28
Una amenaza siseante, con toda la intención de hacer daño.
Apreté mis labios, sabiendo que lo mejor era hacerle caso y no ir donde el otro vampiro, quien se quejaba en voz baja por su brazo roto.
Tardaría un par de días en sanar, pero el dolor seguía siendo fuerte, dado que otro vampiro se lo hizo.
—Buena chica— dijo levantando la barbilla, mirándome por encima.
Me sentí inútil por un momento, sabiendo que estaba a la merced de Jaehyun para que no le hiciera más daño a Taeyong.
Y en una esquina alejada de los demás, me encontré con los brillantes ojos de Haechan. Con una mordaza en su boca y cadenas rodeando sus extremidades.
No me importó olvidar las órdenes de Jaehyun, solo empecé a correr a donde estaba el vampiro, atrapado en la oscuridad.
—Leia…
—Cállate. —le respondí a Jaehyun, mostrándole mis dientes.
Él apretó su mandíbula, sin embargo, no hizo más y se quedó mirando.
—Hae— susurré, quitándole la mordaza y notando moretones en sus brazos, poniéndome de rodillas en frente de él.
—Leia— respondió con la voz entrecortada, intenté sonreír por encontrarlo a salvo, pero no pude.
Todo se estaba rompiendo más, no teníamos la ventaja que esperábamos, y los demás estaban heridos.
¿Qué debía hacer?
Me levanté, volteando para ver a Jaehyun.
—¿Te sientes feliz?— pregunté en un tono triste, él me miró con confusión —, lastimaste a los que te querían.
—Ellos nunca-…
—¡Sí lo hacían!— grité, interrumpiéndolo —Todos aquí se preocuparon por ti, e intentaron ayudarte. Mira lo que le hiciste a Haechan, ¿te parece que esto está bien?
Miró de reojo a Haechan, cambiando el peso de su cuerpo de un pie al otro.
—Si hubieran querido ayudarme, no habrían matado a mi padre.
Y entendí otra cosa más.
Vi el destello de dolor en sus ojos cuando mencionó a su padre.
—¿Lo querías a tu padre?— pregunté en un tono de voz quedo.
Jaehyun se carcajeó, sin ninguna gracia —. ¿Hablas en serio?— preguntó incrédulo, y sus labios se fruncieron —Quería matarlo.
Sentí a Haechan tensarse detrás de mí, y Doyoung quien estaba al otro lado del salón, levantó sus cejas con sorpresa.
—Creí que…
—¿Qué lo amaba? ¿Qué fue mi mejor amigo?— preguntó a la defensiva —Odié cada segundo de su existencia, y aún más que eso. —chasqueó la lengua —Perdí a mi mamá cuando era un niño, me sentí tan vulnerable y solo, esperaba apoyo de los demás— Miró a Taeyong por un par de segundos —Yo tuve un luto normal, en cambio mi padre enloqueció.
<Él amaba tanto a esa mujer, que cuando la perdió, intentó encontrar la manera de volver a tenerla. Buscó día y noche la posibilidad de que hayan realidades alternas, y que ella esté viva en una de estas. Me obligó a buscar con él, porque los dos teníamos que sufrir juntos.
Sus ojos se cerraban como si estuviera recordando lo que pasó, igual que sus puños, y sus nudillos se volvían blancos por la fuerza que ejercía.
—Yo solo quería jugar, salir con los demás niños y superar la muerte de mi madre a mi manera. Pero mi padre pensó que sería bueno utilizarme a mí como su conejillo, hizo tantos experimentos y hechizos, intentaba sacar el alma de mi cuerpo para que pueda ir a otra realidad y dolía tanto, me encerraba en la oscuridad hasta por dos semanas, y ninguno se dio cuenta— dijo mirando a los demás vampiros. —Ninguno de ustedes notó cómo me trataba mi papá, ni los momentos en los que desaparecía, ni siquiera se molestaron en preguntar por qué estaba tan callado.
—Creímos que necesitabas tiempo— dijo Taeyong en voz baja.
—¡Necesitaba ayuda!— gritó Jaehyun, y las ventanas vibraron —¡Ninguno me ayudó, ninguno se preocupó por mí!— sus pupilas se dilataron, y su respiración era agitada —, no fue hasta que mi padre encontró este lugar, que me notaron.
<Quise matarlo, por arruinar el recuerdo que tenía de mi madre, y gran parte de mi infancia. Pero ustedes me quitaron eso, ¡Yo quería clavarle el maldito cuchillo! ¡Yo quería ser lo último que viera antes de morir! Cuando él encontró este lugar, olvidó a mi madre, porque encontró más interesante la idea de conquistar tierras de especies inferiores.
—Pudiste habernos dado el libro— Doyoung murmuró.
—¿Para que vuelvan a ser felices? ¿Por qué ustedes deberían serlo y yo no? Perdí a toda mi familia, si ustedes vuelven, estarán con quienes quieren.
—Tú no eras egoísta, Jaehyun— dijo Nayeon, preocupada.
—Exacto, no lo fui hasta que mi padre me torturó y nadie me ayudó. Ustedes no merecen ser felices luego de lo que me pasó. —Sorbió por su nariz, relamiendo su labio inferior —Lo único que quería era libertad, y sabía que lo tendría una vez que matara a mi padre con mis propias manos, pero me quitaron lo único que me quedaba.
Haechan lloraba. En esa esquina que Jaehyun lo había dejado, el moreno soltaba lágrimas amargas y su cuerpo se movía a causa de los sollozos.
—Todavía puedes ayudarnos, puedes ser mejor…
—¿Después de esto? Se llevaron lo único que pude volver a amar luego de siglos— sentí un golpe bajo que fue demasiado fuerte y me dejó inestable —Se llevaron a la única persona que me importaba después de mi madre, me quitaron todo.
Antes me había preguntado a quién en específico Jaehyun quería lastimar con todo lo que hacía, porque tenía un propósito oculto.
No era a mí, ni a Haechan, o Taeyong.
Era a su padre. Su principal objetivo desde hace siglos, era herir el recuerdo de su padre, tener la esperanza de que ese vampiro se esté retorciendo en su tumba por todo lo que había causado, en lo que había convertido a su único hijo.
Pero había llegado un punto en el que Jaehyun no podía cambiar, ya estaba demasiado dañado como para dar la vuelta atrás.
—Y tú— su atención se dirigió a mí de repente, y empezó a caminar, con pasos fuertes y firmes. Retrocedí hasta chocarme contra la pared, sin tener oportunidad de escapar.
—Detente— Doyoung intentó intervenir, pero con un movimiento de la mano de Jaehyun, las sombras se materializaron y agarraron a los vampiros, manteniéndolos lejos.
Su mano me sujetó del cuello, y se cerró ahí, apretando con fuerza.
—Intenté de todo para que me quieras— dijo sobre mi boca, con dureza —Intenté ser lo que buscabas, pero no lo aceptaste.
—Eres un asesino— susurré con dificultad.
—Igual que tú, muñeca.
Ah, ese apodo. Aún después de tanto tiempo, seguía causando un revoltijo en mi interior, del que no podía distinguir si era bueno o malo.
Su mano se cerró más fuerte, y escuché con claridad mi piel siendo estrujada y mis huesos empezando a romperse.
Levanté mi pierna y se la metí en el estómago, causando que me suelte y dé varios pasos atrás, dejándome caer al piso mientras yo tosía. Pude moverme a tiempo a un costado, antes de que un cuchillo se clave en la pared, lugar donde estaba mi cabeza un segundo antes.
Miré atónita el cuchillo, y luego a
Jaehyun, quien lo había lanzado.
—¿Qué demonios-…?
—Muerta o viva, amada mía— siseó Jaehyun, lanzándose encima de mí.
Cayó con fuerza y mi cabeza chocó contra el piso por el impacto, escuché a Haechan gritar pero no podía ver más que la ira de Jaehyun.
Rasqué sus brazos varias veces, buscando la manera de soltarme, mientras él me agarraba de las muñecas y me zarandeaba en el piso.
Mi cabeza volvió a chocar y el piso obtuvo una grieta gracias a eso.
Pude darle un rodillazo en su costilla, bajando un poco su guardia y logrando escapar.
Quise levantarme, cuando sentí sus colmillos encajarse con fuerza en mi muslo, lo que hizo que vea borroso por un momento.
Joder.
Escuché con claridad la manera en la que mordió la carne de mi otro muslo, y sentí su veneno entrando en la herida.
Intenté quejarme, pero recibí una tercera mordida en mi abdomen.
Jaehyun se movía con tanta rapidez, que no podía distinguir sus acciones y pararlo.
Una cuarta mordida más, debajo de mi última costilla, y gemí de dolor.
Agarró mis piernas, y empezó a arrastrarme por el piso, con las suelas de sus zapatos pisando duramente.
Noté el camino de sangre que iba dejando por las mordidas, y quería moverme, pero me dolía mucho.
—¡Déjala!— gritó Haechan, sin poder moverse por las cadenas que lo sujetaban.
Todos me miraban con impotencia y desesperación, siendo acorralados por los que alguna vez fueron humanos en esta casa.
Respiré profundo, una larga bocanada de aire fresco, antes de hacer brillar mis ojos en un rojo más fuerte.
Desaparecí de las manos de Jaehyun, y ahora volaba encima de él, convertida en murciélago.
Él me miró, sin poder ocultar su sorpresa.
—Así que ésta es tu habilidad— dijo entrecerrando sus ojos.
Mi cuerpo dolía, pero si no hacía lo siguiente, todos terminaríamos muertos aquí.
Tenía que acabar con esto.
N/A
Me da risa que hasta me escribieron en el tablero avisando que ya habíamos llegado a las 250 leídas JAJAJA, lxs amo🥰
Faltan dos capítulo más, les aviso :((.
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