Estaba desesperada lanzando ropa por sobre mi hombro, ¡En media hora era mi cita y yo no sabía qué ponerme!

Lancé un vestido de noche y luego una camiseta talla extra grande. Iba a ponerme histérica en cualquier momento...

—¡Maldito sea el mundo!... ¡Y que yo no haya traído todo mi estúpido closet!

—Calma Cassie —Dijo Megan, mi otra compañera de cuarto, limandose las uñas—. Inhala, exhala, mucho estrés te saca arrugas.

Hice lo que ella me dijo pero volví a explotar.

—¡No se qué ponerme!

—Pues ve desnuda —Propuso Verónica.

Le miré con cara de ¿Qué te pasa?, ella se encogio de hombros y la imagen de su cepillo en el váter apareció en mi mente. Sacudí la cabeza.

—Bueno, mamá Adela hará su magia —Se frotó las manos examinandome—. ¿Me dejas?

—Hazlo por favor.

(...)

Terminé en Las tres escobas con unos jeans negros, zapatos bajos y una camiseta verde oscuro con un hombro caído. Según las chicas ( Y Louis, grito colegial) me veía hermosa.

—Sabes Cassie —Me sonrió mientras yo bebía un poco de mi cerveza de mantequilla—. Siempre me he preguntado cual es tu apariencia real.

—¿Real? Pues esta —Señale mi cabello rubio y mis ojos plateados.

Él negó sin borrar su sonrisa y tomó mi mano por sobre la mesa. Se me fue el aire.

—Hablando en serio, estoy seguro de que esa no es tu apariencia real.

Entrecerre los ojos hacia él.

—¿Te fias de tus sospechas? —Asintió —. Pues me sorprende que te hayas dado cuenta.

Su mirada mostraba satisfacción por estar en lo correcto.

—Bien, ¿Me enseñarías a la verdadera Cassiopeia?

Ladee la cabeza indecisa. Hace tiempo que no muestro mi verdadera forma física.

En realidad yo... Yo no parezco tan Malfoy.

—Apuesto a que eres muy hermosa.

—Vaya, sabes como ganarte a la gente —Me sonrojo—. Esta bien, Louis.

Cerré los ojos momentáneamente mientras mi cabello cambiaba de color y mis ojos se volvian verdes. Volví a abrirlos y miré a Louis mordiendome un poco el labio.

—¡Vaya! Eres pelirroja —Exclamó.

—No soy pelirroja —Negue rotunda—. Es castaño, como mi mamá.

—Es un castaño muy pelirrojo —Rió.

Bajé la vista y tomé otro trago de mi cerveza. Mi cabello volvía a lo usual cuando él se inclinó hacia mí.

—Por favor, sigue como eres en realidad... Eres preciosa —Murmuró muy cerca de mí.

Le miré y volví a ser castaña. Casi escupí mi cerveza pero me obligué a tragarla. Bajé mi vaso. Louis sonrió mirándome la boca.

—Tienes espuma, Malfoy.

—¿Ah?

Maldición, está muy cerca.

¡Va a besarme!

Estaba dispuesta a lanzarme a sus brazos cuando una voz chillona nos interrumpio.

—¡Cassie, oh por Dios!

Louis cerró los ojos frustrado y ambos nos giramos hacia Potter.

Él me miraba indignado, pero aún más a su primo. Tenía a su grupito tras él. Puso sus manos en su cadera.

—¿Qué está pasando aquí?

—Una cita, tal vez —Louis me rodeo con un brazo y tomo su vaso levantándolo—. Hay una chica, un chico, charlando... Si, es una cita.

—¿Cómo puedes salir con ella? —Luego me miro a mi—. ¿Cómo puedes aceptar salir con él? Y no... ¡Y no conmigo! ¡Después de cuatro años!

—Yo lo logré en dos minutos —Murmuró Louis y yo le di un codazo riendo.

—Cassie... —Se me quedó mirando y yo esperé su escenita de celos bebiendo mi cerveza—. Oh por Merlín, estas bellísima, hace tanto no te veo con tu cabello normal.

Lo escupí todo y me tape la boca. Mi cabello brilló aún más rojo.

¡Si! Maldita sea, soy casi pelirroja. ¡Gracias mamá! Muchas gracias en realidad.

—Callate Potter —Cerré los ojos—. No me apetece hablar de eso.

—¿De tu secreto? ¿De que eres pelirroja en realidad? —Sus ojos brillaron con malicia—. ¿De que eres mi pelirroja?

—Uno, no soy pelirroja, dos, no soy tu pelirroja —Gruñi.

Que no lo diga, por favor. Era una niñata, era estúpida...

—Eso no es lo que dijiste aquella vez —Canturreo.

—¡Estábamos jugando James! Digo Potter —Me tape la cara—. No me hagas esto.

Louis me acarició la espalda.

—Calma, yo lo arreglo.

Y comenzó a echarlos de la manera más educada que Louis Weasley podía.

—Bien, bien, pero primo, deberías recordar que ella, por más citas que tengan, siempre será mi pelirroja.

Después de esto, sé que ya no habrá otra cita.

Cuanto te odio James Sirius Potter.

¡Y no soy tu maldita pelirroja!