felix no había podido conciliar el sueño por completo, aún sintiéndose culpable y preocupado por el gato de Minho. Lo primero que había hecho en cuanto se sentó a desayunar, llamó a Jisung, en espera de que pudiera ayudarle de alguna forma. De cualquier modo, conocía a Minho mejor que él.
Jisung hizo un sonido, restándole importancia — ¡Qué va! Claro que no, Minho hyung no es ese tipo de persona. Puede ser duro pero nunca estaría enojado con alguien por algo como eso. Quizás esté preocupado, pero no te echaría la culpa a ti.
— No sé si eso me hace sentir mejor, Jisung — espetó y su amigo soltó una pequeña risa.
— Está bien, lo siento. — reconoció — No lo está Lix, y nunca te echaría la culpa a ti — repuso, pero de cierta forma no lo hacía sentir mejor.
Aún se sentía preocupado, pensando en si realmente volvería a aparecer el gato, si no se habría ido muy lejos o si podría regresar por su propia cuenta, pues sabía que había mascotas que al pasar mucho tiempo en casa, no tenían conocimiento de sus alrededores, de no poder buscar el camino de vuelta, lo que provocaba que se perdieran cada vez más.
Esperaba genuinamente que no fuera el caso, o que al menos no se hubiese ido demasiado lejos.
— ¿Crees que sea buena idea llegar a su apartamento para ayudarlo a buscarlo? — preguntó impulsivamente.
— Vaya, ¿en serio harías eso? — su tono de voz le hizo darse cuenta de que estaba sorprendido, como que no se hubiera esperado aquello y Felix no lo culpó.
— Es lo menos que puedo hacer — se encogió de hombros.
Jisung guardó silencio, como considerando lo que le había dicho — Sí, yo creo que podrías aparecerte. Es su día de descanso.
— ¿No crees que se moleste por verme?
Su amigo soltó una risita — Que no Lix, y si lo hace lo pateo.
Felix no pudo evitar soltar una carcajada y le agradeció antes de colgar, apresurándose a terminar de comer y salió lo más rápido que pudo de su casa.
Tomó un taxi hasta el apartamento de Minho y corrió hasta el elevador, presionando el botón del piso donde vivía mientras movía el pie impacientemente, como si eso hiciera que llegara más rápido.
Una vez que llegó al piso, se bajó y caminó rápidamente hasta la puerta del hombre, tocando el timbre y mordió su labio, esperando a que saliera con algo de nervios.
— Felix, ¿qué haces aquí? — cuestionó en cuanto abrió la puerta, con verdadera sorpresa en su voz y el aludido le sonrió.
— Pensé que sería buena idea ayudarte a buscar a tu gato... Espero no molestar — dijo esto último con una pequeña mueca.
— No, claro que no. Adelante. — le invitó, haciéndose a un lado y abriendo más la puerta para dejarlo entrar — Iré a cambiarme rápido y vamos a buscarlo, ¿sí?
Felix lo miró a los ojos y asintió, sonriéndole levemente mientras lo miraba caminar con rapidez hasta su habitación. Entonces se limitó a aguardar en lo que volvía en la sala de estar, revisando su teléfono mientras tanto.
El hombre no tardó mucho, así que al poco rato volvió con letreros impresos para buscar al felino y salieron del apartamento. Al principio siguieron buscando en los alrededores, pegando uno que otro letrero hasta que decidieron comenzar a alejarse poco a poco de la residencia, llamándolo y preguntando a las personas que se encontraban en la calle.
— No pensé que fueras a venir hoy — rompió el hielo Minho en voz baja, y Felix le dirigió la mirada aunque el hombre no se la devolvió.
— Sí, bueno, siento que es lo único que puedo hacer por haberte hecho perder a tu gato — explicó también en voz baja, con una pequeña mueca en su rostro.
Al decir esto, Minho se dio la vuelta en seguida y Felix alzó las cejas, expectante — No perdiste a mi gato, quizás yo dejé una ventana abierta y se salió mientras tú estabas en mi casa — argumentó, con un tono serio en su voz que hizo pensar a Felix si estaba enojado con él o por culparse.
