—Joshua. —llamó Jeonghan. —Tengo una idea. —el nombrado solo lo miró curioso.

Oh no...

•••

Cuando ambos entraron al local antes de abrir, todas las miradas se posaron en ellos, primeramente en Joshua y su repentina nueva imagen, para por fin, en el caso de Jihoon, clavar miradas acusadoras al dueño del gato partícipe de aquel tortura.

Porque el cabello de Joshua estaba rosa, muy rosa. Así que las quejas hacia Jeonghan no se hicieron esperar.

—¿¡Cómo te atreves a hacerle eso a Joshua, Jeonghan!? —el pequeño pelirosa gritaba enfadado, era el más molesto ante la situación.

—Yo creo que se ve lindo. —todos los presentes buscaron al dueño de aquel comentario, sorprendidos de que sea Wonwoo quién esté de acuerdo. Joshua le dedicó una pequeña sonrisa.

—Ese no es el caso Wonwoo, ¿el tinte no es muy fuerte para un gato? —esta vez fue Seungcheol quién habló.

—¿¡Me crees tan idiota como para hacer algo que pueda dañar a mi Joshua!? —aquel comentario de Jeonghan estaba lleno de ironía y molestia. Seungcheol y Jihoon siguieron mirándolo con desaprobación. —Está bien...—bufó.— Existen tintes especiales para personas gato ¿Contentos?

Todos desistieron, después de todo, Jeonghan era el responsable del cabello rosa del pequeño, el cuál a pesar de odiar el color, le encantaba en él.

•••

El café estaba semi lleno, algo normal los fines de semana, pero para Jeonghan pareciera como si toda la ciudad haya decidido ir al café, ser el único repostero le ocacionaba estrés en sábados y domingos.

—¡Mingyu! —gritó Jeonghan desde la cocina. Escuchó un "qué" como respuesta. —¡Ven aquí! —siguió.

Mingyu caminó hasta la cocina, y vio a un Jeonghan muy atareado entre pasteles y hornos.

—Hoy vas a ayudarme. Sé que siempre te ha gustado cocinar, así que ven aquí. —hizo un gesto para que Mingyu se acercase y continuó explicando.

•••

Debía admitirlo, los gritos de Jeonghan eran estresantes, pero entre regaños logró aprender algo... tal vez.

—Mingyu... hoy vi que ayudaste a Jeonghan mucho. —antes de que Mingyu se vaya, Seungcheol pidió hablar con él. —Por lo general en fines de semana él se pone... más irritante de lo normal. —siguió hablando. —Si no te molesta, a Jihoon y a mí nos gustaría que te quedes como repostero, y nosotros nos quedamos como baristas.

—Estoy bien con eso, aunque... Jeonghan me gritó mucho hoy. —ambos rieron.

•••

Al llegar a casa, tanto Mingyu como Wonwoo estaban agotados, Joshua le había advertido al chico gato que en días como esos, la cosa se ponía seria. Pero igual, había sido entretenido.

—Mingyu... tengo hambre. —Wonwoo hizo un puchero.

—Ok, prepararé la spaguetti. Tú ve a ducharte. —Mingyu se dirigió a la cocina, Wonwoo hizo cara de asco, odiaba bañarse y odiaba el agua, pero dos días antes Mingyu amenazó con bañarlo con una manguera si no aceptaba bañarse por sí solo. Así que mejor cedió.

Mingyu no había ni apagado la estufa cuando Wonwoo ya se había servido una porción gigante de comida. Con una toalla en su cabeza, y gotitas cayendo del cabello que esta no cubría.

—Deberías cocinar diario Minnie, tu comida es estupenda. —admitió Wonwoo al momento en el que enrollaba el tenedor entre los fideos y se los llevaba a la boca.

Wonwoo amaba la comida de Mingyu, bueno, amaba la comida en sí, pero más la de Mingyu. El azabache incluso había pensado que él y el alto se complementaban perfectamente, a él le gustaba la comida, y Mingyu cocinaba de maravilla, él era tranquilo, perezoso y muy relajado, Mingyu por otro lado era muy energético, amaba la limpieza y se estresaba fácilmente, Wonwoo en las tres semanas que había estado con Mingyu, notó que en sus días de descanso no lograba dormir temprano así que el gato procuraba jugar con él en su forma gatuna (o incluso humana) para intentar drenarle la energía hasta que se canse y pueda dormir.

Pero había algo en especial que amaba, Wonwoo amaba cantar baladas corta venas, y Mingyu gustaba de sentarse a su lado para escucharlo cantar.

Hello it's me.
No tengo mucho que decir hoy, solo que gracias por las 1,200 leídas❤❤❤
Y nos leemos la próxima semana😊