Estabas tan cerca de Maximoff que podías sentir su aliento chocando contra tus labios, le miraste directamente a los ojos, nunca te habías parado a mirarlos detenidamente, ¿Desde cuando tenía los ojos tan azules? Te transmitían una paz indescriptible.

Bajaste tu mirada a sus labios, eran finos y rojizos y en ellos se dibujaba su ya habitual sonrisa engreída. No sabías porque, pero sentías le necesidad de besarlos, era muy contradictorio puesto que hace unas semanas le habías dicho que no querías nada con nadie, pero simplemente no podías ocultar tu atracción hacia él.

—Pietro... —hablaste casi en un susurro.

—¿Si, dragâ? —notaste que sus ojos no estaban en los tuyos, estaban fijados en tus labios.

No lo dudaste ni un segundo más y estampaste tus labios en los suyos. Empezó como un beso lento, delicado, ambos queríais disfrutarlo, pero poco a poco fue convirtiéndose en un beso apasionado, estabas ansiosa, y pudiste notar que él también lo estaba cuando acerco tu cadera a la suya con su mano.

Solo existíais tú y el, y no había nada que pudiese estropear ese momento.

Excepto Sam.

—¿Quienes se están dando el lote ahí abajo? —quiso saber el moreno, no lo veías pero sabías que estaba sonriendo.

Te separaste rápidamente de Pietro, quien tenía una sonrisa coqueta en su rostro.

—Pensaba que no lo harías nunca —vaciló él.

—No hagas que me arrepienta —le diste un pequeño golpe en el hombro.

—No quisiera arruinar el momento, pero tendréis que posponer el beso —habló Wanda.

Te giraste y te diste cuenta de que Visión había lanzado un rayo desde la gema de la mente y hizo caer una columna que de no haber sido sujetada por Wanda, habría bloqueado el camino hacia el quinjet, hacia el cual Steve y Bucky corrían.

La sokoviana estaba haciendo un gran trabajo sujetando los escombros hasta que Rhodey lanzó una onda sonora que hizo que la pelirroja se tuviese que tapar los oídos, dejando de usar su magia y haciendo que los escombros cayesen dejando el tiempo justo para que ambos súper soldados pasasen por debajo.

Sabías que Natasha estaba allí esperándoles, pues al final no te había dado tiempo de perseguirla, pensaste en intentar correr hacia allí, al fin y al cabo eran dos contra una, pero supiste que no tenías nada que hacer cuando viste a T'challa subiendo entre los escombros y saltando hacia donde estaba el Jet. 

Escuchaste un gran estruendo a tu derecha, y viste como Scott caía enredado en telarañas y se hacía pequeño.

—¿Alguien tiene un gajo de naranja? —preguntó Scott entre quejidos.

Quisiste reír, pero simplemente no podías. Habíais perdido, todo había sido en vano, la pelea, arriesgar tu relación con tu padre, nada y un resoplido de frustración salió de tu garganta.

—Raya —escuchaste la voz de Pietro a tu espalda, a la vez que sentías como ponía su mano en tu hombro y te daba la mano—. Te prometo que todo estará bien, encontraremos la manera de arreglar-.

—No —lo interrumpiste—. Si los atrapan no habrá más opciones, era esto o nada.

—Ray.

—Que no, se acabó, todo— llevaste las manos a tu cabeza por el sentimiento de rabia e impotencia que se estaba formando dentro de ti.

—Ray —volvió a insistir.

—¡¿Qué quieres?! Te he dicho que —no pudiste terminar la frase porque el platinado puso su mano en tu boca y giro tu cabeza.

Al levantar la mirada viste como el quinjet se alejaba del aeropuerto. Lo habían conseguido.

—¡Sí! —gritaste de emoción— ¡Lo han hecho! —te diste la vuelta y saltaste a los brazos de Pietro para darle un abrazo.

—Te dije que lo conseguirían —te devolvió el abrazo y durasteis unos segundos así.

Al girarte te diste cuenta de que Visión había lanzado un rayo desde la gema que suponías que era para Sam, pero el moreno lo esquivo gracias a sus buenos reflejos y el rayo acabó dándole a Rhodey, quien comenzó a caer en picado.

—¿Sam? ¿Porque no planea? —quiso saber el platinado.

—No puede, Visión le ha debido de dar en alguna fuente importante de energía del traje  —dijo mientras bajaba con intención de parar la caída junto a Tony.

—No va a llegar a tiempo —pensaste en voz alta—. ¡Pietro! ¿No puedes parar su caída?

—Cae con demasiada velocidad, moriríamos los dos.

—Por favor Tony, por favor Sam —murmuraste para ti misma.

Por un momento pensaste que llegarían, pero sentiste como si alguien te hubiese dado un puñetazo en el corazón cuando lo viste estrellarse contra el suelo. 

Te diste la vuelta como un reflejo, y te tapaste la cara con tus manos.

Volviste a mirar en su dirección y esta vez viste a Tony junto a Rhodey, y Sam acercándose a ellos, pero acabó en el suelo cuando Tony le disparó una pequeña bola de energía.

Steve y Bucky escaparon, así que tenías una razón por la que no perder la esperanza, pero de nada serviría si Rhodey no sobrevivía.

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-Maider