— Aun así, mi trabajo era cuidártelo y no lo hice — murmuró.
Minho lo miró una vez más y en silencio se giró, dispuesto a seguir buscando a su gato. El rubio no estaba seguro si simplemente había optado por no seguir discutiendo o si sabía que Felix tenía razón y no quiso objetar.
Para su mala suerte, no tuvieron mucho éxito ese día tampoco. Felix seguía preocupado y temía que nunca volviera a aparecer su gato, sintiéndose culpable por que ni siquiera sabría cómo compensárselo.
¿Qué es lo que podría hacer? Lo único que pensaba era en disculparse, y Minho ya lo había regañado por eso. Aunque pensó que quizás lo perdonaría si se arrodillaba, a este punto no le interesaba en lo absoluto, se sentía horrible por haber sido la causa de que su gato saliera de su casa y que en aquel momento se encontraran buscándolo.
Nuevamente, Minho hizo que Felix regresara temprano a su casa, con la excusa de que comenzaba a oscurecerse y que no podrían hacer nada. Esta vez, no dijo ni una sola palabra al respecto y se limitó a despedirse de él, caminando hasta la parada de autobuses a unas cuadras después de la residencia.
₊˚⊹♡ ᓚ₍ ^. .^₎
La noche anterior, le preguntó a Minho si podría regresar nuevamente para ayudarlo a buscar a su gato y el hombre simplemente aceptó, incluso si lo estaba haciendo ya de mala gana. Así que en cuanto terminó de hacer sus cosas en su casa, no perdió ni un segundo y se dirigió a la residencia.
Esta vez, lo hizo solo por un momento hasta que Minho volviera de trabajar aquel día. Con los letreros que Minho había impreso, se los repartió a las personas que veía por la calle, esperando a que contactara el número que el hombre había colocado.
Lo llamó y pensó que quizás sería mejor comenzar a alejarse un poco más del edificio, pensando que tal vez el gato se había distanciado.
Cuando Minho llegó a su apartamento, no perdió mucho tiempo para llegar junto a Felix, separándose un poco para ver si alguno lo veía, asegurándose de que llamaran al otro en caso de que así fuera.
La mayor parte del tiempo, Felix era positivo al menos con las cosas que le sucedían, pero al ver que esto estaba tomando más tiempo de lo debido (si es que el gato hubiese estado cerca), comenzaba a preocuparse cada vez más y, aunque no quisiera, su mente lo traicionaba y empezaba a hacerse escenarios de lo que pudo haber hecho el gato.
Quizás salió del apartamento, quizás caminó por el estacionamiento, quizás cruzó la calle, quizás caminó demasiado, quizás alguien lo encontró, pero no sabía que era un gato doméstico, quizás simplemente se perdió con cada paso que daba y si estaba acostumbrado a estar en casa, no supo regresar.
Luego su teléfono empezó a sonar en el bolsillo de su pantalón, así que en seguida lo tomó, mirando el contacto de Minho, quien lo estaba llamando.
— ¿Lo encontraste? — fue lo primero que dijo Felix, quizás con demasiado entusiasmo.
— Yo no, — admitió — alguien más lo encontró en la calle. Parece que no estuvo muy lejos de aquí.
Felix suspiró aliviado con una gran sonrisa en su rostro — Dios, me alegra muchísimo escuchar eso.
Entonces, en cuanto colgaron, alcanzó al hombre en la residencia, donde parecía que alguien de los vecinos lo había encontrado. No podía estar más feliz con aquello también.
Fueron hacia el tercer piso, donde vivía la persona y ni siquiera tuvieron necesidad de tocar cuando el chico salió de su apartamento. Lucía algo grande, pero quizás sólo le llevaba un par de años más, y su cuerpo era bastante musculoso, algo que podía apreciar debido a que estaba usando una camisa de tirantes y un pantalón de chándal. Era muy guapo, y su sonrisa casi lo hace desfallecer allí mismo.
— ¿Minho? — preguntó con una mueca, mirando a ambos chicos para saber cuál era. El aludido alzó la mano levemente y vio al chico volver a sonreír — Hubiera tomado a tu gato pero creo que está demasiado asustado — explicó, y fue entonces cuando Felix notó que no tenía al gato en brazos.
— Oh, claro. — aceptó, pero unió sus cejas y lo miró — ¿Puedo?
El chico sacudió su cabeza, como para espabilarse y sonrió — Claro, adelante — dijo, para en seguida hacerse a un lado y dejarlos pasar.
Felix se disculpó en voz baja y caminó detrás de Minho, escuchándolo llamar a su gato en un intento de que lo reconociera y saliera del apartamento.
Al cabo de un rato, el gato salió de algún lugar y vio a Minho sonreír ampliamente, haciendo sonidos con su boca y moviendo los dedos par atraerlo. El felino se restregó en su mano y el dueño vio su oportunidad para tomarlo en brazos.
No dudó ni un minuto cuando salió de la casa ajena con Felix detrás de él, y ambos se giraron para despedirse del chico.
— Muchas gracias... — empezó Minho, alzando las cejas en espera de que le dijera su nombre.
— Chan. Y no hay problema, entiendo el susto que debiste de haberte llevado — explicó, sin dejar de sonreír pero no mostraba sus dientes.
— Bueno, gracias Chan. Si necesitas algo alguna vez, vivo en el 506 — ofreció y Chan asintió, encantado.
Felix en voz baja se despidió y se dirigieron al apartamento de Minho en silencio. De pronto sintiéndose mucho más incómodo incluso cuando habían pasado los últimos 3 días juntos. Ya no sabía qué decir y pensaba que quizás el hombre había estado esperando el momento para no volver a contratarlo nunca jamás en su vida, aunque en realidad no lo culpaba.
Tampoco contrataría a alguien que le perdiera su mascota.
Al llegar, Minho colocó a Dori en el suelo y el gato regresó a su habitación como si nada hubiese ocurrido.
— Bueno... Será mejor que me vaya — empezó, sin siquiera querer entrar al apartamento. De cualquier forma, ya no lo necesitaba más.
— ¡No, todavía no! — exclamó, girándose para mirar al rubio y aquello lo tomó desprevenido.
Sin embargo, antes de que siquiera pudiese decir algo, Minho corrió a algún lado del apartamento y Felix sólo se quedó quieto en su lugar, sin saber por qué no quería que se fuera.
No tardó mucho tiempo cuando Minho regresó y le extendió un sobre.
Felix frunció el ceño al verlo, dirigiendo su mirada al hombre — ¿Qué es esto?
— Ábrelo.
Aún confundido, tomó el sobre y así hizo, notando varios billetes por lo que en seguida abrió los ojos y volvió a estirar su mano.
— No, no puedo aceptarlo — dijo, negando con la cabeza.
— Claro que sí. Tienes qué.
— No, hyung. No me lo merezco. Hice un pésimo trabajo, y me pagaste muy bien la última vez.
— No hiciste un pésimo trabajo. — replicó, algo cansado de tener aquella charla siempre — De cualquier forma, aunque hubiese sido así, creo que mereces una pequeña recompensa por haberme ayudado a buscar a Dori.
Felix lo miró mal — ¡Ni siquiera lo encontré yo! — exclamó — ¿Y cuál es tu definición de pequeña recompensa? Me estás pagando como si hubiese trabajado. No lo voy a aceptar, hyung.
Minho resopló y tomó la mano extendida de Felix, colocándola en su pecho pero sin mucha fuerza — Sólo acéptala, Felix. No puedo permitir que no me dejes pagarte de ninguna forma.
El aludido hizo una mueca, mirando la mano de Minho que aún se encontraba en su pecho, mirando al dueño, quien alzó las cejas, como esperando que dejara de protestar y simplemente aceptara el dinero.
— Mejor ínvitame a comer — soltó, y aquello tomó desprevenido a Minho, aprovechando esto para regresarle el dinero.
₊˚⊹♡ ᓚ₍ ^. .^₎
Minho terminó aceptando, aunque seguía insistiendo que aceptara el dinero, al menos por el trabajo que había hecho. Felix se negó de cualquier modo y terminaron escogiendo un día que le viniera bien al hombre, pues era el único que tenía un trabajo estable y sus horarios eran menos flexibles que los del pecoso.
Entonces decidieron ir a un restaurante de sushi que le gustaba mucho a Minho y Felix no objetó. Platicaron bastante que incluso Felix pensaría que la cena se le hizo corta, como si hubiesen estado allí al menos media hora, en lugar de 1. Pero disfrutó de aquella comida y plática, pues así lograron conocerse bastante, más allá de lo poco que sabían del otro. Comenzaron a saber cosas quizás un poco más personales, que agradeció que Minho le confiara.
Cuando regresaron al departamento de Minho en su auto, le invitó un café y Felix lo aceptó sin pensarlo demasiado. Siguieron platicando un poco más en la cocina mientras bebían de su café, riendo a veces, pues pensaba que Minho era bastante divertido, diciendo cosas que le tomaban desprevenido.
— Nunca me dijiste cómo se llaman tus gatos — soltó Felix poco después.
Minho sonrió sin mostrar los dientes — Ya sabes que el gris se llama Dori. — explicó y Felix asintió, y justo en ese momento lo vio hacer una pausa mientras se agachaba un poco y tomaba a uno de los gatos naranjas en sus brazos — Este es Soonie, y el otro naranja es Doongie.
Felix asintió en silencio, pero sentía que quizás le costaría trabajo diferenciar a ambos gatos naranjas alguna vez. Ambos eran bastante parecidos, incluso la parte de su cuerpo, podría decir que tenían el mismo patrón.
₊˚⊹♡ ᓚ₍ ^. .^₎
Felix siguió tomando como excusa que debía de ser pagado con un par de comidas para que Minho le "pagara", aunque pensara que había sido suficiente con una comida.
Comenzó a sentirse atraído a él. Aunque lo había hecho desde la primera vez que lo vio entrar por la puerta de su apartamento. Quizás estaría exagerando, pero Felix podría simplemente decir que era el hombre más atractivo que había visto alguna vez en su vida y tenía que hacer algo al respecto.
Ni siquiera estaba seguro de si sentiría lo mismo por él, pero estaba decidido a arriesgarse. No le importaba la respuesta que obtuviera, al menos quería asegurarse de que lo haría, de que al menos se arriesgó a confesarse, incluso si eso significara que iba a ser humillado.
Además, ya había tenido una charla con Jisung, aunque le había dado un poco de pena contárselo a él, pues era amigo de ambos de cualquier modo, pero Jisung parecía no importarle, es más, le había animado a hacerlo, lo que le entusiasmó aún más.
— ¿La próxima vez adónde quieres ir? — inquirió Felix, con una gran sonrisa en su rostro mientras miraba al hombre.
Estaban en el apartamento de Minho como de costumbre, en el sofá de su sala. Acababan de llegar de su cena, y notó que el hombre tenía los ojos cerrados, apoyando su cabeza sobre los cojines del respaldo.
Lucía cansado.
— Acabamos de volver de cenar, Lix — protestó sin abrir los ojos ni por un momento, y no sonaba molesto en lo absoluto.
— Pero creo que sería buena idea comenzar a ver lugares, ¿no crees? — preguntó, sin dejar de mirarlo y esta vez no mostraba sus dientes.
— Creo que a este paso me dejarás en quiebra — bromeó, aún sin mirarlo.
Felix no pudo evitar soltar una risita — No, esta vez yo te invito. Va a ser una cita, hyung.
Entonces aquello finalmente atrajo la atención de Minho, mirando al rubio sin saber qué decir por un buen momento — ¿A qué te refieres? — ladeó su cabeza, confundido.
Felix no borró su sonrisa, pero mordió su labio con nerviosismo, apartando la mirada por un momento. Comenzó a sentir su corazón acelerarse y en silencio pidió que se detuviera, como si Minho fuese a ser capaz de escucharlo de lo fuerte que latía.
