El siguiente capitulo puede resultar algo choqueante, fui muy tranquila al narrarlo, de igual puede causar cierta incomodidad al lector, te invito a saltarlo si no es de tu agrado....

Había estado muy activo estos últimos meses, aproveché que estaba de viaje por el trabajo para relajarme un poco, pude ver a otras 3 preciosas mujeres vestidas de negro, en verdad necesitaba de eso, me estaba volviendo un poco loco.

En estos momentos está a analizando que los vestidos blancos también se están convirtiendo en mis favoritos. Ella estaba de pie frente a mi cama aún con el vestido de novia puesto.

—Estoy un poco apenada —su peinado sofisticado dejaba sus hombros al descubierto y su rostro sonrojado haciéndola lucir aún más hermosa —quiero estar contigo, digo es nuestra noche de bodas, no es la primera vez, pero no pensé que me llegará el día de hoy.

—No te preocupes, tendremos toda una vida para estar juntos, en estos momentos soy el hombre más feliz de la tierra —me levanté de la cama, tomándola de la cintura—eres mía y con eso me basta.

Sus lindos ojos me miraron antes de sonreírme, sus delicadas manos jugaban con la tela del chaleco del traje, poco a poco fue subiéndolas hasta rodear mi cuello con sus brazos, me incline para besarla, ella correspondió mi beso de manera inmediata, se apretaba contra mí, yo la separe un poco para observar su cara que estaba roja por el contacto entre los dos.

—A mi no me incomoda, pero es lo que tú quieras hacer querida— bese sus hombros hasta llegar a su cuello —pero debes dejar de morderte los labios así, parece que quieres controlar tu deseo.

—Tómame entonces.

En verdad es la mujer perfecta, es pura, pero al mismo tiempo logra provocar cada uno de mis sentidos, no me deja de sorprender, alimenta mis deseos carnales, así como los oscuros, me complementa demasiado. Sin dejar de besarla la lleve hasta la cama, donde mis manos de manera hábil quitaron los cordones del corset de su vestido haciendo que se deslizara fácil por el cuerpo, no llevaba sostén y sus pantys eran de un lindo color blanco, que combinaban con las medias de Nylon que llevaba, es una imagen mas que preciosa, me desnude ante la atenta mirada de mi ahora esposa.

Tome una de sus piernas comenzando a besar los muslos mientras subía hasta llegar a la tela que me estorbaba, ella jadeaba cada que sentía mis labios en su piel, luchaba entre detenerme y dejarme continuar, fui hacia la otra pierna haciendo lo mismo, esta vez haciendo la ropa interior a un lado, pudiendo meter un poco los dedos, mire su expresión y la excitación estaba por encima de la vergüenza, toque el hilo del tampón con mis dedos y lo jale poco a poco. Lo saque y deje caer al suelo, metiendo mis dedos nuevamente la sensación viscosa y húmeda de su interior por la sangre de su periodo causo una estimulación en mi parte baja.

Metía los dedos una y otra vez viendo como sus gemidos aumentaban, las sabanas se fueron manchando de ese rojo preciado, subí a besarla sin dejar de usar mis dedos en su interior, su pelvis empezaba a moverse por la ansiedad de subir la estimulación, obedecí ante sus deseos, saque mis dedos jugando un poco con la sangre en ellos.

—Yoongi —mi nombre me saco del trance —no me hagas esperar mas

Una nueva Catherine estaba frente a mí, una lujuriosa, una oscura, tomo mi miembro para alinearlo en su entrada incitándome a entrar, tome su cintura para tener donde aferrarme y penetrarla duro, el sonido que se hacia al entrar mi miembro en ella era exquisito, mis dedos manchaban su muslo al sostenerlo, sus piernas se iban manchando de rojo a medida que entraba y salía de su interior, la gire para ponerla en cuatro y hacer más rápidas las embestidas, se aferraba a las sabanas al sentir que mi miembro se clavaba con fiereza, mis gruñidos también se hacían más constantes al notar como salía mi polla roja llena de sangre.

—Mmmh Catherine —mis dedos se clavaban en sus caderas, el balanceo de sus pechos en esta posición era delicioso.

Miraba las manchas rojas en la sabana, y no dejar de imaginar esas mujeres llenas de terror al verme asesinarlas sin ningún tipo de piedad, volví a mover de posición a Catherine esta vez deje que ella llevara el control de las penetraciones, estaba encima de mi sosteniéndose de mis piernas para impulsarse dándome vista de su lindo coño devorándome el miembro, una de mis manos se fue a su cuello, lo aprete con algo de fuerza pero no a tal punto de asfixiarla, su respiración entrecortada junto con los movimientos mas rápidos estaban indicando que llegaría pronto a su clímax, a este punto yo estaba mas que listo para llenarla de mi semen, un gemido más, aprete un poco más fuerte al sentir como me corría dentro de ella.

No paramos toda la noche hasta que ambos terminamos rojos y agotados, las sabanas estaban igual de manchadas que nosotros, no habría día que ella no se me entregara, no hay asco, solo una enorme pasión de los dos.