Capítulo II.-Rubia.
En ese momento Sucrette caminaba junto a su madre acompañada de su padrastro, el cual cargaba las maletas más grandes, hacía la salida del aeropuerto. Al salir fueron a llamar un Taxi y aproximadamente diez minutos después ya se encontraban rumbo a la donde vivirían desde ese día.
{...}En otro lugar. Un pelirrojo se encontraba sentado cómodamente en el sillón de la sala de su casa mientras acariciaba la cabeza de su perro Demonio.
~:Hoy llegan..--Se dijo y soltó un bostezo. Siguió viendo televisión hasta que la puerta principal se abrió y entró su "hermana".
--....mm..llegaste..--Soltó con aburrimiento.
--....Si--Murmuró Sucrette mientras lo veía a los ojos y evitaba mirar su marcado pecho desnudo.
Castiel se puso de pie y camino con lentitud hacía ella mientras una sonrisa ladina surcaba sus labios.
Sucrette iba a decir algo, sin embargo oyó la voz de su madre y su futuro padre que pedían ayuda con las maletas.
--¡Castiel ven!--Llamó Jean. El pelirrojo bufo, se fue a poner una camiseta y salió a ayudar.
Sucrette dejo escapar todo el aire que había estado conteniendo y sus mejillas se tornaron rojizas.~:No esperaba verlo así...--Se dijo y comenzó a ver la sala, hasta que su mirada quedó clavada en un perro negro que dormía plácidamente sobre la alfombra.
Dio un par de pasos hacía él.~:Que perro tan grande..--Pensó arrodillandose a su lado, estiró una de sus manos y le tocó la oreja, el perro se despertó y puso una extraña expresión de enojo, seguido se lanzó sobre ella, Sucrette pego un grito y cayó acostada sobre la alfombra.
--¡Quí..quítate!.--Exclamó cubriendo su rostro.
Enseguida se oyeron pasos y una sonora carcajada.
--¡Deja de reírte y ayúdame!--
--Demonio sólo está jugando..--Dijo Castiel entre risas.
--¡Castiel!--Exclamó la chica al sentir la saliva del perro sobre su rostro.
El pelirrojo nombró a su perro, y este se quitó de encima de la pelinegra, la cual soltó un par de maldiciones y corrió escaleras arriba.
--¡Por lo menos dame las gracias!--Dijo Castiel divertido.
--¿De qué?--Preguntó Jean entrando con un par de maletas.
Castiel negó con la cabeza y subió hasta el segundo piso con un par de maletas, una celeste y una rosa.~:Deben ser de ella..--Pensó sin borrar aquella expresión divertida que se le había quedado grabada al ver a Sucrette tendida en el piso con su perro encima. Llegó al segundo piso y luego de dejar las maletas en la habitación que estaba alado de la suya, que sería la de Sucrette, intentó abrir la puerta de su habitación y se dio cuenta de que estaba puesta la cerradura, dio un par de golpes, pero no se abrió, así que supo que Sucrette se encontraba ahí adentró.
--¡Oye sal de ahí!--Exclamó molesto.
{..}
Sucrette entró a una de las habitaciones.
Y luego de cerrar la puerta fue hacía el baño para lavar su rostro.~;Y yo que creí que sería divertido vivir con un chico tan guapo..--Pensaba mientras secaba su rostro con una toalla que poseía un agradable olor masculino, se sonrojo, pero duro poco ya que poco después escucho la voz del pelirrojo.
~;Maldito Castiel, me vas a volver loca..--Pensaba mientras salía dando zancadas del baño, llegó a la puerta y la abrió.--¿Qué quieres?--Preguntó enojada.
El pelirrojo sonrió de lado y se apoyó en el marco de la puerta.--Valla carácter niña..--Soltó divertido.
--¿Qué quieres?--Preguntó y su ceño se acentuó más.
--Quiero que salgas de Mi habitación..--Remarcó el mi mientras la veía con malicia.--O quieres quedarte a dormir..--Dijo mientras se inclinaba.
Sucrette retrocedió un paso mientras sus mejillas adquirían un leve sonrojo.
Castiel soltó una sonora carcajada.--...Somos hermanos, no pienses mal..--Soltó con sorna.
Sucrette soltó una maldición en voz baja y lo miró fijamente.--¿Dónde está mi habitación?--
--Querida hermanita, tienes el honor de quedarte en la habitación que está junto a la mía..--Soltó de forma burlona y luego de despeinarla entró a su habitación cerrando la puerta tras de si.
--Maldito insoportable...--Dijo Sucrette aún más molesta que antes.
--Te oí enana..--Dijo Castiel desde el interior de su habitación.
--¡Que bueno!--Exclamó y entró a su habitación.
--No está mal..--Murmuró, en cuanto encontró sus maletas, las abrió y comenzó a guardar sus cosas en los cajones, cuando termino, tomo su ropa y se fue a bañar.
{..}
Con Castiel.
El pelirrojo se encontraba acostado sobre su cama, aún con una sonrisa dibujada en sus labios.~;Será divertido...--Pensó recordando a Sucrette y sus impulsivas reacciones.
[...]
Sucrette termino de bañarse y luego de vestirse se sentó en su cama a hablar por celular con una de sus amigas.
--¿Hay chicos guapos?--Preguntó esperanzada.
--Laeti, acabo de llegar, no conozco a nadie..--
--Oh..mmm..¿Cómo estás? te oyes molesta..--Preguntó extrañada.
--Es porque lo estoy...--
--Pero dijiste que tú hermanastro es guapo, ¿qué paso?--
Justo en ese momento el celular de Sucrette fue arrebatado de sus manos.
--¡Castiel damelo!--Exclamó molesta y se puso de pie.
--Alcanzalo..--Dijo divertido y alzando la mano.
Sucrette se subió en la cama y se lo quito.
--Ya, ahora vete..--Dijo con una gran sonrisa adornado sus labios.
Castiel sonrió de lado.--Baja a cenar...--Dijo y se fue.
--¿Laeti?--Preguntó.
--Aquí estoy...--Dijo ella con una voz soñadora.--Que voz tan varonil tiene tu hermanastro...¡debo conocerlo!--Exclamó emocionada.
Sucrette suspiró.--...No, no debes, luego hablamos..--Dijo y colgó.
Seguido se fue a cenar, en el transcurso de la cena le anunciaron que ya estaba inscrita en el Instituto Sweet Amoris, y que empezaba clases al día siguiente, por su puesto no le hizo gracia saber que estaría en el mismo curso que Castiel.
~;¿¡Por qué a mi..!?--Se lamentó internamente y luego de terminar de cenar subió a su habitación.
{...}
A la mañana siguiente.
Caminaba rumbo al Instituto junto a Castiel, íban en silencio, uno muy incómodo por cierto, al ingresar al instituto una rubia de ojos verdes se abalanzó al cuello de Castiel.
Sucrette se sorprendió, pero también le causo gracia ver la mueca de desagrado que tenía Castiel en ese momento.
--Adiós hermano..--Dijo burlona y se fue.
--¿Hermano?--Preguntó la rubia extrañada ya que conocía a Castiel de toda la vida y no sabía que tenía una hermana.
--Alejate Ámber..-Dijo el pelirrojo ignorando la pregunta que le había hecho.
Ámber se alejó de él a regañadientes y él se fue hacía una de las bancas, mientras que ella corría al interior del Sweet Amoris en busca de "la hermana" de Castiel.
⭐⭐⭐⭐Continuará.⭐⭐⭐⭐
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro