Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

13. ¿No lo has visto venir?

—No sé si entiendes el concepto de coche para fugarse —vaciló Sharon.

—Este es discreto —contestó Steve mirando el coche.

—Mejor, porque este de aquí suele llamar la atención —abrió la parte trasera del coche dejando ver el escudo y las alas.

Tú y Bucky estabais sentados en los asientos traseros del coche, y Sam de copiloto observando la escena.

—¿Puedes mover tu asiento? —preguntó Barnes.

—No —respondió seco el moreno, y tú te aguantaste la risa por la forma infantil en la que se comportaban con el otro.

—Te debo una más —dijo Steve.

—Las voy anotando.

Bucky se movió hacia un lado, quedando más cerca de ti, lo cual inevitablemente te puso algo nerviosa.

—Ese ha intentado matarme —añadió la rubia señalando a James con el mentón.

—Lo siento, puedes anotarlo también —ambos rieron, hasta que el rubio volvió a hablar, pero algo más serio esta vez—. Van a ir a por ti.

—Lo sé.

—Gracias Sharon.

Se mantuvieron unos segundos callados, mirándose el uno al otro, hasta que Steve dio el paso y se acercó a besar a la chica, quién correspondió sin dudarlo.

—Esto debería de haber sido... —habló ella.

—Antes —completó la frase.

—Ya lo creo —quitó sus manos del pecho de Steve —tengo que irme.

—Hasta otra —se despidió.

Cuando Rogers se giró se encontró con la mirada sonriente de vosotros tres, no os habíais perdido detalle, y el rubio hizo una mueca como queriendo decir «¿En serio?»

Una vez Sharon se fue, no pasaron muchas horas hasta que Clint llegó.

—Capitán —saludo el arquero acercándose a Steve, pues era el que había salido primero del coche.

—Te hemos llamado porque no teníamos otra opción.

—Tranquilo, me ha hecho un favor, además tengo una cuenta pendiente —dijo refiriéndose a Wanda, quién acababa de bajarse de la furgoneta junto a Pietro—. Y ya echaba de menos a esta Stark —añadió acercándose a ti y abrazándote.

—Pues si que te ha durado el retiro —reíste.

—Ahora mismo debería estaría esquiando con mis hijos.

—¿Y a mí no me saludas? —dijo Pietro ofendido acercándose a ti.

—Disculpa, ¿cómo he sido capaz de olvidarme de ti? Que vergüenza, con las ganas que tenía yo de verte —vacilaste con diversión.

—Yo también tendría ganas de verme —paso una mano por su pelo peinándose.

—Egocéntrico.

—Enana.

—Inmaduro.

Escuchaste a Steve tosiendo detrás tuyo, así que le diste un último codazo a Pietro y le dejaste hablar

—¿Tenemos al otro recluta?

—Se muere por despertar —Clint se acercó a la furgoneta—. Le atiborrado a café así que —abrió la puerta trasera dejando ver a Scott durmiendo, pero se despiertó por el ruido que hizo Clint con la puerta—, estará listo.

Rogers dirigió su vista a Sam con una mirada interrogativa, y el moreno se limitó a ver a un Scott confundido saliendo del vehículo.

—¿Qué zona horaria es esta? —preguntó el hombre.

—Andando —ordenó Clint.

—El capitán América —habló Scott asombrado mientras le daba un apretón de manos.

—Señor Lang —contestó el rubio.

—Es un honor —seguían dándose la mano—. Este apretón está durando un rato —se soltaron—. Hala, es alucinante. ¡El capitán América! —exclamó mirando a Wanda—. Y a ti te conozco, eres guay —la pelirroja sonrió ante el halago—. Quiero decirle que sé que usted conoce a muchas súper personas, así que gracias por contar conmigo. ¡Eh tío! —saludó a Sam.

—¿Qué pasa? tic tac —respondió este.

—Oye, lo que pasó la última vez cuando...

—Sí —lo interrumpió—, fue un gran examen pero no volverá a pasar.

—¿Le han dicho a que nos enfrentamos? —quiso saber Rogers.

—Sí, algo de unos... Psico asesinos —dijo con cierta duda en su expresión.

—Esta vez estamos fuera de la ley, si acepta será un hombre buscado —aclaró el capitán.

—Bueno, no será una novedad.

—Deberíamos movernos —sugirió Bucky.

—Hay un helicóptero listo —avisó el arquero.

Una alarma en un idioma desconocido para ti comenzó a sonar en el lugar.

—Esta evacuando el aeropuerto —os explico Barnes, pues gracias a HYDRA sabía más idiomas de los que pudiese contar con las manos.

—Stark —supuso Sam.

—¿Stark? —preguntó Scott.

—Sí, mi padre —al parecer no te había reconocido, te sentías un poco ofendida si tenías que ser sincera.

—¿Eres su hija? ¿Raya Stark? —quiso saber emocionado.

—La misma, luego te doy un autógrafo, ahora tenemos que hacer entrar en razón a mi padre —Pietro te dio una sonrisa, normalmente era él quién tenía el ego por las nubes.

—Vale —aceptó Lang aún con una sonrisa en su rostro.

—Los trajes —ordenó Steve, y sin dudarlo todos fuisteis a poneroslos.

Unos minutos después todos estabais preparados y listos para lo que fuera que estuviese por pasar, Rogers fue el primero en salir hacia el helicóptero, pero para sorpresa de ninguno Stark disparó un aparato de descarga al vehículo y lo inutilizó mientras aterrizaba junto a Rhodey, ambos en sus respectivos trajes.

—Hay que ver lo curioso que es encontrarte con la gente en el aeropuerto —a parte del traje que cubría su rostro se quitó, dejando ver un gran moratón debajo de su ojo derecho.

—Curiosísimo —contestó su amigo.

—Escuchame Tony —Steve captó la atención de ambos—. Ese médico, el psiquiatra, está detrás de todo esto.

De pronto, el mismo hombre con el traje de pantera negra llegó al lugar, quedando a la izquierda de Rogers.

—Capitán —saludó.

—Alteza.

—En fin —habló el millonario—. Ross me ha dado treinta y seis horas para deteneros, y ya han pasado veinticuatro, ¿Te importaría ayudarme?

—Os equivocáis de hombre.

—¿Hasta qué punto estás cegado? Tu compañero de guerra ayer mató a inocentes —recordó Tony.

—Hay cinco súper soldados iguales a él. No dejaré que el doctor los encuentre antes, no lo dejaré.

—Steve—habló Natasha detrás del rubio—. Sabes bien lo que está a punto de pasar, ¿Quieres resolver esto a base de puñetazos?

Hubo un silencio de varios segundos, uno que fue interrumpido por la voz de Stark.

—De acuerdo, se acabó la paciencia. ¡Yogurín!

Una telaraña alcanzó el escudo de Steve, siendo arrancado de sus manos a la vez que estás se quedaban pegadas la una a la otra por la misma telaraña, y al girarse para ver quién era el responsable se encontró con una persona con un traje rojo y azul con una pequeña araña en el pecho sosteniendo su escudo.

—Buen trabajo —lo halagó el millonario

—Gracias —contestó con una voz que no pasaba de los 15 años—. Podría haber clavado el aterrizaje, el traje es nuevo. ¡No es nada Sr. Stark! Me encanta.

—No hace falta que empezemos una conversación —aclaró el nombrado.

—Vale —dirigió su vista a Steve—. Capitán —hizo el gesto de soldado colocando su mano en su frente—. Soy fan suyo, Spiderman.

—Ya, luego hablaremos.

—Vale.

—Perfecto.

—Has estado ocupado —asumió Rogers.

—Y tú has estado gilipollas. Involucrar a Clint, rescatar a Wanda de un lugar seguro del que ni ella misma quería salir, traer a Pietro, ¡meter a Ray en todo esto! —alzó el tono de voz—. Intento evitar que te cargues a los vengadores.

—Ya lo has hecho tú al firmar —declaró el rubio.

—Se acabó, vais a entregarnos a Barnes y a venir con nosotros, elije, o venís con nosotros o vendrán unos tíos de operaciones especiales que no son nada educados —Steve miró en otra dirección—. Vamos —dijo esta vez casi susurrando.

Objetivo localizado —habló Sam desde el transmisor, todos llevabais puesto un audífono para comunicaros a distancias, pues dudábais que la pelea se quedase en un solo sitio para todo el mundo—. Su quinjet está en el hangar cinco, pista norte.

Steve levantó las manos aún atadas por la telaraña, y una flecha de Clint paso entre estas, liberándolas.

Tony se puso la máscara al mismo tiempo que se giraba en la dirección de la que la flecha había llegado.

—De acuerdo Lang —habló Rogers.

—Oye chicos algo se- —Peter no pudo terminar la frase porque algo le golpeó en la mandíbula y le arrancó el escudo de sus manos.

—¿Qué ha sido eso? —quiso saber Rodhey confundido.

—Creo que esto es suyo capitán América —una persona con un traje desconocido para Tony y su equipo estaba al lado del capi, dándole el escudo.

—Estupendo —ironizó Tony—. Vale hay tres en el aparcamiento, una es Maximoff, voy a por ella. Rodhey, ¿Te encargas del capipaleta?

—Hay tres en la terminal, Wilson, Barnes y Stark —informó máquina de guerra.

—¿Stark? —cuestionó el millonario confundido— ¿Con el soldado de invierno y el pájaro?

—¡Barnes es mío! —T'challa salió corriendo hacia donde él moreno había indicado.

—¿Sr. Stark, qué hago? —preguntó Parker.

—Haz lo que te dije, guarda las distancias, atrápalos y mantén a mi hija a salvo.

—Vale, recibido —contestó este dirigiéndose hacia donde vosotros estabais.

Los tres corrías en silencio hasta que alguien empezó a correr por los cristales de las instalaciones.

—¿Que coño es eso? —Bucky estaba más que desconcertado.

—Ahora todos tienen sus artilugios —gruñó Sam.

—¿Eso que tiene en las manos son telarañas? ¿Bromeas? —no iba a ser tan fácil como pensabas.

El adolescente entró rompiendo un cristal y se lanzó hacia Falcon para tirarlo al suelo, al girarse se encontró con el soldado, quién con su brazo de metal le hubiese dado un puñetazo en la cara si el chico no tuviese buenos reflejos, pues lo paró sin mucho esfuerzo

—¿Tienes un brazo de metal? ¡Es alucinante tío!

Pagarías por poder hacerle una foto a la cara de desconcierto que tenía James, definitivamente no se esperaba que un niño tuviese la fuerza para parar a su brazo de metal.

Sam saltó con el propulsor hacia Peter y lo elevó en el aire mientras el intentaba zafarse de su agarre.

—Tienes derecho a permanecer en silencio.

Parker pudo soltarse y empezó a balancearse entre las barras de metal que había en el techo, te parecía increíble, y si no estuviese en el equipo contrario no habrías dudado en preguntarle cómo demonios sacaba telarañas de sus manos.

Tú y Bucky estabais cada uno detrás de una columna mientras el chico le tiraba objetos a Barnes, sin embargo no había hecho ningún ataque directo hacia ti, así que lo quisiste usar como una ventaja.

—¡A tu espalda! —gritaste para que él se girara y le lanzaste una descarga eléctrica que no vio venir—. Que pasada de traje —murmuraste viendo tus muñecas, que era de donde había salido la descarga.

Antes de caer, Falcon lo agarró con por los brazos con intención de lanzarlo contra la pared para dejarlo inconsciente de una vez, pero no contaba con que el chico le tirase una telaraña a su propulsor izquierdo, haciéndolo caer, y cuando se levantó volvió a recibir otra telaraña en sus manos, aprisionándolas en una vara de metal.

—¿Alas de fibra de carbono? —preguntó Peter apoyándose en una columna.

—¿Esta cosa sale de ti? —cuestionó Sam.

—Eso explicaría la rigidez-felxibilidad, que por cierto es alucinante.

—No sé si esta será tu primera pelea pero nunca se suele hablar tanto —señaló Wilson.

—Vale, perdón, culpa mía —volvió a saltar para darle una patada a el moreno, pero justo en ese instante Bucky salto frente a Sam y ambos cayeron.

Le lanzó una telaraña a el brazo metálico de Bucky para que no se levantase del suelo, y dirigió su vista hacia ti que te encontrabas apuntándole con la pistola eléctrica.

—Esta vez no —saltó hacia ti y le dio una patada a la pistola tirándola lejos, mientras que a ti te tomó por la cintura y te lanzó a una de las sillas que había colocadas en las paredes—. Perdón, por esto, pero tengo órdenes de Stark —te lanzó varias telarañas dejándote pegada a la silla.

—¿En serio te ha mandado a protegerme?

—Sí, luego volveré a por ti, pero ahora...

—Era una pregunta retórica —interrumpiste.

—Oh, vale —se giró hacia Sam y Bucky—. Me gustaría seguir con esta charla, pero hoy solo tengo que hacer un trabajo y tengo que impresionar al señor Stark, así que perdonad.

El adolescente iba a lanzar una telaraña en su dirección a pero el ala roja de Falcon la agarró y lo lanzo por la ventana.

—¿No podías haberlo hecho antes? —cuestionó Barnes.

—Te odio —Wilson.

—Viva el amor... —murmuraste.

Después de conseguir deshaceros de la telaraña fuisteis de vuelta con Capi, quién se encontraba con todo el equipo restante.

Corrías junto al resto cuando un rato de energía trazó una línea recta en el suelo a poco más de un metro delante vuestro.

—Capitán Rogers —Visión, quién estaba volando en el el cielo, habló seriamente—. Ya sé que cree que lo que está haciendo esta bien, pero por el bien colectivo debe rendirse inmediatamente.

El resto del equipo de Iron Man llegó junto a Tony y Natasha, quienes se encontraban en frente vuestra, y Visión dejó de volar para quedarse junto a su equipo.

Era el equipo Iron Man contra el equipo Capitán América, y tú no estabas en el de tu padre. Sabías que estabas mandando a la mierda el voto de confianza que Tony te había dado hace unas horas, pero no estabas de acuerdo con su forma de hacer las cosas, así que si tenías que sacrificar tu libertad de ir a misiones para defender lo que crees lo correcto, lo harías.

—¿Qué hacemos capitán? —quiso saber Sam.

—Pelear.

Ambos equipos comentasteis a caminar hacia el otro, sin intención de deteneros, y cada vez caminando más deprisa hasta llegar a correr.

La batalla había comenzado, daba igual a quien considerases tu amigo, tenías un objetivo y tenías que cumplirlo, claramente no tenías pensado herir a nadie, pero tampoco ibas a tratarlos con delicadeza.

Empezaste una pelea contra Nat, se notaba mucho la diferencia de experiencia a pesar de que intentabas dar lo mejor de ti.

—Deberías haberte quedado en el hotel —hablo Natasha.

—Esto es más divertido.

Le lanzaste una patada en el abdomen que ella bloqueo, apenas habías conseguido acertar dos golpes, era muy buena y la pelea no pintaba bien para ti.

—Ríndete Ray, no planeo ser delicada.

—No me gustaría que lo fueras.

Era un golpe tras otro, cada vez que tú le dabas uno ella te devolvía tres, hasta que por fin hiciste algo útil en el combate.

Cogiste su muñeca y cuando viste que iba a soltar una descarga eléctrica la giraste apuntando a su pecho, haciendo que ella sola se diese una descarga.

—¡Ups! —exclamaste—. Deberías trabajar más esa puntería.

Te lanzaste sobre ella colocándola en una llave de la que no pudo salir durante unos segundos, hasta que algo te golpeo en la cabeza tirándote al suelo y dejándote aturdida, y segundos después sentiste que dejabas de tocar el suelo.

