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Una serie de bochornos.

Narra James 

La cena de Navidad estuvo bien. Mamá y mis tías se esmeraron para cocinar parecido a mi abuela, mientras que los demás arreglábamos el árbol, la mesa y otras cosas.

Todos intentaban pensar en cualquier cosa menos en los abrazos cálidos que faltaban.

Por mi parte, enfocaba mi mente en el hecho de que Cassie prometió visitarme. Y aunque cabe la posibilidad de que sólo lo haya dicho por verme mal, sigo creyendo firmemente en que aparecerá en cualquier momento con una sonrisa.

Soy tan idiota, que mientras comía la cena en la enorme mesa, imaginé que ella entraba, en toda su esplendorosa presencia, con el cabello pelirrojo y los ojos brillando sólo para mí.

Entonces tío George me lanzó jugo encima, fue sin querer (eso deseo creer) pero lo que dijo luego, no.

—Niño, eres muy pequeño para pensar en esas cosas.

Me sonrojé mientras todas las miradas se clavaban en mí, riendo. Bueno, al menos el hecho de que se pasaron molestándome toda la noche evitó que se depriman por abue Molly.

Cuando me recosté esa noche, o bien madrugada, suspiré desanimado porque Cassie no apareció esa noche, aunque claro, ¿Qué más esperaba? Ella tenía que cenar con su familia, pero yo era tan idiota que deseaba verla en ese momento.

Entonces, ya no pude seguir pensando en ella, porque voltee y metí una de mis manos bajo mi almohada, sentí algo suave y lo saqué, tragué en seco al  reconocer el último suéter que abue Molly me había hecho. La escena del momento en que me lo entregó se reprodujo en mi cabeza, torturándome.

Devolví el suéter a su lugar y me puse boca arriba, respiré hondo, debería superarlo, las personas mueren todo el tiempo, y más aún si ya son ancianas... pero aún así es extraño no tenerla cerca, a veces despierto olvidando que ella ya no está, y me llevo una gran desilusión a la mitad del día.

Estuve veinte minutos con los ojos cerrados, obligándome a dormir, hasta que al fin lo logré, creo que me quedé dormido en el momento en que dejé de darle vueltas al asunto, cuando mi cerebro asimiló la situación y las puñaladas de dolor eran menos.

Esperaba poder descansar más, no le afectaba a alguna persona en el mundo que un ¨niñato¨ como yo siga en la cama hasta el medio día, pero nadie estaba dispuesto a dejarme en paz.

Primero fue Albus quien se lanzó en mi cama y saltó hasta que lo mandé al diablo, intenté seguir durmiendo, entonces llegó Teddy y me dio de lleno con la almohada en la cara.

  — Ted, es un niño — dijo Victoire en el umbral de la puerta, con los brazos cruzados.

Exacto, bruto.

  — Es James  — soltó riendo y volvió a golpearme —. No lo ibas a defender si no se veía tan adorable.

  — Soy adorable todo el tiempo    — dije sonriendo y Ted puso la almohada sobre mi rostro.

Ah, maldito idiota.

  — Vamos Teddy, déjalo ya.

Con el tono que he escuchado, no me extraña que en un segundo Teddy haya pasado de ahogarme a arreglarme el cabello y ayudarme a levantarme. Vic le dió un beso en la mejilla cuando él fue hacia ella como un perrito, hice una mueca.

 — Por favor, en mi cuarto esas asquerosidades no... ni en mi presencia... mejor nunca.

  — Tú no eres mi jefe  — declaró mi casi hermano mayor sacándome la lengua antes de voltearse y besar a Victoire.

No... hagan... eso... en... mi maldita presencia.

Los escuché reír mientras los echaba a patadas, Victoire dijo desde las escaleras que bajara rápido.

Bajaré cuando supere el trauma, el tipo al que considero mi hermano se besuquea con mi prima... Necesito un exorcista urgente.

Esto es deprimente. Es vergonzoso. No puedo creer que debo usar mi vieja ropa, otra vez...

