Capítulo II
No se dio cuenta de lo que llevaba en ella hasta que sin piedad alguna, la tiró al piso de su habitación. La mochila que creyó, era normal, acababa de chillar sin remedio alguno.
Y para Isaac, al que aún no se le había disipado la cólera, fue como una sorpresa más en el día. No es muy común que tu mochila profese algún ruido.
Con el ceño fruncido abrió el cierre de su mochila para que saltara a su cara un conejo blanco. ¿Qué mierda hacía eso ahí? No lo sabía. Parecía otra mala broma del cielo, primero se enteraba de la traición de las únicas personas en las que confiaba, y ahora corría el riesgo de morir asesinado por su madre a causa de tener un animal en la casa.
Y bien, no podía hacer mucho, el rubio chico cogió al conejo en sus manos, y al notar su suave pelaje no pudo evitar acariciarlo.
Relajó sus músculos cuando el animal se posicionó entre sus piernas y comenzó a ronronear. Suspiró con pesadez, no podía creer lo que le había ocurrido. Lilith, la única en la que de verdad había confiado y depositado su amor... Con su mejor amigo, ambos siendo cubiertos por su otro mejor amigo. Todos ellos lo habían traicionado, se habían burlado, le engañaron, seguramente se reían de él seguido pensando en los cuernos que le habían plantado. Cuando se comenzó a tensar nuevamente, mientras temblaba de ira, el conejo que había encontrado en su mochila le mordió el dedo por haber sido brusco. Por instinto, alejó su mano seguido de un grito de sorpresa.
—Conejo de mierda, ¿Qué te pasa?
Este sólo pegó un salto y se alejó un poco del chico. Isaac miró al pobre animal sintiéndose una basura.
—Perdón...
Se estiró hacía la bola de pelos y le tendió su mano para acariciarlo. El animal aceptó y se dejó agarrar por él.
—Supongo que no eres tan malo... Pero igual llegaste de la nada, como un demonio...
El conejo ronroneó nuevamente entre sus manos e Isaac se sintió relajado.
—Tal vez te llame... Como... Belcebú...
Mientras, en otra parte de la misma ciudad, había un desesperado chico castaño intentando encontrar a su mascota.
—Bloop, amigo, ¿Dónde estás? ¡Bloop! —Jeremy susurraba entre las aulas vacias de su escuela. No podía creer lo que le había pasado, ahora su conejo ya no estaba y su hermana lo mataría.
Con él, estaba Melisa, quien se había enterado y le había ayudado a buscar mejor al animal, sin éxito.
Luego de media hora más buscando, la desesperanza fue inminente.
—No aparecerá...
Jeremy lo sabía, el mundo quería verlo sufrir. Por eso, no encontraría a Bloop, y su hermana y padres lo querrían castrar de por vida.
Pero luego de al fin darse por vencido, y renunciar, al llegar a casa supo que lo mejor sería hacer como si nada hubiese pasado. Él nunca supo cómo el conejo desapareció. Él no sabía NADA.
Y eso fue suficiente. Porque gracias al cielo, su hermana no estaba, y al preguntar por ella, su madre le dijo que se quedaría a dormir el fin de semana de unas amigas. Maravilla del señor, al fin habían escuchado sus plegarias.
Tenía hasta el domingo a la noche para encontrar el conejo antes de que Ruby notara su ausencia. Todo estaría bien, sólo debía... Encontrar alguna forma de solucionarlo.
Sus pensamientos fueron cortados cuando su celular vibró, llamando su atención. Un whatsapp nuevo.
Ignoró los mensajes de Melisa, los cuales sabía que dirían cosas como "ya lo encontrarás" o "Tal vez puedas comprar uno igual", para entrar en el chat más reciente.
Theo Escuela:
Ey, amigo, cambie de lugar con Isaac
Los tres lo hablamos
Y...
Yo haré el trabajo con Nix
No hay problema no?
No, claro que no
gracias por avisar √√
La cabeza del chico viajó hasta los motivos del cambio de compañero, pero luego de unos segundos, se dijo que no importaba. De todas formas, él tendría que hacerlo todo.
Nunca había hecho un trabajo con él, en realidad, muy pocas veces había intercambiado palabras con el rubio. A Jeremy le ponía nervioso, porque no sabía cómo sería. Aunque no debería estarlo, ya que sabía que no se verían, sólo él haría el informe y asunto terminado. Claro, eso pensó hasta que Isaac le habló.
Al parecer, él tampoco sabía que habían cambiado de compañeros, pero realmente no le importaba. Cosa que resultó inusual para Jeremy, ¿Que no era el mejor amigo de Nix?
No hablaron mucho, pero cuando Isaac dijo que cuándo se juntarían, Jeremy no pudo salir de la emoción. ¿Cómo? ¿No iba a tener que hacerlo todo él?
"No soy desconsiderado como Theodore, yo voy a ayudarte con el informe..."
Ese mensaje no dejó de pasar una y otra vez en sus pensamientos. Era la primera vez que alguien hacía equipo con él por mucho tiempo, y no sabía cómo reaccionar.
"Entre más antes sea, mejor"
Y así fue como Jeremy tuvo que organizar juntarse ese mismo domingo.
Ahora sólo tenía el sábado para buscar a Bloop, y no perdería el tiempo. Comenzó a editar una imagen con la foto del conejo y un "Se busca" grande. Alguien lo había encontrado, si es que ya no había muerto, y debía hallarlo.
A no ser, que mejor comprara uno nuevo, ¿No?
Porque no quedaba opción, su mascota podría no estar, o nunca aparecer, y él necesitaba urgente un plan B, el cual, era comprar otro conejo. Y así creyó que se podría solucionar todo, al día siguiente iría a comprar un conejo nuevo y listo, no se preocuparía. Eso esperaba.
Pero de todas formas, debía buscar al original, ¿O no?
Creyó que tal vez alguno de sus compañeros había visto al conejo, tal vez se lo había llevado, tal vez alguno lo tenía consigo. Creyó que si le preguntaba a alguno, sabría si alguien había hallado al pequeño animal.
Tomó su celular y llamó a uno de sus compañeros, luego de unos tonos, atendió.
—¡Ey, Jeremy! ¿Qué pasa amigo?—Le acababa de llamar amigo, y eso provocó una mueca en su cara. Ni siquiera sabes mi segundo nombre pensó él.
—Oye, escucha, necesito que le preguntes a los chicos si no vieron en clase un conejo, hoy en la mañana el de mi hermana se metió en mi mochila y lo he perdido. Si ella se entera, me matará...
—¿Un conejo?
—Sí...
Se hizo un silencio hasta que se escuchó una risa.
—Bueno bro, les preguntaré a los chicos, pero yo me dejaría de vueltas y ps haces como si nada, a fin de cuentas es su mascota, no tuya, no sé por qué te preocupas... —Y volvió a reír. Él no entendía la carga emocional que tenía con ese animal.
Claro, nunca admitiría lo mucho que él quería a Bloop. Pero siempre fue quien estaba con él cuando nadie lo hacía. Su único, real y sincero amigo. Cuando estaba triste ahí aparecía él, pidiendo que le acariciara. Cuando se aburría, Bloop era capaz de entretenerlo. Sus celestes ojitos eran lo primero que veía cada día al despertar, no podía alejarse de su mascota.
Pero, él no había muerto, todavía estaba vivo, Bloop ya aparecería.
Jeremy se tiró en la cama, quería creer que todo estaría bien. Ya era tarde, y mañana iría a comprar el conejo sustituto. Ahora se llamaría Bloop Tercero, genial.
Cerró sus ojos con su celular en mano, luego de aquella llamada lo único que quería era desaparecer.
Isaac estaba en las mismas. Se había quedado dormido mientras acariciaba el conejo y despertó bastante tarde. Sus ojos pesaban y sabía que había soñado alguna pesadilla.
