23
Al llegar al edificio, Nayeon intervino en mi camino, tomándome de los hombros.
—¿Consiguieron información?— preguntó con sus cejas levantadas.
—No mucho— contesté un poco confundida.
—Bien, ehm... —titubeó, mirando de reojo a Doyoung —alguien vino a verte, Leia.
Mientras me guiaba hasta el penúltimo piso, donde vivía junto a Jihyo, me pregunté quién podría ser la visita.
No tenía a nadie desde hace mucho tiempo, Jaehyun se había encargado de matarlos a todos. Haechan estaba secuestrado y Minjeong estaba en la Sala de reuniones.
Desde hace años había quedado solo yo, sin ningún familiar o amigos para que me visiten, o piensen que seguía viva, dada la manera en la que desaparecí.
Cuando entré al departamento, mis ojos se cruzaron con los de Cecilia y yo sentí mi mundo tambalearse por un momento.
Mis ojos brillaron en su color natural, el rojo fuerte, y vi sus cejas levantarse ligeramente ante eso.
—Gracias Nayeon, quisiera un momento por favor— musité, ella asintió saliendo del departamento y dejándome a solas con la mujer que no veía hace tanto tiempo.
—Al final perdiste.
Sus primeras palabras me hicieron sentir mal desde un principio, y apreté mis manos.
—¿Viniste a decirme eso?— pregunté mirándola, acercándome poco a poco.
Notaba las canas que habían avanzado en su cabello, y algunas arrugas de igual manera en su piel.
Mientras tanto, yo seguía exactamente igual.
El tiempo se había detenido en mi vida gracias a la maldición que venía junto al amor de Jaehyun.
—Creí que estabas muerta— dije de nuevo, viendo con atención sus facciones.
—También pensé lo mismo de ti por un tiempo... pero supongo que es igual ahora que eres un vampiro, ¿no?
Su voz no era amenazadora ni dura, pero era por eso más doloroso, porque podía sentir la pena que tenía.
Ella fue la única que intentó darme consejos en esa casa, cuando todavía yo era humana. Nunca olvidaría la ayuda que intentó darme a pesar del peligro que corría.
—¿Qué haces aquí?— mi voz sí salió dura, más que nada por el nudo en la garganta que sentía.
—Jaehyun me mandó— dijo con una mueca. —Quiere que hable contigo.
Una de las pocas cosas en las que Jaehyun no me había mentido era sobre Cecilia, porque al final no la mató, pero sí que la envió lejos.
—¿Vienes a convencerme de que vuelva con él?— levanté mi barbilla, sintiendo tensión en el aire.
—No. — su respuesta fue honesta. Nos miramos por varios segundos en silencio, hasta que yo cedí y suspiré, bajando la guardia —Él me dijo que haga eso, pero no lo haré.
Al final, Cecilia fue la única transparente en esa casa, que se tomó el tiempo de decirme las cosas con sinceridad y actuó de acuerdo a lo que sus principios le indicaban, aún si eso significaba perder la vida.
—¿Cómo está Haechan?— pregunté, esperando que ella sí pudiera darme algo de información real sobre el vampiro, no como la venenosa señora Park.
—No tenemos permitido verlo, lo tiene en su cuarto de castigos.
Apreté la mandíbula, sabiendo que esa era la habitación donde yo alguna vez estuve, la primera vez que intenté escapar.
Hubiera querido tener la habilidad de comunicarme mentalmente, así podría hablar con el moreno y saber su estado.
—¿Qué planea hacer?
—Tampoco nos lo dijo, señorita Kang— apreté mis labios cuando escuché ese nombre, con los recuerdos volviendo a invadirme —Nadie sabe lo que está planeando, ni siquiera el señor Park, quien siempre estuvo a su lado.
Era peligroso no saber lo que pasaba por la mente de un psicópata tal como Jung Jaehyun, pero, ¿cuándo supimos de sus pensamientos?
—Creo que incluso tú sabes lo que significa el rendirme.
—Jaehyun volverá a ganar.
Volteé a ver la habitación en la que estaba por un momento, la sala de Jihyo.
Tenía fotos y adornos que eran muy bonitos, hogareños. Eran tantas las cosas que te podían hacer sentir en casa, pero no era cierto, ni Jihyo, Nayeon, Doyoung y los pequeños pertenecían aquí.
Ninguno era de este lugar y no querían quedarse, no sería justo rendirme ante Jaehyun.
Si lo hacía, él me tendría encerrada, y los vampiros habrían perdido la única oportunidad que tenían.
—Perderás mucho— comentó Cecilia, uniendo sus manos encima de su regazo.
—Desde el principio estuve perdiendo— dije sin pesar.
—Jaehyun podría matar a cualquiera de tus... amigos.
Sí, Jaehyun era muy capaz de matar a los demás vampiros, y también era capaz de matar a Lee Haechan solo porque se entrometió en sus planes.
Todos sabíamos que corríamos riesgos, y había una posibilidad muy grande de que hayan bajas, pero aún con eso, ninguno dio un paso atrás o se mostró asustado, ni siquiera Jisung, que era uno de los más jóvenes del grupo.
—Tal vez lo haga— murmuré —, pero lo evitaré a toda costa.
—¿Con tu vida?— asentí sin titubear, ella miró al piso—, señorita Kang, siempre me pareció desafortunado que Jaehyun le haya atrapado, y al principio no vi en ti más que una niña asustada— comentó —Pero ahora sé por qué sobreviviste, tú, la única de las tantas muñecas que tuvo, sigues viva, y no es sólo porque él te ame.
<Supiste crear tu camino en el infierno, y saliste de la trampa, aunque haya sido casi muerta. Es admirable todo por lo que pasaste, y todavía sigues aquí, peleando por personas que no son nada tuyo.
Arrugué la nariz sintiendo lágrimas picar mis ojos, y miré a otro lado, para que no vea ese momento de debilidad que estaba teniendo.
Me sentí como la joven Leia de nuevo, la que tenía tanto miedo porque no sabía donde estaba, extrañaba a sus padres y quería morirse a toda costa.
—Cometí muchos errores.
—Igual que el mundo entero— contestó, con su voz manteniendo un tono suave —Pero sigues intentando hacer lo correcto— se quedó en silencio unos segundos, y cuando volvió a hablar, no pude evitar llorar —No eres igual a Jaehyun, si es lo que piensas. Él te dañó demasiado, pero nunca será tu culpa, tú siempre fuiste la víctima aquí.
Apreté mi boca para no soltar sollozos.
Vi que quiso acercarse, pero no lo hizo, se contuvo de tocarme.
Las cosas no volverían a ser igual, aunque diga que no haya sido mi culpa, muchas cosas habían cambiado y yo ya no era como ella.
Dejé de pertenecer a su especie, y probablemente era eso lo que evitaba que se acerque.
—No importa lo que decidas hacer, señorita Kang, diste lo mejor de ti, y eso es suficiente.
Esa noche, luego de que Cecilia se fue, lloré en la oscuridad de mi cuarto intentando camuflar los sollozos, pero fue imposible no dejar salir todo el dolor que me consumía.
Pedí perdón mil veces más, porque nunca sería suficiente, contando todas las vidas que tomé en mis manos, y la manera en la que actué como si fuera Dios.
Me dolió más cuando le ofrecí a Cecilia quedarse, cuando le aseguré que nosotros le daríamos la seguridad que nunca tuvo, y estaría a salvo.
—Soy parte de la casa desde hace mucho tiempo, señorita Kang, y así como usted, no puedo dejar a mi familia en la furia de Jaehyun.
—Jaehyun se enojará el enterarse de que no cumpliste sus órdenes.
—Sí, pero es por una buena causa, y yo decidí creer en usted.
Verla irse, sabiendo que probablemente no la vería nunca más, se sintió como la vez que perdí a Sakura en el bosque.
Era una realidad tan cruda, porque Cecilia había aceptado su destino, tal vez desde mucho antes que yo llegara, y solo tomó la oportunidad de redimirse conmigo.
Pusieron una carga muy grande en mi espalda, y era agotador de solo pensar que tantos vampiros tenían su fe puesta en mí y en lo que podía hacer.
Yo solo era una mujer a la que había secuestrado para ser una mascota. Pero aquí estaba, siendo admirada por algo que no había elegido.
No quería ser una heroína, ni la salvadora que se plasmara en libros para las siguiente generaciones, solo quería tener paz y dejar de sufrir las pesadillas que me atormentaban cada noche.
Quería estar tranquila, aun si eso significaba morir para tener la paz que necesitaba.
Lloré por tres horas enteras, apretando mis sábanas con fuerza para evitar lastimarme, o tener otro ataque como el de la anterior vez.
Con las rodillas temblando, me levanté. Apoyándome en las paredes para poder caminar, respiré profundo, cerré mis ojos, y apreté mi mandíbula.
Salí del cuarto con los ojos hinchados por las lágrimas, a las dos y media de la madrugada.
Tomé una postura firme, a pesar de que sintiera que no podía caminar, y me obligué a mi misma a seguir por el pasillo.
La Leia pequeña dentro de mí temblaba del miedo, y se escondía en las sombras de las figuras de sus padres. La Leia adolescente se arrastraba por el piso, intentando encontrar un lugar seguro, lejos de sus inseguridades.
La Leia joven, que tenía una vida por empezar, lloraba y corría lejos de las voces que le atormentaban, sintiendo a Jung Jaehyun detrás de ella y cada vez más cerca.
Y aquí estaba yo en mi actual etapa, con heridas internas, lágrimas secas, y yendo a superar mis miedos. Yendo a enfrentar al hombre que me había secuestrado.
En la sala del departamento estaban las personas que me cuidaron durante años, y se mantuvieron pacientes, esperando a que dé la señal.
Me miraron, mi imagen destruida y temblorosa, pero eso no impidió que siga adelante, ni diga las siguientes palabras antes del fin.
—Estoy lista.
N/A
Well, no me esperaba que lleguemos tan rápido a los 200 leídas en el anterior capítulo, cuando apenas lo subí hace dos días sjjdjedi.
Como son los últimos capítulos de Catharsis, lo haremos de esta manera (igual lo publiqué en mi perfil): cada que suba un nuevo capítulo, esperaré a que llegue a las 200 leídas y cierto número de votos para actualizar.
Lo de los votos iré viendo, no diré un número en específico 🥰.
gracias por leer, mis queridas nctzens❤
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