Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Acabemos con esto.

Narra James.

Fue luego de esa conversación que salí de la biblioteca con ese par siguiéndome con sonrisas estúpidas, más en Lily.

—No te ilusiones —le dije mientras bajábamos las escaleras—. Tampoco sabemos si "abrirá su corazón".

—Lo hará, estoy segura. Lleva todo este tiempo practicando cómo pedir perdón. Yo misma la he perdonado, y eso ya es mucho.

Contengo una sonrisa, intentando mantenerme serio. Aunque la verdad creo que yo estoy más ansioso que ellos dos juntos.

—Nott —le digo a Adela en cuanto la veo, ella me mira con los ojos entrecerrados.

— ¿Qué quieres, Potter? —responde con una voz extraña, abriendo los brazos—. ¿Un golpe en...?

—Quiere arreglar las cosas con Cassie —interrumpe Lily.

La expresión de Adela cambia por completo. Ahora me mira sonriendo y con los ojos brillando.

—Oh, ¿por qué no lo dijiste antes? —empuja su cabello hacia atrás—. Ya no la escucharé llorar, oh Dios. Sí.

Se me revolvió el estómago, por segunda vez en una hora, y por Cassie nuevamente.

—Si Cassiopeia se entera que me dijiste eso, te mata.

— ¿Saber eso cambia algo en ti? —asiento rascándome la nuca—. Bueno, igual no le digas que se me escapó. Porque por más que ustedes vuelvan, ella va a matarme.

—Creo que estabas a punto de decir dónde está ella —recuerda Lyssander.

— ¡Ah! —asiente sonriendo de lado—. No, no sé dónde está. Estaba buscándola con Verónica —señala a su compañera de cuarto, ella me mira con una expresión extraña mientras mueve la mano saludando—. No te acerques a ella.

— ¿Por qué?

—Es una zorra.

— ¡Adela! —chilla la chica.

—Yo sólo digo la verdad. Eres una zorra que quiere con él, y no vas a meterte ahora que esta telenovela de amor está a punto de solucionarse.

Ruedo los ojos y sigo caminando. Ahora no tengo a dos personas atrás. Tengo a cuatro psicópatas que me están sacando de quicio.

Caminamos durante unos ocho minutos más hasta que la vi. Estaba afuera, caminando entre los alumnos que charlaban por allí. Su cabello estaba de un tono rojo. Supongo que eso debió detenerme, porque el rojo siempre significa algo malo.

Abrí la boca para llamarla, y ella pegó sus labios a los de otro chico. En medio de todos. Lo besó frente a mi cara. Me dejó como un estúpido con la mano en lo alto, llamándola.

—Carajo —susurró Adela mientras yo me volvía sobre los pasos.

Definitivamente todo era una mierda. Y debería dejar de estar tan idiotizado por Cassiopeia Malfoy, porque siempre seré el que termine con el maldito corazón roto.

***

Narra Cassie.

Lo único que quería en ese momento era lastimar a Levallois, pero siempre termino lastimando a alguien más en el camino. Dinah me había dicho que a Davina le gustaba ese chico de Ravenclaw, pero que no se atrevía a siquiera acercarse y entablar una conversación. Yo no planeé en ese momento hacerlo, es que de alguna forma Dinah me convenció de ir y besarlo frente a ella.

—Vas a acabar con todo de una vez —me aseguró mientras yo mordía mis uñas mirando al muchacho.

Nunca antes lo había visto, a decir verdad nunca me fijo en la gente fuera de mi círculo. Él se veía como un típico cerebrito de Ravenclaw, con un rostro pacífico y un tic de nerviosismo en las manos. Era un ñoño, por eso me descolocaba ver la forma en la que Davina Levallois desviaba la vista hacia él, cada dos minutos, como si se asegurase de que siguiera ahí y por si tal vez fijara su vista en ella.

Dudé por unos segundos, pero sentía a Dinah presionándome desde atrás. Me recordó todos los perjuicios que me hizo Levallois en pocos meses, y sólo por eso comencé a caminar hacia el nervioso Ravenclaw.

Noté la mirada de confusión de él cuando estuve a centímetros de su rostro, más aún cuando lo tomé por el cuello. Davina estaba en campo de visión, con los ojos abiertos como platos y el rostro pálido. Lo besé durante unos pocos segundos, pero debo admitirlo, lo hice como una maldita perra. En cuanto me separé miré a Davina y le dediqué una cínica sonrisa.

El chico salió del lugar como alma en pena, más que avergonzado, o tal vez a sabiendas de que yo le causaría problemas. Davina dio zancadas hacia mí.

— ¿Qué demonios pasa contigo, Malfoy? —chilla, su acento es aún más notorio—. Creí que esto ya había acabado.

—Hiciste que me dieran un castigo por algo que no fue mi culpa, ¿eso es terminar?

Ella bufa, mirando hacia arriba, noto sus ojos cristalizados y mi expresión se ablanda hasta que las esquinas de mis labios caen.

—Yo nunca me metí entre tú y James —respira hondo—. Sólo era contigo, e involucraste a todo el mundo —hace un gesto hacia mis espaldas.

Giro, veo a Lily y Adela mirándome como si quisieran ahorcarme, Lyssander sólo suspiraba con decepción. Pero lo que me causó náuseas fue ver la espalda de James desaparecer en el pasillo.

Salí corriendo hacia él de inmediato, sintiéndome como la persona más idiota del mundo. Davina me gritó — ¿A dónde vas, Malfoy? ¡Todavía debemos acabar con esto!

— ¡Después! —respondo y giro en una esquina—. ¡James! ¡Por favor espera!

Él se detiene, yo patino hasta quedar a un metro de él, con la respiración acelerada y sin un plan que decir. James se voltea levantando un dedo.

—Terminamos —declara, dejo salir todo el aire de mis pulmones mientras abro los brazos. Pero no logro pensar en algo bueno que decir—. No intentes detenerme, Cassiopeia. Prácticamente te burlaste de mí frente a medio colegio.

— ¿Y ellos qué? —susurré estúpidamente—. Ellos no importan.

—Y parece que yo tampoco te importo —niego con la cabeza, sintiendo que se me llenan los ojos de lágrimas—. No puedo estar con alguien que sólo piense en su bienestar y sus tontas enemistades.

Hace un gesto hacia Davina, ella se aparta cruzando los brazos y apartando la mirada con incomodidad.

—Quiero que entiendas algo, Cassie —él avanza, yo retrocedo, aún no logro decir algo para defenderme. Tal vez porque en realidad no puedo defenderme—. Cuando salgas del colegio ya no importará tu reputación de reina mala del colegio, ya nadie va a fijarse en eso. Vas a ser una más el montón y no serás una chica genial por besar a alguien en medio de la multitud para hacer llorar a otra chica.

—James, ya sé que soy estúpida y maldita...

—Deberías hacer algo más que declararte una maldita —él se detiene para respirar, se está aguantando las lágrimas, puedo verlo. Me duele haberle lastimado así. Entonces añade, con una cínica sonrisa—. Deberías cambiar... Tú sola.

Vuelve a darme la espalda y comienza con sus zancadas otra vez.

— ¡James! —intento no ir detrás de él otra vez, intento no mostrarme tan desesperada como estoy—. Por favor no me dejes... ¡James! ¡Te amo!

Se gira para mirarme, una pequeña luz de esperanza me ilumina.

— ¿Ahora sí puedes decirlo? No te estás quemando por dentro, ¿o sí? —toda mi ilusión se desplomó, bajo la vista y me limpio las mejillas—. En otra situación habría vuelto contigo... Pero ahora ya no quiero hacerlo.

Asiento sin mirarlo, ya no intento detenerlo. Al fin y al cabo me lo merezco. Fui yo quien no se detuvo, y quien fue muy cobarde para admitir sus sentimientos a tiempo. Pasaron al menos dos minutos hasta que me moví de mi lugar, parpadeando para intentar espantar a las lágrimas.

