25
A metros de mí, olía la sangre que todavía quedaba en la tierra, enraizada con el principio de los árboles hasta el final, queriendo mantenerse por siempre para recordar todo lo que pasó en este territorio.
Los árboles se mecían con suavidad, y algunas hojas caían delicadamente, encima de las pobres personas que quedaron atrapadas debajo de las piedras y los años.
Una noche que simulaba ser tranquila, donde todos podrían dormir después de un arduo día, ya sea en clases o trabajos.
Todavía escuchaba mis gritos haciendo eco en los rincones del bosque, recordaba la desesperación que sentía, y veía por el rabillo de mi ojo la sombra de Sakura y de mí, corriendo entre lágrimas.
Eran fantasmas que siempre me perseguirían, hasta el día que cierre mis ojos y deje de estar presente en el mundo.
Volteé a ver a Minjeong, quien, aunque tuviera una cara demasiado adorable, su seriedad actual la hacía ver peligrosa.
Desde el momento que dimos un paso dentro del terreno, Jaehyun lo supo. Solo se quedó esperando a que sigamos avanzando.
Mientras más nos acercamos a la casa, más fuerte fue la tensión, y vampiros fueron quedándose en el camino, asegurándose de vigilar.
Minjeong se mantuvo en el portón, dándome un leve asentimiento de cabeza. Doyoung estuvo a su derecha, también vigilando la entrada y sosteniendo la caja que mantuve conmigo por tantos años.
El portón estaba abierto, dándonos la bienvenida a la casa, con sus luces apagadas. Todo estaba en completa oscuridad, y permanecía en silencio, como si no hubiera nadie adentro.
Entré, junto a Taeyong y Jihyo, con Johnny detrás de nosotros.
Al momento de abrir la puerta, un viento helado me cubrió, tan fuerte, que hasta siendo incapaz de sentir el cambio de temperatura, esto me hizo temblar.
Lo primero que vi, fue un rastro de sangre. Fruncí el ceño, y empecé a seguirlo, notando que estaba medio seco.
Tenía a Taeyong detrás de mi, siguiendo el camino igual con curiosidad. Hasta que entramos a la sala, y el rastro se convirtió en un charco, que salía del cuerpo de Park Suni.
—Dios… —susurré poniéndome de rodillas frente de ella, mirando su cara pálida y sus ojos fríos, viendo a la nada.
De su abdomen era la sangre que había manchado el piso, una herida grande que simulaba ser de un animal salvaje, y dejaba a la vista sus costillas rotas, con pequeños fragmentos de huesos en el piso.
—¿Ella no era…? — preguntó Jihyo en un hilo de voz, en la entrada de la sala.
—La prometida de Jaehyun— terminó Taeyong, con seriedad.
Mi olfato sintió más sangre.
Me paré, sintiendo el olor de la cocina.
En la oscuridad, fui hasta ahí, encontrando una escena aún más horrorosa que la anterior.
Encima del mesón, llena de sangre, yacía Park Soomin.
Sé que la había llamado serpiente, y sé que pensé que escupía veneno cada vez que hablaba, pero ver su boca abierta y la ausencia de su lengua, me hizo sentir terriblemente mal.
Encontré la lengua cortada en la palma de su mano.
—Esto es sádico— Johnny dijo, con una expresión de disgusto.
Sentí pena. Al final, Suni sí fue una víctima del destino, y la codicia de su madre hizo que terminen muertas.
—Encuentren a Haechan. —Ordenó Taeyong, manteniendo la calma.
Busqué enfocarme en lo importante, por lo que habíamos venido aquí.
Podía sospechar que habían muerto hace doce horas quizá, por la sangre semi-seca.
No puedes salvar a todos, Leia.
Di media vuelta, recordando lo que Cecilia me había dicho sobre Haechan.
Me guié a mi misma hasta ahí, hasta el pasillo que se veía más viejo de lo usual.
La puerta de ese cuarto estaba entreabierta, y me preocupé al escuchar una respiración agitada proviniendo de ahí.
Abrí la puerta de golpe, preparada para encontrarme con el moreno encadenado al pequeño poste, como Jaehyun solía poner a sus víctimas.
Pero en vez de eso, descubrí la nada misma. El cuarto estaba totalmente vacío, incluso el colchón que casi era tan delgado como un papel, y el poste saliendo del piso habían desaparecido.
Entré, con el ceño fruncido.
No había rastros de Haechan, y el piso, de donde recordaba que estaba el cuartillo oculto de Jaehyun que tenía toda mi información, se encontraba bien.
—¿Leia?
Mis vellos se erizaron y mis orejas igual, como si fuera un gato que escuchó algo extraño. Me volteé con lentitud, ahí en medio del cuarto, y en la puerta de entrada, me miraba JaYoon.
Sentí mi piel palidecer, y di dos pasos atrás, viendo su ropa con sangre, y goteando todavía por las puñaladas que le había dado hace años.
Pestañeé con fuerza, y ella ya no se encontraba ahí.
Fui a la puerta, sintiéndome sofocada, pero ésta se cerró en mis narices como si la hubieran cerrado desde afuera.
—¡Taeyong!— exclamé, intentando abrir la puerta, pero esta no cedía, y escuché el seguro ponerse.
—Leia, volviste.
La voz de JaYoon volvió a sonar en mis oídos. Miré atrás, encontrándola en el antiguo colchón, encadenada y sucia.
—No eres real— susurré sin aliento, volviendo a voltearme para intentar abrir la puerta.
Mi fuerza sobrenatural no estaba ayudando en nada, la puerta se sentía tan pesada como cuando era humana.
—¿V-viniste a ayudarme?
Apreté mis labios, poniéndome de rodillas en el piso para ver por el diminuto agujero de la puerta, pero no distinguía nada en la oscuridad.
—Mi muñeca me duele…
Gruñí, volviendo a intentar abrir la puerta, jalando con desesperación.
—Mis costillas también, c-creo que no se curaron bien… ¿podrías a-ayudarme?
—¡No eres real!— exclamé, volteando a verla.
—Estoy asustada— sollozó, con su cuerpo temblando.
Mi respiración era inestable, y sentía que mi corazón estaba volviendo a latir.
—Tú moriste hace tiempo— dije acercándome con lentitud, de rodillas todavía.
—Siempre estuve aquí— musitó, y pude ver con claridad su cabello sucio y su flequillo despeinado —Te estuve esperando, me quedé mucho tiempo.
—No es cierto— negué con la cabeza —tú moriste, yo te vi dejar de respirar.
—Tú igual estás muerta, Leia. Sin embargo, sigues aquí, hablándome.
Me quedé sin palabras, encontrando razón en lo que salía de sus labios resecos.
Pero esto no podía ser cierto, porque ella desapareció, yo me hubiera dado cuenta si siguiera viva.
Aunque nunca vi dónde Jaehyun enterró a JaYoon, ni volví a preguntarle por eso.
Pero ahora la miraba, y se veía tan real, podía escuchar las respiraciones que salían de su nariz y su corazón latiendo con regularidad, igual que la sangre pasando por cada una de sus venas.
Acerqué mi mano a su cara, insegura y con la ansiedad ahogándome.
Y la toqué, soltando un jadeo.
Su piel estaba tibia, tersa, y real. Tan real.
Pestañeé y le vi desaparecer por un microsegundo, haciéndome jadear de nuevo.
—No eres tú— contesté, alejando mi mano como si hubiera tocado fuego —, yo te maté.
Y me levanté, dando pasos atrás.
—Es cierto— de su voz desapareció el temor, yo me choqué con la pared y en ese momento de distracción, la imagen cambió —Tú me mataste.
Ahora estaba tirada en el piso, con el cuchillo de cocina a un lado suyo, y la sangre saliendo sin parar por las heridas que yo había provocado.
Encajé mis uñas en la pared detrás de mi, sintiendo el aroma a sangre llegando con tanta claridad e intensidad, que logró marearme.
—¿Por qué me mataste? Yo quería vivir— dijo apenas, con sangre empezando a salir de su boca —, me trajiste aquí solo para hacerme sufrir…
—No es cierto— murmuré —Intenté ayudarte, t-te salvé de-…
—¿De qué? ¿De morir rápidamente? Solo alargaste mi sufrimiento dejando que él me mantenga encerrada, todo porque eres egoísta.
Egoísmo.
Esa palabra me había perseguido por mucho tiempo en la época que estuve con Jaehyun. Él siempre me dijo que yo hacía las cosas por egoísmo y por querer hacerme sentir mejor dentro de todo lo que pasaba.
Él.
Jaehyun.
Miré a JaYoon con los dientes apretados.
—Tú no estás viva, JaYoon— su nombre salió amargamente de mi boca —Aunque quisiera olvidarlo, recuerdo con claridad la vez que te maté, déjame tranquila.
En sus labios se mostraron una siniestra sonrisa que me hizo temblar y sus ojos se volvieron grises por el velo de muerte.
La puerta se abrió cuando yo me había apoyado, así que caí de espaldas al pasillo.
Miré entre la oscuridad, queriendo encontrar a Taeyong, pero en vez de eso, me encontré algo mucho peor que me hizo querer volver al cuarto donde estuve segundos antes.
N/A
Gracias por los votos y comentarios, me hacen feliz -llora-
Noté que podemos llegar a 80 votos, así que... 👀👀
También uhm, espero que todas las Lumis se encuentren bien dentro de esta situación, no todos lo tomarán de la misma manera y eso está bien, solo no se hundan gracias a esto.
Realmente espero que Lucas saque contenido y pueda explotar su potencial en diferentes ámbitos de la industria del entretenimiento. Se me hace raro de una manera fea pensar que nct ya solo tiene 22 miembros oficiales.
Los sigo desde el 2018, y aunque Lucas estuvo en hiatus por dos años, será difícil acostumbrarme a la idea de que no volverá a promocionar con el grupo que debutó.
Amo demasiado a nct y a todos sus integrantes, y aunque ya no soy una niña ni estoy viendo todos los contenidos que sacan gracias a que crecí y tengo otras cosas en las que pensar, siempre estoy al pendiente de ellos y son una parte muy importante en mi vida, me acompañaron desde que tengo 16 años y actualmente ya tengo 21, fueron mi apoyo en momentos difíciles.
Por eso, espero que puedan seguir apoyando a nct y a Lucas solista de igual manera.
Y si no, también está bien, pero respeten a los idols y no les envíen odio, puesto que dentro de todo, son personas que entrenaron desde muy jóvenes para poder alcanzar lo que querían. Tengamos empatía con los demás, por favor.
Sin duda, le deseo todo el éxito posible a Wong Yukhei, y estaré esperando con ansias todo lo que saque individualmente de ahora en adelante.
gracias por leer <3
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