Alzó la mirada cuando suspiró levemente — Me gustas hyung, sentí atracción por ti desde la primera vez que te vi y... Tomé un poco como excusa que me invitaras a comer. — admitió, avergonzado — ¡Pero puedo enmendártelo! Puedo invitarte a comer todas las veces que quieras, o podemos hacer otra cosa...
Minho guardó silencio por un momento y Felix no supo cómo tomárselo. ¿Iba a rechazarlo o simplemente estaba sorprendido? ¿Era una buena o una mala señal?
Todas sus preocupaciones se hicieron a un lado cuando vio al hombre comenzar a reír levemente mientras negaba con la cabeza y apartó la vista — Eres muy bobo, Lixie. — el aludido se congeló en su lugar — Aceptaré esa cita, porque también me gustas. Y no te preocupes por querer compensármelo, no me molestaría quedarme en quiebra si eso significa invitarte a comer y verte feliz.
Felix sintió sus mejillas calentarse, sonrojado por las palabras que le había dicho. Entonces, como si no fuera poco, sintió una mano de Minho acunar su rostro e hicieron contacto visual, abriendo los ojos sorprendido.
Cuando menos se dio cuenta, la distancia entre ellos comenzó a acortarse y casi como un efecto dominó, Felix cerró los ojos lentamente, a la par que veía a Minho hacer lo mismo, esperando ansiosamente que finalmente sus labios se unieran en un beso. En un beso que Felix se moría por probar, pues había pasado quizás demasiado tiempo preguntándose a qué sabrían sus labios, en la manera en la que besaría, ¿sería bueno?
Sin embargo todas sus dudas al respecto se disiparon cuando finalmente sus labios hicieron contacto, besándose con lentitud, tomándose su tiempo, como si quisieran probar cada rincón de ellos, de querer memorizar cada sabor de sus bocas, como si fuese a ser la última vez que lo hicieran, como si el mundo se estuviese acabando, como si no se volvieran a ver nunca más.
Felix lograba escuchar sus bocas tronar de vez en cuando, siendo el único sonido que reinaba en el silencioso apartamento.
₊˚⊹♡ ᓚ₍ ^. .^₎
— ¿Necesitas que te ayude en algo? — inquirió Felix, rodeando la cintura de Minho y colocó su cabeza en el hombro del hombre.
Minho, sonrió levemente y miró al pecoso por el rabillo de su ojo — Puedes simplemente sentarte y ser lindo.
Felix no pudo evitar soltar una risita, sintiendo sus mejillas enrojecerse ante el cumplido — Me sorprende lo coqueto que eres a veces — le dijo, dándole un rápido beso en la mejilla antes de hacer lo que le había dicho.
Minho se giró para verlo con una sonrisa como seguro de sí mismo y se encogió de hombros. Felix rodeó los ojos, pero no dejó de sonreír.
Ha pasado quizás un mes desde que empezaron a salir y era algo que sentía que no terminaba de procesar. Había pasado tan caóticamente que le sorprendía. Claro que no se quejaba, pues en verdad le gustaba Minho. Era un hombre muy guapo que siempre se preocupó por él, que hacía cosas pequeñas para demostrarle su afecto hacia él y eso le gustaba. Sentía que mientras más pasaba el tiempo junto a él, más se enamoraba.
También ha hecho lo posible para devolverle ese afecto que el hombre le da. Aunque Felix constantemente le hace cumplidos, lo anima, le hace compañía, lo abraza y se besan. Así como le ha hecho uno que otro postre de los que Felix simplemente desea hacer porque tiene más tiempo libre.
— Lix, — le llamó su atención Minho, casi con la voz queda y el aludido alzó las cejas, expectante — sabes que te quiero, ¿verdad?
Felix sonrió con ternura y asintió — Lo sé, y yo también te quiero.
Minho sonrió ampliamente y se acercó hasta su asiento, tomando su rostro con una mano para unir sus labios en un tierno beso en el que Felix se derritió en medio de este.
No cambiaría nada de lo que le ha pasado en el último mes.
₊˚⊹♡ ᓚ₍ ^. .^₎
one shot random inspirado en minho diciendo que le dejaría sus gatos encargados a felix lol
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro