Narra Cassie.

— ¡La miserable bastarda! —se atreve a decirme.

Mis mejillas están ardiendo mientras rodeo a James y me planto frente a la maldita que ataca con perfumes caros.

— ¿Y tú qué mierdas haces aquí? —le pregunto con la voz forzada.

— ¡Me he mudado a este estúpido país por culpa de tu ataque! —dice y luego titubea—. ¿Me dirás que vives aquí?

Respiro hondo, intentando que mi sangre deje de hervir a cien grados, asiento y ella abre sus ojos al máximo.

— ¡Je me tuer! —grita y sacude la cabeza, sus cabellos rojos se mueven a par que ella—. ¡Me envían a este lugar por tu culpa y vuelvo a toparme contigo!

— ¡Tampoco me alegro de verte! —le digo enfadada—. ¡Te vas ahora mismo para tu maldita casa! ¡En algún otro lugar del mundo!

— Yo en particular me alegro de verte, Cass —murmura James inclinándose sobre mi hombro.

— Shh —le callo y tomo su mano mientras sigo mirando a la zorra francesa—. ¡Anda! ¡Vete!

— No puedo, idiota —gruñe y sujeta sus libros con tanta fuerza que sus nudillos se ponen blancos. Pasea la vista hasta la mano de James sujeta a la mía—. ¿Conoces al joven descortés?

Frunzo el ceño y volteo levemente hacia James, él abre los ojos y se encoje de hombros— Está loca —murmura y sonrío.

— ¿Fuiste descortés con ella? Oh, muy bien —aprieto su mano y él sonríe por eso—. No se merece cortesía.

— ¡Bien! ¡Son tal para cual! —dice ella y nos señala—. Una miserable bastarda y un chico sin educación.

Y hasta ahí llegué. Iba a lanzarme encima de ella para darle sus pataditas, pero James seguía tomando mi mano, y ahora comenzaba a tirar de mi lejos de ella.

— ¡No! ¡Debo matarla! —intento correr pero él no está dispuesto a soltarme.

— ¡Tan bonito volver a verte! —dice mientras me abraza contra su pecho.

— ¡Ew! ¡No! —chillo moviendo los brazos—. ¡Así no! ¡Suelta!

— Esto es lo que se siente cuando intentan besarte la fuerza —me susurra y yo abro los ojos como platos. No puede seguir recordando eso—. Violadora.

— Bien que lo querías —le recrimino y escucho su carcajada.

— ¿Para qué mentir? Es verdad.

Sigue riendo y yo tranquilizo mi respiración, al diablo la francesa, no va a arruinarme tanto el día.

Después de todo, sólo vine aquí a una cosa... Comprar mis útiles (ah, y de paso, si es que tenía tiempo, ver a James)

— Bien, bien —murmuro y la emoción me gana, porque me abrazo a él como garrapata—. No hagas comentarios sobre esto.

— Los estoy haciendo mentalmente.

— Ya los imagino, algo como Dios mío, está abrazándome, va a darme un ataque cardíaco. Es tan perfecta, me desmayo —finjo su voz.

Sí, algo me dice que está pensando eso. Es muy capaz el muy acosador.

— ¿Y tú qué piensas ahora? —de reojo veo sus mejillas coloradas—. Dios mío él es tan...

— James —completo y lo suelto, pero sigue abrazándome—. Eh, James.

— Soy tan especial... —suspira con ilusión.

— Quiero que me sueltes.

— Ah, mata pasiones.

Me separo y arreglo mi vestido arrugado. Y yo que me había esforzado en plancharlo... JAJAJAJAJA plancharlo yo, ay, Cassiopeia, qué graciosa.

James sigue mirándome como si fuese algo terriblemente interesante... No me molesta en lo absoluto. Huh, tal vez por eso tengo una relación con él... Cambiemos de tema, no quiero ponerme sensible.

— Te ves diferente —me señala—. ¿Te has bronceado?

— Cuando no corría riesgo de quedarme como un tomate, sí —afirmé y miré mis brazos.

Ya no estaba pálida como una hoja de papel.

— Y tú sigues igual —le dije abriendo los brazos, él rueda los ojos.

La verdad creo que creció un poco, pero quien sabe, tal vez sea que yo me he encogido... ¡No! ¡Oh no! No seré enana, jamás.

Me encismo en su rostro, mirándolo con detalle, entonces algo llama mi atención.

— ¿Eso es barba? —abro los ojos como platos y señalo su barbilla —. ¡James Potter tienes barba!

— ¡No me la voy a quitar! —dice de inmediato, alzando las manos para taparse la cara—. He soñado con esto desde los seis años. Y ahora podré tener una hermosa y sensual barba.

Arrugo la nariz y niego con la cabeza. Aunque quiero reírme por su cara, como si fuese que yo sacaré unas navajas ninja y le cortaré la diminuta barbita.

— Es una barba lamentable —suspiro—. Si no me fijaba bien, no la iba a notar. Tienes suerte de que sea detallista.

Aprieta los labios, molesto con mi comentario.

Me acerco y le doy un beso en la mejilla. Ahora me mira con los ojos como platos.

— ¿Qué te han hecho, Cass? Has perdido tu dureza... ¡La cara no! ¡Maldición!

***

La garrapata ahora era él, me siguió por tres tiendas para comenzar a contar la historia de Cómo callar las groserías que grita tu hermano con unas simples bombas.

— Ojalá hubieses estado ahí —pasó un frasco de una mano a la otra—. Fue tan épico... Debí grabarlo —frunce el ceño, tal vez reprochándose mentalmente.

— Seguro —le arrebato el frasco y lo pongo de vuelta entre mis compras—. Pero por algo existen los recuerdos —doy golpecitos a su frente con los nudillos.

Bien, no fueron golpecitos dulces. Perdone, pero no me sale lo delicada a veces.

Potter hace una mueca y retira mi mano de su cara.

— ¿Te apetece ir a ver el espectáculo? —propone con la voz extasiada.

— Huh, amaría ver a Louis Weasley humillado... Pero ir a ese lugar, con tu familia, tú y yo... Juntos —miro hacia arriba, pensando en todos los posibles comentarios—. Eso no me apetece.

— ¿Te molestaría que ellos comenzaran a emocionarse y joder con nuestra relación? —alza una ceja.

— Oh, sí —afirmo y volteo dispuesta a ir por mis libros.

Pero mierda, no estaba en el plan que Potter me cargara como princesita jodida.

— ¿Qué coño estás haciendo? —grito mientras él trota conmigo en brazos.

— ¡Te molesta muchísimo! —le escucho reír—. Fantástico.

Le dedico una mirada de odio puro— ¿Tú adoras que me ponga a pensar en tu muerte?

— Te ves bonita así.

Bufo mirando para otro lado, venga, eso no me lo esperaba. Siento mis mejillas arder más por lo que acaba de decir que por estar enfadada.

— Siempre me veo bonita —mascullo dejando de pelear.

Al diablo, luego lo obligaré a cargarme para ir a todas las tiendas, o jamás le perdonaré esto.

Por otro lado... ¡La maldita cara de Louis Weasley es épica! Digna de fotografiar.

***

Cuando papá apareció en la puerta de Sortilegios Weasley, George Weasley se atragantó con su jugo y comenzó a toser mientras lo señalaba.

— Malfoy... ¡Hay Malfoy's en mi tienda! —respira hondo, con tono de sepulcro—. El fin del mundo se acerca.

Va al fondo con cara de estamos todos perdidos.

Ruedo los ojos y Lilian Potter se aparece junto a mí de la nada. Hago una mueca y miro mis uñas. He estado evitándola durante todo este tiempo. Digamos que ella me agrada, pero no me agrada sentir eso luego de tanto tiempo detestándola o algo así.

— Cassiopeia —le miro a los ojos, tiene el ceño fruncido—. Me ignorabas o...

— Exacto.

— ¿Por qué?

— ... No puedo aceptar a más de un Potter a la vez —declaro y ella alza una ceja sin creerme—. ¡Es enserio!

Bufa y me sonríe un poco apenada. Okay, ¿Será que enserio está enamorada de mí y...?

— Creí que éramos amigas, Malfoy.

— Amigas, tú y yo... Nah.

Aunque solté eso con un tono despectivo, luego le sonreí de lado.

Tal vez, Lilian Potter. Pero no voy a decirtelo en voz alta.

— Quiero hablar contigo —me susurra cuando paso junto a ella para retirarme.

— En el colegio... ¿Es sobre Jake?

— Josh —me corrige y río entre dientes—. Y no es sobre él.

Su tono enfadado me hace voltear y mirarla confundida.

¿No que estaba enamoradísima del chiquillo emo?

Estoy a punto de preguntarle qué diablos, pero James se adelanta y me besa cuando abro la boca.

— Hasta luego —declara luego de besarme.

Lo miro con el ceño fruncido y asiento. Alguien silba con ánimos de molestar.

— Huh, no vuelvas a hacerlo frente a mi padre —aconsejo y me alejo hacia la salida.

Papá mira con odio puro a Potter, apenas pude sacarlo de allí arrastrándolo con algo de fuerza bruta... La fuerza que siempre uso.

— Ya no quiero que crezcas —se queja cuando estamos fuera, buscando a Scorpius y Adela—. Ahora ya hasta eres novia de... ¡De un Potter! ¿Qué viene después? ¿Hacerme abuelo?

— Vas a hacerte abuelo, pero de viejo, no por hijos míos —le tranquilizo dándole palmadas en la espalda—. No pienso perder mi figura por bebés llorones y apestosos.

Me mira con cierto orgullo exagerado y me abraza por los hombros.

— Entonces... ¿Ya no más Potter?

— Dije no hijos. Sí Potter.

— Mierda.

Hello, it's me. I was wondering if after all these years. You'd like to meet, to go over everything... Ahre xD

Sí, sí, ya lo se. Pero qué tardanza, Abby.

Pero a la inspiración no se le apura, ¿No? Es lo único que diré.

Tengan una linda noche e.e Tengo otros capítulos que editar...

(espero nadie note que he copiado y pegado esta nota xD)