26. Es mi culpa
El mundo se paró para ti durante unos cortos segundos. La organización que había experimentado contigo de pequeña, la misma que torturó a Bucky, la misma que casi mata a Fury, estaba frente a tus ojos. Habían descubierto que los experimentos que hicieron en ti habían surgido efecto, y ahora te buscaban.
Tal vez Pietro tenía razón, tal vez deberías haberlo dejado venir, tal vez si estuvieseis juntos no te encontrarías en esa situación, pero ya daba igual, la realidad era por esta vez solo tú podías salvarte, era en tus manos donde estaba la responsabilidad de tu futuro, e ibas a luchar por él.
—¿Vas a ser una buena niña y vas a colaborar? —preguntó el hombre lleno de soberbia.
—¿Buena niña? Creo que te has confundido de persona —abriste los puños de tus manos para sacar tu más poderosa habilidad.
Él rápidamente sacó un collar metálico de su bolsillo, supiste al instante lo que era, y no te hacía ni la más mínima gracia.
—Tal vez sientas un pequeño bajón, pero tranquila, es completamente normal —explicó.
Sin dejarlo decir ninguna sola palabra más te abalanzaste sobre él, tirando el collar al suelo de una patada. Ibas a continuar peleando con él hasta que notaste una segunda presencia, no estabais solos, había alguien más con vosotros. Lanzaste al hombre lejos de ti con tu telequinesis y corriste en busca de la otra persona, siguiendo a donde esta mente se te hacía más notoria.
La encontraste rápidamente, esta vez era una mujer de tu misma altura, tenía el cabello atado en una coleta alta y la cara cubierta con una máscara, vestía un uniforme de Hydra que se basaba en unas botas negras, unos pantalones militares con un cinturón lleno de distintas armas y un top deportivo con una chaqueta también militar.
—Vaya, ¿Y tú quien eres?, ¿Otro agente oculto? —preguntaste con curiosidad—. Sí que os gusta el secretismo.
La mujer no respondió verbalmente, extendió ambas manos y creó una masa de energía en ellas, una masa que deslumbraba casi tanto como mirar directamente al sol. Cuando la lanzó hacia ti no tuviste más remedio que cerrar tus ojos, y al hacerlo te diste cuenta de que sus poderes no tenían otra función más que distraer al contrincante.
Rápidamente te diste cuenta de sus intenciones, pero para cuando lo hiciste era demasiado tarde. Sentiste un puñetazo en tu pecho, pero no sentiste dolor, sentiste como toda la magia que guardabas dentro comenzaba a salir de ti, dejándote exhausta.
No te dio tiempo ni a abrir los ojos, esa mujer usó tus habilidades para lanzarte contra una pared, cosa que te aturdió lo suficiente como para dejarte fuera de combate durante un tiempo conveniente para ella. Escuchaste los pasos del hombre de antes acercándose a ti, pero no pudiste reaccionar, tu cuerpo no respondía a tu cerebro, y eso probablemente era causa de la otra mujer que ahora tenía tus poderes.
—Cariño, devuélvele sus habilidades —pidió la voz masculina.
Pronto sentiste una mano en tu pecho a la vez que tu cuerpo recobraba la energía que le habían arrebatado anteriormente.
—Ponle el collar —volvió a demandar el hombre.
Quisiste levantarte y volver a pelear, pero no te dio tiempo cuando el artefacto metálico envolvió tu cuello, dándote un bajón inimaginable, mucho más fuerte de lo que el agente te había descrito antes.
—Hijo de puta —lo insultaste antes de abrir lentamente los ojos, como si te pesaran tres toneladas.
Pero lo que te petrificó fue lo que viste al abrir los ojos. La mujer con la que antes habías peleado ahora estaba sin la mascara, y su rostro era totalmente idéntico al tuyo, como si de tu gemela se tratase, solo que definitivamente tenía una mirada mucha más fría y distante que la tuya.
—¿Qué...?
No pudiste terminar la frase antes de que una descarga eléctrica proveniente del collar inundase todo tu cuerpo, dejándote inconsciente y a su total merced.
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—Puedo pedir que mejoren la seguridad, si te hace sentir más tranquila, pero sinceramente lo veo algo innecesario —esperó por tu respuesta, y al no llegar continuó hablando—. Escucha, tenemos que hablar. Entiendo porqué te fuiste pero creo que evitándome no vas a conseguir nada, sabes que te quiero mucho y que estemos en esta situación me afecta más de lo que crees —volvió a guardar silencio esperando oír tu voz, pero el único sonido que llegó fue un pitido.
El millonario miró su móvil extrañado, sin comprender porqué le habías colgado cuando él solo intentaba arreglar las cosas, pero una voz robótica interrumpió sus pensamientos.
—Sr. Stark, toda la electricidad del complejo de los vengadores ha sido apagada por un dispositivo desconocido —explicó Friday.
—¿Qué?, ¿Cómo ha ocurrido? —preguntó sorprendido—. Tengo los mejores sistemas de seguridad del mundo.
—No puedo darle una respuesta concreta, los sistemas han sido hackeados, estoy intentando recuperar el control —explicó la inteligencia artificial.
Tony no quiso esperar hasta que Friday lograse hacer algo, necesitaba ir al complejo para encargarse de la situación él mismo. Alguien estaba atacando la base, en la cual solo se encontraba su hija, y nada bueno podía salir de esa situación.
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Aterrizó el quinjet junto a otro Jet igual, el que Stark suponía que habías utilizado. Entró a la base, la cual estaba igual que siempre, pues no había ningún objeto fuera de su lugar, o señales de que hubiera habido una pelea, pero su experiencia le dijo que buscase más a fondo, no podía ser que ocurriese un hackeo y todo continuara igual.
Las piezas encajaron en su cabeza cuando en un pasillo cerca de las oficinas vio un agujero en la pared, como si hubiesen lanzado a una persona contra la misma, y lo que le aterrorizó fue que la altura del agujero era demasiado parecida a la tuya.
Examinó la marca en la pared, y al verla más de cerca pudo suponer que para que alguien hiciese ese hueco con solo su cuerpo el golpe debería de haber tenido mucha fuerza, y probablemente ese alguien habría acabado con un par de costillas rotas, incluso con la espalda entera.
—Friday, analiza las huellas de la pared, busca cualquier pista, cualquier cosa, es imposible que no hayan dejado nada que los delate.
El millonario rebuscó de habitación en habitación, pero su hija no se encontraba en ninguna de ellas, lo cual lo confundió puesto que el quinjet en el que había venido seguía aparcado, con lo cual no había podido ir muy lejos ella sola.
—Sr. Stark, hemos encontrado un mensaje encriptado en una pared —avisó el sistema inteligente.
-Desencríptalo - pidió como si fuese obvio.
-Me temo que no puedo, mis sistemas no lo reconocen en su totalidad, queda un mensaje vacío.
-Pues lee lo que tengas - bufó irritado.
-"Gracias por __ ____________, Raya _____ estará ahora ___ nosotros, desarrollando ___ nuevas ___________. Att: _____".
Tony sintió su respiración cortarse durante unos cortos segundos. A pesar de no tener el mensaje completo no había que ser muy inteligente para saber que te habían secuestrado, ahora el problema era saber quien lo había hecho
No perdió un minuto más buscando pistas donde no las había, salió del complejo a paso rápido, pero se detuvo cuando vio el quinjet en el que habías venido, y se le encendió la bombilla.
Entró rápidamente al vehículo para después encenderlo y entrar en las grabaciones de este. Cada uno de sus jets tenía instalada una cámara para casos como este, de esa forma nunca se les escapaba nada.
Lo primero que vio en la grabación fue como su hija bajaba del vehículo y se encontraba con unos soldados de Ross, pero a los pocos segundos fuiste atacada por otro hombre que claramente no estaba a manos de Ross, pero lo que le dejó la mandíbula en el suelo fue ver como lo mandaste a volar con poderes telepáticos. ¿En qué momento los habías desarrollado? No entendía nada, nadie le había contado sobre eso.
Avanzó la grabación cuando vio que habías entrado en el complejo, y de un momento para otro toda la iluminación que venía de dentro desapareció, de vez en cuando se veían unos destellos morados, pero lo que más impactaba era sin duda ese montón de luz blanca que apareció de la nada, tuvo que cerrar los ojos durante unos segundos por la intensidad de esta.
Volvió a avanzar el vídeo cuando vio que nada pasaba, hasta que la imagen del mismo hombre de antes cargando a su hija apareció, pudo ver como él y otra mujer a la que no pudo reconocer se adentraban entre los árboles, pero lo que realmente le llamó la atención fue el logo de Hydra en una de sus hombreras.
Ya no quedaba duda alguna, la habían secuestrado, por lo que había visto ahora tenías poderes, así que no entendía como te habían derrotado, probablemente eran personas muy bien entrenadas, pues eran de Hydra. No entendía porqué ahora, porqué la querían en ese momento. No habían atacado en todos estos años, pero sin embargo ahora aparecían de la nada y secuestraban a su hija. Sentía un ataque de ansiedad venir a por él, así que en vez de quedarse ahí llorando el millonario se subió a su quinjet, poniendo como destino la torre Stark, donde había mandado a Visión hace unas horas.
Una vez llegó no tardó en encontrarlo, estaba tranquilamente hablando con uno de los empleados de la torre. Tony se acercó para llevarse al androide, pues necesitaba información que solo él sabía.
—Visión, sé que has estado viéndote con Wanda —habló tu padre lo más calmado que pudo.
—Así es, espero que no suponga una molestia —dijo Visión esperando que no le prohibiera verla.
—No, claro que no, me hace gracia vuestra extraña relación, pero sois adorables —explicó—. —quí la cuestión es otra.
-¿Qué necesita?
—No sé como decirlo, aún trato de asimilarlo, pero han secuestrado a Raya, y sé que con los últimos que estuvo fue con Wanda y Pietro, ellos saben algo que yo no sé.
—¿Secuestrada?, ¿Como ha podido pasar algo así? —preguntó desconcertado.
—Eso mismo me pregunto yo, lo único que sé es que fue en el complejo, y si no vi mal, fue Hydra quien se la llevó.
—Supongo que es una cuestión de prioridad máxima —el millonario asintió— De acuerdo, pero no le diré su dirección, lo llevaré hasta ellos yo mismo.
Tony aceptó, le daba igual como fuese, lo único que necesitaba ahora era a los gemelos Maximoff para descubrir como demonios habías obtenido tus poderes, cuales eran, y por qué estabas en el complejo.
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—Vamos hermanita, te prometo que si vuelves a hacer esos macarrones que te quedan tan ricos no te molestaré durante un mes —pidió el platinado rogándole a su gemela.
—¿Un mes? —la pelirroja se lo pensó durante unos segundos, pues era una muy buena oferta.
Iba a responder cuando sonó el timbre, ambos se pusieron alerta pero la sokoviana se tranquilizó cuando sintió que uno de ellos era Visión, pero sentía que había alguien más a quien no podía reconocer con exactitud.
—Es Vis —dijo ella acercándose a la puerta para después abrirla y encontrarse no solo con su pareja, si no también con el millonario Stark.
Ella arqueó una ceja, sin entender porqué había venido, pero Pietro se adelantó a hablar antes de que ella pudiera preguntar nada.
—Raya no está aquí, se fue hace unas horas al complejo —explicó cruzado de brazos.
—Lo sé, pero realmente necesito vuestra ayuda —pidió tu padre con una mirada de cachorrito abandonado que la sokoviana no pudo rechazar.
—De acuerdo, pasad.
Ambos hombres entraron para después sentarse en el sofá de la sala de estar, donde los gemelos los esperaban con curiosidad de saber que era eso tan importante que tenía que decir el millonario.
—¿Raya tiene habilidades sobrehumanas? —fue lo primero que preguntó.
Los sokovianos se quedaron un tanto sorprendidos por la repentina pregunta, pues definitivamente no se esperaban eso, pero decidieron contestarle con la verdad.
—Sucedió después de darse un fuerte golpe en la cabeza, tiene telequinesis y puede ver recuerdos de otras personas con solo tocarlos —explicó el platinado—. Pero no entiendo a qué viene la pregunta, pensé que ella te lo iba a explicar.
—Por eso he venido —tragó saliva antes de seguir hablando—. Me llamó desde el complejo, me dijo que creía que había un intruso en la base. La llamada se cortó porque alguien había hackeado mis sistemas, y cuando fui al complejo a buscarla me encontré con un enorme agujero en la pared.
Pietro cambió su semblante a uno más serio, porque según lo que el millonario contaba algo malo había pasado, y tenía miedo de que eso te afectase directamente.
—Su quinjet aún estaba aparcado así que miré las grabaciones, y lo que vi fue a un hombre llevándose a Raya en brazos, quien estaba desmayada, y una mujer, ella tenía el símbolo de Hydra en uno de sus hombros, así que definitivamente Hydra se la llevó.
Los gemelos se quedaron helados, pero el que peor se lo tomó fue definitivamente Pietro, pues en vez de preguntar frenéticamente por pistas tal y como Tony creyó que iba a reaccionar, se levantó y subió a su habitación sin decir nada.
—¡Pietro! —lo llamó su hermana, sin éxito alguno—. Gracias por contarnos, haremos todo lo que esté en nuestras manos para encontrarla —dijo mirando a tu padre—. Ahora si me disculpan, iré a ver a mi hermano.
La pelirroja subió las escaleras lo más rápido que pudo, para encontrarse a su gemelo sentado en el baño, con una de sus manos sangrando y el espejo roto, dejando ver que claramente había sido él.
Se acercó a él con cuidado, sentándose a su lado y viendo que varias lágrimas rodaban por sus mejillas.
—No sabíamos que Hydra estaba detrás de ella —lo defendió.
—No, pero si yo hubiese ido podría haberlo evitado, la deje ir sola y ahora ella está en manos de la misma organización que nos ha dañado tanto a mí como a ti —dijo hablando en su idioma natal.
—Pietro mírame —demandó la chica en sokoviano también, pero su hermano la ignoró, sin apartar la mirada de un punto fijo del suelo—. Te estoy diciendo que me mires —volvió a demandar, alzando también la voz, y esta vez consiguiendo que la mirase—. No es tú culpa porque fue ella la que decidió ir sola. Tú te ofreciste y aún así ella quiso hacerlo sola, fue su decisión. Ni tú ni yo somos responsables de sus decisiones, y como le ha salido mal la jugada y tú eres su novio y yo su amiga vamos a ir a buscarla, y vamos a ayudarla a salir de allí, cueste lo que cueste. ¿Entendido? —él platinado asintió, sin decir una palabra— ¿Entendido? —preguntó de nuevo, logrando una respuesta de parte de su hermano.
—Entendido, la vamos a sacar de allí —ella le asintió, transmitiendo su seguridad—. Gracias, hermanita.
Envolvió el cuerpo de su hermana a un abrazo que ella le correspondió, brindándole su apoyo. Iban a rescatarte, no tenían dudas. No iban a dejar que ni tú ni nadie más pasase por esa horrible tortura que ellos vivieron.
—La vamos a sacar —repitió él para sí mismo.
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