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Tonto Fred Weasley.

Siento que necesito tratar mal a Potter, oh mi alma desea ir y hacerle un calzón chino...  Golpearlo tal vez. Pero en su lugar estoy en la biblioteca mirando el estante a rebosar de libros ante mi.

Me leí los titulos docenas de veces, y aún no recuerdo qué diablos vine a buscar.

—¡La tarea de transformaciones! —Grité de repente, la ayudante de la bibliotecaria apareció de la nada.

—¡Shhhh! —Me dijo casi escupiendome, qué casi, más bien me mojó toda con su baba.

—Perdón —Susurré.

Ella asintió con suma gravedad y tal como se apareció, desapareció.

Ya, debo buscar ese bendito libro, hacer mis deberes para luego ir a comer pudín con los unicornios en el bosque prohibido.

Estaba por la mitad del pergamino cuando siento una presencia... La ignoro, tal vez sea Peeves que anda molestandome mucho últimamente. Me siguió hasta el baño ayer, no sería raro que ahora esté aquí.

¡Pero diablos! ¿Peeves huele tan bien?

—Ho-hola.

Carajo, no es Peeves, es peor.

Louis Weasley está junto mi, ¡Ha vuelto! ¡Va a confesar su eterno amor por mi! Me pedirá matrimonio diciendo que no puede vivir sin mis labios y mi trasero contoneándose, y yo, cruelmente le diré que no para deleitarme al verlo llorar y...

— ¿Ya terminaste con ese libro?

—Cabrón —Se me  escapó frunciendo el ceño. Él parpadeo sorprendido—. ¿Qué es eso de alejarte cuando se te escupe malvavisco en la cara? Qué poco profesional.

—Yo... Era raro.

—¡¿Me estás llamando rara?!

Okay, ya estoy alterada. Gracias Louis, gracias por venir a alterarme los nervios.

—¡Cass! No, yo no he dicho eso...

—¡Ahora soy mentirosa! Te jodiste, adiós... Y no, no terminé con el puto libro.

Tomé mis cosas y salí de allí con la frente en alto, haciendo resonar mis tacones a cada paso, poco me importaba que la tía esa vuelva a shhhshearme la cara... Shhhshearme no es una palabra real.

¡Louis me puso tan enfadada que invento palabras!

—¡Cassiopeia! Esperame un momento, debemos hablar.

Ni en calzones... A menos que él esté en calzones, claro.

— ¿Qué quieres decirme? Más te vale que tu respuesta me guste —Dije sin dejar de caminar como diva.

Soy una diva... Lo he aprendido de mi padre. Draco Divaza Malfoy, hijo de Lucius Gran Divo Malfoy... Si ellos me escucharan los pensamientos ahora.

—Lamento haberte abandonado por semejante tontería.

—Ajá, prosigue.

—Debí ser menos infantil, no fue algo que tu querías hacer, fue un accidente.

Ahora si quiero hacerlo... Aunque el deseo se borra poco a poco a medida que él habla.

—Exacto.

—Aunque tu también me evitabas.

¡Santa cachucha! Ahora me acusa de cosas que yo no... Ah si, amenace a unas chicas para no sentarme junto a él... Pero eso no lo sabe.

—Trina y Juls me contaron que tú las amenazaste para que te den sus lugares en historia de la magia.

Coño.

— ¿Y? ¿Eso te molesta?

—No...

Paré y me voltee a mirarlo con la boca abierta. No le importaba...

—¿O sea que yo no te gusto? —Balbucee bajando los brazos.

No entiendo porque se siente como una cachetada... Tal vez si me gustó un poquito en algún momento.

—Siendo sincero —Tomó aire y se pasó una mano por el cabello—. No me gustabas ni en el principio.

Mis hombros bajaron y me sentí idiota. Aunque también estaba enfadada, mi cara estaba ardiendo.

— ¿Y por qué diablos me pediste una cita? La citas son cuando la persona te gusta, Weasley —Mi voz sonó profunda y desilusionada—. Eres un idiota.

