05
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Tuve que pasar por nuevos cambios gracias al rescate de Taeyong y su grupo, quienes me acogieron en su casa. Los primeros días, y hasta semanas, fueron los más difíciles, no dejaba que nadie entre a la habitación que se me fue asignada y me mantenía en vela la mayor parte del tiempo. Pero con el paso de los meses, la amabilidad y seguridad que ellos me dieron, fueron suficiente para que me vaya abriendo poco a poco.
Y por eso, descubrí más cosas de los vampiros.
—Él me habló sobre eso hace tiempo, pero vagamente— murmuré, pasando de hoja del libro que me había dado Taeyong.
—Él odia hablar de nuestros orígenes, pero no puede fingir que no están ahí. — miré las ilustraciones en una hoja, con curiosidad sobre lo que se mostraba —¿Te gustaría que te la cuente?
—Por favor— susurré como niña pequeña, él sonrió suavemente.
—Fue hace cientos de años, unos 400, tal vez. Nosotros vivíamos en una realidad paralela, muy diferente a esta, pero también mucho más pequeña. Imagínate un pequeño mundo, donde estábamos cinco mil vampiros de distintas edades, viviendo como conocíamos, casi como en una comunidad —se acomodó en el asiento de su oficina—, no sabíamos de la existencia de otras realidades, igual que ustedes. Bueno, nadie sabía, excepto uno.
>Verás, allá era fácil acordarse de la cara de las personas, nuestra tierra era fértil y nunca tuvimos periodos de hambruna, había para todos si sabías administrarlo bien. Pero hubo un hombre, que siempre fue demasiado codicioso para su propio bien. Jung Joo-hyuck.
No conocía ese nombre, pero lo sentí demasiado familiar.
—Un vampiro con familia, lo normal en cualquier lugar. Joo-hyuck pertenecía al área de médicos y se había obsesionado con la idea de que existía algo más fuera de nuestro planeta, aunque no supiera con seguridad el qué, él quería descubrirlo. Los métodos que utilizó fueron... —hizo una mueca —Poco ortodoxos, para resumirlo.
—¿No lo apoyaron?
—¿Para qué? Siempre fue un soñador que vivía más en las nubes que en la tierra, y todos pensaban que estaba loco, lo cual ahora sabemos que era mentira. Pero sí era peligroso, de la clase de vampiros que no sienten ningún remordimiento para poder llegar a sus metas, nunca nadie supo qué fue lo que le metió esa idea a la cabeza, porque antes era normal, amable y trabajador... o fingía serlo, a puertas cerradas la cosa cambiaba— suspiró —Con el tiempo, mientras más intentos fallidos tenía, más se obsesionaba, hasta que lo logró. —enarqué mis cejas a la espera de que siga —Consiguió una manera de abrir una grieta entre nuestra realidad y ésta. Sin embargo, algo salió demasiado mal, y esta realidad se convirtió en un vórtice que nos succionó, y nos dejó aquí. Nadie sabía lo que pasaba, porque de un segundo a otro, estábamos en un bosque desconocido.
—¿Los trajo a todos?— él negó con la cabeza, con un pesar en su mirada.
—A una parte solamente, dejó a los demás en nuestra dimensión y la grieta se cerró. Tal vez fue al azar, eligió a unos cuantos de aquí y allá.
Sus palabras salían de manera ahogada de su boca, y se notaba lo mucho que le dolía.
—¿No pudieron volver a abrirlo?
—Primero se armaron grupos de exploración para encontrar más información, el mundo era mucho menos avanzado, claramente, y al principio no encontramos nada más que animales. Luego alguien encontró a un humano— se quedó callado un momento, mirando a la nada y con sus pupilas dilatándose —En nuestro lugar, existen plantas especiales que nos dan lo que necesitamos en alimentación, no era necesario atacar a los animales porque eran compañía, además de que allí no hay vacas, cerdos, y ese tipo de cosas— vi su manzana de Adán moverse, señal de que había tragado saliva —Fue el hecho de que nunca nos encontramos con tu especie, que cuando el primer grupo de exploración encontró al humano, lo atacaron sin pensarlo.
