04
>>>
Mordía mis uñas con nerviosismo, algo que no hacía hace mucho tiempo. Escuchaba a los chicos moverse a aquí a allá, alistando sus maletas y preparando más cosas para llevar, hablaban entre ellos y jugueteaban con un ambiente ligero pasando alrededor.
Quería estar igual, pero la verdad era que los nervios me estaban matando y no podía concentrarme, ni siquiera sabía qué ropa estaba metiendo a mi pequeña maleta. No tenía idea de nada.
—Tu cepillo de dientes— Doyoung sacó su cabeza desde el baño y lanzó el objeto, pasando por encima de mi cabeza y llegando perfectamente a las manos de Haechan, quien lo guardó en su estuche antes de meterlo a su maleta.
—Toma, Leia— Johnny se acercó a mí y me ofreció un termo, lo abrí sintiendo el fuerte olor a sangre, agradeciéndole en voz baja antes de tomar un gran sorbo.
—Creo que deberíamos ir saliendo—Jungwoo informó, viendo el bonito y costoso reloj en su muñeca.
07:30 pm.
Nuestro vuelo sería dentro de poco, así que él estaba en lo correcto, era hora de irse. Me levanté con pesadez del sillón, sintiendo mis piernas temblar, y caminé con lentitud a la puerta, apoyándome en ésta y mirando a los chicos terminar de ordenar sus cosas.
—Preparé esto para ti— Minjeong salió de una de las habitaciones, acercándose con una caja de madera.
—Gracias— susurré reconociéndolo al instante y agarrándolo con fuerza, ella me sonrió.
—Sé que estarás bien, eres muy fuerte unnie— me dio un fuerte abrazo, y yo le correspondí como pude, teniendo la caja en mis manos.
—Aliméntate bien, ¿sí? — le indiqué, ella asintió en respuesta.
—Nosotros estaremos al tanto de todo, los cuidamos desde aquí— aseguró guiñando un ojo.
Minjeong había sido convertida por Mark hace tres años, luego de que la encontrara en situaciones deplorables. Recuerdo que casi lloro cuando fui a verla en un contenedor, donde la pusieron para que pueda pasar su transformación sin lastimar a nadie, y con suerte, salir viva.
La mitad de los humanos no sobrevivían a la transformación. El veneno de los vampiros era tan destructivo que era muy difícil pasar por ese proceso, te destruía todos los órganos, molía tus huesos y borraba tus recuerdos para volver a re-construirte en algo nuevo. La mitad que sobrevivía todavía tenía la prueba de los primeros días, donde una sed incontrolable te convertía en algo irreconocible hasta para los vampiros de nacimiento. Muchos llegaron a comerse a sí mismos.
Estuve con Minjeong por tres semanas, quedándome afuera del contenedor y aguantando la lluvia y el sol para poder asegurarme de que seguía respirando. Fue claro el momento en que su corazón dio un último latido antes de detenerse para siempre. Dos días de puro silencio que me mantuvo sin calma, hasta que sus chillidos por hambre me hicieron caer de rodillas en el piso, aliviada de que haya logrado sobrevivir a la transformación.
Luego tuve que meterme con ella, fue una batalla campal donde ambas nos herimos. La agarré por otros 6 días enteros, mientras los chicos venían a alimentarla.
Desde ese momento mantuve siempre un ojo sobre ella, aunque hubiera momentos donde yo ni siquiera podía cuidarme, me aseguraba de que ella esté bien.
—Adiós mocosa— el responsable de que ella sea vampiro pasó por nuestro lado, dándole un pequeño golpe en la parte alta de su cabeza, saliendo de la casa. Minjeong bufó por la despedida de Mark, antes de volver a abrazarme.
—Sé que harás lo correcto— susurró en mi oído, separándose con sus ojos curveados por la sonrisa que mantenía en su cara.
No me dio tiempo a contestar porque Taeyong llegó a mi lado, poniendo su mano en mi hombro y mirándome.
—¿Lista? — asentí, sintiéndome más tranquila por el contacto con Minjeong. —De acuerdo, vamos.
<<<
Mezclarme entre la gente fue más fácil de lo que esperé, cada quién estaba en su propio mundo, ajenos a la existencia de unos seres que los podían matar en milisegundos. Ignoraban el peligro que caminaba a su alrededor en días ajetreados.
Sin embargo, el miedo de que pueda dar a conocer mi ubicación me hizo mantenerme en un edificio abandonado de 10 pisos a medio construir, que había sido dejado debido a la falta de presupuesto. A veces venían drogadictos a fumar e inyectarse, pero no eran problema, porque había aprendido a controlar mi sed. Nunca llegaban al último piso, se mantenían entre los tres primeros y cuando la policía aparecía, ellos corrían lejos.
Mantuve mi perfil lo más bajo que pude, sabiendo que Jaehyun todavía seguía buscándome.
Pero eso no impidió que otros me encontraran.
—Vaya, interesante lugar— la voz desconocida me hizo saltar en mi lugar y ponerme en alerta, un hombre se encontraba en frente mío, con una pequeña sonrisa divertida.
—¿Quién eres tú? — pregunté levantándome, había estado en medio de una siesta en una cama improvisada que me hice con lo que encontré ahí.
—Pero huele un poco feo, deberías limpiar tu casa— arrugó su nariz y yo le enseñé mis colmillos mientras gruñía como animal salvaje, buscando defender mi territorio.
—Yuta, dijimos que queríamos darle una buena primera impresión— Otra voz proveniente de una segunda persona, que entró por la entrada que no tenía puerta.
—Soy la mejor impresión que puede tener— bromeó el tal Yuta.
—Discúlpalo, tomó mucha sangre antes de venir y está como un niño con dulces— el segundo sujeto me miró, sus grandes ojos transmitiéndome calma. —Me llamo Taeyong, un gusto— inclinó su cuerpo levemente a modo de venia —Y tú eres-...
—¡Woah, Kang Leia! — una tercera voz, y esta vez más pasos. —¡Al fin te conozco, soy Mark! — un chico de pómulos altos y una sonrisa de cachorro me miró con entusiasmo —Ah, lo siento líder— borró su sonrisa al ver la expresión de Taeyong, carraspeando y acomodándose a su lado —Me emocioné.
Taeyong suspiró, negando con la cabeza antes de volver a mí.
—Lo siento otra vez, están un poco felices.
—¿Cómo me conocen? —no podía dejar de lado mi actitud defensiva, sobretodo cuando entraron de repente y eran más que yo. Sabía que no eran humanos, podía olerlo, ellos eran como yo. O yo como ellos, mejor dicho.
Y eso lo volvía más peligroso.
—Escuchamos algunas cosas...
—¿Qué? — respondí ante Taeyong.
—Eres Kang Leia, toda la comunidad de vampiros te conoce— Yuta volvió a hablar, cruzándose de brazos —, o al menos una gran parte, todos tienen curiosidad de saber quién es la mujer que le rompió el corazón a Jung Jaehyun.
Mi vista se volvió roja ante la mención de ese nombre y retrocedí dos pasos, sintiéndome más en peligro que antes.
—Mejor esperen afuera, vigilen los alrededores— Ordenó Taeyong con un rostro serio, los dos chicos, Mark y Yuta, asintieron antes de salir por donde entraron. Cuando nos quedamos a solas, la expresión de Taeyong se suavizó —Fue difícil encontrarte, más de lo que esperábamos.
—¿Me vas a llevar de vuelta con él? — intenté que mi voz no flaqueé, pero fue imposible, y el miedo en mis ojos fue tan visible, que Taeyong dio dos pasos adelante.
—No, no te llevaré con él— quise creerle, pero no pude.
—No lo hagas, por favor, prometo que... prometo darte algo a cambio, lo que sea, lo que quieras. S-si él te dio una recompensa para que me atrapes, te daré el doble, ¡h-hasta el triple! Solo déjame aquí, J-Jaehyun nunca sabrá que-...
Las lágrimas salían sin parar de mis ojos y mi vista estaba borrosa, sentía que estaba teniendo un ataque de pánico y no podía dejar de hablar entre balbuceos. Di media vuelta, buscando recoger las pocas cosas que tenía en movimientos torpes y tambaleantes, todavía balbuceando suplicas para que no me lleven.
—¡Leia! —una voz diferente me llamó, dejándome congelada y provocando que dejé en el piso las cosas que recogí. Me di la vuelta con lentitud, encontrándome con unos ojos ámbar que se habían perdido en mi memoria.
—¿Haechan? —pregunté con inseguridad, sin creer que él estuviera ahí.
—No vinimos a llevarte con él— dijo con calma, acercándose lentamente —Te estuve buscando por meses, Leia, desde que te fuiste de esa casa. Seguimos tus pasos desde el principio.
—P-pero...
—Intentamos protegerte, pero no pudimos, y siento mucho que haya pasado eso, que él... te haya convertido— Taeyong dijo en un tono dulce y compadeciente.
—Temimos que él te podría encontrar antes, trabajamos sin descanso buscando las pistas que fuiste dejando sin querer, y llegamos aquí— Haechan volvió a decir —estaremos contigo ahora.
"—Leia. —Haechan volvió a aparecer en mi campo de visión, miró fijamente a Sakura desangrándose e hizo una mueca.
—Tengo que llevarla, solo necesito... —Mi voz se perdió en un murmuro inentendible, mientras agarraba a Sakura de la cintura, intentando que se levante y se apoye en mi espalda.
—Tienes que irte. —la voz de Haechan era dulce, pero ahora sonaba autoritaria, negué frenéticamente.
—¡Es mi amiga! No puedo dejarla— exclamé, su vista se fijó en mi brazo con la navaja.
—Leia, vete. — me miró fijamente, y sus ojos brillaron en un naranja encendido —Ella no logrará salir de aquí, lo siento."
Él era bueno, me había conseguido tiempo para escapar de Jaehyun esa noche en el bosque, aunque al final haya resultado atrapada de nuevo.
Seguro vio el cambio en mis ojos, porque con más confianza se acercó a mí y me envolvió en sus brazos. Tuve que agarrarlo con fuerza para no caerme, y apoyé mi cabeza en su cuello, aliviada de sentir otro aroma que no fuera el de la muerte acechándome.
Me sentí como un cachorro que fue abandonado y encontrado tiempo después por alguien que tenía un mejor corazón. Y aunque ese cachorro ya había pasado por el frío, el hambre, y el maltrato de la calle, en su pequeño corazón brilló la esperanza de conseguir una mejor vida.
Una segunda oportunidad.
N/A
Me da mucha penita Leia, me la traumaron demasiado :(
Minjeong mi reina:
Gracias por leer, tengan un boniiito día.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro