1. Dos segundos
Después de despertar te preparaste para ir al entrenamiento con Natasha, la querías mucho ya que era como de la familia, pero odiabas sus entrenamientos, eran increíblemente intensos y apenas podías caminar después.
-Llegas quince minutos tarde.
-Lo siento Nat, pero no todos tenemos ese entusiasmo por hacer deporte.
-Y prepárate que ahora que has terminado las clases no habrá más excusas de que tienes que estudiar -hiciste una mueca de desagrado porque tenía razón, hasta ahora habías estado excusándote diciendo que tenías exámenes, y Natasha no podía llevarte a entrenar cuando tuvieras exámenes.
Pero ahora que el curso había terminado, no tenías excusas válidas en mente.
-Que desgraciada soy -lloriqueaste.
-Vamos Ray, que no tenemos todo el día.
Estuviste durante una hora entrenando con ella hasta que te tiraste al suelo con los ojos cerrados, fingiendo que te habías desmayado del cansancio.
-No cuela, levanta Ray.
No respondiste.
-He sido entrenada para tener muchas habilidades, y una de ellas es saber si alguien está inconsciente o está haciendo el gamba como tú -dijo tirándote un poco de agua en la cara, a lo que evidentemente reaccionaste-. arriba.
-Estoy cansada y me duele la tripa -protestaste.
Escuchaste un suspiro de su parte.
-Tienes suerte de que hoy me haya despertado de buen humor, pero que sepas que voy a acostumbrarte a entrenar dos horas diarias -asentiste y te arrastraste hasta la puerta-. Sin excusas -recalcó.
-Copiado.
Fuiste a tu habitación y llenaste la bañera con agua caliente, te desvestiste y viste un bote de plástico en una esquina de la bañera, lo cogiste y leíste lo que ponía "burbujas para la bañera", echaste un chorro pequeño y en menos de un minuto la bañera se había llenado de espuma, sacaste los pies del agua y los apoyaste en un lado, te relajaste con los ojos cerrados hasta que el teléfono sonó. Lo habías dejado en tu mesita de noche y no tenías intenciones de levantarte, pero cuando pensaste que había colgado, volvió a sonar.
-FRIDAY, ¿Se puede saber quién demonios me está llamando? -preguntaste.
-No lo tienes en tu lista de contactos, el número es *** ** ** ** -no reconociste el número.
-Déjalo sonando hasta que cuelgue, paso de levantarme.
Estuviste en la bañera hasta que se te arrugaron los dedos de las manos y decidiste que ya era hora de salir. Vaciaste la bañera y te pusiste un albornoz y una toalla en el pelo. Cogiste el móvil y viste dos llamadas perdidas de ese número desconocido, no ibas a llamar de vuelta por si acaso era un número de pago, así que simplemente borraste las llamadas y pusiste "Kiss Me More" de Doja Can.
Can you kiss me more?
We're so young, boy
We ain't got nothin' to lose
It's just principle
Baby, hold me
'Cause I like the way you groove
Fuiste a tu armario y escogiste unos jeans, una sudadera que te quedaba grande y unas zapatillas altas mientras que bailabas y cantabas al ritmo de la música.
Boy, you write your name, I can do the same
I love the taste,
All on my tongue, I want it
Boy, you write your name, I can do the same
Ooh, I love the taste,
All on my tongue, I want it
Te quitaste la toalla del pelo y cogiste un peine para desenredarlo. Una vez estuvo liso le diste un nuevo uso al peine, como un micrófono mientras te mirabas al espejo.
I, I feel like fuckin' somethin'
But we could be corny, fuck it
Sugar, I ain't no dummy, dummy
-Tienes una cara de chica inocente, no te veía cantando esto -dijo una voz vacilona con acento sokoviano desde la puerta.
Supiste quién era al instante, te callaste y rápidamente soltaste el peine. Corriste a la mesita de noche a apagar la música, ¿Sabes esos momentos vergonzosos en los que lo único que piensas es en "tragame tierra"? Bien, pues ese era uno de esos momentos.
-No la apagues, es una buena canción, tiene ritmo y la letra es... interesante -tenía una pícara sonrisa en su rostro.
-¿En Sokovia no tocáis a la puerta antes de entrar? - preguntaste ignorando el rubor que se había formado en tu rostro.
-He llamado a la puerta pero con la música tan alta no me has debido escuchar -dijo apoyándose en el marco de la puerta.
-¿Cuánto tiempo llevas ahí tocando?
-Dos segundos.
Le lanzaste una almohada a la cara, una que claramente esquivó.
-Te he estado llamando por teléfono antes, esperé un rato y vine a ver qué hacías.
-Ah, ¿Eras tú? Ahora te agrego en mis contactos, estaba dándome un baño-dijiste mientras cogías tu móvil-. He borrado las llamadas, ¿me dices tú número para agregarte? -miraste en su dirección ya no estaba, y cuando miraste hacia tu móvil te diste cuenta de que tampoco estaba.
-Listo, me he agregado yo mismo -dijo una voz a tus espaldas, a lo que te giraste y le quitaste el móvil de las manos.
-Gracias -dijiste con una voz sarcástica.
Leíste el nombre y te quedaste mirándolo con ganas de lanzarle otra almohada, pero te ahorraste la energía sabiendo que la esquivaría.
-¿Va en serio? -le enseñaste el móvil en el que se podía ver a su contacto agregado como "Pietro, el hombre más rápido, inteligente y ágil del mundo"-. Le vas a hacer competencia a mi padre con el ego -dijiste con una sonrisa claramente falsa.
-Pero si tengo razón -dijo riendo .
Cambiaste el nombre a "Sonic hot de marca blanca" y le enseñaste la pantalla mientras reías.
-¿Debería sentirme alagado u ofendido? -preguntó confundido.
-Puedes tomártelo como quieras -guardaste el móvil en tu bolsillo trasero y lo cubriste con la sudadera y saliste de la habitación con Pietro siguiéndote por detrás.
-¿A donde vamos?
-¿Vamos?, ¿Te acabas de unir a mis planes?
-Sí, no tengo nada mejor que hacer.
-Que bien, gracias por decir que solo quieres mi compañía por aburrimiento.
-¡No he dicho eso!
Lo miraste arqueando una ceja, pero él no respondió. Tal vez no era una mala idea pasar un rato con el gemelo, podrías aprovechar la oportunidad para conocerlo mejor.
-Voy a dar una vuelta.
-Entonces voy contigo, mini Stark -dijo mientras bajabáis en el ascensor.
-De eso nada, no me llames así -lo miraste amenazante.
-¿Por qué no? Clint te llama así todo el tiempo -se encogió de hombros .
-Yo lo mato... -susurraste por lo bajo- Pues tú no puedes llamarme así, ya bastante tengo con soportar a Clint -salisteis del edificio.
-¿Te cae mal?
-No, para nada, lo quiero -muy en el fondo- pero es que es como un niño pequeño que no sabe cerrar la boca.
-¿Y por cuánto tiempo conoces a los demás vengadores?
-Desde que se formaron prácticamente, Nat es como mi tía -la querías mucho, te había enseñado casi todo lo que sabías de pelea, y siempre había estado allí cuando estabas triste para comer helado y llorar juntas-. Thor es uno de los mejores amigos que tengo, somos como almas gemelas, pero no románticamente, aunque no voy a engañar que el hombre es atractivo -soltaste una risa nerviosa-. Quiero decir, es un dios.
Viste como Pietro fruncía el ceño, pero lo ignoraste y continuaste hablando.
-Steve es como mi segundo padre al que le encanta decirme todo el tiempo que hacer o que no hacer -él también te había enseñado varias técnicas a la hora de pelear, y siempre estaba ahí para defenderte.
-¿Entonces tienes a Tony y a Steve diciéndote que hacer? Como si un padre no fuera suficiente -se rió por lo bajo.
-Tony es más bien el padre que me malcría comprándome todo lo que pido, Steve es el padre que me regaña por abusar del dinero de Tony, y Pepper es la madre que regaña a Tony por dejarme abusar de su dinero, el circo completo.