«Fue el primer instinto, no nos considerábamos asesinos, siempre fuimos pacíficos, pero tampoco hubo nunca una tentación tan grande como para hacernos perder la cordura.
El ambiente se volvió pesado conforme avanzaba, y por un segundo pensé en pedirle que ya no siga, pero mi curiosidad era más, así que me quedé mirándole.
—... ¿Lo mataron?— asintió, evitando mi mirada.
—Fue el primero de muchos, de cientos. Era como si probáramos nuestro elixir por primera vez, no pensamos en los daños que estábamos causando, solo matamos
No me imaginaba la gran masacre que habían causado hace tantos años atrás, donde los humanos no sabían quiénes eran.
—Pero volvimos a nuestros cabales, por lo menos una parte de nosotros— siguió hablando —Somos seres racionales, y nos dimos cuenta que eso no estaba bien, porque nosotros no matábamos en nuestro planeta. A ese paso acabaríamos con tu planeta, debíamos salir de aquí cuanto antes, extrañábamos nuestro hogar— Tomó una bocanada de aire —Pero el responsable de que estemos aquí, estaba en desacuerdo. A él le había costado mucho poder abrir la grieta, y también, solo él sabía cómo regresarnos.
»—¿Por qué deberíamos volver cuando tenemos todo aquí?— preguntó con burla, mirando a los demás vampiros.
—¿Todo? Mi familia se encuentra del otro lado, igual que de la mayoría de aquí— dijo alguien con un tono amargo.
—¿Por qué quieren desaprovechar lo que se nos dio? La sangre de los humanos es deliciosa, allá no lo encontrarán.
—No queremos seguir haciendo esto, está mal.
—No está mal— negó Joo-hyuck —, es el ciclo de la vida, la cadena alimenticia nos pone por encima de ellos y debemos aprovecharlo. «
—No pudimos convencerlo, hasta lo amenazaron a muerte, pero no dio su brazo a torcer, ya había perdido la cabeza y no había manera de salvarlo. Jung Joo-hyuck era egoísta y eso nos trajo aquí.
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Abrí mis ojos de golpe cuando Haechan tocó mi hombro, diciéndome con voz suave que ya habíamos llegado.
Miré por la ventana del taxi al edificio, tragando saliva al darme cuenta de que yo lo conocía.
Había pasado por aquí un par de veces cuando era estudiante en mis caminatas junto a mis amigas, no me hubiera imaginado que este lugar era de todo, menos normal.
Al salir del taxi, el viento golpeó mi cara y me hizo espabilar. Había vuelto a mi ciudad, aunque estuviera lejos de las personas, después de cinco años, estaba aquí otra vez.
En la puerta del edificio, se encontraba ya dos personas esperando, mirándome con curiosidad. Haechan entrelazó su brazo con el mío, acompañándome por la acera hasta donde estaban los desconocidos.
—Es un gusto conocerte al fin, Leia— su sonrisa se me hizo tierna —Soy Nayeon— me estrechó su mano y yo la tomé, intentando sonreírle de vuelta.
—Gracias por dejar que me quede aquí.
—No te preocupes— se encogió de hombros, haciéndose a un lado para dejarme pasar —Después de todo, nos seguimos viendo como una comunidad, antiguas costumbres.
—Que esperemos que vuelvan— otra chica de sonrisa brillante y ojos cálidos esperaba en el lobby —Estábamos esperando conocerte, querida Leia— y me dio un abrazo como si me conociera de años —Soy Jihyo.
Taeyong me había explicado que Jihyo era la que manejaba el edificio y estaba a "cargo" de todos los que vivían dentro, que según sabía, no eran pocos. Así que al igual que él, ella igual era una especie de líder de un grupo de vampiros.
Le di una venia de respeto, y Taeyong se posicionó a mi lado, dándome confianza igual que Haechan lo hacía.
—Primero instálense y luego hablaremos, deben estar cansados— dijo Jihyo, haciéndole una seña a Nayeon. —Eh, Taeyong, ¿puedo hablar contigo un momento?— el nombrado asintió y se fue a un costado para hablar más privadamente, Nayeon nos hizo caminar al ascensor directo hasta el piso 10, que supuse era donde nos quedaríamos.
—Los pusimos en este piso para que puedan estar cerca de Jihyo en caso de cualquier cosa, nosotras nos encontramos en el 11, el último piso. Luego hay una terraza, puedes subir cuando quieras o si te sientes muy agobiada Leia, entiendo que no es fácil.
No sabía cómo agradecer toda la amabilidad que me estaban entregando, pero me sentía incómoda de igual manera, porque yo era una herramienta para llegar a lo que querían. Un bien común.
Cuando se abrieron las puertas, nos recibió un pasillo con más puertas. Nayeon se fue directo al último y con una llave, lo abrió, dejando ver un departamento más moderno de lo que esperé, bien iluminado y equipado.
—Tu cuarto es el segundo, Leia, lo acomodamos para que no se sienta tan extraño, aunque no sé si eso sea posible— se rió entre dientes —Haechan, tu cuarto es el siguiente, el de Taeyong es el primero, y... el de John es el último.
"—Estarás en un lugar conmigo, Johnny y Haechan, espero que no te moleste, si es así, podemos cambiar los lugares y-...
—No importa, confío en ustedes."
—Entonces me acomodaré allá— Haechan avisó, llevando su maleta y dejando la mía en la entrada de mi nuevo cuarto.
El departamento sí era muy bonito, lo que me hubiera gustado tener al independizarme y tener un trabajo estable y de buena paga. Una pena que las cosas fueran diferentes.
—Estaremos atentas a cualquier cosa que necesites, Leia— Nayeon me sacó de mis pensamientos y me volteé a ella —Quisimos poner guardias que vigilen el departamento, pero luego pensamos que sería incómodo para ti. De todas maneras, todos aquí están dispuestos a ayudarte, y si sientes que debes decir algo o desahogarte, nosotras estamos arriba.
Me preguntaba cómo era posible que habiendo vampiros tan buenos y atentos, me tocó encontrarme justo con el peor de su especie. Pero su actitud hacia mí también era porque yo dejé de ser humana hace muchos años, y seguramente me veían como su igual... o eso es lo que me había insinuado Haechan.
Asentí en silencio, y ella me sonrió una vez más antes de salir de ahí, dejando la llave en la mesilla de la entrada.
Ya sola, apagué todas las luces y cerré todas las cortinas, para que no entrara ni un gramo de luz al departamento. Haechan solo me dio un fuerte abrazo antes de avisar que estaría en su cuarto acomodando.
Me encerré en el mío, manteniéndome a oscuras y tapándome con las mantas hasta mi coronilla.
Estuve así por horas, intentando dormir, y cerrando mis ojos con fuerza hasta ver lucecitas en mis párpados. Me había tardado en poder acostumbrarme a la casa con los chicos, pero fue más sencillo porque sabía que estaba lejos y a salvo. Ahora no era así, me encontraba más cerca que nunca, y eso me mantenía con ansiedad, porque pensaba que en cualquier momento alguien me tomaría de sorpresa o vendría por mi espalda a matarme.
La cama quedó echa un desastre por todas las vueltas que di, y las mantas ya solo me cubrían una pierna y lo demás estaba en el piso. Ya era de noche y los chicos habían terminado de acomodarse, sin tocar mi puerta o acercarse.
Sabía que no iba a poder descansar y necesitaba toda la energía posible para lo que se venía.
Me levanté, desenredando la manta de mi pierna, y descalza, salí del cuarto. Todo seguía en total oscuridad, tal como lo había dejado. Caminé hasta su cuarto y abrí la puerta despacio, encontrándolo viendo por la ventana abierta.
Él se giró a verme y sonrió con suavidad, le miré un par de segundos antes de meterme a su cama que seguía hecha, y tal como en mi habitación, me tapé hasta la cabeza. Pasó un minuto como máximo hasta que escuché la ventana y cortina cerrarse, y a él metiéndose en la cama a mi lado.
Lo abracé como si fuera un almohadón en tamaño humano, y él se acomodó.
No hubo necesidad de intercambiar ninguna palabra, hasta que logré dormir.
N/A
Sé que todavía no aparece el protagonista de este fic, pero tengan paciencia, estoy armando las cosas bien para la entrada lujosa de Jaehyun -beso, beso-
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