12.
Desde que hizo su pregunta nadie le respondio, solo vio como sus papás se quedaban mirando entre ellos sin saber que decir. Creyó haber dicho algo malo, pero él no quería dejar a su hermano solo en Francia y ellos viviendo en Grecia.
- Lo siento.
Susurro, esperaban que no se enojaran con él, generalmente cuando lo hacían se quedaba en su habitación sin posibilidades de salir a jugar con Shion pero esta vez no sabia como vendría el castigo.
- No te disculpes cabecita de alga, no hiciste nada malo.
Zaphiri le acariciaba la cabeza, tratando de quitar esa carita de perrito regañado. Ahora estaban en la habitación que ocuparían mientras estuvieran en la casa de Itia. Era obvio que su pequeño hijo pregunto eso porque temía dejar a Mystoria solo, cosa que no harían jamas, solo debían encontrar una solución. Vio a Krest por el rabillo del ojos su enanito no se veía tranquilo de hecho parecía que retrocedió en el tiempo a cuando recién asimilaba la perdida de su bebé.
- Dégel, ve a jugar con Sisifo, tu mamá y yo tenemos que hablar.
- Sisifo esta durmiendo.
- Demonios...- quiso disimular su frustración sin éxito, no quería hablar de ese tema tan delicado frente a su hijo. Solo le quedaba una opción, ojala su abuelo no se enojara.- Escuchame mocoso, cerca de la habitación de mi abuelo, hay una biblioteca llena de libros.
- ¿¡De verdad!?
- Si, ve a buscarla...- antes de que pudiera terminar la frase Dégel salio corriendo en busca de esa biblioteca- ¡No le digas a nadie que yo te dije!
Sonrió un poquito, ese niño se parecía demasiado a su madre, con el mismo gusto por los libros desde pequeños. Escucho su nombre salir a penas de los labios de Krest, sospechaba que si esa conversación no salia bien una pelea seria inevitable, era lo menos que quería.
- ¿Que vamos a hacer?- esos ojitos azules lo miraban con un sentimiento que no logro descifrar- No quiero negarle ese regalo a tu abuelo, no quiero que piense que somos unos malagradecidos cuando es todo lo contrio...
- ¿Pero?
Para ese momento ya estaba sentado a su lado, sin tocarlo por más que quisiera.
- Pero... tampoco quiero irme de Francia, no quiero dejar a mi hijo solo. Sé que desde hace mucho tiempo quieres volver a Grecia.- levanto la vista solo para ver a su bicho con cara de sorpresa- si me di cuenta, por las veces que te mencionaba a tu familia francesa te ponías serio.
- Sabes que ese hombre engaño a mi madre, y su familia lo cubrió, ¿Como los voy a querer ver después de eso? Estoy detestando el apellido Labelle en este instante.
El silencio los rodeo, Zaphiri intentaba calmarse, era un asunto mucho más importante el que estaban tratando ahora.
- Krest, si no te dije antes esto de querer volver a Grecia es porque sé que eres muy apegado a tu familia, Dégel tiene todos amigos ahí, y además que nuestro niño tambien esta allí, no quería separarlos de nadie por mas que yo quisiera volver a mi país natal.
El silencio los volvió a rodear, sintió la cabeza de Zaphiri en su hombro izquierdo, con su mano comenzó a acariciar los cabellos negros. Sabia que también estaba buscando una solución ambos querían cosas diferentes pero tampoco querían obligar al otro a hacer su voluntad. Sintió el peso de la culpa caer otra vez sobre sus hombros, si no hubiera perdido a uno de sus hijos no tendría que pasar por ese dilema, simplemente se vendrían los cuatro a vivir a esa bella casa griega, después de todo su familia lo entendería.
- Krest, hay una opción pero sé que no te va a gustar.- tiro su pelo sin darse cuebta al enterder a lo que se refería- ¡Au, eso me dolió!
- ¡La exhumación no es una opción, ni creas!
Se separo de repente dejando caer a su esposo en la cama. Debía salir de ahí. Nunca en su vida había visto una y no quería que la de su hijo fuera la primera. Se dirigió hacia la puerta, no deseaba tener a Zaphiri cerca en ese momento. Sin embargo no pudo evitar que él lo abrazara por la espalda apretandolo contra su cuerpo, tratando de controlar los pataleos desesperados por soltarse. Se rindió cuando se dio cuenta de que no valía la pena pelear por soltarse contra un ex boxeador.
- Calma.- aflojo un poco su agarre- Lo siento, fue una idea fatal lo sé. Es solo que de verdad me gustaría volver a vivir aquí, con ustedes con nadie más. No me quiero separar de ustedes.
- Nosotros tampoco queremos separnos de ti... tampoco me gustaría obligarte a quedarte en Francia...
- Oye, primero esta mi familia, osea tu, Dégel y Mys. No dejaremos a nadie atrás ¿De acuerdo?
- ¿Que vamos a hacer?
Estaban como al inicio de la conversación, ninguno de los dos tenia muy claro que hacer, solo tratar de que fuera lo mejor para todos.
- Que te parece, si ocupamos esa casa solo en las vacaciones, ¡Los invito a conocer cada rincón del lugar donde nací!
Solo obtuvo como respuesta las heladas manos de Krest sobre las suyas, supo que eso significaba un si. Era mejor así, perdían mucho más viniendo a Grecia que quedándose en Francia, aunque no le gustara, pero no deseaba hacer sufrir a su pareja de nuevo con el tema de su hijo.
La puerta se abrió de repente asustandolos a los dos. Lograron ver entrar a Itia en una silla de ruedas empujada por una enfermera, y en sus brazos a su pequeño terremoto profundamente dormido. Krest no tardo en tomarlo en brazos, para llevarlo a la cama.
- Zaphiri.- el mencionado sintió un escalofrío al escuchar su nombre de los labios de su abuelo.
- ¿Si?
- Encontré a su hijo en mi biblioteca, ¿Tu le dijiste donde estaba?
- Que cosas dices viejo, claro que no.
Itia lo quedo mirando era obvio que no podía mentirle a él por más que se esforzará, le hizo una seña a la enfermera para que lo llevara de vuelta a su habitación, pero antes de salir el mismo la detuvo.
- Dile a Dégel que sera toda suya cuando yo no este.
- Claro... un momento ¿¡Qué!?
🍎
Menos mal que estos dos se conocen bien sino las cosas hubieran terminado muy feas.
En el próximo capítulo daremos un salto temporal bien grande 😅
ScorpioNoMilo.💕
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