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Voy a matarla.

Narra Cassie.

Voy a uno de los invernaderos a buscar ingredientes para pociones. No podía hacer mi poción de ojos abiertos sin algo de acónito. El profesor Neville dijo que tenía un poco en la repisa de uno de los invernaderos, e iba a por ello.

Me alegraba que el profesor se haya tragado que la poción era algo meramente académico. Cuando en realidad iba a usarla en Davina Levallois. Odiaba verla con su estúpida cara sin ojeras, ahora no podría dormir y le quedarían unas ojeras horribles... No es un plan despiadado, pero sólo quiero verla con unas malditas ojeras como las mías por quedarme en vela pensando que había un monstruo en mi armario.

Jodida Levallois.

Cuando abrí el invernadero y me adentré a él, bajé mi bolso con todo lo que necesitaba para preparar la poción. Con la llave que el profesor me dio, abrí la repisa y pasee mis ojos por ella hasta dar con un frasco que decía "Ramas de acónito". Sonreí, sólo necesitaba un par de esas.

Puse mis ingredientes en la mesa, mi caldero, los colmillos de serpiente, los aguijones de Billywig, y todo lo demás. Me dispuse a comenzar la preparación con cara de científica loca. Nada más me faltaban los rayos tras de mí mientras agitaba mi varita.

Bien Cassiopeia, ahora sólo debes esperar 24 horas para pasarlo al caldero de latón, luego 16 horas... u 8 si lo pongo en el de cobre.

Me restriego el rostro con frustración, ¡Maldita poción! ¡Tenía que tardar tanto! Joder.

— ¡Puta vida! —grito y comienzo a deshacer todo—. Estúpida Cassiopeia, estúpida.

Pienso en devolver el acónito a su lugar... luego lo pongo en mi bolsillo y salgo del invernadero. Choco contra el profesor Neville.

— Cassiopeia —sonríe—. ¿Cómo vas?

— He hecho algo mal y me frustra —digo mirando a otro lado, le entrego la llave que me prestó—. Creo que ya no quiero hacerlo.

— Que te equivoques una vez no significa que lo volverás a hacer.

Oh, profesor, usted siempre intentando que todos se sientan bien. Lo miro intentando sonreírle.

— Ya he perdido la motivación, tal vez haga otra poción, otro día.

— Bien —se hace a un lado—. Puedes confiar en mí si necesitas algo.

— Gracias profesor.

Doy apenas unos pasos cuando vuelve a hablar.

— Y seguir el juego no es bueno —lo miro confundida—. Sé que la señorita Levallois no te agrada...

— No he hecho algo malo —balbuceo.

Juega con sus llaves y sonríe de lado, pero con pena— Es triste que pienses que soy tan tonto como para no notar lo que hacen.

Me quedo en silencio, estaba segura de que ningún profesor lo había notado. Como hasta ahora no me habían castigado...

— Si yo fuese Cassiopeia Malfoy y Davina Levallois me molestara, no intentaría hacerle algo peor... intentaría arreglarlo por las buenas. Ya sabes, una charla...

— Pero Cassiopeia Malfoy no es así —le interrumpo y retrocedo abrazando mi bolso encantado—. Cassiopeia Malfoy lo devuelve todo a gran escala.

Veo su mueca antes de salir casi corriendo de ahí. El profesor Longbottom era agradable, siempre me pareció uno de los profesores más geniales. Pero no me gustaba cuando se ponía en plan de amigo psicólogo e intentaba hacerme recapacitar.

No, ahora no. Yo se acabar con esto, conozco cómo es Davina y ella no va a parar porque me siente a tomar el té con ella. Lo se porque ella es igual a mí y yo no lo haría.

Respiro hondo y tropiezo con unos pies cuando llego al jardín. Me caigo de cara sobre mi mochila. Suelto un quejido de dolor y me volteo para mandar al diablo al que se acostaba en el camino.

— ¿Scorpius? —mi enojo se disipa al ver sus ojos llenos de dolor, y no era porque le pisé los pies—. ¿Qué te pasa?

Muchas cosas pasaron por mi cabeza, entre ellas estaba la posibilidad de que papá haya mandado una carta con malas noticias sobre mamá. Esa idea me revolvió el estómago y me arrastré hacia él.

— Sólo... sólo le dije que le quería —dice moviendo una mano y mirando al frente, frunzo el ceño—. Y Rose... ella me dejó.

— ¿Qué? —masajeo mis sienes.

¿Es que ellos no estaban bien? Yo pensaba que estaban de maravilla.

— Ella dijo que iba muy rápido —se voltea hacia mí, veo sus ojos húmedos—. Y han pasado casi dos años desde que siento cosas por ella, no me parece rápido.

— Es cualquier cosa menos rápido —resoplo intentando respirar con tranquilidad.

Mi hermanito está por llorar gracias a Rose Weasley. Ohh, maldita zorra. Yo le había confiado a mi hermano y me lo deja así. Me pasé la vida enseñando a Scorpius qué cosas le gustan a las chicas, le enseñé a ser educado y a tener sentimientos... ella acaba de destrozar los sentimientos de mi hermano.

Voy a matarla.

— Desearía no habérselo dicho —dice mirando sus manos—. Pero es que en verdad le quiero.

— ¿Te rompió el corazón? —pregunto mirándolo fijo, él me mira la cara al fin.

— Tienes los ojos muy rojos —me informa en un susurro—. Estás molesta.

— Cómo no estarlo... ¡Respóndeme!

— ¿Por qué quieres que te responda?

— Para poder decir que ahora yo voy a romperle la cara.

Me levanto y comienzo a caminar hacia el castillo. Escucho a Scorpius seguirme. Aprieto los puños. Estúpida, estúpida Rose.

— ¡No la golpees! —me dice cuando me largo a correr.

— ¡Voy a matarla!

Empujo a unas niñas para sacarlas de mi camino. No me importa que tengan 11 años y puedan golpearse feo... en realidad no me importaría ni cuando estuviese "tranquila"

— Cassiopeia, es cosa mía.

— Eres mi hermano, te amo, eso lo vuelve cosa mía también —sé que eso lo ha dejado tildado, porque deja de correr. Me volteo hacia él—. Es por esto que odio compartirte con otras personas... ellas pueden lastimarte en cualquier momento.

— Cass... eso no puedes evitarlo —se rasca la nuca—. Tenía que pasar.

— Yo no quería que pase... Y menos así —lo señalo—. Ella te dejó sin más, nadie va a dejar a mi hermanito así.

Sonríe por un instante, pero se le borra la sonrisa cuando me ve correr otra vez. Escucho que grita mi nombre y me pide que lo deje. Pero yo no quiero dejarlo, no hasta que mi puño impacte contra la cara de Rose Weasley.

***

Narra James.

Cuando veo a Cassiopeia pasar pitando ante mí tengo la sospecha de que algo malo pasa. Frunzo el ceño y miro a Albus, él está igual que yo. Entonces aparece Scorpius jadeando y se sostiene de la pared frente a nosotros.

— ¿Qué pasa? —pregunto acercándome a él.

— Ella... ella quiere golpear a Rose —dice mientras intenta respirar.

Alzo las cejas, ¿ahora qué le ha hecho Rosie? Debió molestarla mucho para que pase de ignorarla a querer matarla.

— ¿Por que? —inquiere Albus mirando hacia donde Cassie había ido.

— Porque... —Scorpius respira hondo y pega su espalda a la pared—. Porque Rose ha terminado conmigo.

— ¡¿Qué?! —tanto Albus como yo lo miramos sorprendidos.

Sinceramente yo no esperaba que terminaran ahora, ¿Tenían que hacerlo justo cuando me acostumbraba a verlos juntos? ¿En serio Rose? ¿Después de meses diciéndome que no iba a terminar su relación?

Bufo y paso una mano por mi hermosa y sensual barba.

— Le dije que la quería y se puso como loca —suelta frustrado y luego nota nuestra mirada sobre él, su cara muestra dolor puro—. Aún así no quiero que Cass le rompa la cara.

Asiento y le doy palmadas en el hombro— Voy a por ella.

— ¿Cómo vas a encontrarla? —me pregunta cuando ya comienzo a caminar.

— ¡Tengo mis métodos! —me echo a correr.

Con ayuda del mapa del merodeador encuentro a Cass en uno de los pasillos del tercer piso. Tomando algunos atajos logro llegar hasta donde ella está y la espero en una esquina para poder detenerla.

Apenas da unos pasos en el pasillo cuando la tomo por detrás y tiro de ella dispuesto a llevarla lejos. Ella comienza a forcejear y gritar que va a matarme si no la dejo ir... Me da miedo porque puede hacerlo, pero aún así hay que hacerla entrar en razón.

— ¡Quiero matarla! —grita mientras patalea para que la suelte—. ¿Qué parte no entiendes? ¿Es que tú no harías lo mismo con alguien que lastime a tus hermanos?

— Sí entiendo, Cassie —respondo haciendo hasta la imposible para voltearla sin que se suelte.

Con algunos forcejeos lo logro y tomo sus manos, espero no lastimarla. Pero... bueno, espero que ella no me lastime tanto.

— Entonces déjame ir —zapateó y tiré de ella un poco.

— No... No deberías ponerte así —abre la boca para protestar, la interrumpo—. Scorpius ya está grande para que hagas estas cosas por él.

— ¿Me dirás que tú no lo hiciste cuando Jake lastimó a Lily? —pregunta alzando una ceja... ¿acaso se refiere a Josh? 

— No lo hice —respondo y ella bufa sin creerme—. Quise hacerlo y no lo hice.

— ¿Y eso por qué?

— Porque lo pensé... Y noté que si Lily era lo suficientemente grande como para enamorarse, también lo era para enfrentarlo —deja de mover las manos y me mira—. Ya no podía ir y rescatarla de todo, ella ya tiene edad para cuidarse sola.

Entonces pienso que le he llegado, que logré calmarla. Porque está mirándome con una pequeña sonrisa. Suelto sus manos y me toca la cara con una de ellas.

— Qué lindo, James... Pero yo no voy a rescatar a Scorpius, voy a matar a Rose.

Y sale corriendo. Maldita sea, pasé demasiado tiempo pensando en lo genial que era el hecho de que acaricie mi sensual barba y en cómo sería si lo hace luego de...

— Corre, idiota —me digo a mí mismo antes de salir disparado tras ella.

Cuando llego a donde está Cassie parada choco contra su espalda y ella me dirige una mirada molesta. Sonrío y beso su mejilla esperando que así no me mate.

— Mira eso —susurra señalando hacia el otro lado del pasillo.

Veo a Scorpius charlar con Rose. Él se ve triste pero asiente a todo lo que ella le dice. Finalmente dice algo y alza una mano, Rose espera un momento pero la acepta. Luego ambos se retiran en silencio.

— Lo ha solucionado él solo —murmura Cassie y la miro, tiene la nariz roja.

— ¿Vas a llorar?

Me pincha el brazo y grito. No debí decir eso.

— Sólo dame un abrazo —ordena y lo hago—. Mi hermanito está creciendo y madurando —se larga a llorar y yo acaricio su espalda algo incómodo—. Esto es demasiado.

— Sólo eres mayor por unos meses —le recuerdo y vuelve a clavar sus uñas en mi espalda—. Shh, eres la mejor hermana mayor, ¿ya mencioné que eres hermosa?

... Tal vez reciba un premio después de esto. Sólo debo callarme y esperar a que se calme. Pero no logro hacerlo y suelto lo que pasa por mi cabeza.

— Cassie —susurro—. Ahora noto que esto puede deberse al síndrome pre-mestrual, no falta mucho para que... ¡La cara no, Cass!


¡Hola, queridas!

Scorose ha acabado :v la verdad no soy su fan, luego de literalmente años leyendo su historia a lo Romeo y Julieta ya no me gustan. Diría que Rose en sí no me agrada.

Cass ama a Scorpius :'3 Es como yo me siento con mi hermanito, no quiero lo lastime otra persona que no sea yo ahre okno

xD James ya comienza con sus ideas cochinas y Cassie simplemente no puede dejar de golpearle la cara, es amor puro.

¿Les confieso algo? Quiero a Neville como mi profesor, siento que sería un profe genial. De esos que quieren que sus alumnos se sientan bien ante él.

En fin, hasta luego queridas.


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