—Hola buenos días guapo joven.

Su lindo uniforme de mesera relucía tanto, nunca había visto que a nadie le quedará tan bien ese tipo de uniforme.

—Hola bonita señorita —no importa que tengamos más de tres meses como pareja, siempre se sonroja —¿Saldremos hoy?

—Si, hoy salgo temprano y no tengo tareas pendientes, así que soy toda tuya en la tarde.

—Perfecto.

La fotografía de ella que tenía en mi fondo de pantalla, hacia mis horas laborales más ligeras y llevaderas, me dedicaba a programar y crear aplicaciones para empresas de vanguardia.

Así que  mientras tecleaba y hacia las pruebas, miraba algunas fotografías más, Linda Grace 24 años, tiene la edad se mi Catherine....

Catherine va comiendo un helado en lo que me plática su día, cada que mueve sus labios me hipnotizaba, sigo sin creer que ella es mía.

—¿Quieres ir a mi casa?

No puedo evitarlo, mientras está encima de mi rebotando, su imagen pura bañada en sangre aparece, mi corazón late en frenesí, quiero verla llena de ese color, quiero  escuchar algún grito, pero no puedo hacerlo por qué la amo, la quiero siempre a mi lado.

Catherine no sabes el daño que me haces.

La giro para quedar sobre de ella y penetrarla aún más fuerte sus gemidos son mi consuelo en lo que llega la madrugada para quitar ni deseo oscuro con Linda Grace.