— ¿Malfoy? —murmura Davina junto a mí.

Me giro para verla, sintiendo mi rostro hinchado y los ojos me picaban. Mordí mis labios antes de hablar.

—Lamento lo que hice... Sé que no voy a cambiar nada con esto —añado, sorbiendo mi nariz—. Sólo quiero... acabar con todo hoy.

—Está bien —asiente, con extraña compresión—. Yo igual quería disculparme. No tengo un límite a veces.

Río hasta que sin poder evitarlo se me escapan sollozos. Me pierdo en la vergüenza al llorar frente a ella.

—Yo tampoco lo tengo —me tapo el rostro—. Hice muchas cosas estúpidas.

La siento abrazarme, rodeo su cuello con mis brazos y escondo mi rostro en su hombro. Cuando menos lo espero ella también lagrimea junto a mí. No sé si llora porque besé al chico que le gusta y lo espanté, o tal vez sea por otra cosa.

—Hice que te castigaran por algo que no hiciste —murmura a mi oído—. Hace poco me enteré quién fue.

Me separo un poco para mirarla confundida. Siento un flash sobre nosotras, y luego algo cae del techo, embarrándonos por completo. Aún abrazadas, hay más flashes y una risa llega a mis oídos.

—Alguien acabó con las princesas —Dinah se carcajea con una cámara en mano. Da unos saltitos frente a mi rostro sorprendido—. Esto irá como portada, "Las perras también lloran" —mueve las manos con malicia.

—Ella lanzó esa bomba que dejó a Lily Potter en la enfermería —murmura Davina mientras me suelta—. Una de mis amigas la vio y me lo dijo.

Abro las manos hacia Dinah, casi sin palabras. Por alguna razón aún no sentía la rabia invadirme. Estaba demasiado triste para eso.

—Creí que estabas ayudándome.

Ella arruga la nariz — ¿Por qué ayudaría a la maldita que me hizo la vida imposible en el colegio?

—Apenas te conozco.

—Apenas notas quién soy —corrige—. Es que antes yo era tu saco de boxeo favorito, ya sabes, con quien practicabas para amenazar a los demás. No sabías mi nombre, pero te fascinaba molestarme.

Intento recordar, pero la verdad es que no logro hacerlo. Dinah chasquea la lengua.

—Eso ya no importa, porque ahora eres tú quien llora embarrada de mierda —parpadea varias veces, pone las manos en su cintura—. ¿Cómo se siente, Malfoy? ¿Es horrible? Así es estar del otro lado, disfrútalo.

Gira sobre sus talones, alguien emerge del otro pasillo. El profesor Longbottom tiene los brazos hacia atrás mientras mira a Dinah con las cejas arriba.

— ¿Así que admite que fue su culpa, señorita?

Ella balbucea —No... Yo no...

—Dos de sus compañeras están embarradas con un líquido extraño y usted se ríe con una cámara en mano. Eso es muy sospechoso.

—Profesor...

—También admitió ser la culpable de la hospitalización de la señorita Potter —le mira por debajo de las pestañas y comienza a rodearla—. Tenemos dos testigos, y claro, yo la escuché igual. La directora no dudará de esto.

Veo que las manos de Dinah se vuelven puños, pero no dice más al entregar la cámara al profesor. Y él se gira para mirarme con una pequeña y apenada sonrisa. Intento devolvérsela, aunque me siento algo cansada como para hacerlo.

Sólo quiero tomar un baño y enterrarme bajo mis sábanas. Ahora, en verdad, creo que no tengo una nueva oportunidad con James.

¡Hola de nuevo, queridas!

¿Que si lloré al escribir esto? JA, claro, soy una llorona :v

Lo siento, no me maten. Les amo. Esto sigue, poco para el fin pero sigue. Ay mierda, intento escribir más para poder acabar pronto con esto... Demonios, decirlo me rompe el corazón.

¡Hasta luego!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro