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Capitulo 18

Jimin se colocó el suéter que había comprado hace unos días junto a Seok Jin, y sonrió al verse de cuerpo completo en el espejo. Su vientre de siete meses se veía perfecto con aquel suéter que lo cubría del frío que azotaba Corea en aquellos días.

—¿Listo?.

Suga apareció ante el, con su típica silla de ruedas. Jimin asintió, se puso un abrigo más y salió junto a YoonGi.

—Estoy tan feliz de que vayamos a pasar navidad junto a Namjoon y Seok Jin.

—Si. Bueno, Namjoon fue el de la idea –sonrio. Cuando llegaron al inicio de la escalera tomo la mano de Jimin y beso su dorso–. Baja con cuidado. Namjoon subirá por mi.

—Esta bien.

Miro como Jimin comenzó a bajar y suspiro, pero un suspiro de felicidad, al pensar que ya no tendría que pasar por eso y que desde mañana, juntos, bajarían aquellas escaleras.

—¿Listo?.

Namjoon se encontraba una grada abajo de él. Suga asintió, despacio se puso de pie, apoyándose en los costados de la silla de ruedas, dejando sorprendido a Namjoon.

—YoonGi... tú..¿Cuando?.

—Desde hace unos días. Pero tengo que ayudarme con un bastón. ¿Puedes traerlo?, está en el ropero de fondo.

—Claro.

Subió el último escalón y se fue corriendo a la habitación de YoonGi. Busco entre el ropero hasta que lo encontró.

—Vaya, está avanzado más rápido de lo que pensé. Se lo tengo que contar a YoonGi.

Salió rápidamente de aquella habitación y fue donde Suga.

—Ten.

—Gracias –le sonrio–. Por cierto, Jimin ni nadie aparte de ti lo sabe. Quiero darles una sorpresa esta noche.

—Creeme, quedarán igual de sorprendidos que yo.

[•••]

Chanyeol, o bueno, YoonGi se miro al espejo y suspiro al verse.

—¿Enserio tengo que usar esto?.

—Por Dios, hijo. Es una noche de gala y es el cumpleaños del señor Byun.

—Lo se, pero hubiera preferido no ir.

—Tú padre no hubiera consiguido todo esto de no ser por estas fiestas de gala. Tienes que aprovechar esto Chanyeol, y si es posible, conseguir más gente para exportar la mercancía al extranjero.

—Bueno, quizá en eso tengas razón má. Pero solo nos quedaremos unos minutos. Tengo que viajar hoy en la madrugada a Japón para solucionar unos inconvenientes con la policía.

—De acuerdo.

Ambos salieron de su mansión, subiendo después a una limusina de color negro. Chanyeol iba jugando con las mangas de su camisa, una maña que el verdadero de Chanyeol tenía.

—¡Ya deja tus mangas! –le regaño su madre. Chanyeol suspiro y cruzo sus brazos sobre su pecho–. Veo que no dejaste esa maña, desde pequeño siempre hacías eso.

—¿Y porque no me la quitaste a golpes?.

—¿Porque haría eso? –se sorprendió al oírle decir eso–. Eres mi hijo, te adoro. Jamás te levanté la mano, para eso está la comunicación, hijo. Aunque bueno, a pesar de hablar y darte alguno que otro golpecito en las manos no funcionó, ¿que puedo hacer?. Esa maña quizá es parte de ti, yo no puedo quitartela a golpes, quizá con el tiempo vayas dejándola en el olvido.

Chanyeol suspiro y miro a través de la ventana de la limusina. Cuanto hubiera querido que sus verdaderos padres hubieran sido así. Sin tan solo su padre le habría querido, o su madre hubiera tenido el valor para defenderlo e irse de aquella casa con Hoseok y él. Quizá, solo quizá, nada de esto estuviera pasando.

—¿Hijo, estás bien?.

—¿He?...

—Te noto raro. ¿Paso algo?.

—Nada. Solo estoy pensando en lo que diré, solo eso.

—Tú tranquilo, para eso está también tú madre –le sonrió, amorosa–.

También hubiera querido que su madre le dijera eso. Sonrió a su madre y miro nuevamente hacia la ventana.

—Maria me dijo que Baekhyun estará ahí.

—¿Baekhyun?.

—Si. El hijo mayor de los Byul, creeme hijo, te agradará. Según me contaron, es un amor de persona.

Y vaya amor de persona. Cuando apenas llegaron a la fiesta de gala, Baekhyung no hizo más que mirarlo con odio y Chanyeol no sabía porque. Pero le resto importancia y continuo con sus negocios. Ya habían pasado algunos minutos, y Chanyeol se encontraba hablando con una personas, las últimas con las cual tenía que hablar y después largarse de aquella fiesta. O así pensó.

—Asi que viniste, Channie.

Chanyeol frunció el ceño y giro en su propio eje. Detrás suyo se encontraba aquel muchacho, Baekhyun. Pidió disculpas a las personas con la cual charlaba y puso toda su atención en Baekhyun.

—¿Disculpa, no conocemos?.

Baekhyung bufo y bebió un sorbo de su copa.

¿Disculpa, no conocemos? –repitio con voz chillona–. ¿No recuerdas la noche en las Vegas?.

—Para serte sincero, no.

Nuevamente bufo Baekhyun. Bebió otro sorbo de su copa y le miro.

—Sigueme.

—¿Disculpa?.

—¡Que vengas te digo!.

Baekhyun le tomo de la mano y lo jalo. Dulce miro todo desde su sitio y sonrió hacia María.

—Mira, Dulce. Parece que dentro de poco habrá una boda.

—¿Enserio lo crees?.

—Por supuesto, mi Bae es un amor de persona. Y tú hijo es un hombre respetuoso. Se que ambos se llevaron de maravilla.

Baekhyun llevo por varios pasillos a Chanyeol hasta llegar a un pasillo completamente vacío, dónde solo había una puerta. No quiso aceptarlo, pero había comenzado a sentir un poco de miedo. Observó como se detuvo y comenzó a buscar algo en su saco.

—Por favor, sostén esto.

Le tendió la copa. Chanyeol la tomo y observó el contenido, ¿jugo de naranja?. El sonido de la cerradura lo saco de sus pensamientos.

—Por favor, pasa.

—No creo que sea–...

—Por favor.

Miro los ojos de Baekhyun, y vio miedo en estos. ¿Cómo lo sabía?, había visto aquellos mismo ojos en Jimin.

—Esta bien, por favor entra tú primero.

Baekhyun asíntio. Entro después de Baekhyun y observó el cuarto, era iluminado por un enorme candelabro, la paredes del cuarto eran de un color hueso, y con algunos decorativos. Las ventanas eran cubiertas por unas cortinas de tela delgadas, y de fondo de podía notar una cama de dos plazas.

—¿Jennie, estás aquí?.

¡En el baño!.

Baekhyun suspiro y giro para ver a Chanyeol.

—Por favor, ponte cómodo.

—Mire, no creo que sea correcto que yo esté aquí. Si su padre se entera–...

—Tranquilo, nuestras madres nos vieron.

—De todos modos–...

—Solo, espera aquí. Por favor.

Chanyeol ya había perdido la cuánta de cuantos por favor le había pedido Baekhyun. Suspiro y asíntio.

—Solo unos minutos.

—Gracias.

Se fue corriendo dónde suponía era el baño de aquella habitación. Dejo en una mesita las copas y después comenzó a observar la habitación. Era bastante amplia, con dibujos por todos lados, muy infantiles por cierto.
Puso ambas manos en los bolsillos de su pantalón y continuo con el recorrido. Observó unos marcos con  fotos que se encontraban sobre una comoda.

—¿Fotos de él de bebé?. Si que se ama mucho.

Sonrió y continuo observando más. Una le llamo su atención, donde se encontraba aquel chico con un bebé en brazos.

—Mamá no me dijo que tenía una hermanito. Aunque era de suponerse porque dijo que era el hijo mayor.

La puerta del baño se abrió, llamando la atención de Chanyeol. Se puso erguido y saco las manos de su bolsillo.

—Puedes retirarte Jennie.

—Si, joven.

La muchacha salió en silencio, dejando la habitación en un silencio incómodo, solo se escuchan los balbuceos del pequeño que Baekhyun tenía en brazos.

—¿Es tu hermano?.

—No.

—¿Sobrino quizá?. Porque enserio se parecen.

Baekhyun nego. Chanyeol asintió y pensó en otra opción.

—Es tú hijo.

—Oh, mi hijo –asintio. Pero segundos después cayó en cuenta de lo que Baekhyun le dijo–. ¿¡Mi hijo!?.

—Asi es, tiene un año.

—N-no. ¡Es que no!.

—Entiendo tu reacción–...

—No, tú no lo entiendes. ¿Me dices que tengo un hijo?, por favor. De seguro es hijo de alguno de–...

—¡Ni te se te ocurra! –advirtio–. Puedo probar que es tuyo. Si quieres haz las pruebas que sean necesarias para asi convencerte.

—Y las haré. ¡Y te mostraré que ese mocoso no es nada mío!.

—Por favor, Chanyeol.

—¡Escucha! –le señalo–. Yo no te conozco y no se porque mencionaste eso de las Vegas.

—Pero–...

—Mañana mandaré a mi abogado, hablaras con él.

—¡No!. Pre-prefiero que lo hagamos sin llamar la atención.

—¿No quieres que tus padres sepan lo fácil que fuiste, o que?.

Baekhyun frunció el ceño, dolido y molesto. Tomo a su hijo con un brazo y se acercó a zancadas a Chanyeol. Lo que él no se espero fue que el chico le daría una fuerte cachetada.

—¡Vete!, ¡largo!. Ahora me doy cuenta de lo hombre que eres. Sinceramente no entiendo tú cambio –suspiro y trato de tragar el nudo que se formó en su garganta–. Aquel día fuiste tan bueno y amable conmigo–...

—¿De que otra forma podría haber llamado tu atención?.

Sonrió ladino. Baekhyun maldijo mil un veces a Park Chanyeol.

—¡Vete, y no quiero que te acerques a mi o a mi hijo!.

—Creeme, no lo haría.

Después de decir aquello salió de aquella habitación, dejando atrás a un devastado Baekhyun.

—¿Mi hijo?. Por favor –bufo–.

















¡Hey guy's!.

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