-¿Quién es Pepper?
-Mi madre, no es mi madre biológica, Pepper y Tony se enamoraron tiempo después de que yo naciera, pero es una madre para mí -tu madre era una de las chicas con las que Tony se acostaba, ella fingió tomarse la pastilla anticonceptiva pero en realidad sus planes eran otros, cuando se quedó embarazada fue a donde Tony a pedirle dinero, se hizo una prueba de paternidad y al dar positivo no tuvo más remedio que darle el dinero. A la edad de 5 años, tu madre murió en un accidente de coche, así que Tony se hizo cargo de ti, al principio era muy distante contigo pero con el tiempo aprendisteis a llevaros bien-. No tengo demasiados recuerdos con mi madre biológica, porque murió cuando era pequeña, pero los pocos que tengo los tengo muy presentes.
-Lo siento, te comprendo -iba a seguir hablando pero decidió guardárselo para él.
Seguisteis caminando un rato, era medio día, estaba nublado aún que la temperatura era agradable para dar un paseo tranquilo.
-¿Podemos ir más rápido? -se quejó por tercera vez.
-Pietro, ¿Tú que entiendes cuando te digo "paseo tranquilo"?, ¿Ir a toda velocidad?
-Es que me aburro -caminaba arrastrando los pies y con las manos apoyadas en la cabeza.
-Pues no haber venido, pero no me des la chapa.
✪
No tenías idea de cómo habías acabado allí, en una montaña rusa con Pietro sentado a tu lado.
-Recuérdame no volver a ir contigo a ningún lado -estabas con la capucha puesta y unas gafas de sol para que nadie te pudiese reconocer
--No te gustan las montañas rusas?
-Sí, pero esto no es de lo que yo hablo cuando digo un paseo calmado, además, no vamos a llegar a tiempo para comer.
-Tranquila, yo te llevo -te guiñó un ojo y tú pusiste los ojos el blanco.
La montaña rusa no era una de estas que tenía giros y acababas con los pies sobre tu cabeza, pero sí tenía muchas caídas y la adrenalina era una pasada.
Apenas pisaste el suelo y Pietro te cogió en brazos.
-¡Oye! -protestaste.
-Agárrate -decidiste hacer caso, sabías que Pietro era rápido así que te agarraste a su cuello y en menos de 20 segundos ya estabais en la puerta de la torre Stark.
Bajaste un poco mareada por la velocidad.
-¿Estás bien? -pregunto apartando un mechón de pelo de tu cara y colocándolo detrás de tu oreja, a lo que te ruborizaste involuntariamente.
-Sí, vayámonos a comer de una vez -te giraste y los dos fuistes al piso del comedor.
Os encontrasteis a todos sentados, acababan de empezar a comer así que no llegabais tan tarde.
-¿Donde estabais? -preguntaron Steve y Tony a la vez, a lo que todos se echaron a reír.
-Fui a dar un paseo y Flash me siguió -te sentaste junto con Natasha, y Pietro al lado de su hermana.
-La próxima vez avisa sobre que vas a llegar tarde -Tony.
-Échale la culpa a Pietro, me ha llevado a una montaña rusa, creo que no entiende el concepto de paseo tranquilo -viste como Wanda regañaba a su hermano con la mirada y sonreíste internamente.
Ibas por el segundo plato cuando Clint te habló.
-¿Puedes coger la sal? -asentiste y fuiste a por ella a la encimera, y cuando volviste a sentarte y miraste a tu plato, viste que la mitad de las patatas habían desaparecido- ¡Thor! No le comas las patatas a Ray, un respeto -regañó Clint a Thor.
Thor te miró, para saber si te lo habías creído, y cuando vio que estabas mirando a Clint con una mirada asesina, supo que no había de que preocuparse.
-Toma -Steve se levantó y te dio sus patatas para no iniciará otra guerra de comida, no era agradable tener que limpiar después.
- Gracias Stevy.
Al menos la comida había terminado con normalidad.
Gracias por leer <3
-Mai
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