Ya nada es igual.
Hay cosas que simplemente no se pueden cambiar. Que el cielo sea azul o que el agua moje... ¡Y que James Sirius es un maldito egocéntrico!
— Ey, Cassie... En verdad estás enamorada de James. Llevas quince minutos mirándolo fijo.
Me giro hacia Albus con las mejillas rojas y sacudo la cabeza.
— No te pases —le murmuro golpeando su brazo.
—Sólo bromeaba —mueve las cejas y sonríe —. Ah, recuerdo que a principio de año esta escena se mostraba... Sólo que algo diferente.
Sonrío y miro mi plato de muffins. Era verdad. Todo se sentía tan deja vú, aunque con algunos cambios.
Por ejemplo, a principio de año miraba a James con el plan de sacarle la cabeza y... Ese no es un buen ejemplo, porque de verdad quería quitarle la cabeza hace un momento.
¡Es que el idiota me sonríe cada que intento mirarle de incógnita! ¿Cómo se supone que voy a observarlo como una loca psicópata si... si él hace lo mismo conmigo?
Último día de colegio, y lo único que deseaba era tener la oportunidad de mirar a James sin que él lo notara... Sin que él notara que voy a extrañarlo en vacaciones.
Porque mientras mi familia y yo vamos a darnos un tour por Europa, él se quedará en Londres con la suya.
Y admito que voy a extrañar ver su cara de mono alienígena (guapo, a decir verdad) todos los días... Y tal vez otras cosas de él.
Como lentamente mis muffins mientras Adela y Albus comienzan una conversación algo íntima que consiste en risitas y algunos "te quiero" indirectos.
Dios, ¿Por qué diablos no son novios de una buena vez? Hacen todo lo que una pareja hace. Se besan (no me interesa que lo nieguen) se dicen cosas lindas, se miran a los ojos al estilo crepúsculo y se toman de la mano... Una pareja no oficial.
Ruedo los ojos y le quito las chispas de chocolate a la tarta de Albus mientras él intenta decirle algo a mi prima, nervioso.
— Yo... Bueno... Tú irás a París.
— Ajá, sí —afirma Adela sonriendo ilusionada—. Iré a la ciudad de la moda.
— Eso es genial, sí... Yo me quedaré y... y...
— Él dice que va a extrañarte —interrumpo mirando y doy una gran mordida a un muffin, Albus me mira enfadado—. ¿Eh? Te eftafas taldando.
Hace una mueca y me tiende una servilleta— No hables con la boca llena.
¡Hago lo que yo quiero!
— Vamos —toma la mano de Adela y salen del comedor así.
— ¡Oh Dios! —exclamo gritándoles —. ¡A la oscuridad no! ¡A la oscuridad no! ¡No me den sobrinos tan rápido!
Suelto una risotada y noto que me están mirando, cambio de expresión de inmediato.
Bueno, sé que no suelo reír así en el comedor... Pero tampoco me miren como si fuese el mismísimo Voldemort en tanga.
— Y esta es la mesa de las serpientes —me llevo una mano al pecho en cuanto escucho la voz de James.
Él estaba tras de mí... Eso explica mucho.
Lo veo ponerse a mi lado, donde suele estar su hermano.
—Y este es el legendario lugar de Albus —su tono es de notable burla.
Sonrío y recuesto mi cabeza en una mano mirando cómo él toma asiento y algunos sueltan el aire retenido.
Se vuelve hacia mí y respira hondo.
— Y esta es la legendaria belleza de Slytherin —murmura y siento que mi rostro se tiñe de rojo, al igual que mi cabello—. La pelirroja Malfoy.
— Cállate —le digo dándole una ligera patada—. Ya te pones meloso.
— ¡Es el último día que te veré! —exclama dramático y toma una de mis manos—. Luego ya no podré ser meloso.
— No vamos a la guerra, Potter, son sólo vacaciones —suelto con burla y él rueda los ojos.
— A veces me pregunto si puedes ser tierna... Luego recuerdo que te sonrojas hasta con un hola y ya noto que sí.
— ¿Viniste a decirme eso o a darle un infarto a tu primo por sentarte en la mesa de las serpientes? —señalo a Fred Weasley, que está siendo abanicado por los gemelos... Ummm, esos gemelos raros cuyos nombres ahora mismo no recuerdo.
James le da una rápida mirada y sonríe con placer.
— Eso no estaba en el plan... Pero he matado dos pájaros de un tiro —fija su mirada marrón en mí —. Voy a extrañarte.
Bien, bien. Puedo obligar a Albus a confesar que extrañará a Adela, y eso me causará risa. Pero que James venga y lo diga... ¿Qué es eso que se aprieta en mi interior?
Los intestinos, demasiadas bananas.
— Lo digo de una vez porque luego voy a ser todo un Albus —informa y acaricia mi mano, mi cerebro se adormece un poco.
— Sólo será un mes y medio, a lo mucho —le recuerdo. Papá así lo dijo, volveremos poco antes de que comiencen nuevamente las clases—. Ya antes era así, torpe.
— Lo se —se inclina y besa mis labios por unos instantes—. Pero antes no podía hacer esto, y es lo que más voy a extrañar.
Me abofeteo mentalmente para no reírme como toda una Adela. Simplemente pongo una mano en su hombro sin saber qué hacer.
Estar con Potter, por más que ya paso tiempo, es como si fuese el primer novio. Y él definitivamente no es mi primer novio, pero me entorpece tanto como el primero.
— Puedes respirar — me dice con burla y lo observo con odio.
Estoy respirando, idiota.
— No te hagas — mascullo y sacudo la cabeza para mandar atrás mi cabello — . Porque así voy a pasarme todos los días de las vacaciones recordándote como un idiota.
— Yo voy a pasármelas recordándote como una bruja.
— Soy una bruja.
— ¿Conoces el término muggle?
Por su sonrisa sé que no habla enserio, suelto un bufido.
— Íbamos tan bien — miro el techo encantado del comedor.
— Esa es nuestra relación, admítelo — me empuja un poco.
Sonrío mirando hacia mi plato.
...
— Coshita preciosa, bebé de mami, ¿Quién es el más pechocho del mundo? Tú lo eres.
Después de tanto tiempo, sigue siendo perturbador ver a Adela rascándole la panza a Frodo, peor aún es cuando le habla, como si fuese un bebé de verdad.
— Dios, Adela, ya deja de hacer eso — sujeto el puente de mi nariz y me recuesto en la silla.
Ella me ignora y sigue revolcándose en el suelo.
Hagrid aparece con un par de tacitas de té, me entrega una y se sienta a mi lado tomando un sorbo de la otra.
— Es un perro muy bonito, en realidad te dan ganas de hablarle así todo el día — dice él y yo alzo las cejas.
— Ajá, yo no siento esas ganas — declaro mirando la baba escurrirse de su hocico.
— Voy a llevármelo por toda Europa — Adela dice mientras toma la cabeza del perro y la pone ante su rostro — . ¡Perrito afortunado!
Y vuelve a abrazarle. Creo que ahora su cabello utiliza la crema ¨Babas¨
Porque tú lo vales...
— Sí — miro a Hagrid al notar su tono triste.
Observa al perro con cierto dolor. Entonces recuerdo que el perro de Hagrid ha muerto y que Frodo es el primero que se aparece por aquí luego de eso. Le habrá tomado mucho cariño, además, Hagrid se quedará muy sólo aquí...
Un sentimiento apareció en mí, ¿Cómo lo llaman? ¿Empatía?
— Hagrid, ¿Tienes galletitas?
Él me mira con sus ojos aguados y asiente con una sonrisa, se levanta torpemente y va por las galletas. Yo le lanzo a Adela un zapato que estaba junto a mí, ella gruñe y me mira sorprendida por la repentina violencia.
— Ven — le digo a susurros, ella gatea hasta quedar ante mí — . Tienes que dejar a Frodo aquí.
— ¿Qué? — suelta chillando.
— Deja a Frodo con Hagrid... vamos, vas a dejar sólo al pobre — intento no sonar muy conmovida — . Sabes que ha sido su única compañía en mucho tiempo.
Ella frunce el ceño y niega levemente con la cabeza.
— Adela, no vas a poder llevar a un perro por toda Europa...
— Puedo, soy una bruja... con magia todo se puede.
— Tú tienes magia, una familia y a Frodo... Dime con qué se quedará Hagrid en todo este tiempo.
Traga saliva y noto sus ojos llenarse de lágrimas.
Ah no, por favor, dos llorando no, con eso no puedo.
— Está bien.
— Vas a volver a verlo — palmeo incómodamente su hombro.
Sorbe su nariz y asiente, vuelve a donde Frodo y lo abraza.
Hagrid me tiende el plato de galletas apenas regresa. Sonrío un poco y tomo una.
— Espero que se diviertan en su viaje — dice acariciando la cabeza de Frodo.
A Adela le tiembla el labio antes de hablar.
— Creo que será mejor que Frodo se quede.
— ¿Qué? — Hagrid apenas contiene su emoción — . ¿Por qué?
— Bueno, será difícil transportarlo y... puedo notar que lo quieres, Hagrid, vas a cuidarlo bien, confío en ti.
El semigigante sonríe y se abrazan... No tardan en llorar a moco tendido. Apenas entiendo lo que dicen entre sus bocados de aire desesperados.
Es algo de bblsnebbbl brr ffff shh bbl, o algo así.
Siento baba en mi mano y bajo la vista hacia Frodo, quien puso su gran cabeza en mi regazo. Aprieto los labios al notar que se comió mi galleta.
— Eres un puto — murmuro y no deja de mirarme — ... Y voy a extrañarte.
...
Al bajar del tren, me da un intento de infarto el ver a mi madre allí. Viste de forma elegante, tiene una peluca pelirroja, sonríe como antes, va sujeta al brazo de mi padre. Me acerco a ellos con Scorpius a mi lado.
Alzo las cejas señalando su cabello.
— ¿Y eso?
— Sólo quería un look de madre e hija —suelta emocionada y divertida.
¿Qué?
Siento que me abrazan por detrás y luego un beso en la mejilla. No tengo tiempo de reaccionar cuando James dice algo a mi oído.
— Espero tus cartas, pelirroja.
Cuando se aparta, lo veo ir hacia su familia con una sonrisa.
El rostro de papá está ardiendo, no creo que pueda acostumbrarse a esto alguna vez. Scorpius suelta un silbido burlón y mamá junta las manos emocionada.
Y al bajar la vista noto que mi cabello está pelirrojo... y no me molesta.
¡Primer capítulo de la segunda temporada! ¡Yeah baby!
Me dio algo en el kokoro iniciar como inicié una tarde de enero *mirada al cielo con ojos llorosos* hace 10 meses, no joda, ha pasado tanto.
Oh, habrá un cap lleno de las cartas de James y Cassie (los shippeo potente)
Hoy me dio una cachetada de inspiración, y medio que me hice toda una película de la novela... soy demasiado dramática xD
En fin, nos vemos... en el siguiente capítulo ah
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