—¿Nos disculpan un minuto? —Soobin tomó con cuidado del brazo a su bebé y lo llevó hasta la cocina.

Taehyunie tomó asiento en la mesada y suspiró, sintiendo sus mejillas sonrojarse. La mirada de Choi era obvia; quería que empezara a hablar.

—Si, estoy en mi celo. Juro que tomé mis pastillas... las compré el mismo día que fuimos al centro comercial, cuando fuiste al baño. Me sentía mal y tenía síntomas. Me agarran dolores fuertes, por eso debo tomarlas.

—¿No pensabas decírmelo?

—Pensé que lo estaba controlando bien. Mi olor es intenso cuando algún macho se acerca a mí y, Beomgyu se había dado cuenta de mi celo, por eso comenzó a tratar de llevarme a la cama de alguna forma.

—¡¿Que él qué?! —Taehyun le pidió con sus manos que bajara la voz. Soobin tomó una bocanada de aire antes de volver a hablar. —¿Qué ibas a hacer?

Taehyun le devolvió la mirada. —¿Piensas que iba a acostarme con él sólo por estar en celo? antes debería conocerlo, y de todos modos no lo haría porque yo solamente te quiero a ti. Pensé que lo sabías.

Taehyun estaba notablemente decepcionado.

Soobin suspiró y tomó suavemente del mentón al menor, obligándolo a que lo mire.

—Hey, no era mi intención hacerte sentir mal. Yo... —acarició su mejilla al ver que comenzaba a llorar— te quiero, ¿si? sólo estoy celoso, es todo.

Taehyun suspiró, y sin previo aviso, se inclinó hacia delante para besar con cariño los labios de su mayor. Este último correspondió el beso y lo profundizó.

El híbrido enredó sus brazos tras el cuello de Soobin, mientras el susodicho lo sostenía de la cintura, cada vez pegándolo más a él.

No era un beso como todos los anteriores, y ambos lo sabían.

Un carraspeo los sacó de su burbuja. Hueningkai estaba de pie en la cocina.

—Me hubieras dicho que estabas ocupado y venía otro día, babo. Creo que es momento de dejarlos solos.