23. Diferentes opiniones
El silencio se hizo presente de nuevo, pues nadie sabía muy bien qué decir. Todos sabían cómo habían acabado las cosas la última vez que viste a Steve, sabían que no debían entrometerse y que lo mejor era que solucionaseis vuestras cosas, pero eso no estaba en tus planes. Habías venido con la idea de arreglarlo, pero al verlo recordaste la forma en la que le mintió en la cara a tu padre, cómo te mintió en la cara a ti. No sabías con quien estabas más enfadada en ese momento, si con el rubio o con Tony. Probablemente con Tony.
—Ray —dijo aún sorprendido por tu presencia—. No sabía que vendrías.
—Yo tampoco, pero ahora estamos discutiendo un tema importante, puedes unirte siempre y cuando no molestes —dijiste con una sonrisa falsa pegada en tu rostro—. ¿Por donde íbamos?
Todos notaron el hecho de que estabas ignorando esa conversación pendiente que tenías con Steve, pero para evitar problemas decidieron volver al tema en el que estaban.
—¿Wanda no puede ayudarte con tus poderes? Has nombrado que tienes habilidades parecidas —sugirió Natasha.
—¿Habilidades? —preguntó el rubio confundido.
-Para hacerte un breve resumen; durante el tiempo que Raya estuvo con su madre en realidad también estaba con Hydra, experimentaron con ella y sus poderes no se han manifestado hasta ayer, porque se dio un golpe en la cabeza —soltó Pietro con total naturalidad, dejando a Steve con la mandíbula en el suelo.
—¿Se han manifestado tus poderes?, ¿Cuáles son?, ¿Estás bien? —dijo acercándose a ti.
—Primero que todo no actúes como si te importase —hablaste retrocediendo—. Y segundo, en qué cabeza cabe que te importen más mis poderes que el hecho de que Hydra sabe sobre mí.
—Hydra ya sabía sobre ti, eres la hija de Tony Stark —dijo el rubio.
—Sí, pero si no fueron a por ella fue probablemente porque no les interesaba un experimento fallido. ¿Qué crees que harán cuando descubran que sí funcionó? —el platinado habló con seguridad—. Lo mismo que nos hicieron a mí y a Wanda.
Steve guardó silencio, sabiendo que lo que decía el chico era verdad. Si Hydra descubría que sus intentos por crear a otra mutante habían sido exitosos irían a por ti, y eso era algo que no podía permitirse. Ya lo hicieron con Bucky, no iba a permitir que lo hicieran contigo, no si él podía impedirlo.
—Entonces hay que mantener esto oculto —dijiste lo obvio— solo vosotros y Tony lo sabéis, tal vez Pepper también lo sepa.
—Entonces, ¿Qué hay de Wanda? —cuestionó la rubia—. Puede ayudar, ¿Verdad?
—Supongo que sí, ¿Sabéis donde está?
—En Escocia, podemos llevarte si así lo deseas —contestó Steve.
—Sí, lo que sea —agarraste a Pietro por el brazo, cubierto por ropa, estabas aprendiendo a no tocar su piel si no querías ver sus recuerdos—. Iremos a dar un paseo.
Te llevaste al platinado casi arrastras, no querías estar con Steve fingiendo que todo estaba bien entre vosotros, pero tampoco tenías ganas de discutir. Así que harías lo que mejor se te daba; huir de tus problemas y aislarte del mundo.
—¿A dónde vamos? —preguntó el chico.
-A algún acantilado para poder morirme de una vez por todas —ironizaste—. Es broma, pero si me encuentro uno no responderé ante mis actos.
—No podrías responder de todas formas si estás muerta.
—Ese es el punto —reíste con sarcasmo.
Ambos caminasteis en silencio. No un silencio incómodo, simplemente disfrutabais de la compañía del otro y de la tranquilidad del lugar, pues no se escuchaba ni un alma, ningún pájaro revoloteando por los árboles, ningún perro abandonado ladrando, ni un solo ruido.
—¿Por qué no quieres hablar con Steve? —preguntó por fin.
—No me apetece, estoy enfadada.
—Tal vez tenía sus razones para mentir, os llevabais muy bien antes de todo esto, no creo que lo haya ocultado con intención de hacer daño —lo justificó el chico.
—No me importa la intención, lo que me jode es que no fuera capaz de siquiera decirlo.
—Ambos sabemos que Steve es una buena persona, estaba protegiendo a la única persona de los años cuarenta que le quedaba viva. ¿No harías lo mismo en su situación?
Sus palabras realmente te hicieron pensar, puesto que nunca lo habías visto de ese modo. Bucky era el único amigo que conocía antes del suero, era su mejor amigo y compañero de batallas, y ahora que se había enterado de que estaba vivo lo único que Rogers quería hacer era protegerlo a toda costa.
—Bien, puede que tengas razón, pero no puedo ir y disculparme después de mandarle a la mierda —hablaste mientras mirabas el suelo.
—¿Por qué no? Eso es exactamente lo que vas a hacer —ordenó el platinado con seguridad—. Vas a ir y le vas a pedir perdón por casi destrozar su cara.
—Primero que todo no llegué ni a estar cerca de destrozarle la cara, y segundo; por si no lo recuerdas soy una Stark, y mi ego no me permite hacer eso.
—Ray por dios deja tu ego fuera de esto. ¿Steve es tu amigo? —asentiste— ¿Te importa? —volviste a asentir— ¿Y en serio vas a dejar que tu estúpido ego rompa una amistad como esa? — negaste—. Eso pensaba.
Dicho eso te tomó por la cintura para cargarte al estilo princesa, teniendo cuidado de no hacer contacto directo con tu piel.
—Agárrate —te dijo antes de salir disparado hacia el almacén.
Tardasteis poco mas de quince segundos en volver a donde estaban todos, y cuando entrasteis os encontrasteis con Natasha y Steve discutiendo mientras que Sam miraba fijamente al rubio.
—¡Eres un completo imbécil! —le grito la pelirroja— ¿En qué cabeza cabe que...?
Guardó silencio cuando vio que ya habíais llegado, te miró de arriba abajo y volvió a poner su vista en Steve.
—Espero que seas consecuente con tus acciones, porque no pienso resolver tus mierdas —se dirigió a la salida dando fuertes zancadas—. Estaré hablando con mi hermana, si alguien me molesta le corto el cuello —amenazó antes de salir.
Miraste con confusión a los hombres frente a ti, sin entender que demonios acababa de pasar.
—¿Alguien va a explicarme porque Nat estaba a punto de asesinarte? —preguntaste cruzándote de brazos.
—Teníamos diferentes opiniones, se le pasará —aseguró.
—Sí, diferentes opiniones —dijo Sam levantándose para después tirarse en su cama.
—Ajam... —el ambiente se había tornado algo incómodo, así que decidiste disculparte con él de una vez por todas—. Steve.
—Dime —dijo él sentándose en la silla en la que antes se encontraba Sam.
—Siento mucho lo que pasó en Moscú —muy bien Raya, han sido las peores disculpas de tu vida—. Me dejé llevar por mis emociones y no por el sentido común, ahora entiendo la razón de tus acciones y creo que mi reacción fue exagerada.
El rubio solo te miraba sin decir una palabra, analizando cada cosa que habías dicho, en un silencio que se estaba haciendo desesperadamente largo, así que continuaste hablando.
—Y no quiero que estropeemos nuestra amistad por esa pelea, porque a pesar de ser un idiota te quiero mucho y eres de mis mejores amigos.
—¿No el mejor? —preguntó ofendido.
—Tranquilo estalactita, vamos subiendo poco a poco.
Él rió, sacándote una sonrisa de alivio al saber que todo iba a volver a la normalidad, excepto por el hecho de que estaban en busca y captura, pero eso era otro tema.
—¿Estamos bien? —preguntaste jugando con los dedos de tus manos.
—Estamos bien —dijo acercándose a ti para después envolverte en un fuerte abrazo—. Te he extrañado pequeña.
—Yo también a ti —dijiste con una sonrisa en tu rostro.
Os mantuvisteis unos segundos abrazados hasta que escuchasteis un carraspeo a un lado vuestro, y cuando os girasteis visteis a tu novio de brazos cruzados con una expresión seria en su rostro.
—Steve —dijo secamente.
—¿Qué pasa? —pregunto este con su adorable sonrisa.
—Tenemos que hablar, ahora —explicó sin mostrar ninguna emoción, lo cual te preocupó, ya que nunca solía comportarse de esa manera.
—¿Esta todo bien? —quisiste saber.
—Sí, es solo que tengo que hablar de unas cosas con el capitán —te dio una sonrisa para que no le tomases demasiada importancia, pero no podías evitar pensar que algo andaba mal.
El rubio asintió y puso una mano en el hombro de el platinado para dirigirlo a la salida, dejándote totalmente confundida, y sola. Bueno, no del todo, Sam estaba metido como oruga en su saco de dormir.
Te tiraste en otro colchón, recordando lo que acababa de pasar, intentando dar con una respuesta lógica, porque no parecía que ellos estuviesen dispuestos a contarte nada. Sabías que algo estaba pasando, y no tenías pensado ignorarlo.
Perdón, me quedo demasiado corto pero no se me ocurría forma de continuar con este capítulo y quería actualizar de una vez después de más de una semana, de verdad lo siento por tardar tanto, es que tengo la idea de lo que quiero hacer pero al momento de escribir me bloqueo o siento que no hago demasiadas descripciones.
De verdad que si comentáis lo que os gusta y lo que no, o lo que os parece, me ayuda muchísimo. Pero la mayoría de mis lectores son fantasma y ni votan ni comentan, y me hace pensar que mi historia es demasiado aburrida o cosas así.
Anyways gracias a las que leen y votan cada capítulo.
-Mai
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