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Locuras aceptables

Capítulo uno

Ethan

El timbre de mi celular me despertó de mi incómodo sueño. Me estiré para buscarlo y sentí como cada uno de mis músculos me reclamaban por no dejarlos descansar, me quejé por ellos en voz alta. El día anterior había tenido el último juego de futbol de la preparatoria y había terminado muy cansado, sobre todo después de la fiesta que se hizo en mi casa, también el desorden fue en mi casa y mis padres no me dejaron libre hasta que la casa estuvo impecable.

Encontré mi celular en alguna parte del suelo y contesté la llamada sin revisar de quien se trataba, sin querer puse la llamada en alta voz. Cuando escuché su voz el sueño y el cansancio desaparecieron.

—Buenos días amor —me dijo mi novia apenas contesté.

—Buenos días, linda ¿Cómo amaneciste? —le pregunté sentándome en el colchón que había improvisado en el piso de mi habitación en la madrugada ya que Alix me había dejado sin cama.

—Muy bien —la escuché sonreír, técnicamente no se podía escuchar a las personas sonreír pero bueno…—. Sabes, estaba pensando en ir esta tarde a tu trabajo y que comiéramos juntos. Ya sabes que estoy aprendiendo a cocinar.

—Suena estupendo…

—Si-lennnciooo —murmuró Alix con la cabeza enterrada en mi almohada.

—¿Está Alix ahí? —me preguntó mi novia—. Salúdala de mi parte —dijo emocionada—. Ella también puede comer con nosotros…

—No gracias —dijo mi amiga arrojándome una almohada—. Quiero mi sentido del gusto intacto hasta mi muerte.

Se estiró en la cama y le regresé la almohada que me había arrojado, me sonrió, le sonreí y volví a prestarle atención a mi novia.

—Igual llevaré una porción extra en caso de que se nos una —dijo—. Aunque Alix come mucho.

—Ella come tres hamburguesas en media hora —le recordé—. Y es solo el postre para ella.

—Dejen de hablar de mí y hablen de sus cosas cursis de pareja. Me estaba yendo.

Sí claro, apenas se estaba despertando.

—Bien, entonces los veo en su descanso, hasta la tarde.

—Sí, ahí te espero.

Terminé la llamada y suspiré, había olvidado que tenía que ir a trabajar en sábado, de pronto el dolor muscular había regresado.

Sandía entró corriendo a mi habitación haciendo escandalo como siempre. Algunas veces me molestaba que hiciera tanto ruido pero un par de semanas atrás había enfermado y por su edad ya estaba pensando lo peor, por suerte se recuperó pero ahora no dejaba de pensar que ya tenía casi 15 años y tarde o temprano nos despediríamos, había revisado sus años de vida con especialistas y la mayoría de sus registros le daban 15 años. Cuando llegara el momento esperaba estar preparado.

Él había sido mi mejor amigo durante toda mi vida y había soportado ese tonto nombre que le había escogido cuando solo tenía 3 años y no sabía decir tantas palabras. Sí, era macho y sí, Sandía fue lo primero que dije cuando vi al perrito, mamá dice que a pesar de que ellos me dieron varios nombres para el cachorro yo lo seguí llamando sandía y no les quedó de otra más que aceptar dejarle ese nombre, además que el cachorro siempre respondía al nombre. El tiempo pasaba muy rápido.

—… sí, entiendo —escuché decir a Alix y volví al presente. Volteé a verla y había una sonrisa falsa en su rostro mientras hablaba por teléfono con sus papás, seguramente eran ellos, sólo podía poner esa expresión cuando se trataba de ellos—. Entonces nos vemos mañana. Sí. Adiós.

—¿No regresan hoy? —pregunté tontamente. Debí de mantener mi boca cerrada.

—No, al parecer hoy también los retrasaron —me contestó con la misma sonrisa falsa—. Dice que es seguro que mañana si vuelven.

—No te preocupes, el día se pasa rápido, sobre todo cuando trabajamos —le guiñé el ojo y ella sonrió de verdad—. Recuerda que hoy irá tu club de fans a la tienda.

—Noooo —dijo exageradamente—. No los soporto, si van no podré salir a comer.

—Tendrás que comer con Abril y conmigo.

—Mátame —me volvió a arrojar la misma almohada—. Abril habla más conmigo que contigo. Se supone que tú eres el novio, no yo.

—Tú enamoras hasta a las chicas —dije—. Recuerdas aquellas chicas que se te declararon cuando empezó el semestre —ella se sonrojó casi de inmediato.

—Ellas eran mayores que yo y populares y porristas y supuestamente heterosexuales —se estremeció—. Debería cortarme el cabello si me siguen confundiendo con un chico.

Era imposible que pareciera un chico, definitivamente era hermosa, ella había sido privilegiada con una belleza única. Tenía el cabello rubio como el de su mamá pero muy, muy largo, según ella no le gustaba el cabello largo pero igual nunca lo cortaba mucho. Sus ojos tenían un color café sencillo pero en su rostro blanco se veían muy grandes y diferentes. Sus facciones eran finas, mi hermana decía que parecía una princesa, todos estábamos de acuerdo. Era muy alta para tener 14 años, en unas semanas cumpliría 15. También era muy inteligente, con 14 años había entrado a la preparatoria sin ninguna dificultad, cualquier examen que hiciera lo aprobaba con la nota más alta y más un punto adicional, varias universidades le habían ofrecido pase directo pero ella y sus papás querían que fuera a una escuela normal para que conviviera con las personas de su edad. Sólo se había adelantado un año por motivos que sólo ella conocía.

En fin, era como una chica perfecta, es decir, también le gustaban los deportes y era mejor que yo (nunca lo aceptaría frente a ella) en la mayoría de ellos. Además que había formado parte del equipo de porristas junto con Abril, mi novia.

Ella también había crecido conmigo, tenía casi la misma edad que sandía, un momento, ¿había empezado a compararla con mi perro? por suerte no leía mentes, sólo eso le faltaba.

Bajé a la cocina antes que Alix, estaba casi listo para ir a trabajar pero tenía que esperarla. Me senté en una de las sillas del comedor interrumpiendo la plática de mamá y Cam.

—Buenos días a las dos —dije rápidamente y hablando en voz baja—. Alix está un poco triste porque sus papás se volvieron a retrasar, estaba pensando en animarla un poco esta tarde. ¿Mamá, podemos hacerle unas hamburguesas después del trabajo? —le pedí y ella me sonrió asintiendo—. ¡Genial! —dije aliviado.

—¿Y si vamos al centro comercial y le compramos un vestido para que se sienta mejor? —preguntó mi hermana y mamá y yo negamos casi al mismo tiempo.

La intención de Cam era buena pero no había forma de que un vestido alegrara el día de Alix, ella prácticamente detestaba vertiste muy femenina. No es que ella se vistiera como chico pero prefería usar un par de jeans y alguna blusa sencilla. Ese era un motivo por el cual su mamá y ella discutían seguido, no en plan de “Te odio, déjame ser yo” sino en plan de “En ocasiones especiales usaré uno”. Pero en general Alix amaba a su mamá, claro como cualquier hijo podría amar a su mamá.

—Entonces cuando se vayan iremos al comprar la comida —dijo mamá—. Pero tú haces las hamburguesas —me advirtió.

—Sí, sí —realmente no tenía de otra. Además yo quería hacer feliz a Alix. Volteé hacia la sala y busqué a mi papá con la mirada.

—Si buscas a León ya se fue a la tienda —me dijo mamá—. Al parecer uno de los empleados se enfermó y él fue a cubrirlo.

—Me hubiera dicho a mí y hubiera ido yo —dije lanzando un suspiro.

—Te dormiste muy tarde y no quería despertarte.

—Hola, tía —dijo Alix bajando las escaleras de dos en dos.

—Hola, Alix ¿Cómo amaneciste? —le preguntó mamá sonriéndole.

—Regular, la parejita me despertó con sus tontas llamadas matutinas —dijo como si estuviera molesta pero yo sabía que estaba fingiendo.

—Ethan y Alix durmieron en la misma habitación —se burló mi hermana, a veces tenía una mente muy precoz.

—Sí —mamá pareció darse cuenta de eso apenas—. Pero nadie sabrá eso más que nosotros.

Alix, Cam y yo asentimos al mismo tiempo. Mis tíos se habían puesto un poco especiales en los últimos meses, decían que no era normal que pasáramos tanto tiempo juntos y que a nuestra edad deberíamos empezar a tomar distancias como hombre y mujer. Aunque debido a que últimamente ellos viajaban mucho Alix se quedaba en nuestra casa y era casi imposible que nos alejáramos. De cualquier manera éramos sólo amigos.

Alix y yo llegamos corriendo a la tienda en donde trabajábamos, por suerte llegamos con dos minutos de anticipación y no tendríamos retardo porque aunque conociéramos a los dueños (éramos los hijos de los dueños de la tienda) teníamos el mismo reglamento que cualquier empleado de ahí, a veces era ventajoso y otras veces no tanto. Por ejemplo, Alix tenía 14 años pero podía trabajar como cualquier empleado pero si llegaba tarde no se salvaba de los retardos y reportes. Lo mismo aplicaba para mí.

En cuanto llegamos ambos tomamos nuestros lugares, mi amiga en caja y yo en las estanterías que aun necesitaban producto. Empecé a acomodar los balones en su lugar casi de inmediato y también casi de inmediato Alix atrajo la atención de Ron, uno de los empleados de la tienda deportiva, tenía 20 años y coqueteaba con una niña de 14 cada que podía, no me agradaba para nada además que tenía el nombre del mejor amigo de Harry Potter y tampoco me agradaba.

—Hola, Alix —la saludó.

Estaba a un par de metros de ellos y podía escuchar todo fácilmente. También los veía de reojo.

—Ah, hola, Ron —lo saludó mi amiga sin interés. Ya se había acostumbrado a su actitud de galán—. Espero que hayas terminado todo lo que te di para hacer el miércoles —dijo mientras revisaba algunos papeles que estaban en el mostrador —volteó a verme de reojo y volví a mi trabajo.

—Sí, hice todo y hasta tuve tiempo de sobra —alardeó.

—Muy bien, debería darte una galleta —por como cambió su voz deduje que se estaba burlando de él.

—Lo que sea —dijo incómodo—. ¿Qué te parece si salimos esta tarde?

—No lo creo, no está permitido salir con los empleados de la tienda.

—Siempre sales con Ethan —dijo Ron—. También es un empleado.

—Sí, pero Ethan es diferente, no busca lo que tu estas buscando —lanzó un suspiro—. Será mejor que vuelvas a tu trabajo antes de que el jefe se dé cuenta.

Ron salió murmurando algunas palabras que no entendí. Escuché a reír a Alix y después la sentí detrás de mí.

—Dije que será mejor que vuelvas a trabajar —me susurró al oído—. A no ser que quieras que León te regañe.

—Estoy haciendo mi trabajo —dije pero era mentira, había dejado de acomodar los balones en las repisas—. Tú me distraes. Vete a trabajar.

Negó manteniendo una sonrisa en su rostro.

Cuando salimos a nuestro descanso Abril ya estaba esperándonos en una de las mesas que estaban cerca de la tienda, en cuanto nos vio agitó las manos como si fuera difícil verla.

Nos servimos la comida, Abril se había tomado muy en serio lo de traer doble ración para Alix la cual se comió todo sin dejar migaja alguna, aun no podía entender como en ese cuerpo tan pequeño podía caber tanto.

Mientras mi novia y yo terminábamos de comer nuestro primer y único plato y mi amiga terminaba con su segundo plato, empezamos a hablar sobre la universidad. Yo había hecho examen para Administración de empresas y había quedado en la universidad que elegí, Abril hizo examen para mercadotecnia y también había quedado en la misma universidad. Íbamos a ir juntos.

—¿Qué quieres estudiar, Alix? —le preguntó Abril.

—Antes quería Administración de empresas pero como Ethan escogió esa carrera elegiré Negocios internacionales.

—¿Qué tiene que yo haya elegido esa carrera? —pregunté cruzándome de brazos.

—Admítelo, amigo, si estudio lo mismo que tú te haría papilla en el área laboral y no quiero que nuestra amistad de tantos años se pierda por eso —me guiñó un ojo—. Por eso elegiré otra carrera que igual está orientada hacia los negocios.

—Y en negocios viajarías por todo el mundo ¿verdad? —preguntó mi novia.

—Ese es el plan, aunque desde luego no es lo único de lo que trata la carrera, la he investigado a detalle y hay otras áreas que me interesan. Pero sí, pienso que viajar me haría bien.

