Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Cambiemos, juntos.

Jugué con los bordes de mis sábanas mientras miraba al techo, la voz de Fred Weasley se repetía una y otra vez en mi cabeza.

Arpía, arpía, arpía.

Maldición, si poco me importa lo que piense ese idiota, ¿Por qué me repito lo que dijo? ¿Por qué tengo ese mal sabor de boca, ese malestar de barriga cuando Arpía resuena en mi cabeza?

Será... Será porque sí me importa.

Tragué saliva y agradecí que sea domingo y sean las siete treinta de la mañana, ya que todas estaban dormidas. Nadie podría verlo.

Nadie podrá verme llorar como idiota.
Mi vista nublada, ojos ardiendo y las lágrimas cayendo a los lados, mojando mi cabello y la almohada. No sabía cómo respirar sin jadear y dar sospechas de que estoy llorando, así que di pequeños sorbitos de aire mientras mi cabello se teñía de negro.

Negro siempre ha significado algo malo.

Negro fue mi cabello cuando la abuela Tracy murió, la madre de la mía. Negro fue mi cabello cuando un grupo de mortífagos a los que papá había delatado llegó a casa y casi lo matan. También era negro todas esas veces que llegaba a casa luego de la escuela, luego de muchas burlas por mi cabello, por ser hija de ex mortífagos.

La primaria no fue un bello momento. Creí que en Hogwarts todo sería mejor, nadie me molestaría. Pero termine ganandome la corona a la más arpía.

Y eso realmente, en verdad... Aunque en algún momento dije lo contrario. No es bueno, tampoco es gracioso.

Porque no soy una arpía con todos, sólo con Weasley... Y algún que otro chico... Está bien, no soy una arpía con un reducido grupo de personas.

¡Pero eso no le da derecho a los demás de tildarme de arpía!

Cuando dejé salir el aire, se me escapó un gruñido, frunci el ceño, de pronto más molesta que triste.

Y mi labio tembló —. Idiota —Dije y voltee mi rostro a la almohada.

Pasaron al menos cinco minutos hasta que escuché algo.

—Adela... ¡Adela!

— ¿Mhhh?

—Despierta torpe —Me pareció que la golpearon con una almohada y ella lloriqueo—. Tu prima necesita algo de compañía.

Mierda.

— ¿Qué prima? —Pregunta soñolienta.

— ¿Tienes otra prima además de la princesa Malfoy aquí?

Sonreí y frote mi cara contra el satén.

— Ahh... CASSIOPEIA, POR MORGANA, ESE WEASLEY, CIERTO.

Otros golpes con almohadas y varios shhhh, idiota calla esa bocota.

Puede que Adela haya caído varias veces antes de abrir mis cortinas y aparecer con sus shorts de dormir en una mano y con bragas de Hello Kitty.

—Llo... Lloraste —Dice tartamudeando—. Oh dioses, oh dioses, ¿Por qué no la vieron ustedes antes?

Se lanzó sobre mi y me abrazó con fuerza. Tal como lo haría mamá, le devolví el abrazo y no dije nada mientras las demás chicas se acercaban temerosas a ver.

—Oh... Ummm, pensamos que lo mejor sería que un familiar la vea —Dice Verónica un poco cortada—. ¿Lo siento?

Se sentaron a nuestro alrededor, siempre manteniendo la distancia, mirando sus regazos o jugando con su cabello. Hasta que Lindsey habló.

—Cass... ¿Te molestó lo que dijo ese Weasley? O... ¿O es por otra cosa?

La mire con toda la intención de gritarle que no era su maldito problema. Pero viendo sus ojos verdes tan preocupados caí en la cuenta de que hemos sido compañeras de cuarto durante seis años, que ella siempre ha sido la más agradable de todas conmigo y yo siempre la he tratado mal.

Arpía.

—Si es por lo de Weasley —Dije en voz baja, pero el silencio era tal que todas me oyeron.

Verónica fruncio el ceño—. Ohhh, no deberías preocuparte por lo que ese... Ese Gryffindor piensa —Aunque su voz fuese de pito y yo algún tiempo atrás le había permitido usar su cepillo de dientes recién caído al inodoro, parecía querer levantarme el ánimo.

¿Y eso era lindo? Bueno... Ella no sabía que su cepillo había tocado agua de trasero.

—Lo se —Adela apretó un poco el abrazo —. Pero si me importa.

Ninguna se atrevió a mirarme con lástima, sólo parecían estar pensando en algo.

— ¿Irás a desayunar? —Inquiere Adela.

—No lo creo. No tengo ganas de salir ahora —O más bien no me apetece golpear a Weasley ahora.

—Porque yo me estoy muriendo de hambre...

Lo afirmó aún más con su barriga resonante.

La dejé ir a desayunar junto con las demás, luego volverían con comida para mi.

En éstos momentos, por alguna extraña razón, quisiera tener a ese enorme perro baboso junto a mi, para no estar con tanta soledad.

Colgué mi cabeza en el borde de la cama, tataree canciones sin sentido por un rato.

Why do you have to go and make things so complicated? I see the way you're...

Me corte cuando oí chillidos en el pasillo. Fruncí el ceño a la vez que me levantaba e iba hacia la puerta. Mis dedos apenas habían tocado el un milímetro del pomo cuando la puerta se abrió de golpe y cuatro chicas cayeron sobre mi.

— ¿Qué diablos, pequeñas idiotas? —Gruñí sacando a Verónica de mis piernas.

—Owww ya pareces mejor.

—Creo que Adela causo una pelea de comida al tirarle dulce de manzana a Weasley —Dijo Lindsey.

Adela sonrió y yo la mire incrédula.

— ¿Dónde se lo lanzaste? —Inquirí.

—Cabello, espalda y trasero en especial —Respondió orgullosa.

—Buena chica.
***

Solté un bostezo mientras miraba a los niños de primer año jugar. Qué domingo más divertido debe ser para ellos. Yo simplemente no creo estar en mis mejores momentos.

Porque me he puesto a criticar mi personalidad por primera vez en años.

Y no me gusta.

Creo que, junto con mi habilidad para exagerarlo todo, caí en depresión por tener una imagen tan mierda para todos.

Gemí y me deslice a lo largo del pasillo chocando con las paredes y cantando las canciones más animadas que podía, pero siquiera las de los 90's me levantaban el ánimo.

— ¿Qué pasó Michael? —Dije de repente en voz alta—. Antes nadie me llamaba arpía, ¿Qué es lo que tanto he cambiado? Porque no puedo notarlo...

Entonces noto que parezco una loca hablándole a la nada y para más dirigiendome a un famoso ya muerto.

Pasaron varios metros hasta que volví a bostezar y decidí volver a mi habitación a dormir.

Pero fui interceptada por un enanito con un abrigo demasiado grande.

Potter me miraba con suma atención y abriendo los ojos lo más posible.

—Hola Cassie.

—Potter... ¿Se te ofrece algo? —Recargue mi peso en una pierna ya sin ganas de siquiera hablarle de mala manera.

—Ummm, no tienes maquillaje.

De forma inmedita me toque la mejilla y miré para otro lado asintiendo.

—Igual te ves hermosa —Dice de inmediato.

—Qué alegría.

Volví a bostezar sin preocuparme en disimular y él se balanceo sobre sus pies.

—Dejame adivinar... ¿Vas a disculparte por tu primo otra vez? —Le miré aburrida ya de que lo haga.

—En realidad me siento mal por eso —Comenzó —. Porque él no tenía porqué decir eso, no eres una arpía Cass...

—Sé que lo soy, no intentes mentirme sólo para simpatizar —Murmuré.

—No lo digo por simpatizar —Dice enfadado y yo bufo—. Lo digo porque te conozco

— ¡No me conoces! Llevamos casi seis años sin cruzar palabra más que para insultarnos o molestarnos.

— ¿Y has cambiado acaso?

—Si, ahora soy una arpía —Sin querer lo dije con la voz rota—. Ahora derrocho veneno y muchos me odian. Pero lo merezco y lo admito. Fin.

—Yo sigo viendo a la Cassiopeia explosiva que habla sin pensar —Ruedo los ojos y mis mejillas se encienden —. No es tu culpa ser tan mandona y altiva... Sospecho que es familiar.

— ¡Vaya! Me haces sentir tan bien.

—Pero ahora no entiendo porqué lo llevas tan al extremo.

¡Todos critiquemos a Cassiopeia! Vamos, adelante. Son invitados cordialmente a hacerlo.

—Tú sólo callate.

—No, tú vas y me haces esto —Se señala—. Para que cambie, para que sea "mejor", me muestras todos mis defectos pero te niegas a ver los tuyos o a calmar un poco tu personalidad.

—Silencio, he dicho —Casi lo golpeo pero retrocedí mordiendome el labio—. No es como si no me hubiese dado cuenta de lo malo que he hecho ya.

— ¿Y por qué no lo arreglas?

—Porque no se cómo —Me senté en el suelo y relami mis labios.

Se sentó a mi lado y quedamos en silencio un rato hasta que habló.

—Pues ambos debemos aligerar nuestra personalidad de mierda al parecer.

Asentí de acuerdo.

Tragó saliva.

— ¿Y si intentamos ayudarnos mutuamente?

Lo miré a la cara, parecía atemorizado con mi respuesta. Tal vez creía que lo golpearía.

Y lo habría hecho si esa idea no me hubiese agradado.

—Bien.

— ¿Bien? ¿Enserio?

—Si —Me encogí de hombros y él dejó ir el aire retenido.

—Así que... ¿A mejorar la personalidad? —Me tendió su manita—. ¿Tregua? Ahora enserio.

Tomé aire antes de estrechar su mano.

Otra vez silencio.

Su enorme abrigo abultado me llamó la atención por lo cual pregunté.

— ¿Qué diablos tienes ahí?

—Eh, iba a hacer algo tonto —Se pone rojo de inmediato.

Alce una ceja—. ¿Qué ibas a hacer?

—Algo tonto.

—Vamos, dime.

—No.

— ¡Que me digas! —Chillé tirando de su abrigo

—Es exacto lo que no deberías hacer... ¡Cassiopeia no!

Le arrebate las rosas del abrigo y me aleje mirándolo curiosa.

— ¿Ibas a darme esto?

Miró sus pies y asintió con vergüenza. Solté una risa.

—Tan cliché.

—Miralas.

Rodando los ojos, lo hice. Y ante mi las rosas se tiñeron de naranja, solté una exclamación de sorpresa, se volvieron verde agua. Miré a Potter de nuevo.

— ¿De dónde las sacaste?

—Hagrid... —Eso lo respondía todo—. Pero es obvio que no las quieres...

Me abracé a las flores y le dirigí una mirada indignada—. ¡Son mías!

Sonrió. Y sentí un deja vú. Él era el único que tenía la apariencia de niño, pero yo, por un momento me sentí igual.

Y mirándolo tanto tiempo a los ojos, casi sentí lo mismo que sentía a esa edad.

—Tu cabello y las flores están color rosa —Dentro de su tono estaba el obvio Oh yo sé lo que significa. Junto con su expresión ganadora.

De inmediato respondí.

—Porque me enamoré de las rosas... Gracias.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro