Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Y no volvimos... vestidos.

Narra Cassie.

—Te amo.

Me lo dijo como si fuese lo único que podía salir de sus labios en ese momento. Retrocedí sorprendida, ahora esas palabras dirigidas hacia mí ya no me causaban miedo. Maldita sea, era hora de que deje de ser una estúpida. Pero ese acto fue malinterpretado por él, noté que su mirada estaba pareciéndose a esa que me dedicó hace un par de meses.

—Yo también te amo —confesé, hice una pausa para respirar y añadí sonriendo—. Y siempre lo hice.

Es como si me liberara al fin. Simplemente me quedo mirando su reacción, estaba perplejo, no se movía. Me acerqué sin poder contenerme más y rodeé su cintura con mis brazos mientras ponía el mentón en su hombro derecho. Una gota de agua cayó en mi mejilla desde su cabello.

Él estaba frío y yo sentía demasiado calor. Impuse más fuerza en mi abrazo deseando que ya reaccionara. Temí que de pronto notara que en realidad no sentía eso por mí. Pero luego estaba devolviéndome el abrazo y la emoción me llenó una vez más.

—Estás helado —dije torpemente con los dedos en su espalda descubierta.

—Y tú ardes como siempre —murmura, lo siento sonreír—. No puedo creer que hayas dicho eso.

Yo tampoco. Pero lo hice.

Me separa tomando mis hombros, frunzo el ceño porque aún no quería estar lejos y romper el abrazo. Estaba teniendo mi momento cursi, quería mantener aquel abrazo un rato más.

Me quedé mirando las pecas bajo sus ojos y sobre su nariz. Sonreí mientras pensaba en besarlo. Luego recordé un pequeño detalle.

Una toalla era lo único que me impedía ver a James S. Potter en todo su esplendor.

Y sí, lo admito, ahora sí estaba caliente y no era por los nervios.

Empujé los pensamientos sucios hacia lo más profundo de mi mente cuando los dedos helados de James tocaron mi mejilla izquierda. Levanté la vista a sus ojos y noté que estaba acercándose.

— ¿Ahora sí puedo besarte? —pregunté en voz baja, conteniendo la emoción.

Él negó lentamente con la cabeza y mi sonrisa desapareció, siendo sustituida por una mueca de incredulidad.

— ¡Por favor, James! ¡¿Qué demonios pasa contigo?!

Me separo mientras siento que mis mejillas se calientan por el enojo. Él sólo contiene la risa.

— ¡He estado todo este tiempo deseando hacerlo! Tuve abstinencia de ti, ya no la quiero —comienzo a decir, y la verdad no pensaba mucho en mis palabras.

—No quiero besarte... No así —se señala.

—Yo sí... En especial así —añado en voz baja.

Quedé mirando su torso embelesada. Y cada vez estaba más cerca. Oh, puedo tocarlo...

¿Son mis hormonas hablando por mí? Lo más probable es que sea así. La semana pasada terminó mi período, y por alguna razón siempre me pongo... intensa después de eso.

—Si voy a volver a besarte al menos debo estar vestido —susurra con su nariz pegada a la mía

—No seas nenita —respondí igual, posando las manos en su cuello para acercarlo aún más. Cerré los ojos mientras sentía su sonrisa contra mis labios—. ¿Acaso te estás burlando de mí, inepto?

Sentía un deja vú, y me encantaba. Él estaba repitiéndolo a propósito.

— ¿Es ahora cuando te montas en mí e intentas besarme a la fuerza, Cass?

—Lo hago sin problemas.

Esa respuesta parece emocionarlo, de pronto me toma de los muslos y estoy rodeando su cintura con las piernas. Mi espalda choca levemente contra los casilleros, y su boca con la mía, pero con ferocidad.

Me sujetaba de sus hombros, no sé si era una competencia por ver quién mandaba en el beso, pero yo quería ganar. Poco me importaba el sitio donde tenía sus manos, la verdad me gustaba donde se encontraban. Había deseado esto desde hace tanto tiempo que mi cuerpo temblaba mientras lo besaba. Era rápido, necesitado, demasiado caliente teniendo en cuenta su maldita toalla que estaba cayéndose.

Se detuvo de pronto, me miró con expresión ida y yo igual, sus labios estaban rojos e hinchados.

—Te extrañé —dice lentamente, sus manos se mueven un poco para sujetarme mejor—. Me siento mal por haberte ignorado y no permitirte hablar al principio.

Sonrío, aún atontada. Sólo atino a acariciarle el cabello y besar su frente.

—No importa ya —respondo tranquila. Mi voz se vuelve un poco más gruesa después—. Ahora en serio no importa.

Vuelve a besarme. Más despacio, más profundo. Él ya no se siente frío como hace un rato, ahora está tan caliente como yo, en todo sentido. Este beso dura un poco más, tardamos en separarnos por completo.

Me bajo de él, sin dejar de mirarle a los ojos. No perdemos la cercanía y nos lanzamos a reír entre dientes mientras no dejamos de pasear las manos sobre el otro.

—Hicimos un par de meses en unos minutos, debemos estar orgullosos —comento intentando arreglar su cabello.

—Los mejores minutos que he pasado.

Toma mi mano de la nada y deposita un beso en la palma. Entrecierro los ojos y hago lo mismo con la suya. Sólo que con una mirada sugerente que lo hace sonrojarse.

—James —lo llamo sin apartar la vista de sus ojos.

— ¿Qué?

—Tu toalla... Se cayó hace rato —aviso alzando una ceja con diversión.

Ahora sus orejas se incluyen a la moda de rojo. Pone una mano en mis ojos mientras me río a carcajadas.

— ¡No veo! —exclamo intentando que deje de taparme los ojos—. ¡Te juro que no voy a mirarte!

—Eres una pervertida. Apenas volvemos y ya andas desnudándome.

Muerdo mis labios y pongo las manos tras mi espalda.

— ¿Volvimos?

—Cassie —me saca la mano de los ojos, está mirándome con diversión—. Estoy desnudo y pegado a ti, acabamos de pervertir los casilleros, ¿y tú preguntas si volvimos?

Me encojo de hombros —Nunca está de más asegurarse.

—Siempre eres tan idiota.

—Tú eres el idiota de esta relación —chillo de inmediato, él se inclina y toma la toalla. Yo lucho para no mirar abajo—. Oh santa madre.

— ¿Qué?

Mi imaginación no tiene límites. No miraré, no miraré, no miraré. Vamos, Cassie, debes ser una chica fuerte. Mantente fuerte, como dice Demi Lovato... Pero ella no se refiere a casos como estos.

—Lily me espera —cambio de tema mirando al techo—. Estará preguntándose por qué tardo tanto.

— ¿Está afuera?

—No, la obligué a esperar en el castillo. Si estaba aquí ya íbamos a notarla, sabes que es terrible escondiéndose.

James suelta un suspiro de alivio.

—Eso es bueno, porque su mente no podría con todo ese espectáculo.

Sonrío y bajo la cabeza para mirarlo pícara.

— ¿Podemos repetirlo? ¡Eh! —suelto cuando me da un golpecito en la cabeza—. ¿Por qué?

—Abusas.

Abuso de ti, cuando quieras... ¿Qué dije? Bueno, al menos sólo lo pensé.

—Voy a vestirme... —me mira con desconfianza—. Espera afuera.

Abro la boca indignada.

—Dijiste que éramos novios otra vez, ¿y ahora no puedo verte mientras te vistes?

—Yo no te veo mientras tú lo haces.

Apenas pienso en mis palabras antes de decirlas.

—Puedes hacerlo ahora.

Se detiene, miro su espalda tensa con una sonrisa satisfecha.

—No, Cassie. Espera afuera.

¡Maldita sea!

***

Narra James.

¿Qué tenía Cassiopeia Malfoy que me hacía besarla como animal hambriento luego de que llorara pidiendo perdón? Ella tenía razón, yo era el idiota de esta relación, de esta desastrosa relación que me encantaba.

Me vestí rápido, deseando que para cuando termine ya no tenga la tienda de acampar en mis pantalones. Sé que ella no dejará de molestarme con eso cuando lo vea. Pues fue su culpa, todo lo que hizo hace unos minutos elevó mi temperatura al instante.

Me dirijo a la salida de los vestuarios y la veo recostada junto a la puerta mirando hacia la pared. Sus labios estaban apretados mientras parecía pensar algo con detenimiento. No me prestó atención hasta que estuve junto a ella, tomando su mano sin poder evitarlo.

Me miró dudando y preguntó — ¿De verdad quieres volver conmigo, James?

—Claro... ¿Por qué de repente dudas así? —murmuro intentando no sonar tan asustado y nervioso como me sentía.

—No dudo. Yo sí quiero estar contigo, pero no sé si tú merezcas estar conmigo —la miro sorprendido e incrédulo por sus palabras. Ella entonces parece notar lo que dijo y se sonrojó mientras reía—. Todavía no me perdono a mí misma, sueno un poco a chica sin autoestima, qué vergüenza...

—No fue sólo tu culpa. La culpa es colectiva —me encojo de hombros—. Tuya, mía y de otros más. Lo sé, Cassie.

Asiente, pero no me convence.

Le tomo las mejillas y beso levemente sus labios. Varias veces, hasta que la siento sonreír y por acto reflejo yo también lo hago.

—Quiero hacer algo cruel por última vez —murmura con los ojos brillando.

— ¿Qué?

—A los demás les daría muchísima rabia si no volvíamos... Y ellos aún no saben que lo hicimos.

Intento esconder mi sonrisa mientras sacudo la cabeza —Maldición, eso suena genial.

— ¿Y sabes qué es más genial? —le hago un gesto para que siga. Ella hace señas hacia el suelo—. Quedarnos aquí un poco más, lejos de los mirones.

— ¿Qué estás planeando, Cassiopeia?

—Ahh —murmura sonriendo de lado—. Muchas cosas.

Aprovecho su despiste para salir. La escucho gruñir furiosa a mis espaldas. Pronto se adelanta para alcanzarme y dedicarme una mirada de odio.

Me gustaría quedarme allí con ella toda la noche de ser posible, pero me estaba muriendo de hambre. La cena es importante, no puedo perdérmela.

En cuanto veo la cabellera roja de Lily me separo de Cassiopeia lo más que puedo. Ella me imita y cambiamos nuestras expresiones por completo luego de guiñarnos un ojo.

Lily nos mira y parece que al fin toma un respiro luego de horas, se acerca corriendo y mueve los brazos hacia nosotros.

— ¿Ya? ¡¿Ya, Dios mío?!

—Ya pedí perdón —afirma Cassiopeia, con voz normal y sin emociones.

— ¡Ahhh! —grita mi hermana, como una histérica—. ¡Sí, señor! ¡Al fin! ¡Al fin!

Hace movimientos de pura alegría mientras salta. Los pocos alumnos que están por aquí la miran raro, al igual que Cassie y yo. Creo que hablaré con papá sobre llevar a Lily con un psiquiatra.

—No volvimos, Lily —le doy el falso aviso que la hace detenerse.

Me mira petrificada, entonces un tic aparece en su ojo derecho. Poco a poco podemos admirar que su rostro se torna del color de su cabello.

— ¿Qué? —escupe—. ¡¿Cómo que no volvieron?! ¡¿Acaso son un par de imbéciles?! —se acerca y nos da un puñetazo a cada uno.

Veo que los ojos de Cassiopeia se tiñen de rojo pero intenta contenerse. Yo apenas puedo soportar la risa.

— ¡Ella te ama, idiota! —me zarandea—. ¡¿Por qué no pueden simplemente besarse e ir a una esquina oscura a fundirse en uno?! ¡Sé que lo quieren! ¡He visto la lujuria en sus ojos!

Adela aparece en la esquina, comiendo una pata de pollo. Creo que pensaba que el lugar estaba vacío, ya que nos mira perpleja. Limpia sus labios con el borde de la túnica y trota hacia nosotros.

— ¿Qué pasa aquí? —se percata de su prima y abre los ojos como platos—. Oh Dios mío, están juntos en el mismo lugar. A un metro de distancia. Esto promete.

— ¡No volvieron! —informa Lily con la voz aguda.

Ahora era Adela quien zarandeaba, sólo que lo hacía a Cassiopeia. Mi gruñona tenía una mueca de asco ante el aliento a pollo de su prima.

— ¡Eres una idiota! ¡Te dije que lo violabas si no te aceptaba! ¡Al menos disfrutabas por última vez!

Vaya, ¿ese era el plan?

— ¡Deja de gritarme esas cosas en medio del pasillo! ¡Aliento de pollo podrido!

De pronto todo se descontroló. Teníamos a varios de nuestros amigos encima, gritándonos que éramos un par de imbéciles. Incluso Davina Levallois se quejaba a los cuatro vientos que habló conmigo y esperaba que eso cambiara algo. Eran Lily y Adela las más ruidosas, estaban subidas en un escalón dando un largo discurso sobre nosotros.

—Yo dije que hasta habían tenido relaciones —suelta Adela como político en campaña, noto que Cassiopeia se golpea la frente mientras maldice entre dientes—. ¡Los encontré una vez montando la porno! Esto es decepcionante.

De repente, Fred se aparece de la nada y empuja a las dos del camino. Alza las manos para callar a todos. Frunzo el ceño confundido por lo que hacía.

— ¡Dejen de gritar, estúpidos! ¡Ese par de egoístas ya volvieron! —todos se miran sorprendidos—. Los vi, fui al vestidor y ese inepto al que llamo primo estaba desnudo mientras se manoseaban. Han vuelto, fin.

Se vuelven para mirarnos, de alguna forma Cassie y yo nos rozamos los hombros otra vez. Les dedicamos una sonrisa inocente a la espera de que no nos maten.

— ¡Ajá! —suelta Scorpius sonriente—. ¡Sabía que vol...! —su sonrisa desaparece y su dedo baja—. Un segundo, ¿cómo que desnudo mientras manoseaba a mi hermana?

Veo en sus ojos la misma mirada feroz de Cassiopeia cada vez que se enfada al punto de querer asesinar. Levanto las manos en señal de paz.

—Estaba bañándome, se me cayó la toalla de la emoción —explico—. Y en mi defensa... Ella propuso sacarse la ropa también.

La señalo, Cassiopeia me mira estupefacta. Tomo sus mejillas esperando que me perdone eso. Escucho que Lily nos maldice con ayuda de Adela y Levallois. Sonrío a mi novia mientras me acerco con intenciones de besarla.

—Lo siento, preciosa... ¡No, Cassie! ¡Detente! ¡La cara no!

***

¡Hoola, queridas! ¡He vuelto!

He vuelto y ya quiero leer los comentarios de Miss_Stilinski_ ante este capítulo 😂😂 y los de MrsMalfoy_ , mi Lydia/Lily de mente sucia xD

¿Quién no ama cuando James dice algo que no debe y Cassiopeia le golpea? Es amor tan puro :'v

#Jassie un amor infinito, ahre no, que esa frase es de otro libro xDxD

Jassie, un amor masoquista ultra setsi y con salseo ah, bien original xD

Más cerca del final, señor 😩😩😩

¡Hasta luego!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro