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Capitulo 2; No me olvides.

"Prometí quererte para siempre,

Y era cierto no había dudas en mi mente.

Si el destino tuvo planes diferentes

y te vi por accidente."

       Camila; perdón.


(...)

Cuando a la edad de seis años sus exámenes dieron como resultado "omega" no le importó, es más se prometió a sí mismo se mejor incluso que cualquier alfa, que sería alguien increíble y admirado por todos.

Antes a edad, de cuatro años en el jardín de niños conoció a un dulce peli-verde que siempre estaba con el. Lo llamaba "Deku" por su nombre que una vez lo confundió, pero se excusó diciendo que le había dicho así por torpe.

Y el mote quedó, solo él podía llamarle Deku.

Un día después de que revisaran los exámenes, estaba en el parque jugando con los demás niños.

—¿Y tu qué eres, Katsuki? - preguntó aquel pequeño beta de cabello negro y un poco largo.

—¡Omega! - exclamó con orgullo.

—No pareces uno. -  esta vez hablo otro niño más robusto y de cabello marrón. — tienes más manera de alfa, ¿seguro que no fue una equivocación? - preguntó.

El peli-cenizo se encogió de hombros restándole importancia.

—No sé y la verdad tampoco me importa, ¿han visto a Deku? - le pareció raro no encontrarlo ya que siempre que iba al parque él estaba también allí.

Los demás niegan con la cabeza, no habían visto al peli-verde en todo el día, quizás estaba enfermo y no pudo salir, fue lo que pensó el omega.

El lunes en el jardín de niños cuando estaban jugando, el peli-verde aparece con semblante decaído, le extrañó eso ya que siempre es alegre y sonriente.

—Oí, Deku. - el peli-verde estaba sentado en el suelo y dibujando algo en una hoja de papel, no le prestó atención. — ¡oí!, ¡tonto te estoy hablando!

El otro da un salto en su puesto por el susto y rápidamente cubre con sus pequeñas manitas el dibujo que estaba haciendo. Voltea a ver a Katsuki que lo estaba mirando con el seño fruncido, con obvia molestia.

—¡K-kacchan!, ¡perdón no escuché lo que decías! - se excusa nervioso.

—¡Ya da igual!, ¿qué estás escondiendo? - no era tonto sabía que el peli-verde estaba tratando de que no viera la hoja.

Derrotado suspira y alza su hojita mostrado un dibujo a medio pintar, en el aparecían dos muñequitos con malos trazos propios de un niño, en lo que se refería un lugar de juegos, pero por no estar pintado bien no se asemejaba, aún.

—¿Qué es eso? - pregunta sosteniendo el dibujo.

—Un dibujo. - le responde inocente para después llevarse un golpe por parte de su amigo.— ¡Dolió! ¿Por qué me pegas?

—¡Ya sé que es un dibujo, tonto! Lo que quiero saber es, ¡Qué has dibujado! - le jala un poco la mejilla mientras le habla.

—¡Duele! - se queja, más no se aparta.— ¡Somos tu y yo en el parque! - lo suelta y vuelve a mirar el dibujo con detenimiento, ve que uno de los muñequitos tiene los cabellos parados como un erizo y el otro tiene el cabello a medio pintar de color verde. Si eran parecidos a ellos dos... Un poco.

— ¡Está horrible! - exclamó Katsuki en broma, pero haciendo entristecer a su amigo.

—Un poco, aún no está bien coloreado, pero lo voy a mejorar. - toma la hoja y se vuelve a sentar con lo colores.

—¿Por qué tanto empeño con ese tonto dibujo? - bufó y se acercó por encima del hombro del peli-verde a mirar como lo terminaba.

—Porque, es para ti - dijo con sinceridad, eso hizo sonrojar al de ojos rojos.

—¿Por qué? - volvió a preguntar.

—Porque... Será como un recuerdo. - Katsuki vió como se puso triste y los ojos se le llenaron de lagrimas.

—A ver Deku, ¿Cómo que un recuerdo? - estaba confundido y no entendía nada.

—Mamá... Dice que nos mudaremos de la ciudad.- Katsuki aún siendo un infante de seis años sabía lo que eso significaba.

—¿T-te irás? - pregunta y el peli-verde le responde moviendo su cabeza de arriba a abajo lentamente.— ¡¿Por qué?!

—Mamá dice que es por su trabajo. Yo no quiero irme, pero aún soy muy pequeño para cuidarme solo. - para ese punto Izuku ya había empezado a llorar, siempre había sido muy sensible lloraba por todo y esta vez no era le excepción. — por eso... Quiero dejarte un recuerdo, para que no me olvides. - se secó con sus manitas la cara y siguió en su dibujo.

Katsuki no le dijo nada y solamente lo dejó trabajar tranquilo. Quedó con la frase en su cabeza, "quiero dejarte un recuerdo, para que no me olvides" el también quería darle un recuerdo a su amigo, pero no sabía que darle.

A Katsuki le gustaba pasar tiempo con su amigo, siendo sincero se sentía más cómodo con él que con cualquier otro, también aveces también se siente extraño, como cuando una niña bonita se le acerca para jugar con él le molesta.

Siempre que pasaba eso hacía hasta lo imposible para que se fuera.

Suspiró derrotado, dejaría trabajar tranquilo a su amigo en su dibujo, el pequeño Katsuki se sentó a una corta distancia para verlo.

El día pasó muy rápido para katsuki, a la hora de salida cuando las mamás vienen por sus hijos, los dos pequeños estaban en la entrada.

—¡Kacchan!- lo llamó.— Mamá dijo que iríamos más tarde a tu casa... Para despedirnos, voy a terminar el dibujo y te lo entrego ahora ¿si?- Katsuki asintió sin responder, la madre de Izuku llegó por el y se despidió alzando su manita.

Su mamá también había llegado, se subió al auto para irse, en el camino de regreso a casa el pequeño cenizo solo miraba por la ventana hacia fuera sin hablar.

—¿Qué tienes mocoso?, estas muy callado. - el omega que estaba mirando por la ventana dirije la vista a su madre.

—Deku se va a mudar. - su madre lo mira por el espejo retrovisor con una mueca de tristeza.

—¿Ya te lo dijo?- el pequeño frunce el entrecejo y la mira con desconfianza.

—¡Lo sabías vieja bruja y no me lo dijiste!- le reprocha a la omega mayor que se le marca una vena en la frente.

—¿¡A quién llamas vieja bruja, mocoso!? ¡Y si no te lo dije fue porque mi también me lo dijo Inko ayer por la noche! - empiezan una pelea de gritos por partes de ambos que duró todo el trayecto hasta su hogar.

Ya en su casa, Katsuki pasó directamente a su cuarto ignorando los gritos de su madre.

Una vez en el cuarto buscó por todos lados algo para regalarle al pecoso. Desordenó toda su habitación buscando algo que sea de su agrado, cuando ya estaba por rendirse vió un muñeco de su serie favorita -que también era la del pecoso-, Mi Academia de Héroes.

Ese muñeco de risa escandalosa y sonrisa gigante, era el héroe principal de tal serie. Aún estaba en su caja sin abrir, ese sería el regalo perfecto, ya que ese héroe llamado All Migth era el favorito del peli-verde.

—¿¡Qué es este desorden Katsuki!? - su madre gritó de improviso asustándolo un poco, ¿en qué momento entró? — ¡Arregla rápido este chiquero qué en un rato vienen Inko e Izu-chan!

—¡No me grites bruja! - le gritó mientras colocaba el juguete en su mesa de noche y se dispuso a levantar el desorden del suelo.

—¡No me digas "vieja bruja" y apúrate! - salió del cuarto dando un portazo.

—Ni mi digis viiji briji.- imitó con voz chillona a su madre mientras recogía el desorden.

Terminó todo justo a tiempo, escuchó como el timbre de la puerta principal sonaba, se alarmó y buscó el juguete para meterlo en una bolsa de papel color azul, era un regalo improvisado así que no pudo haber echo algo mejor.

Lo dejó sobre su cama y fue corriendo escaleras abajo para ver a las visitas. Izuku volteó hacia el para verlo, y le sonrió. Estaba vestido solo con un pantalon corto y una camisa manga corta con un estampado de la cara del All Might en ella.

Suerte de Katsuki que su mamá lo mandó-lo obligó- a bañar y no tenía puesto su ropa del jardín. El pequeño peli-verde tenía en sus manos una bolsa y el dibujo, pero estaba doblado así que no podía ver cómo quedó.

—¡Hola Kacchan!- saludó cuando se acercó.

—Katsuki lleva a Izu-chan a tu habitación para que jueguen mientras está la cena.- le dijo su madre, el rubio volteo hacia ella y éste le hizo una seña de compresión, ella quería que pasaran todo el tiempo posible juntos.

No era tonta, Mitsuki sabía el cariño que ellos se tenían y la mudanza iba hacer un golpe duro para los dos. Katsuki asintió y miró a su amigo de nuevo.

—Vamos Deku.- llamó y el peli-verde asintió para seguirlo.

Cuando llegaron a la habitación Izuku se sentó en el suelo con sus cosas en los brazos. Katsuki cerró la puerta y se sentó a su lado.

—¿Me lo darás o no?- preguntó el rubio al ver la indecisión del peli-verde.

—Pero, no sé si te guste.- se encogió en su puesto al sentir un golpe sobre su cabeza.— ¡Au! No me pegues.

—¡Tonto!,- exclamó katsuki.— ¡¿Después de que gastarás tanto tiempo en eso piensas no dármelo!?- Izuku hizo un puchero y bajó la cabeza.— ¡Sin llorar! ¡Dame mi regalo!

Extendió sus manos a la espera, Izuku sin más salida le entregó la bolsa y el dibujo, llevado por su curiosidad primero abrió la bolsa. Un conejo, un conejo verde esmeralda con orejitas largas y una chaqueta con rallas negras a los lados, los bigotes del peluche le hacía parecer como si tuviese pecas en las mejillas.

—¿No te gusta?- preguntó Izuku jugando con sus dedos, el rubio tenía un rato que solo miraba al conejo pero no decía nada.

Katsuki apartó la vista del peluche y miró a su amigo, después volvió a mirar al conejo.

—¿Cómo conseguiste un doble de ti en un peluche?- preguntó, esque el parecido era innegable.

Izuku lo miró un momento sin entender, y negó un poco confundido.

—Mamá me dijo que era buena idea, lo vimos ayer cuando salimos de compras, me gustó y quise dártelo junto al dibujo.- jugaba con sus deditos mientras hablaba, también tenía un pequeño sonrojo en sus mejillas.

Katsuki no le dijo nada y solo puso el peluche sobre su cama, después desdobló el dibujo para verlo, estaba mejor pintado y marcado, las cosas podían diferenciarse mejor.

Si eran ellos dos, estaban rodeados de columbios y un tobogán, los muñecos pintados estaban tomados de las manos y arriba de ellos había escrito. "Kacchan y Deku" a un lado y en letras más pequeñas había escrito. "Recuérdame siempre"

Un pequeño sonrojo se pintó en las mejillas del rubio, se levantó con el dibujo en la mano sin de dejar de verlo.

—¿No te gustó?- preguntó Izuku pensado que a su amigo le había parecido feo el dibujo y ahora lo iba a botar, pero no fue así.

Katsuki fue a la pared y buscó un lugar en donde colocarlo, con un poco de cinta adhesiva que sacó de su bolso, pegó el dibujo en la pared que estaba al lado de su cama.

Izuku sonrió al ver lo que había echo el rubio. Katsuki antes de bajarse de la cama tomó algo de ella y volvió al puesto en el suelo al lado del peli-verde.

—Yo también tengo un regalo para que no me olvides.- le dijo entregándole la bolsa, al peli-verde se le iluminó la cara y agarró con ánimos el regalo.

Abrió la bolsa de papel con cuidado y sacó la figura de All Might de ella, lo miró un momento y después la puso a un lado para poder tirarse encima de su amigo.

—¡Gracias Kacchan!- exclamó mientras lo abrazaba.— ¡Prometo que siempre lo voy a cuidar!

Katsuki no le respondió, pero le correspondió el abrazo, él no dejaba que lo abrazaran siempre o ser muy amigable, pero sabía que talves sería la última vez que lo pudiera hacer, no quería arruinar el momento.

Izuku dejado llevar por su emoción, volteó su cara a él y le besó en los labios, aunque fue por un accidente, porque él quería darle un beso en la mejilla pero no calculó bien la trayectoria.

El rubio sorprendido y avergonzado lo apartó de un golpe, Katsuki se tocó la boca con cara de asustado.

—¡¿Estás loco Deku?! ¿¡Acaso quieres cachorros!?- le preguntó entrando en pánico.

—¿¡Qué!?- exclamó el pobre peli-verde sin entender.

—¡Los besos traen a los cachorros!- dijo Katsuki parándose de su puesto, iba a cepillarse los dientes haber si así evitaba el desastre.

—¿No que eran las cigüeñas?- Katsuki volteó a él para verlo.

—¿Cigüeñas?- preguntó.— ¿No que eran lo besos?

—¡No!- afirmó Izuku.— un día le pregunté a mamá de donde vienen los cachorros y ella me dijo que las cigüeñas los traían.

—Ya veo,- dijo Katsuki volviendo a su puesto, izuku se le acercó.— así que son las cigüeñas y no los besos, ¡La vieja bruja me mintió!- exclamó herido.

—¿Tú mamá dijo que eran los besos?- le preguntó el peli-verde y el rubio asintió.— ¿Qué clase de besos?

Katsuki quedó en blanco, su mamá le había dicho que los besos traían cachorros pero no le dijo que clase de besos eran.

—¡Ni idea!- dijo al final, después volteó hacia el peli-verde y aprovechó que estaba distraído para darle un corto pico en los labios, Izuku se tapó la carita con las manos sonrojado.

Katsuki rió por su expresión, nadie podía ganarle en nada, ni siquiera en los besos, iba a darle otro pero Izuku al ver sus intenciones se apartó.

—¡Kacchan no podemos!- el rubio se confundió.

—¿Por qué?- preguntó, el peli-verde miró a los lados pensado en una respuesta.

—¡Porque eso lo hacen los adultos cuándo son pareja! ¡Así como tu papá y mamá!- Katsuki se cruzó de brazos eh hizo un puchero antes de hablar.

—¡Entonces tú y yo también seremos pareja!- lo señaló mientras le hablaba, Izuku se entristeció un poco ante lo dicho del rubio.

—No podemos, ¡Dos alfas no pueden ser pareja!- exclamó a punto de llorar, y ahora Katsuki estaba más confundido que antes.

—¿Qué dices? ¡¿Cómo que dos alfas!?- el rubio se acercó a él y lo tomó de la ropa para sacudirlo.

—¡Soy alfa!- Katsuki dejó de sacudir y lo miró sorprendido.— ¡Kacchan también es alfa!, ¿verdad? Por eso, por eso no podemos.

Katsuki no lo soltó de la ropa pero se quedó quieto pensado, eh Izuku creyó que incluso se repudiaría de haberlo besado, pero eso no pasó. Katsuki hizo algo que no vió venir, lo jaló de la ropa y lo besó de nuevo, el peli-verde quedó sorprendido.

Cuando lo soltó se apartó un poco de él para mirarlo, el rubio tenía un pequeño sonrojo en la cara junto con una sonrisa.

—Pfff...- Katsuki se rió de la cara de sorpresa que tenía, pero Izuku creyó que se estaba burlando de él y solo agachó la cabeza.— así que el complejo de niña es alfa.

—¡Lo digo encerio!- Izuku recogió sus piernas y escondió su cara en ellas.

Katsuki dejó de reírse y se paró para buscar en un cajón, del cuál sacó un sobre. Izuku alzó su cara para mirarlo.
El rubio se le acercó abriendo el sobre y sacando una hoja de papel blanca.

—Mira aquí.- señaló un parte en específico de la hoja, el peli-verde miró y abrió los ojos sorprendido.

De las tres casillas, A. B. O.
La casilla tachada era; Ø

—K-kacchan, eres...¿Eres Omega?- preguntó sin creerlo todavía.

—¿Estás ciego o qué?- molesto le dió otro golpe en la cabeza.— ¡Claro que lo soy!

Una pequeña sonrisa se formó en Izuku, tenía esperanzas aún.

—¡Kacchan!- chilló tirándose encima del rubio una vez más, por el impulso cayeron al suelo, el peli-verde quedando sobre su amigo.

—¡Quítate!- trataba de apartarlo pero el otro parecía una garrapata bien agarrado.—¡Deku tonto!

—¿Qué están haciendo?- se congelaron, los dos voltearon a la puerta en donde estaba Mitsuki mirándolos con una ceja alzada.

—Nada.- dijeron al unísono, Izuku se levantó y ayudó a levantar al rubio quien estaba un poco sonrojado.

—No importa, vamos a comer.- les dijo la mayor, asintieron y el peli-verde tomó al rubio de una mano y lo jaló para ir hacia abajo.

—Lo siento Kacchan, creo que me emocioné mucho.- le sonrió con un poco de vergüenza y el rubio solo chasqueó la lengua.

Pasaron la cena entre más risas y un poco de gritos, los Bakugo's rubios eran los que no podían hablarse sin ellos de por medio.

Después de la cena a la hora de despedirse Izuku subió de nuevo a la habitación del rubio para buscar su regalo que lo había dejado allí, Katsuki fue con él.

—Nos iremos mañana por la mañana.- comentó triste el peli-verde.

Katsuki no le respondió, también estaba triste sin saber que decirle a su amigo, pero se acercó y lo abrazó, Izuku un poco sorprendido le correspondió.

—¡Cuando no encontremos de nuevo estaremos siempre juntos!- le dijo Katsuki apartándose un poco de él pero sin soltarlo.

—¡Si!, Pero Kacchan, ¿Juntos? ¿Como una pareja?- preguntó, y el rubio asintió.— entonces significa que puedo besarte.

—¿Eh?- no pudo decir algo, Izuku se le adelantó y lo besó de nuevo en los labios, fue un beso pequeño e inocente.

—Cuando seamos pareja nos daremos muchos más,- le dijo alegre pero después se entristeció.— pero hasta entonces, no me olvides ¿sí?

Katsuki asintió, la voz de Inko les hizo saber que ya debían bajar.

El Omega aparentó se fuerte mientras se despedían e Izuku se fue en el taxi a su casa, cuando se fueron subió a su habitación y cerró la puerta con fuerza, se montó en su cama y abrazó al peluche que le había dado el peli-verde.

Mitsuki entró en el cuarto de su cachorro una hora después de que entró a encerrarse en el, se le partió el corazón al ver su cachorro tan orgulloso y explosivo echo bolita en su cama abrazando con fuerza a un peluche mientras tenía las mejillas brillantes.

Un sollozo le hizo saber que aún estaba despierto, se acercó a él acostándose al lado suyo, lo atrajo a más cerca y el pequeño se apegó a ella sin quejas con los ojos cerrados negándose abrirlos, no quería que su madre lo mirara de esa forma, pero tampoco podía negar que no le hacía falta alguien para que estuviera con él en ese momento. Suspiró llenando sus pulmones de el aroma calmado de su madre, abrazó con más fuerza al peluche dejando que el sueño lo envolviera. 

Quizás, solo quizás, su madre no era tan bruja como le decía.

Deseó que solo fuese un sueño, que al otro día en el jardín de niños estuviese el pecoso con su sonrisa esperándolo para jugar.

Tristemente, ni en el día que siguió, ni el otro, ni el otro después de ese. Su mejor amigo nunca llegó.

Pasó toda su niñez añorando encontrarlo, todas las noches dormía abrazando al peluche al que el mismo había llamado Deku jr.

Por las mañanas antes de ir a la escuela miraba el dibujo en su pared pensando en que si él también lo recordada aún. Sacudía su cabeza, claro que lo recordaría, el también le había dado algo para que no lo fuera a olvidar, sonreía triste ante ese recuerdo.

Y el tiempo solo pasó.

(...)

—¡Katsuki apúrate que se hace tarde!- gritó la señora Bakugou a su hijo, esa de mañana un día lunes y su cachorro tenía que ir a la secundaria.

—¡Ya voy bruja, no me grites!- respondió en un grito también, bajó la escaleras su cuarto apurado.

Ya había desayunado, así que solo tenía que irse, antes de salir su madre lo agarró dándole la vuelta para revisarlo, le olfateó el cuello.

—¿No te has sentido mal?- preguntó mientras le tomaba la temperatura con la mano.

—¡Ya deja de joderme con eso!- la apartó de un manotazo.

Su madre últimamente estaba muy al pendiente suyo, los Omegas entran en celo en un período de los 12 a los 18.
Y el ya tenía 14, era normal que se preocupara por eso, pero Katsuki sentía que era algo incensario, pues siempre cargaba en su bolso supresores por si acaso.

—¡Solo estoy revisando!- le dió un golpe en la cabeza, el rubio solo gruñó.— ¿Llevas los supresores contigo?

—Obvio que sí, ahora déjame irme. Si llego tarde es tu culpa.- su madre lo soltó, y le revolvió el cabello.

—Que tengas un buen día.- la Omega mayor le sonrió, era algo inusual que tuviera tan alegre pero Katsuki le restó importancia.

—Si, si lo que sea, ¡Ya me voy!- se despidió saliendo a la calle.

Mitsuki lo vió irse y sonrió, su hijo se llevaría una sorpresa al estar en clase, el teléfono en la cocina sonó y ella fue a contestar.

—¿Si diga?- habló y espero que la persona al otro lado de la línea le respondiera.— ¡Oh, Inko-chan!, Si ya se fue, ya quiero ver la cara del mocoso cuando llegue en la tarde.

Katsuki iba por los pasillos de la secundaria sin prestarle atención a los demás, el lugar le parecía estúpido, lleno de personas estúpidas.

—¡Bakugou!- justo como los idiotas que siempre le seguían.

Katsuki volteó hacia los dos betas y un alfa, uno de ellos era un poco gordo con el cabello corto y marrón. El otro beta era más delgado con el cabello largo y negro.
El alfa era un poco más grande que los demás, con el cabello negro y corto.

Katsuki solo chasqueó la lengua y siguió caminando.

—¡Vamos Bakugou, no seas amargado!- dijo el gordito.

—¿Qué quieren inútiles?- preguntó mientras caminaba al salón, los otros le siguieron.

—Nada solo saludar, no nos hemos visto desde que terminaron las vacaciones,- habló el de cabellos largos, pero Katsuki no le respondió.— por cierto. ¿Escuchaste lo del nuevo estudiante?

Se encogió de hombros, no le interesaba en realidad.

Llegaron a su salón y cada quien fue a su puesto, el profesor no tardó mucho en llegar.

—Buenos días,- saludó.— como ya deberían de saber algunos, un nuevo estudiante se nos unirá ente año, espero que todos lo traten bien.

Katsuki estaba más entretenido con su lapicero que con lo que decía el profesor.

—Bien, puedes pasar.- la puerta se abrió dejando entrar al nuevo, Katsuki miró de reojo y lo que tenía en su mano se le cayó.— preséntate.

Le dijo el profesor cuando estuvo al frente de todos.

—¡Buenos días!,- saludó sonriente.— Mi nombre es Midoriya Izuku es un gusto, espero llevarme bien con todos.- hizo una pequeña reverencia.

La clase entera comenzó murmurar una que otra cosa cuando se presentó. "Es guapo"  escuchó por allí de una niña. "¿De que escuela será?"  escuchó de otro lado.

Katsuki estaba en blanco, ¿Era él verdad? Claro que lo era, aunque era más mayor, tenía su cara llena de pecas, el cabello verde esmeralda igual que sus ojos, esa sonrisa boba justo como la recordaba.

El peli-verde lo miró, le sonrió y le dijo "estoy de regreso, Kacchan" en voz baja que sólo el oír.

Tenía un presentimiento, muchas cosas pasarían de ahora en adelante, pero no sabía si eran buenas o malas, solo sabía que estaban por venir.

(...)

"Cómo hechizo inquebrantable nos selló.

O talves fue como una maldición.

Me pesa este sentir dentro de mí.
Y dime, si en la ciudad me perderé porque aún vivo en el ayer.
Al mañana olvidaré."

       Given.

Segundo cap!!! De ahora en adelante pondré pedacitos de algunas letras musicales que según yo, quedan con el cap. :3

Espero les haya gustado.
👉👈😔

2/5. ;)

Zaorycast. ✨✨✨

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