No podía aguantarlo, no cuando había perdido lo que tanto quiso. Y nadie estaba ahí para apoyarlo, sólo tenía una maldita bola de pelos acurrucada en sus piernas. Pero, más allá de eso, nadie estaba ahí.
Tomó su celular, antes de quedar dormido había hablado con el chico raro de su curso luego de que sus amigos intentaran reconciliarse y terminaran diciéndole que se harían el trabajo juntos. Así que Isaac había terminado con Jeremy, el rarito.
No, no es que pensara mal de él, pero dentro de todo el curso, él era el más peculiar. Tal vez por su gorro, porque lo único que sabía de él es que a veces usaba ese gorro con orejas de osito que tan infantil le resultaba. ¿Con dieciséis años y aún usando gorritos de osos?
Igualmente, eso no importaba. Como no confiaba en él, no dejaría que hiciera todo solo. Porque aunque todos creyeran que el rubio no hacía nada en clase, en realidad, Isaac era el único que ayudaba a Theo y a Nix a pasar de curso cada año.
Y ahora ellos le habían traicionado, ¿Así se los agradecía?
Tal vez fue el sentimiento de soledad, de dolor, lo que le hizo escribirle a Jeremy, tal vez fue porque no había nadie con quien hablar, pero dentro de su cabeza, lo único que quería era descargarse.
El celular del castaño vibró en su mano, despertándolo. Un mensaje a la una de la madrugada.
Isaac esc:
Oye, estás despierto?
Ey
Jeremyyyy
Eeeeeyyy
:)
:)))))
Qué pasa?
Al final no puedes juntarte?
Sabes que puedo hacer yo solo el trabajo si quieres...
No tengo problema.
Isaac esc:
Eh?
No es eso
Estaba aburrido...
Leyó eso último intrigado.
Y por qué no le hablas a tus amigos...
No es que no quiera hablarte
No me molesta
Pero es raro
Porque nunca me has hablado antes.
Isaac esc:
Peleé con ellos...
Oh... Lo lamento
Por qué pelearon?
No quería ser metido en el asunto, pero si no quisiera contarle, no me estaría hablando, ¿o no?
Isaac esc:
Encontré a mi novia con Phoenix...
Ex novia*
Oh... Eso debe doler
Isaac esc:
Sí...
Sabes? Es horrible
Porque yo confié en él, en ella, y me hicieron esto
Digo, no es como si fuera el mejor amigo
Pero él sabía que yo de verdad la quería...
Y ahora lo perdí todo...
Bueno, creo que sé cómo te sientes
No perdí a un amigo,
ni tengo pareja
Pero perdí algo especial
Y no quiero aceptar que no volverá
Pensé en reemplazarlo
Pero creo que será imposible
Mirale el lado bueno,
Al menos tú si tuviste alguna vez pareja.
Isaac esc:
Sí, y es una mierda
Todo muy bonito hasta que te mienten
Ahora siento que no valgo nada...
Tan mal novio seré?
Oye!
No creo que sea así,
si no te supo valorar,
será su problema,no?
A lo que voy es que
No te dejes pisotear por ella
No dejes que una mujer te destroce
Ya encontrarás a la indicada...
Supongo que mientras tanto
A esperar...
Isaac esc:
Sí gracias Jere
Supongo que tienes razón
Ellos no fueron amigos verdaderls
Y ella se equivoco
Y yo ya encontraré buenos amigos
Así se habla!
Pues, yo debo dormir...
El domingo nos vemos
Adiós
Isaac esc:
Sí, bye
El rubio suspiró y dejó el celular en su mesita de luz. Pensaba en aquella charla, tan... Extraña.
Había dos cosas que eran completamente seguras, primero, que aquel chico definitivamente era raro, y segundo, que Isaac lo era más.
Jeremy luego de aquella conversación quedó nuevamente dormido.
Y por la noche no tuvo más remedio que soñar con Bloop. ¿dónde estaba él ahora?
Al día diguiente, se levantó sin ánimos y apenas puso un pie fuera de su cuarto, supo que debía comprar el conejo sustituto.
Encontraría otro conejo más que haya sufrido de una operación para sobrevivir, Bloop Tercero.
Y es que era complicado encontrar uno parecido, Bloop segundo era único.
Y tan irreemplazable que le hizo recordar a la conversación de la noche pasada.
Lilith nunca podría ser reemplazada. Eso bien lo sabía Isaac. Porque ella fue la que le dio las fuerzas para seguir adelante.
Habían estado juntos desde hacía dos años, se amaban, o eso creía él, hasta que vio lo que vio.
Lilith era una chica flaca, baja y con buen cuerpo. De cabello anaranjado, y ojos verdes amarillentos, un amarillo que llamaba extremadamente la atención del rubio. Isaac amaba todo de ella, su forma de vestir, de hablar, de caminar, sus sonrisas y sonrojos. Sus besos, sus toques, todo.
Para ser sincero, él la quería mucho.
Pero bien sabía que eso pasaría.
Hacía mucho que ellos habían dejado de funcionar como pareja. Hacía un año todo se había vuelto tan tenso que creyó que ahí terminarían. Y cuán arrepentido estaba de que no fuera así, porque entonces no habría sido engañado, y dolería menos.
Se quedó encerrado en su cuarto todo el día, jugando a la play. Sabía que mañana tendría aquel trabajo práctico, pero su ganas de vivir eran tan pequeñas que ni siquiera quiso levantarse a buscar información y prefirió seguir jugando.
Jugar en solitario era algo que Isaac hacía seguido, cuando se hartaba de las misiones y prefería ir a su ritmo. Porque Isaac no soportaba que lo atrasaran, y más en lo que más era bueno. Pero, por alguna razón, ese día, jugar solo fue tan deprimente que deseó que al menos alguien jugara con él. Ni Nix, ni Theo lo harían. Más bien, él no quería, porque ellos habían intentado "amigarse", pero Isaac no quería verlos ni en figurita. Ni a ellos ni a ella.
Mientras para él fue una tarde deprimente y aburrida, en la de Jeremy las emociones pintaban de colores.
Despertó temprano, debía ir a una granja donde por Internet vio que vendían varios conejos. Para eso, tuvo que convencer a su mamá de que saldría a pasar el rato de Melisa, obviamente, la rubia fue avisada de esto, y cuando la madre llamó a la media hora de que su hijo se fuera, Melisa fue tan simpática de decirle que todo estaba bien y que solo "jugaban". Jeremy iba sentado en el tren que lo llevaría a su destino. Iba con el gps activado en el celular por si acaso, y muchas ganas de llegar y terminar todo de una maldita vez.
El tren no iba muy lleno, y circulaba un poco más rápido de lo normal. Para cuando supo que debía bajar, la voz monótona de una señora resonó en todo el vagón y las puertas se abrieron.
Bajó con un abrasador sol frente su rostro. A pesar de estar en diciembre y del frío, la nieve habitual se había disipado a causa la reluciente bola de calor que brillaba a millones de kilómetros luz. La energía del sol fue capaz de derretir la nieve de la noche, y dejaba un hermoso paisaje a la vista de Jeremy, el cual, a paso rápido, intentaba no perderse.
Y lo logró. Tocó timbre a una humilde casa, se notaba que tenían un patio extenso y amplio. Pudo también notar el olor a animal y escuchar una que otra gallina chillar.
Esperó pacientemente hasta que una niñita de cabellos negros abrió la puerta, para luego cerrarla de golpe y escucharse un "MAMÁ hay un señor en la puerta". Algo se rompió dentro de él al escuchar la palabra "señor".
Una mujer joven abrió esta vez, sonriendo cansinamente.
—H-hola... ¿Eres el del mini lop?—preguntó.
Ciertamente, Bloop era un mini lop blanco.
—Sí, me dijeron que tenían varios...
—Claro, pasa, están en el patio de atrás.
Y entonces, Jeremy entró a la desordenada casa. Él no era experto en limpieza y no era la persona más pulcra, pero se notaba con exactitud que a pesar de los esfuerzos de la mujer, su hija no dejaba de regar sus cosas por todas partes. Crayones tirados por doquier, hojas dibujadas en el piso, algunas siendo pisadas; vestidos, coletas, juguetes y muchas más cosas. Jeremy se dedicó a no ver ni prestarle atención al asunto, aunque la mujer no.
—Perdona por el desorden, Nathalie no está acostumbrada a estar aquí. Sígueme... —comenzó a caminar hacia la parte tracera, pero frenó en seco— oh, lo siento, ¿Dónde están mis modales? Soy Rebecca, un gusto —Le tomó de la mano con un gesto de atención.
—Igualmente... Yo soy Jeremy.
—Bueno Jeremy, sígueme.—Fue guiado hasta una puerta de la casa, al abrir se encontró con un gran patio, y a unos metros una pequeña construcción de madera, de apenas un cuarto. Rebecca lo llevó hacia aquel lugar, y al entrar, los ojos de Jeremy se abrieron sorprendidos.
Más de diez mini lop saltando de un lugar al otro. Dos eran dorados, uno negro, tres marrones, y el resto, blancos.
—Tenemos estos, dijiste que buscabas uno blanquito, por el momento tenemos cuatro.
Jeremy se agachó para tomar a uno entre sus manos. Tenía manchas marrones, lastimosamente, en la cara.
—Necesito uno que sea totalmente blanco... Y que tenga una mancha pequeña en el lomo.
—Qué exigente... —Rió la mujer.
—Sí... Sucede que el conejo de mi hermana murió y me mandaron a buscar uno parecido. —mintió Jeremy.
—Oh, ya veo... Lo más parecido que tenemos es a este de aquí.
La mujer le extendió un mini lop blanco, y con dos manchas: una en su patita trasera y otra en la parte baja de su lomo. Y para Jeremy no hubo más vueltas, se llevaría ese.
Luego de pagarle a la chica y pedirle dónde llevar el conejo mientras iba en el tren, él estaba sentado con una caja en sus manos, donde se encontraba Bloop Tercero.
Iba algo preocupado. ¿Y si su hermana notaba que no era el mismo? ¿Y si sus padres lo hacían?
Había gastado de su dinero para poder seguir vivo en aquella casa, esperaba que no fuera en vano.
Le tomó una hora llegar nuevamente a su casa.
Estaba cansado, y lo único que quería era tirarse en su cama. Tomó su celular y le mandó un mensaje a su amiga.
Meliiii
Ya conseguí el reemplazo.
Es bastante parecido
Espero que no se den cuenta.
Meli<3:
Oh! Genial!!!
Manda foto!
Jeremy le tomó una foto a la caja y se la envió, sin esperar una respuesta, bloqueó su celular y llegó a su casa.
Nota de la jodida autora:
Sí, me he tardado mi tiempo, lo sé... Tengo mis razones por las cuales no publiqué antes, pero eso dudo que les importe, así que, aquí queda el capítulo con tres mil endemoniadas palabras xD
Fue muy complicado editar los tipos de letras en las conversaciones de WhatsApp, ya que de alguna maldita forma, Wattpad elimina esas cosas cuando guardo los borradores... Por lo tanto, si hay algún error sobre esto, espero sepan disculparme, a la vez, que en el capítulo anterior, los guiones de conversación se volvieron pequeños, cuando yo prefiero y utilizo siempre los largos (- / —), pero como nuevamente Wattpad tiene un problemilla en tanto a cambiar tipos de guiones, espero que no les cause mucho disgusto a la hora de leer, si es que vuelve a suceder.
Muchisimas gracias por leer, y espero que les haya gustado la historia, o lo que hay de ella por ahora.
Los saluda
DFAbril
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro