XI
—Todo esto del matrimonio esta resultando mejor de lo que pensé, ahora ella esta en casa cuando vuelvo, puedo estar con ella todo el tiempo y siempre aprovechamos el tiempo—hacia un nudo en la atadura —Pero debe de haber un equilibrio, uno entre ustedes y ella.
La termine de atar y la arroje de la cama, la caída la hizo darse de lleno contra el suelo, provocando que su frente se abriera un poco.
—No, Aitana mira lo que hiciste —le tome el rostro —ahora luces horrible —la arrastre hasta su baño, la bañera ya estaba llena asi que la hinque para tomarla de la nuca metiendo solo su cabeza un par de segundos, la saque apenas empezó a querer dejar de moverse, si tos frenética mientras recuperaba aire me causaba repelo, no se ve bonita.
Mi teléfono sonó, volví a meter la cabeza de Aitana a la bañera mientras contestaba.
—¿Yoon? —mi dulce Catherine.
—¿Qué sucede princesa?
—¿Tardaras mucho en venir? No puedo dormir
—No tardo querida, dame una hora a lo mucho.
—Esta bien, te espero, te amo.
No me di cuenta que Aitana se había dejado de mover, chasquee la lengua molesto, no la saque a tiempo, de todos modos no estaba siendo estética. Solo limpie todo y la metí de nuevo en la bañera, corte sus muñecas para que el agua fuera de un tono carmesí.
—No mereces ser una de mis obras Aitana, eras demasiado imperfecta.
Sali para irme a dormir con mi amada esposa.
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