—Lo siento, lo siento, no fue mi idea —Hace una mueca de vergüenza—. No entiendo cómo terminé haciéndolo, pero ahora sé que es algo muy feo ir por allí enamorando chicas para luego romperles el corazón.

—¡¿Planeabas hacerme eso?!

—¡No! Yo no lo planee.

— ¿Entonces qué mierda, Weasley?

Lo estampe al muro como lo haría con cualquiera, era sólo cuestión de tiempo para que me ponga bruta con él también. Pude notarlo asustado gracias a sus ojos .

Voy a arrancarle esos ojos. Nadie juega con mis malditos sentimientos que se supone no tengo.

—Yo... Yo no debería decirlo —Solté mis cosas, lo tomé del cuello de su camisa y tiré de él hasta que mi nariz tocaba la suya, mis pupilas brillaban con un rojo sangre—. ¡Está bien! Te lo diré, lo juro... ¡Fue Fred!

— ¡¿Qué Fred?!

—Fred, mi primo, Fred Weasley —Intentó separarse—. Él me dijo que yo debía enamorarte y luego romperte el corazón para que aprendas y sepas lo que es sufrir.

—¿Y por qué aceptaste?

—... Me está chantajeando —Murmura y luego lo vi palidecer—. No me obligues a decirlo.

Me quedé mirándolo mientras pensaba en la mejor manera de matar a Fred Weasley.

Puse mi codo en su hombro, pasé mis dedos por su cabello en actitud desinteresada.

—Vas a decírmelo, Louis, o tus ojos conocerán a tu trasero.

****

Bien chantajeado el pobre Louis, bueno... Nadie quiere que el colegio se entere de que embarazaste a una mujer mayor que tú cuando fuiste de vacaciones. Digo, sería incómodo...

Y yo no me lo esperaba de él, pero bueno, ya me traume.

— ¡FRED WEASLEY! —Grité al verlo en el campo de quidditch, él me miró desde lo alto en su escoba.

Alzó una maldita ceja pelirroja—. ¿Mande, Malfoy?

— ¡Bajate ahora mismo!

—Ehhh, dejame pensar... No.

Saque mi varita y todos se apartaron—. ¡ABAJO!

En cuanto se estrelló contra el suelo, yo me lancé sobre él y busqué como loca su brazo para morderlo.

—¡Malfoy! —Lloriqueo apartando su mano.

— ¿Cómo te atreves a chantajear a tu primo para que salga conmigo? —Le tiré de los cabellos—. ¡Eso no se hace!

Lo golpee por un buen rato hasta que me separaron, Fred tenía la cara llena de rasguños y mordiscos... Vaya, tal vez me pase un poco.

Nah, para nada.

— ¿Qué pasa Cass? —Pregunta Albus,  quien me sujetaba para que no vaya a matar a su primo.

—¡Él intentó jugar al malito! ¡Ahora se jode!

— Fred —El mini Potter se apareció frunciendo el ceño, con Louis a su lado, parecía decepcionado—. ¿Había necesidad de hacerlo?

Weasley rodó los ojos y limpio su labio sangrante.

—Vamos, hay que admitir que se lo merecía... Es una completa arpía, no creo que sea para tanto, tal vez ni tenga corazón.

Dejé de forcejear con Albus a la par que veía que la mayoría de los espectadores asentía de acuerdo. Respiré hondo y abrace uno de los brazos de mi mejor amigo.

Ya decía yo que para ellos soy un demonio insensible.

—Tú no sabes nada —Masculla Potter y me mira. Yo hago una mueca y observo mis uñas para que no sea tan evidente que me afectó el pensamiento de Weasley—. Eres un idiota, Fred.

— ¿Estás del lado de ella? —Sonó incrédulo —. ¡Ella te ha tratado como basura durante años! Y no hice nada malo.

—Tú sabes bien porqué estoy así.

Weasley cerró la boca, y yo también quiero saber el porqué.

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