26
Mis pupilas estaban dilatadas y temblaban, igual que todos mis huesos, y hasta mis dientes que se apretaban con fuerza.
Miré con fijeza a Sakura, o lo que pretendía ser ella, en todo caso.
Sus muñecas.
Goteaban sin parar, gruesas gotas de sangre que bajaban hasta el piso, manchando alrededor de ella.
—¿Qué está pasando?
Su voz hizo que mi corazón dé un vuelco y sienta náuseas apareciendo desde el fondo de mi estómago.
Me levanté con dificultad, apoyándome en la pared, sin quitarle la vista de encima. Caminé lentamente, con mis pies creando sonidos pesados cada que chocaban con el suelo de madera, y mi respiración siendo mezclada con la de ella.
Al momento de estar frente a Sakura, toqué su hombro, queriendo pensar que era un fantasma, producto de mi mente.
Sentí como si me hubieran dado un duro golpe en el abdomen que me hizo volar atrás, chocando mi cuerpo contra el piso.
Al momento de abrir los ojos nuevamente gracias al impacto, ya no estaba en la casa.
Los árboles me rodeaban y el aire suave que los mecía al llegar había desaparecido.
Había un silencio inquietante, digno de película de terror. Ni las cigarras y grillos que solían pasear por el bosque, se atrevieron a moverse.
—¿Por qué estamos aquí, Leia?
Sakura estaba en frente mío, y miraba con una expresión confundida a su alrededor.
Quise moverme, pero mi cuerpo no respondía a mis órdenes mentales.
—Tú tampoco eres real— susurré, con un tono que se escuchó fuerte, debido al silencio que había.
—¿Por qué estoy sangrando?— miró sus muñecas, las profundas heridas que se había hecho con la navaja, y empezó a sollozar —E-estoy sangrando mucho, no entiendo.
Sentí un nudo formarse en mi garganta al verla entrar en desesperación, tapando sus muñecas con la intención de parar la sangre.
Pero era en vano, no dejaba de salir, como si tuviera más de 30 litros y nunca se acabara.
—Yo vine a ayudarte, ¿por qué estoy lastimada?— las lágrimas que bajaban por sus mejillas me hacían sentir en un océano de ansiedad.
Una cosa era imaginar con mi retorcida cabeza los sucesos que pasaron ese día, pero otra totalmente diferente, era verla en frente mío, llorando.
Y el olor a sangre que siempre se mantuvo en la tierra, se volvió más fuerte e intenso, mareando mis sentidos.
Pero por alguna razón, no sentí ganas de matar ni hacer caso a mi instinto vampiro, solo pude reconocer el miedo formándose dentro de mí.
Un pánico e impotencia que hizo cerrar mi garganta.
—¿Por qué dejaste que pasará esto?— su tono era recriminador, con disgusto y dolor.
Negué, mi cabeza batiéndose de un lado a otro, queriendo defenderme.
Sus pasos sonaron en la tierra y las ramas caídas. Se acercaba a mí, dejando un camino de sangre detrás suyo que brillaba entre los tonos cafés del terreno.
—Yo quería ayudarte, ¡Vine para rescatarte!— exclamó —¡¿Por qué me dejaste morir?!
Y yo empecé a llorar, sintiendo la angustia tomando control de mis acciones.
—¡Traté de salvarte! ¡Nunca quise que vengas!
Mis uñas se enterraron en la tierra, en busca de un consuelo o cualquier cosa que me saque de esta horrible situación.
—¿Y por eso me llamaste?— cayó de rodillas en frente mío, y buscó mi mirada —, sabías que desapareciste de repente, todo el mundo te estaba buscando.
—No, no…
—Sabías que aunque no hablábamos, siempre fuiste una gran amiga para mí.
Cerré mis ojos queriendo dejar de escuchar.
—No es así…
—También sabías que si me dabas cualquier señal de vida, yo vendría a buscarte— sollocé, con mis hombros temblando —, y aún así, te arriesgaste a llamarme.
—S-solo quería escuchar tu-…
—Te importó nada mi vida, sabiendo que Jaehyun te descubriría.
—Quería un poco de mi vida— intenté aclarar.
—¡Dejaste que él me mate! ¡Tú me trajiste aquí! ¡A mí y a todas esas personas inocentes!
No quería seguir escuchando.
—No eres real— intenté convencerme, dando media vuelta y arrastrándome por la tierra—No estás aquí.
—Me dejaste morir, preferiste salvarte tú misma.
Su voz me seguía desde atrás, con rabia y tristeza, se metía en mis oídos sin que yo pueda impedirlo.
—Fuiste egoísta, me trajiste sabiendo que iba a morir, no aguantaste que los demás te olvidaran.
—No eres real, no eres real— seguí repitiendo, queriendo enfocarme solo en eso.
—Si no soy real… — y escuché su voz a mi lado, extremadamente cerca y con un tono gutural e inhumano—¿Por qué lloras tanto?
Me arrastré más, queriendo sacarla de mi lado, buscando con desespero la salida de este bosque, pero tal como en esa ocasión, no lo encontraba y sentía que solo daba vueltas.
Era penoso, iba como un bebé gateando, con las lágrimas corriendo por mi piel hasta mi barbilla, y ni siquiera tenía la valentía para ponerme de pie. Me sentía tan humana como nunca antes.
Mi mano se topó con un charco que me hizo perder el poco equilibrio que tenía aún de rodillas.
Me fui hacia un lado, y me agarré de lo que encontré, que se sintió viscoso y mojado entre mis dedos.
—¿Q-qué…? — murmuré, levantando lo que había agarrado para verlo mejor.
En mi mano, llena de sangre, se encontraba parte de un cerebro.
Ahogué un grito, soltándolo de golpe y retrocediendo, raspando mi espalda contra las piedras y tierra debajo mio.
Mis manos se encontraron con más cosas viscosas, que me hicieron entrar en pánico.
Restos de piel humana y algunos órganos me rodeaban. La sangre goteaba de las hojas de los árboles y era una escena sangrienta en frente mío, donde estaba bañada en el líquido carmesí.
Por si fuera poco, una pelota rodó hasta estar en frente de mi, y lo pude distinguir como una cabeza humana.
Reconocí sus ojos que se iban perdiendo en la muerte que lo llamó.
Era uno de los hombres a los que les pedí ayuda la primera vez que intenté escapar, en el jardín de la casa.
Y me miró.
—Esto también es tu culpa, ¿No, Leia?
Sentí que me ahogaba en mis sollozos y mi cara se contorsionaba de dolor.
El bosque parecía cada vez más oscuro y la Luna se había perdido, dejándome sola con mis pesadillas.
¿Por qué estoy bañada en sangre?
El olor metálico era tan fuerte que sentía que me ahorcaba, y los recuerdos que intenté suprimir llegaron sin piedad a mi mente.
Negaba frenéticamente, intentando alejar mi vista de los restos humanos que me rodeaban y parecían multiplicarse con cada segundo pasado.
Quise gritar, pero no encontraba la fuerza, porque justo ahora, pareció que mis cuerdas vocales desaparecieron.
Quise pedir ayuda, no sabía a quién en específico, pero necesitaba que alguien me saque de aquí.
—¡Unnie!
Volteé a todos lados, desorientada.
—¡Unnie!
Limpié mis ojos con el dorso de mi mano, intentando quitar las lágrimas, aunque sabiendo muy bien que me manchaba de sangre.
Sorbí por mi nariz e intenté escuchar de donde provenía eso.
—¡Ayuda, unnie!
Me levanté como pude, agarrándome de un tronco que estaba a mi lado.
—¿M-Minjeong?— pregunté a la nada.
Y con una fuerza de voluntad que no sabía que seguía teniendo, empecé a caminar, pisando los restos de personas que yacían ahí, y concentrándome en los quejidos que me habían sacado de mi pesadilla.
Mientras más caminaba, el bosque se fue haciendo menos tenebroso y la luna apareció, iluminando el terreno.
No me atreví a mirar atrás, sabiendo que todavía estaba ahí la sangrienta y macabra escena.
—¡Suéltame!— encontré a Minjeong peleando contra lo que parecía ser una sombra, la cual mientras más me acerqué, más se fue difuminado.
Era un hombre bastante gordo, alto, y con un traje antiguo que intentaba golpearla.
Lo recordé. Lo había visto en el salón de bailes, cuando le pedí a Jaehyun mostrarme, ese hombre estaba ahí, riendo junto a una señora.
Pensé que no era real, hasta que pude ver claramente cómo le daba una cachetada a Minjeong.
Toda la debilidad que había sentido desapareció. Mis sentidos sobrenaturales volvieron a activarse, ya podía ver con claridad en la oscuridad, y sentí mis ojos encenderse en un rojo brillante.
Me lancé sobre el hombre, sacándolo de encima de Minjeong, y mis colmillos atacaron su hombro, donde mordí y sin dificultad, se lo rompí.
El hombre gritó. Un chillido agudo hasta que se convirtió en polvo que desapareció en un segundo.
N/A
Ehh, están llegando muy rápido a las 200 leídas, así se va a acabar rápido el libro uahdjs.
En cuanto llegue a las 250 leídas, subiré el siguiente capítulo. Ya terminé de escribir todo el libro, así que solo me tocará actualizar, mientras tanto, me enfocaré en mis otros libros.
Espero que disfruten estos últimos capítulos 💕
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