—Hola Srta. Stark.

—¿Qué hay, Vis?

—La llevaré a un lugar seguro, así que le aconsejo que no intente oponer resistencia.

—Una lástima, porque volver a casa ahora mismo no está en mis planes.

Al principio intentaste golpearle para que te soltase, sabías que Pietro estaba preparado para atraparte, pero el androide siempre te atrapaba en el aire.

—¿No te aburres? —preguntaste esta vez siendo cargada como un saco de patatas.

—No, mi sistema no me permite aburrirme.

—¿Por qué nadie aquí entiende mis preguntas retóricas?

Le diste una patada en la cara haciendo que aflojase su agarre y haciendo impulso en tus piernas lograste zafarte, y mientras caías Sam acercó a su ala roja hacia ti para que te agarrases de esta, y una vez que te alejó de Visión te dejó caer y Pietro te atrapó antes de caer

—Gracias Speedy —le guiñaste un ojo al platinado mientras este ponía los ojos en blanco.

—Mantente cerca mío —te ordenó Pietro—. Te protegeré de Visión, dragá.

—¿Planeas decirme que significa eso? —sacudió la cabeza y continuasteis peleando cerca del otro.

Hay que irse, ese tío ya debe de estar en Siberia —escuchaste a Bucky hablar desde el transmisor.

Primero hay que sacar a los que vuelan —le contestó Steve—. Me ocuparé de Visión, tú sube al Jet.

No, vosotros subid al Jet, los dos —ordenó Sam—. Los demás nos quedamos aquí.

Aunque me cueste admitirlo si queremos ganar esto, algunos vamos a tener que perder  —Clint tenía razón, si os ibais todos os seguirían, y solo generaría más contratiempos, lo más fácil era que ellos se fueran y el resto se quedase.

—Esta no es la verdadera lucha —dijiste.

De acuerdo, ¿Cuál es el plan? —preguntó Rogers.

—Hay que distraerlos, con algo grande —sugirió Pietro.

Yo tengo algo lo bastante grande —anunció Scott—. Pero no podré aguantar mucho rato. A mi señal, salid por piernas. Y si acabo partido en dos, no volváis por mí  —tenías muchas preguntas y pocas respuestas sobre ese sujeto.

¿Qué? —Bucky te representaba en esos momentos— ¿Se va a partir en dos?

¿Estás seguro Scott? —dudó Steve.

Lo hago todo el tiempo. Bueno, una vez. En un laboratorio. Y me desmayé —¿Qué clase de auto discurso de esperanza era ese?—. Soy el jefe, soy el jefe, soy el jefe —lo escuchaste murmurar.

Esperaste unos segundos a que algo pasara, y cuando estabas por perder la paciencia escuchaste un gritó de asombro detrás tuyo.

—¡Joooder! —exclamó Peter.

Scott se había vuelto enorme, no tanto como la torre Stark pero definitivamente estaba cerca, y sostenía a Rhodey en una de sus manos. ¿De donde había salido este hombre y porque no era parte de los vengadores?

Creo que es la señal —«Sí Steve, yo diría que sí, no creo que convertirse en un gigante sea un hobby suyo» pensaste.

¡Bien hecho, tic tac! —lo halagó Sam.

Lang lanzó al moreno y Parker lo atrapó con una de sus telarañas.

Scott ahora era mucho más fuerte, y por lo tanto más destructivo, estaba destrozando el aeropuerto más de lo que vosotros lo habíais hecho, diste por supuesto que Tony lo pagaría más tarde, como siempre.

Estabas siguiendo a Natasha, quién se dirigía hasta el quinjet cuando viste una sombra gigante debajo tuyo, y cuando levantaste tu mirada una parte de un avión estaba a punto de caer encima tuyo, cubriste tu cabeza con tus brazos y te agachaste esperando un golpe que nunca llegó.

—¿No lo has visto venir? —abriste los ojos y estabas pegada a Pietro, quién te tenía sujeta con su mano en tu cintura, y con la otra mano apartó un mechón de pelo de tu rostro.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro