Admitir en voz alta que estás triste hace que quieras buscarle una razón, aunque a veces no hay razón y son todas juntas.

A veces pasa... estamos tristes porque sí.

Porque fue un día malo, porque estás muy cansado, porque querés llorar sin ser juzgado, porque querés que alguien te tienda una mano.

A veces pasa... Estamos tristes porque sí.

Porque te gritaron, porque te humillaron y te agobiaron.

A veces pasa... Estamos tristes porqué sí.

Porque tenés mucho que hacer, porque el tiempo no te alcanza, porque la tristeza habla y tu cabeza está en llamas.

A veces pasa... Estamos tristes porque sí.

Porque te sentís solo, estas solo, porque querés un abrazo, porque evitas decir te extraño.

A veces pasa.. estamos tristes porque sí.

Por un amor no correspondido, por falta de abrigo, porque nadie te entiende y quien te entiende se ha ido.

A veces pasa... estamos tristes porque sí.

Por promesas rotas, corazones rotos y almas rotas. Porque estamos un poco rotos y el tiempo no se acorta.

A veces pasa... estamos tristes porque sí.

Porque te falta esperanza, porque te sentís menos y que algo falla.

A veces pasa... Estamos tristes porque sí.

Porque a veces pasa y estamos tristes sin motivos o motivos de sobra porque nombrar uno no alcanza, porque son todos juntos y la tristeza no afloja.

A veces pasa y no está mal que pase, lo malo sería que sigas juntando motivos y la tristeza sea más grande.

A veces pasa... Estamos tristes porque sí.

-Lucía Antolini.