—Yo tengo miedo de dejar a mi familia. En realidad aun no sé cómo me vaya a sentir cuando tenga que irme a la universidad…

Alix frunció el ceño viendo a Abril, por un momento no capté el significado de sus palabras pero cuando el silencio permaneció entre los tres repasé su última frase y volteé a verla.

—Oh, oh —dijo Alix en voz baja y vi cómo empezó a levantarse de la mesa para dejarnos solos.

—¿Irte? —pregunté lentamente. Como si el significado de la palabra fuese a cambiar.

Abril evitó mi mirada y cuando apretó sus labios me di cuenta de que había estado mintiéndome. Definitivamente eso no se sintió bien.

—Ethan yo —soltó aire—. No iré a la universidad.

—¿Qué?

—Amm, bueno, sí iré a la universidad pero no a la de aquí —bajó la mirada hacia su plato sin terminar y apretó las manos en pequeños puños—. Lo siento. Yo… había intentado decirte un par de meses atrás pero no podía… Lo siento —dijo en un suspiro—. Estudiaré mi carrera en la ciudad vecina, viviré en los dormitorios de la universidad y sólo podré venir el último fin de semana de cada mes. La ciudad queda como a tres horas de aquí y no podría venir tan seguido y yo…

Su voz se empezó a entrecortar y sacudió la cabeza para ahuyentar las lágrimas.

—No podremos vernos seguido, eso es obvio…

—¿Quieres que terminemos?

—¡No! —contestó de inmediato con lágrimas en los ojos—. No quiero… pero esta decisión no es sólo mía. Si tú quieres terminar conmigo entonces está bien…

La abracé y ella rompió en llanto. Me pidió disculpas una y otra vez, pero no debía hacerlo, era su vida y si eso la hacía feliz debía aceptarlo, seguro dolería pero ¿qué garantizaba que nuestra relación duraría mucho tiempo? Incluso si ella se quedaba aquí y estudiaba junto a mí podríamos seguir juntos o terminar en poco tiempo.

Besé su cabeza hasta que se tranquilizó.

—Lo siento —volvió a decir.

—No te disculpes más. No tienes por qué hacerlo —acaricié su rostro y ella cerró sus ojos. Iba a extrañar ese rostro tan hermoso y pálido, sus pestañas largas y negras que cuando se levantaban dejaban ver sus ojos verdes, iba a extrañar su sonrisa y el lunar que tenía cerca del labio, iba a extrañar su ánimo y amabilidad, también como dejaba su cabello café suelto para que se moviera junto a ella, iba a extrañar todo de ella, pero no aun—. Aún tenemos mucho tiempo juntos ¿no crees? —ella asintió dudosa—. Nos queda toda una vida por delante, dependerá de nosotros cuando tiempo le queramos pedir a nuestra vida para estar juntos. ¿Qué piensas?

—Que si pudiera quedaría en deuda con mi vida —me respondió sonriendo pero aún tenía lágrimas en los ojos.

* * *

—Así que se irá ¿eh? —preguntó Alix cuando caminábamos de regreso a casa.

Eran alrededor de las cinco de la tarde pero como estábamos en verano aun había sol y hacia bastante calor.

—Sí, en la segunda semana de Julio se irá.

—Al menos estará aquí para nuestro cumpleaños.

Asentí. Alix y yo cumplíamos años el mismo día y siempre habíamos celebrado nuestros cumpleaños juntos, era divertido mientras crecíamos.

—No puedo creer que extrañaré a esa chica —dijo mi amiga—. Y pensar que antes de que me pidieras ayuda para que pudieras salir con ella, me caía tan mal. No la podía ver ni en pintura —ambos reímos—. Hace como 6 meses de eso ¿no?

Sólo asentí.

Recordé la primera vez que vi a Abril, de inmediato me dejó encantado, quería acercarme a ella pero siempre hacía tonterías frente a ella, al final le pedí ayuda a Alix para que me ayudara a salir con ella. Al principio se negó pero después de insistirle unas cuentas veces (muchas) me ayudó. Primero se hizo amiga de Abril y luego utilizó esa magia que tenía para hacer que quedáramos accidentalmente en citas y así de una forma y otra Abril y yo habíamos empezado con una bonita relación.

Mi amiga entrelazó su brazo con el mío.

—No pongas esa cara —me pidió—. Tu eres el señor felicidad y verte así no se siente bien —le sonreí un poco.

—Lo siento no quería preocuparte… —dejé de hablar al recordar que esa tarde se trataba de hacerla sentir feliz—. ¡Cierto! —la tomé de la mano—. Te tengo una sorpresa.

—¿Qué? —preguntó confundida.

—Ven —empecé a correr hacia la casa, estábamos a un par de casas antes de la mía.

Ella quedó en desventaja por unos segundos pero cuando se recuperó empezó a correr a mi lado y si hubiera querido se hubiera adelantado a mí pero prefirió correr junto a mí.

Entramos a la casa y seguimos corriendo hasta el patio tarsero en donde estaba la parrilla. Sí había algo que a Alix le gustaba más que los deportes era comer. Cuando salimos al patio ambos nos quedamos congelados en nuestro lugar, al parecer no era el único que tenía una sorpresa para ella.

Alissa y Adrián estaban en el patio hablando con mis padres, al momento en que nos escucharon voltearon y dejaron de hablar.

—¡Mamá! ¡Papá! —dijo Alix emocionada y corrió a abrazarlos. Mi tío la levantó en sus brazos y luego se quejó de lo viejo que era y que ya no podía cargar a su princesa como antes—. Regresaron. Pero dijeron que sería hasta mañana.

Alix estaba que brillaba de felicidad al volver a sus papás después de dos semanas de haber estado fuera del estado, me alegraba mucho por ella.

Cuando se puso al día con sus papás mi amiga se acercó a mí y me abrazó.

—Gracias por la sorpresa.

Dejé mi vaso con refresco en la mesa y le sonreí.

—En realidad…

—No puedo creer que me hayas ocultado lo de mis padres, se me hace injusto que tú supieras antes que yo que sí vendrían hoy —se cruzó de brazos fingiendo estar molesta.

—Yo no sa…

—Pero no importa, me has hecho muy feliz —de nuevo me abrazó y después me besó en la mejilla—. Gracias, Ethan, eres el mejor.

—De nada —dije. No me dejó decirle que no tenía ni idea de que sus papás iban a llegar hoy, mi sorpresa era solamente una tarde comiendo hamburguesas pero esos detalles no importaban.

Después de agradecerme se fue a sentar junto a mi tía y Adrián se acercó a mí.

—Hola, Ethan ¿Cómo les fue en el juego de ayer? —preguntó casual.

—Bien, ganamos 4-1, dejé lo mejor para el final.

—Que bien, lamentamos habernos perdido el juego —negué restándole importancia—. Bueno, en realidad venía a agradecerte por cuidar a Alix estas dos semanas. Sé que me he estado comportando como un niño contigo pero son esos celos de padre que en algún momento llegamos a tener los que me hacen así. Sólo —se rascó la cabeza—, en serio, gracias por cuidarla. También había estado preocupado porque Ron se acercara mucho a ella. Ese chico no me agrada, pero seguro estoy exagerando también.

—No te preocupes, a mí tampoco me agrada Ron, pero también debes saber que Alix sabe cuidarse sola —ambos sonreímos hacia su dirección—. De cualquier manera, es mi amiga y la cuidaré tanto como pueda, estén ustedes aquí o no.

—Gracias, Ethan —pareció aliviado—. También cuídala de ti.

—Oye —renegué—. Es mi amiga, sería una locura.

Soltó una carcajada y se alejó de mí.

Me quedé observando mi familia y la familia de Alix, casi éramos como una sola, siempre éramos una locura juntos. Reí y volteé a ver a mi amiga.

A veces las locuras parecían aceptables.

* * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * 

Hola. He vuelto con la segunda parte de Kiss me, baby :D

Como lo notaron está historia será sobre Ethan y sus aventuras. Espero que sea de su agrado. Tal vez sea un poco lento el capítulo pero prometo que a partir del capítulo 3 ya será mejor :D

Dejaré unas cositas que tal vez no expliqué bien en este capítulo.

Ethan tiene 17 años.

Camille (su hermanita) tiene 12.

Alix tiene 14 y es hija de Alissa y Adrián. Son la familia AAA, como las pilas del control remoto xD

No me pregunten cuantos años tienen León, Gia y compañía pero ya están viejos jaja :D

¡Ah! y no odien a Abril, ella es linda ;)

Si tienen más dudas me las preguntan.

Si tienen tiempo de regalarme una estrellita o comentario o ambos  sería genial que todo ayuda. ¡Abrazos! 

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