3. Haciendo la colada
—¿Ésto cómo va?
—Las prendas oscuras por un lado, las blancas por otro, los colores vivos con sus respectivos tonos...
—Debería hacer esto más a menudo.
Zarbon rió asintiendo. Si no hubiera estado allí, de seguro que Dodoria lo habría metido todo a la vez.
—¡Las cosas delicadas van a parte también!
Dodoria se sobresaltó ante el repentino grito que le hizo tirar al suelo la ropa que tenía en las manos.
Sin embargo, lejos de enfadarse, ambos se echaron a reír. Otra cosa sería si ese grito hubiera ocurrido tras la catástrofe, pero dado que no había sido así ninguno de ellos tenía razón para enojarse por ello...
—Entonces... —Dodoria mostró su manos con las palmas juntas... Y las separó mostrando una de las tantas piezas de lencería del peliverde —. ¿Esto va a parte también?
El rostro de Zarbon se sonrojó por completo, arrancándole de las manos su ropa interior y le dió una mirada recriminatoria.
—No estamos en casa —masculló mirando a los lados, cerciorándose de que el resto de clientes de la lavandería no se había dado cuenta de aquello —. Compórtate.
Al final, Dodoria terminó sentándose en los asientos para esperar mientras veía a Zarbon hacer toda la colada... Y le miraba de forma divertida cada vez que el peliverde le dirigía la vista, consiguiendo que volviera a enrojecer e intentara ignorar el calor que comenzaba a sentir mientras siguieran allí...
234 palabras
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