Observo resignado mis pantalones y mi polera de Ben 10, porque a Albus le pareció divertido darle la idea a mamá, tuve suerte de no terminar con los zapatos que se encienden a cada paso... pensándolo bien, eran geniales esos zapatos.

  — JAAAAMEEES  — escucho a Dominique gritar desde abajo.

  — VOY A BAJAR CUANDO ME SIENTA PREPARADO  — respondí a gritos igualmente, malditos, sólo me quieren ahí porque no podrán abrir sus regalos hasta que todos estén presentes.

  — MÁS VALE QUE ESO SEA AHORA... VINO TU NOVIA LA PEDÓFILA.

¿Perdón?

 — NO SOY SU NOVIA — esa voz histérica la conozco— . Y TAMPOCO SOY PEDÓFILA.

Apreté los labios un segundo antes de gritar ¨SI¨,  subí mi puño a modo de festejo.

Sí vino, ah Merlín... Ella vino y yo parezco fanboy de Ben 10.

Me saqué la camiseta con dificultad, chocando con todo en la habitación cuando esta se atoró en mi cabeza, rebusqué algo de ropa que no sea vergonzosa, pero lo más cercano a algo varonil y maduro que encontré, fue una de Batman... al menos es negro, ¿El negro me hará ver como un niño malo?

¡AH MIERDA! Ahora incluso yo me veo como un niño.

Me la puse a la apurada y choqué contra la puerta mientras salía, sobé mi frente y me incliné hacia el barandal para ver abajo, Cassiopeia estaba cruzada de brazos junto a mi  padre, Dominique y el tío Ron... el tío Ron, diablos, tercera guerra mundial.

Fui hacia las escaleras corriendo, y juro que todo iba genial, que yo me veía como sacado de telenovela, pero olvidé atar mis cordones y terminé rodando los últimos seis escalones, al impactar contra el suelo, hice un giro y me levanté de un salto.

Cassiopeia me miraba con los ojos abiertos como platos, el tío Ron igual, Dominique reía histérica y papá intentaba disimular su sonrisa.

  — Hola  — saqué mi mejor sonrisa con la esperanza de hacer pasar el incidente anterior.

Cass alzó una ceja, y vi que el extremo de sus labios se curvaron—. Hola, Potty.

Me siento cual quinceañera con su chambelán y todo... Ignoren eso, tengo momentos de debilidad y suelto estupideces.

Quedé tildado mirándola, como el idiota acosador que soy, ella no dejaba de moverse, en algún momento después, noté que estaba incómoda.

  — Y después dicen que no son novios  — Dominique  sonrió un poco— . Si quieren privacidad, ni la pidan, yo no necesito traumas.

Luego de joderlo todo, se fue de volada, ignorando mi amenaza mental. Cassiopeia masculló algo y me volví a mirarla, estaba toda roja y aireada, seguramente soportando las ganas de soltarle una sarta de groserías a Dom.

  — ¿Quieres chocolate, Cassiopeia?  — dijo de repente papá, al notar que mi tío Ron y Cassiopeia estaban por comenzar una discusión.

 —Eh, yo...  — que sí, que sí, que...— . Está bien.

Que este es mi día, he dicho.

Mi  querida no-pelirroja llevó la taza a sus labios, al instante abrió los ojos como platos y volvió a bajarla mientras se daba aire con una mano.

  — Está caliente  — le dijo Lily sonriendo inocente, ya que ella se la había dado.

  — Gracias por advertirme eh  — murmuró sarcástica y sopló un poco.

Sonreí y llevé mi chocolate a mi boca, di un buen trago y... y volví a escupirlo porque estaba jodidamente caliente.

  — Eh, que recién lo saqué del fuego  — burló Albus a mi lado dándome un codazo.

De que me voy a Azcaban, me voy eh, y por haber matado a mi hermano.

Pasó una hora, no entiendo cómo he sobrevivido tanto, o cómo Cassie lo ha hecho, ella simplemente responde a alguna que otra pregunta que mi familia le hace, a las bochornosas, como ¿James y tú salen desde hace ya rato? ¿Son novios desde que él era peque?   las dejaba pasar, con la cara roja, igual que yo.

Iba a darme un infarto cuando mamá le miró y con una enorme sonrisa marca Voy a avergonzar de lo lindo a mi hijo, le confesó que era una chica hermosa y ya sabía porqué yo no dejaba de hablar sobre ella ni en sueños.

Yo jamás... creo que jamás he dicho algo sobre Cassie en sueños. Pero en tal caso, espero que mis sueños hayan sido sanos y castos.

  — ¿Y mi regalo?  — soltó de repente Albus, lanzándose sobre Cass, bajé la vista apretando los labios, Albus maldito— . Ni digas que lo olvidaste, Scor ya me dijo que estuviste buscando uno como loca.

Cassie rodó los ojos, intentaba no sonreír, apartó a Albus con poca delicadeza, lo que fue bellísimo ante mis ojos.

  — Después, Alb... Yo... agh  — me miró, luego miró hacia arriba, murmuró algo y su cabello cambió a rosa, luego amarillo, finalmente quedó en naranja— . VineahablarconMiniPotter.

  — ¿Ah?  — dijeron  todos inclinándose hacia ella con una sonrisa del gato de Alicia en el País de las Maravillas.

Cassiopeia suspiró, fulminando a todos con la mirada—. Quiero hablar con James, permiso.

Me dijo James, quiere hablar conmigo, está ante mi familia y no ha hecho una dramatización, siento que esto debe ser un sueño bien loco.

Se levantó, asumí eso como que debía seguirla, ignoré todos los comentarios, hasta que llegamos al otro, Cassiopeia pasó sus manos por su rostro y me miró.

  — Tu familia es adorable...

 — No me mientas.

  — Los odio  — sonrió abiertamente— . Están como para estrujarlos... Pero ese no era el tema, yo no iba a quedarme tanto tiempo...

  — ¿Y por qué lo hiciste?  — inquirí alzando una ceja.

Ella apretó los labios y miró para otro lado—. Razones... personales.

  — ¿Qué razones?

 — ¡Personales, Potter!

  — Me incluyen en cierto modo  — ella gruñe— . Sería genial que ahora no me rompas la nariz con una bola de nieve, por favor.

De inmediato, volvió a sonrojarse, siendo su nariz lo más rojo de todo su rostro.

  — No planee ese ataque, y lo sabes, fue... puro nerviosismo  — toma un mechón de su cabello y lo enrolla en uno de sus dedos, al percatarse de lo que hace, lo suelta y toma su bolso que colgaba sobre su cadera— . Mi plan era decir Feliz Navidad, darte el regalo y desaparecer...

  — ¿Con semejante emoción ? — me llevé una mano al corazón— . Guau, te luces en verdad...

  — Potter  — chasquea la lengua— . He venido, estuve dos horas allá sin cometer un homicidio ¿Qué más quieres?

  — Un beso  — solté casual y metí mis manos en mis bolsillos.

Seguro esto se habría visto irresistible en mi cuerpo de matador, pero no, ahora tengo 9 años y debo verme... agh.

Ella abrió la boca, la cerró, la abrió, luego se dedicó a mirarme enfadada. Que amo eso, se ha quedado sin palabras.

  — Qué sinvergüenza niñito.

  — Qué poca captación de indirectas  — dije en el mismo tono.

O bien no capta la indirecta, o no quiere captarla... eh, creo que lo último.

Iba a seguir, pero escuché un chillido.

  — JO JO JO, HA LLEGADO SANTA CLAUS.

¿Esa es Adela Nott? ... ¿Y el que está vestido de Santa es...?

 — Papá, ¿Qué diablos? — Cassiopeia pone cara de horror.

 

Iba a poner una imagen de Davis Cleveland (como yo veo a mini James) donde se ve malote con su camiseta negra, pero no me aceptaba la imagen... una pena, porque al verla me dio un ataque risa a las doce de la noche, sí, esa onda de loca.

En fin... hasta la próxima, veremos qué droga se puso Draco para terminar vestido de Santa Claus en la Madriguera LOL

...PD: James, te re amo :v porque yo te hice JA


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