Aprendí de vos
Porque lo aprendí, aprendí de vos a no desarmar mi integridad para armar a otros, te dije egoísta y me respondiste: "el mundo es egoísta amor, nadie puede cuidarte mejor que vos". Y tenías razón porque nadie sabe más que yo lo difícil que fue cuando te fuiste sin mirar atrás, cuando tu miedo a amarme trastocó tu estabilidad, porque sabías que si me amabas no ibas a poder ser egoísta nunca más. Sabías que amarme implicaba flaquear, sabías que no era opción porque nadie cuidaría de vos si dejabas tu egoísmo de lado, porque ibas a querer cuidarme incluso por encima de todo, por encima de vos mismo.
¡Claro que no es una opción! Da miedo, amar da miedo porque no sabemos que es lo que debemos esperar del otro. Nadie sabe si el otro es capaz de dejar de lado su egoísmo. Einstein decía que "El Amor es potencia, porque multiplica lo mejor que tenemos, y permite que la humanidad no se extinga en su ciego egoísmo". Ser egoístas a veces no está mal, lo que está mal es no atreverse amar.
Quizá olvidé mencionar que si dejabas de lado tu egoísmo yo dejaba el mío y podíamos cuidarnos, sin heridas, sin despedidas como la que hoy me llevan a escribir esto.
Amor, quizá cuando te des cuenta que ya no tenés miedos para amar yo ya no esté para vos, pero te prometo que volverás a amar y amarás más. Porque eso, eso lo aprendí de vos.
—Lucía Antolini.
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