Siento que Madame Pompón me ama, digo, cuando llegué tirando del brazo de Potter, ella miró al cielo diciendo "¿Por qué a mi, señor?" y luego, cuando arreglaba la nariz de mi pequeño amigo, me dijo que debería dejar de ser tan violenta.

No importaba cuantas veces haya dicho que fue un accidente (muy premeditado) todos resaltaban mi brutalidad, incluso corrió el rumor que Potter perdió la nariz... Qué diablos, chismes maquillados y con extra photoshop.

Potter, con la nariz morada e hinchada, y los ojos llorosos, me sonrió y dijo que no era algo serio, y que además, si lo pensabas bien, era divertido.

Eso decía yo desde el momento en comenzó a desangrarse, gente que no ve el lado gracioso de la vida.

Le rompí la nariz con una bola de nieve a un niño porque me ponía nerviosa. Es tremendamente cómico... Ja, ja.

Tres días pasaron, la nariz de Potter se fue curando poco a poco, mi maleta estaba hecha e iba hacia las carrozas para ir a la estación.

En el camino vi a Louis Weasley, no dudé a la hora de dar un trote hacia él y rodearlo con un brazo, el horror verdadero apareció en su rostro al verme.

— ¡Hola rubio!

—Ho-hola Cassiopeia.

— ¿Cómo has estado? —creo que estaba demostrando muy bien mi placer de verlo asustado.

—Bi-bien.

— ¿Y tu mujer? —una diabólica sonrisa apareció en mi rostro mientras él palidecía—. ¿Creíste que lo olvidé, amor mío?

— ¿Vas a... lastimarme?

—Nah... Pero ten en cuenta que puedo romper tu nariz con un poco de nieve —susurré amenazante—. Así que no más juegos... con nadie.

—Nu-nunca. Lo ju-juro.

—Qué lindo, saludos a tu bebé.

Me separé de él y comencé a dar saltitos hacia la carroza que tenía enfrente, aunque otra persona tenía la misma idea que yo y se adelantó igual por la misma carroza.

Nuestros hombros chocaron y yo giré mi cabeza lentamente hacia un costado, hacia la enana junto a mi.

—Lilian Potter.

—Cassiopeia Malfoy —imitó mi tono altanero—. Que bueno es verte otra vez.

—Nos vimos en el desayuno...

— ¡Sigue el guión! —una sonrisa aparece en sus labios, y era una de las pocas sonrisas agradables suyas que he visto.

—Oye... Sólo quiero decirte que tengo la voluntad para dejar de odiar a un Potter a la vez.

— ¿Me odias?

Lo pensé un momento, poniendo mi brazo sobre su hombro y recostándome sobre ella—. En realidad, no te tolero.

— ¿Por qué?

—Eres pelirroja.

Soltó una risa y me empujó —. ¿Qué problema hay con eso?

Arrugue la nariz y Louis pasó pitando junto a nosotras.

—No voy a ser tu amiga íntima de la noche a la mañana —recalque clavándole un dedo en su hombro—. Eres muy...

—Tú —completó alzando una ceja.

—Inteligente la niña Potter —murmuré y escuché que me llamaban—. Adiós, pelirroja intolerable.

—Adiós, pelirroja frustrada —suelta otra risa ante mi expresión de enojo—. Nos veremos pronto de todas formas.

— ¿Qué?

—James no ha dejado de hablar sobre eso —arregla su gorro blanco y guarda uno de sus rojos mechones dentro de él —. Espero que sea verdad y no le ilusiones por nada.

Me volteé lentamente pensando en que Potter se habrá pasado todo éste tiempo divulgando lo que le dije, hice una mueca mientras me sentaba junto a Adela y Scorpius.

Ahora siento que en verdad debo ir a la casa de Potter.

Alcé la vista hacia Albus, él estaba haciéndole ojitos a Adela.

—Oye, Romeo —sus mejillas brillaron al rojo vivo—. ¿Van a estar en tu casa en estas fiestas?

—Umm —fruncio el ceño—. No, iremos a la madriguera.

Su voz se apagó al final pero volvió a mirarme con sus ojos brillando de curiosidad.

— ¿Por qué?

—Para estar al tanto —respondí mirando hacia la estación, al menos ya estábamos llegando, en verdad estaba muriendo de frío.

