Sus fosas nasales le dolían de tanto respirar y ni hablar de sus pulmones que se habían ejercitado más de la cuenta, logrando poder calmarse intentó pensar cómo continuar el resto de su día cosa que al parecer se le estaba complicando porque no podía pensar en otra cosa que no sea en los momentos que había vivido con el muchacho.

¡Excitantes!. Esa era la palabra que lo definía completamente, pasó una de sus manos acariciando su abdomen mientras cerró sus ojos y recordó el momento de la cercanía de ambos cuerpos, el calor que los envolvía a ambos y la electricidad que recorría cada vena de su cuerpo. Quería experimentar eso una y otra vez pero él no iba a rogar, o si?.

"¡Maldito chico problema!

¡Maldito enano!

¡Maldita cara sexy y pecosa!

¡Malditas manos grandes y fuertes!

¡Maldita sonrisa, debería ser ilegal !

¡Maldito cuerpo tuyo que me enloquece!

¡Maldito idiota por hacerme sentir eso y no hacerte cargo!".

Tuvo una conversación mental consigo mismo.

Aizawa estaba enfrascado en su mente de tal manera que no percibió que alguien ingresó al aula y en su rostro mostraba una pequeña sonrisa desquiciada.

—Oye, eres más raro de lo normal.¡Hombre hasta esa sonrisa que te cargas das miedo!,¡Joder!¿Acaso quieres matarme de un susto?— dijo Present Mic acercándose al escritorio.

—¿Qué demonios quieres?—preguntó mostrando el fastidio en el tono de voz.

— Decía si querías salir el sábado, nos vamos a reunir en el restaurante de Daiki va hacer su especialidad de pollo agridulce... Te vendría bien salir un poco. Digo para romper tu rutina— comentó el rubio con su tono de voz estridente.

— Ya veremos...en todo caso si voy llevaré compañía— afirmó Aizawa haciendo que el rubio lo mirara como si se lo hubiese salido otra cabeza más.

—¿Hablas en serio?, ¿Tú llevarás a alguien más?,¿Quién eres y qué le has hecho al aburrido y amargado de mi amigo?—preguntó el rubio mostrando una notable confusión en su rostro.

De la confusión pasó a la preocupación sabía muy bien Cómo era el azabache que siempre se encontraba solo. Todo era un completo misterio en base a su vida ya que por lo general no compartía nada con nadie, bajó la mirada un momento y trató de recordar algún evento en donde lo hubiese visto con alguien, luego de unos minutos levantó la mirada y lo encaró.

— Quien sea, él responsable de haber colocado esa sonrisa en tu rostro, se ganó el cielo completo, aunque a tu lado supongo que se sentará en el trono del infierno. Ya que te cargas un carácter del demonio— explico el rubio su punto de vista a la azabache.

—¡Vete al carajo y déjame en paz!—advirtió la azabache dándole una mirada fulminante, haciendo que el rubio retrocediera varios pasos atrás.

—¡Oye calma viejo!, no creí que reaccionaras de esa forma. Pero me hace feliz de que tú lo seas. De igual modo si quieres llevar a alguien son bienvenidos. Nos vemos—se despidió el rubio saliendo del aula.

¿Era cierto que por un momento pensó en llevar al muchacho al lugar?.¿Qué dirían los demás al verlos juntos?,¿Con qué excusa explicaría su presencia en el lugar?.

Ese hay varias preguntas más atacaron su cabeza, lanzó un fuerte gruñido ya que sabía lo que se venía después, o sea un fuerte dolor de cabeza. Busco en el segundo cajón del escritorio y sacó una botella de agua con un blister de analgésico y se tomó dos para tratar de aliviar el futuro dolor que le vendría en un momento después.

Luego de tomar los analgésicos apoyó su espalda en el respaldar del asiento y cerrando sus ojos se quedó tranquilo, tenía que mantener su respiración calma para poder acelerar el proceso del analgésico y así poder hacer efecto más rápido.

—Hola Aizawa, necesitamos hablar. Es sobre Midoriya — dijo Yagi apareciendo en el umbral de la puerta.

Aizawa creyó que muy a futuro tendrían alguna conversación entre ambos con respecto al muchacho pero jamás imaginó que sería justamente ahora y en ese momento.

—¿Que hizo ahora ?—preguntó haciéndose el desentendido.

—No es lo que hizo sino lo que va a hacer, Eso es lo que me preocupa—te explicó el rubio avanzando hasta quedar delante del escritorio de la azabache.

—¡WHOW!, ¿tú piensas algo antes de hacerlo?, ¡es increíble!, porque Que yo recuerde bien tú jamás pensaste antes de hacer algo. Siempre avanzabas al frente y todos rogábamos que contaras con la suerte suficiente para salir airoso.¿Desde cuándo se produce el milagro en ti de que pienses?—preguntó utilizando un nivel de sarcasmo número 7.

—Desde que tengo alguien que me importa. Desde que tengo a alguien que es como yo. Avanza hacia el frente y nunca se tiene en cuenta en la ecuación Y eso es lo que me preocupa. Pero en este caso las cosas son diferentes — comentó el rubio bajando la mirada.

Esas palabras sí llamaron la atención de la azabache quién enfocó su mirada en el rubio prestando atención a cada gesto y a cada palabra que había dicho notando que el otro estaba realmente preocupado, eso encendió su curiosidad a nivel extremo.
¿Por qué estaría de ese modo?.

—Ve al grano directo y deja el misterio para las novelas que lee el director, sabes bien que no me gusta que me hagan perder el tiempo. Tiempo que utilizo para estar tranquila y no tener que soportar la presencia de nadie— hablo el azabache con frialdad desviando la mirada del rubio y enfocándola en un rincón del aula.

— Pues eso debe haber sido antes y ahora debe haber cambiado, estoy plenamente consciente que mi muchacho tuvo algo que ver en eso. Él siempre se ha preocupado por ti y sé que de alguna u otra forma él siente algo. Claro que aún no me lo ha confirmado, pero el modo en que habla de ti, la forma en la que te mira no es normal.No digo que esté mal Solo que es diferente— trato de explicar el rubio la situación en sí.

— No estoy comprendiendo qué tiene que ver una cosa con la otra. Si no tienes nada inteligente que decir Será mejor que te retires—pidió el azabache de manera indiferente.

—¡No!,¡Yo sé muy bien lo que estoy diciendo y tú lo entiendes bien!.¡Si quieres que te lo diga de otra forma, pues ahí va!.¡El se ha enamorado de ti!—exclamó levantando el tono de voz mientras apretaba ambas manos en forma de puño.

Los ojos de Aizawa Se abrieron bien grandes y adquirieron un fuerte brillo, si eso era cierto ya tenía una gran confirmación. En su rostro mostró una mueca de satisfacción que no se le iría en mil años .

Yagi lo miró a la expectativa de lo que le diría el azabache.

—Esa es una apreciación tuya no tenés la certeza de que sea así. Y en tal caso que lo fuera no es asunto tuyo sino mío—contestó de manera arrogante y a la vez grosera.

El rubio llevó dos dedos al puente de su nariz y la masajeó suavemente lanzando un suspiro, ya se imaginaba una contestación así. De repente bajó los dedos y miró seriamente a la azabache.

— Si lo dañas, conocerás un lado de mí que solo lo han visto los villanos— contestó el rubio en un tono intimidante y su mirada apoyaba al 100% lo que estaba diciendo.

Aizawa se removió inquieto en la silla para luego mirarlo fijo a los ojos, no iba a dejar su intimidar ni por él ni por nadie.

— Ya soy grande como para que vengas a decirme lo que tengo o no que hacer... No sé por qué tanto lo cuidas, hasta donde yo sé solo tu alumno— increpo mostrando altanería en el tono de voz.

El rubio desvió su mirada hacia la nada y se quedó en silencio por unos segundos dio una gran respiración y luego miró a la azabache encarándolo.

— El es mucho más que eso para mí, Él es mi mundo... Y no es algo que espero que entiendas. Él fue el motivo por el cual quise seguir luchando más aún si ya no soy como antes. Pero eso no significa que me rinda o me quede de brazos cruzados. Un día juré que lo protegería con mi vida. Y tienes que saber una cosa... Mi vida no tiene sentido y valor si él no está en ella— contestó con un tono de voz grave y determinado.

Aizawa pudo sentir un fuerte escalofrío que le subió de los pies pasando por las piernas y se extendió a gran velocidad a todo su cuerpo disparando su adrenalina que encendió sus alarmas de alerta. Este no era el mismo saco de músculos al que estaba acostumbrado a hablarle, éste hombre delante suyo era otro y eso le indicó claramente que no podía confiarse, un paso en falso y todo se iba al demonio.

El rubio salió del aula sin decir nada más dejando a Aizawa totalmente preocupado. Jamás había escuchado al rubio hablar de ese modo, entre cerró los ojos y se quedó pensativo hasta que un pensamiento impactó de lleno en su cabeza.

"Se enamoró de él".

Ese pensamiento le hizo dar un brinco en el asiento de tal modo que se levantó y necesitaba salir del aula e ir a alguna parte. No sabía dónde pero sí necesitaba aire, camino apresurado por el pasillo y tomó un atajo que lo llevó al patio de La academia. Avanzó hacia la zona trasera y escuchando una conversación se detuvo ocultándose en un rincón para no ser visto, sus ojos se asomaron por una pequeña abertura en la pared y pudo ver exactamente, a los que interactuaban en la conversación.

—¡Eres un maldito idiota! ¿Quién te crees que eres para rechazarme a mí?, ¡Maldito Nerd de mierda!,¿Acaso te gusta la puta cara redonda?— gruñó furioso Katsuki, Quién tenía las mejillas sonrojadas y alguna que otra lágrima empañaba sus ojos carmín.

—¡Yo lo siento Katsuki pero yo no puedo corresponder a tus sentimientos!. En mi corazón hay alguien más—contestó el pecoso haciendo una reverencia hacia el rubio cenizo que apretaba ambos puños con bronca y frustración.

—¿¡Esto es porque hice una mierda tu infancia no!?...jodido Nerd, dame una oportunidad. Me conoces mejor que nadie y si tengo que tener a alguien a mi lado, ese eres tú— afirmó decidido.

Izuku se enderezó y le dio una mirada de pena al rubio cenizo sin decirle nada más, o por lo menos no se le ocurría otra cosa.

—¿Dime quien es esa maldita zorra?¡Yo soy mejor que cualquier extra!— gritó desesperado.

Aizawa apretaba los puños con frustración¿Que hacía intervenía o no?, y justo cuando había tomado la decisión de meterse, alguien le ganó de mano.

—¡Joven Bakugou!, Será mejor que te retires y dejes en paz al joven Midoriya — contestó Yagi apareciendo por otro lado para interrumpir la conversación.

"¿Cómo demonios llegó aquí?". pensó Aizawa apretando los dientes .

Katsuki se marchó de mala manera, Pero antes de alejarse lo suficiente exclamó.

— ¡Me conoces Nerd de mierda, no me rendiré contigo!.¡Serás mi puta pareja!, si no presentas a esa persona en una semana te reclamaré ante toda la academia como mío!— amenazó el rubio cenizo para luego marcharse del lugar.

—¡Maldición!¿Que demonios haré ahora?— se desesperó Izuku llevando ambas manos a sus rizos y tironearlos un poco.

— Tranquilo Izuku, ya encontraremos la solución — trató de calmar el rubio,  apoyando su mano en el hombro del muchacho dando un ligero apretón .

—¡Pero Aizawa no va a querer que todos sepan que estamos juntos !—contestó el pecoso sin darse cuenta que había hablado de más.

—¿Y como es eso?, joven Midoriya — preguntó Yagi cruzándose de brazos molesto .

— Bueno yo....yo— Izuku se puso muy nervioso ya que ese pequeño detalle no se lo había comentado al rubio y estaba buscando el momento y el modo para decírselo.

Aizawa creyó que había escuchado lo suficiente y se marchó del lugar, no estaba preparado para hacer pública una relación en la que había una diferencia de edad grande.

Si bien en Japón las parejas con diferencia de edad podían estar juntas. Pero tenían que inscribirse en el sistema y tener todos los papeles en regla como que ambas familias aceptaban esa Unión.

El azabache huyó del lugar para ir directo a la cafetería y sentarse en un rincón a sentirse miserable por el resto del día.

—¿Tu crees que el es capaz de darte lo que tú necesitas ?—sembró la duda con esa pregunta el rubio en la cabeza del pecoso.

Izuku Lo miró por unos segundos para luego bajar la mirada y dar un gran suspiro entendía muy bien a lo que se refería a su maestro, el azabache era frío y parecía no tener emociones o sentimientos.¿Debería olvidarse de él y elegir a alguien más?.

Yagi se acercó y lo envolvió en sus delgados brazos, Izuku abrió grandes ojos contra el pecho del mayor al sentir lo cálido que se sentía ese abrazo.

— Yo puedo ser lo que tú necesitas..
Dame una oportunidad y te lo demostraré — susurró el rubio en el oído de Izuku.

El pecoso se alejó unos centímetros sin romper el abrazo y se quedó mirando aquellos ojos que toda su vida había admirado, una mezcla de emociones y de sentimientos se dispararon por todo su cuerpo desde su pecho, siempre lo había admirado y lo había amado de una forma que no tenía lógica o razón.¿Sería una oportunidad para ser feliz realmente?

Yagi al ver la duda en Izuku decidió revelar un  secreto.

— Yo inicié un tratamiento de células trabajadas en el laboratorio a partir del OneForAll para poder vivir más tiempo. El tratamiento en sí es doloroso pero puedo soportarlo... Lo soporto por ti. Tú bien sabes que eres mi motor de lucha. Sin ti ya me hubiese rendido hace mucho tiempo— habló el rubio utilizando un nivel supremo de manipulación.

Izuku no pudo evitar llorar en los brazos del mayor , Yagi lo atrajo depositando varios besos en su frente, ese muchacho ya era suyo. Lo conocía muy bien como para saber lo que pensaba y lo que sentía con respecto a él. Y esta situación le había venido como anillo al dedo, sabía qué interruptores apretar para hacer que el muchacho se quedara con él.

—¿Me darás esa oportunidad?. Yo no tengo ningún problema en hacer las cosas legales para que estemos juntos. Por mí fuera todo el mundo puede enterarse, jamás te escondería todo lo contrario caminaría con la frente en alto y el pecho afuera, ya que siempre me he sentido orgulloso de ti —esas palabras fueron el detonante final para hacer estallar la bomba que tenía el pecoso en su pecho.

Muchas vivencias que ambos habían compartido empezaron a aparecer en la mente del pecoso desde que se conocieron hasta la época actual, prácticamente el peli verde era Quién era hoy en día gracias al rubio. Se frotó contra ese pecho marchito y se quedó quieto por un momento pensando.

Una ola de murmullos salía del pecho de Yagi, haciendo que el mayor se riera ya que conocía muy bien una de tantas mañas que tenía el menor.

—¡Si! ...¡acepto, él jamás lo haría por mi!— eligió el pecoso sin saber lo que sus palabras desencadenaban  en el mayor.

Yagi aprovechó para estampar sus finos labios contra los del pecoso y así sellar ese pacto silencioso que ambos acababan de hacer.
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¿Pero que demonios has hecho?
😱
LORD DARK