3. ¿Carbonara o Barbacoa?
Había pasado más de media hora y aún no volvías, lo cual inquietó un poco a Tony.
—¿Alguien puede hacerme el favor de buscar a Ray? Algo me huele mal, instinto de padre supongo.
—¿Tú?, ¿Instinto de padre? — Clint se echó a reír y algunas carcajadas se escucharon con su broma.
—Puedo ir yo —se ofreció Steve.
—¿Que tal si va Pietro? —Natasha tenía una sonrisa pícara en su rostro—. No es por ofender Rogers, pero Pietro puede encontrarla en menos de un minuto, y así a Tony no le sale ninguna cana —se escucharon más risas por el último comentario de Nat.
Pietro aceptó de mala gana, no le apetecía verte después de enterarse que tenias novio, no por ese hefhoben sí, sino porque todo ese coqueteo no era más que una broma. Pero si no aceptaba su hermana le iba a dar una colleja más tarde.
30 minutos antes
—Ya estoy, dime.
—Oye, así por curiosidad, ¿Qué opinas de las relaciones abiertas?
—¿Por qué preguntas?
—¿Ruedas ese día en el que fuimos de acampada con unos amigos míos y con April? —preguntó Josh.
—Sí, claro —afirmaste sin entender a qué venía. April era una de tus mejores amigos, de hecho era la mas cercana que tenías.
—Vale, pues resulta que me dio su número y hemos estado hablando un tiempo —guardó silencio unos segundos esperando a que dijeras algo, pero querías saber a dónde quería llegar—. El punto es que me atrae bastante, y ya he estado rechazando a mujeres solo por ti, y creo que tengo derecho a ser libre.
—A ser libre —repetiste entendiendo sus palabras.
—Sí, ya sabes, aún soy joven y quiero experimentar, pero no quiero romper contigo, me gustas mucho.
—Así que quieres poder follarte a quien quieras pero no perder los beneficios de una relación —dijiste al borde de las lágrimas.
—Exacto, sabía que lo entenderías. Pero no me gustaría que estuvieras con otros tíos, así que tal vez de momento deberíamos dejarlo en medio abierto.
—Eres un imbécil y un infiel —escupiste con rabia.
—¡Precisamente te lo digo para no tener que serte infiel! Deberías agradecer que aún no me he acostado con nadie desde que salimos.
—Hemos terminado, Josh. No me vuelvas a llamar.
Colgaste y lanzaste el móvil a tu bolso. Pronto las lágrimas empezaron a caer por tus mejillas, no dijistes una sola palabra y colgaste la llamada, tiraste el móvil a una colchoneta y te sentaste en el suelo abrazando tus rodillas mientras sollozabas.
No podías creerlo, ¿Como había sido capaz de hacerte algo así? Era un cerdo, solo te quería usar para poder tener algo bonito con alguien, no le interesabas en lo absoluto. Dijo que no había tenido relaciones con nadie, pero no negó haberse besado con otra mujer.
Estabas histérica, necesitabas descargarte de alguna manera, viste un saco de boxeo y no dudaste en golpearlo, lo golpeaste hasta que tus nudillos se quedaron rojos, te sentaste sobre tus rodillas y volviste a llorar, pero tan pronto como te calmaste la ira volvió a inundar tu cuerpo , estabas en un bucle, tus sentimientos iban cambiando de ira a tristeza constantemente, pero decidiste que ya era suficiente cuando tus nudillos se tornaron rojos. Te acercaste al ventanal y apoyaste tus codos en una barandilla de metal que había, y te quedaste mirando las estrellas.
De pronto escuchaste las puertas del ascensor abrirse detrás de ti, así que rápidamente te secaste las lágrimas de tu rostro y te apoyaste en la barandilla pareciendo lo más casual posible, cuando te giraste a ver quién era viste a Pietro ahí parado con las manos en los bolsillos, le saludaste con la cabeza y volviste a mirar al cielo, sentiste una pequeña brisa a tu izquierda y una voz habló.
—¿Porque no has vuelto a la fiesta? Tu padre está preocupado.
—No tengo ganas —fue lo único que pudiste decir, sentías que si hablabas ibas a ponerte a llorar como una magdalena y no querías que Pietro te viera así.
—¿Ha pasado algo? Puedes... Contarme si quieres —no parecía seguro de lo que decía, pero sabías que lo hacía con la mejor intención.
Miraste al suelo pensando si contarle o no, y cuando la imagen de tu novio volvió a tu cabeza, no pudiste evitar estallar en llanto, pusiste tus manos en tu cara porque odiabas que te vieran así, sensible, rota, vulnerable.
Pietro te agarro con delicadeza de los hombros y te giro poniéndote cara a cara con el, aún que tú no lo veías.
—¿Ey qué pasa?, ¿Alguien te hizo algo? —se le escuchaba preocupado, te pareció muy dulce de su parte pero apenas podías hablar para contestarle, respirabas costosamente y sentiste que se te hacía un nudo en la garganta, así que lo único que hiciste fue apoyarte en su pecho mientras llorabas, él te abrazó y puso su mano en tu cabeza, acariciándola para que te calmaras.
Estuvisteis un rato así hasta que te calmaste y pudiste hablar.
—¿Puedes llevarme a mi habitación? —no ibas a darle explicaciones, o por lo menos no ahora, lo que necesitabas en ese momento era dormir para despejarte de todo.
Él asintió, te cargó en sus brazos y en menos de diez segundos ya estabais frente a la puerta de tu cuarto. Le diste las gracias y le diste un abrazo rápido para despedirte.
—Estaré abajo si me necesitas —fue lo último que dijo antes de que cerraras la puerta.
No tenías ganas de desmaquillarte pero al final lo hiciste por higiene y por verte algo decente al día siguiente. Te pusiste el pijama y te tiraste en la cama, durmiéndote tan pronto como cerraste los ojos, estabas cansada y realmente necesitabas dormir durante un día entero si hacía falta.
✪
—Entonces si Hulk levanta a Thor y Thor sujeta el martillo, en teoría Hulk estaría levantando el martillo, pero no es digno.
—No funciona así, Stark —río el dios.
Ambos se callaron cuando vieron a Pietro entrar con las manos en los bolsillos y la mirada perdida en el suelo.
—¿Dónde esta Ray? —preguntó Steve.
—Debe de estar dormida, la acabo de llevar a su habitación y parecía cansada —se sentó al lado de su hermana.
—¿Y porque esa cara? —Pietro no sabía si contestarle la pregunta a Clint, tal vez a Ray le molestaría que les cuente a todos que había estado llorando y había roto un saco de boxeo.
—Estoy cansado —Wanda le miró levantando una ceja, lo conocía demasiado bien como para saber cuándo mentía y cuando no, pietro le hizo una seña de que le contaría más tarde, y ella asintió.
Pasó un rato y todos comenzaron a irse, así que el platinado aprovechó para acercarse a Stark. Realmente no quería hablar con él, pero quería ayudar a Raya.
—Tony, no quería contarlo delante de todos porque no sé si a Ray le moleste —el millonario asintió para que continúe hablando—. Ray estaba en el gimnasio, el saco de boxeo tenía algunas manchas de sangre. Cuando fui a hablarle empezó a llorar, después de calmarse me pidió que la llevara a su habitación —Tony se quedó pensando, pero al final asintió y le dio las gracias por ayudarla.
Cuando Pietro llegó a su habitación, se encontró a su hermana sentada en un borde de la cama con los brazos cruzados y una ceja alzada.
—¿Piensas contarme? —su tono parecía enfadado pero el gemelo sabía que lo que le pasaba a Wanda era que estaba preocupada por él, lo conocía como la palma de su mano y no podía esconderle nada.
Pietro le contó lo que pasó, desde que te vio en el gimnasio hasta que se despidió en la puerta de tu habitación.
—¿Qué crees que le pasó?
—No lo sé, quiero ayudarla pero no me dijo que le pasaba y no quiero presionarla —el chico bajó la cabeza y se quedó mirando al suelo.
—Tal vez tiene algo que ver con su novio.
—No lo sé —la respuesta de Pietro sonó algo seca.
—¿Te has enamorado? ¿En una semana? —la pelirroja estaba sorprendida, ya que el chico solo tuvo una relación seria que no acabó muy bien, y el resto de chicas con las que estuvo fue solo por diversión
—No, claro que no —trató de decir con seguridad—. Es solo que hemos conectado, al menos eso creo — volvió a fijar su mirada al suelo.
Wanda puso una mano en su rodilla y intentó animarle antes de salir de la habitación para darle su espacio.
✪
Te despertarse con un leve dolor de cabeza, no tenías ganas de bajar a desayunar después de lo ocurrido ayer, así que pusiste una serie en tu ordenador portátil y te quedaste viéndola hasta que alguien llamó a tu cuarto.
—¿Quién es? —preguntaste.
—Traigo el desayuno —oíste al androide creado por Tony desde el otro lado de la puerta, y le invitaste a entrar. Si fuera otra persona no le habrías dejado pasar pero con visión era diferente, él era muy dulce y no hacía preguntas innecesarias—. Tu padre estaba preocupado porque no bajabas así que me ha pedido traerte el desayuno —puso la bandeja sobre tu mesita de noche, te acercaste para ver qué te habían traído y viste una taza de leche caliente, unas galletas y una tostada con mantequilla.
—Gracias Vis -—le miraste con una sonrisa.
—No es nada, si necesitas de mi ayuda dile a Friday y vendré.
Visión salió de tu habitación y tú te sentaste a comer tu desayuno cuando te diste cuenta que a un lado de la bandeja había un lirio blanco con una tarjetita al lado «Este pentru dumneavoastră, prințsesă. -Pietro» no sabías que significaba pero el saber que Pietro te había regalado una flor te sacó una sonrisa inmediatamente, fuiste al baño y cogiste un vaso, lo llenaste de agua y pusiste la flor, no tenías los ánimos suficientes para bajar en ese momento a por un jarrón.
Desayunaste mientras veías la serie y media hora después visión volvió para recoger la bandeja, pero antes de que se fuera le pediste un favor.
—¿Podrías darle esto a Pietro? —le diste una tarjetita parecida a la suya, "gracias, speedy".
El androide aceptó amablemente y salió de tu habitación, no sin antes darte una sonrisa.
✪
Eran las cinco de la tarde y no habías salido de tu cuarto ni para comer, visión te había traído la comida otra vez, y tenías planeado que con la cena fuese igual.
Alguien tocó la puerta de tu habitación y supusiste que visión te traía la merienda así que lo dejaste pasar, pero te sorprendió que la persona que había llamado a la puerta no era él, si no Pepper.
—¿Te han gustado los macarrones? Los he hecho yo misma —la rubia entró a tu habitación y cerró la puerta detrás suya.
—Estaban muy buenos, pero supongo que no has venido solo para recibir mi crítica culinaria sobre tu plato de hoy —bromeaste.
—Quería saber cómo estabas, Pietro solo le dijo a Tony lo que pasó, y él me contó a mí, no hace falta que me expliques lo que pasó si no quieres —agradeciste mentalmente que Pietro no le hubiera contado a todos lo sucedido.
—En resumen, Josh... Ya no estamos juntos —por la cara de asombro de Pepper diste por hecho que no era lo que se esperaba.
—Ay, cielo lo siento muchísimo —tu madre se acercó a darte un abrazo, pasó sus manos por tu pelo y te dio un beso en la coronilla.
Intentaste contener las ganas de llorar pero simplemente no podías, había sido tu primera relación y te dolió muchísimo su traición.
El abrazo duró unos minutos hasta que dejaste de llorar, se apartó y te quitó un mechón de pelo de la cara.
—¿Estás mejor? —asentiste—. Bien, porque no me gustaría tenerte llorando en nuestra maratón de películas, ¿Que opinas de cenar pizza? —una sonrisa no tardó en aparecer en tu rostro—. ¿Carbonara o barbacoa?
—¿Que tal ambos? —Pepper te miró con reproche pero aceptó por el momento en el que estabas pasando.
Las pizzas no tardaron en llegar y os pasasteis toda la noche viendo películas y riendo juntas, realmente apreciadas esos momentos que tenías con tu madre, era como tú mejor amiga, podías hablar de cualquier cosa con ella con total tranquilidad, y eso te hacía quererla aún más.
Espero que os haya gustado este capítulo ;)
-Maider
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