— ¿VAS A ENVIARME UN REGALO SÚPER COOL? —gritó mi amigo saltando sobre mi y sacándole de sus pensamientos a Scorpius—. Dios, Cass, eres la mejor.

—Tú eres un interesado —le pegué en la cabeza y lo aparté de una patada—. ¿Por qué sólo piensas en los regalos? ¿Qué hay de lo que significa realmente la Navidad? ¡El amor, la paz!... ¡La comida!

—El muérdago que Cassiopeia va a pegar en la puerta de los Potter para poder besuquear pedófilamente a pequeño Potter —dijo Adela en tono desinteresado mientras pasaba las páginas de su revista muggle, Vougue.

Yo tomé su revista y la aventé lejos... En la cabeza de Fred Weasley, porque su carroza estaba junto a la nuestra.

Mini Potter me sonrió desde allí y sentí mis mejillas arder en vergüenza y enojo.

—Cassiopeia, tú vas a pagar eso —declaró en un gruñido, pero luego sacó una revista igual de su cartera—. Tienes suerte de que tenga dos. O te mataba.

Me arriesgué a la muerte, volví a lanzar su revista, ahora con toda la intención de noquear a Fred Weasley, luego me lancé a la carrera al tren, porque seguro Adela me mataba lenta y dolorosamente.

De repente adoro a Albus y su juego de seducción hacia mi prima, porque se han ido a un vagón a despedirse como Dios manda.

Rose Weasley casi entró al vagón donde Scorp y yo íbamos, él estaba concentrado leyendo, por lo que no vio cuando yo amenazaba de muerte a su novia con mi mirada y esta salía retrocediendo lentamente.

Estuve en el vagón todas las veces que Rose venía, bueno, casi, en un momento mi vejiga me pudo y tuve que retirarme de volada al baño, para cuando volví, mi hermano me había abandonado.

Al llegar a King Cross, me quedé parada de puntillas mirando hacia todas partes, hasta que vi una cabellera rubia que reconocía muy bien. Sonreí y caminé hacia mi padre con Adela y Scorpius tras de mi, ya nos habíamos despedido de Albus (de un sonrojado y jadeante Albus) en el tren.

—Papá —me abracé a él.

—Tío —Adela me imitó y ambas casi ahogamos a mi padre.

—Hola —respondió algo incómodo por la demostración pública de afecto, pero feliz de vernos, como siempre—. Theo no pudo venir, Addy.

Mordí mi lengua para no reír, mi padre seguía diciéndole Addy y ella odiaba ese apodo, pero ahora estaba sonriendo con los ojos gritando "muerte, muerte"

—Nah, no importa tío, ya me lo esperaba.

Mientras mi padre escusaba tontamente al tío Theodore, yo no pude evitar ver a la familia de zanahorias que se encontraba al otro lado.

Entrecerre los ojos y sonreí al ver que una de las mujeres apretaba las mejillas de mini Potter, cuando él notó que lo miraba, se sonrojo con pena y alzó una mano, yo hice lo mismo.

Sí, Potty, voy a visitarte en las fiestas. Está decidido.

— ¿Y mamá? —pregunté.

—En casa, les espera ansiosa.

—Pues vamos.

Una vez en casa, dejé mis bolsos a un lado y con el corazón latiendo con fuerza corrí a las escaleras, subiendo de dos en dos hacia la habitación de mis padres.

Cuando abrí la puerta, había una tenue luz iluminando el lugar, y en la enorme cama al otro lado de la habitación, con el rostro demacrado pero con una brillante sonrisa, mamá me miraba.

No traía peluca, no traía un pañuelo en la cabeza, podía verla, calva, sin un rastro de cabello, eso sólo me causó un ataque de llanto.

—Ay, mi amor, no llores, estoy bien.

¿Por qué la gente dice que está bien cuando obviamente no lo está?

Aloha, babys, quería hacer un maratón, pero ahora mismo me está matando la cabeza y estoy a punto de dormirme mientras escribo esto, espero poder actualizar mañana. 

¿A poco no soy cruel con Astoria? ¡Tanto que la amo! Pero bueno, tampoco soy Disney para dar finales happys a todos, veamos la suerte de esta Astoria.

Pd: Oigan, Molly no murió en realidad... sólo la mate yo, no Rowling XD y ya saben que yo mato con naturalidad... ¿No? ah